Violando a mi jefa por falta de sexo con mi esposa
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Tengo 39 años, casado y con dos hijos, la relación en nuestro matrimonio está pasando por un gran bache, por lo que las relaciones sexuales con mi mujer son completamente nulas. Trabajo en un empresa de ventas de coches, en las oficinas y como jefe tengo a la mujer del propietario, una mujer de 49 años, bajita, nada especial y que, con lo visto día a día, tampoco le va nada bien en su matrimonio, pero ella lo lleva peor, ya que bebe sin moderación, cogiendo algunas veces tremendas borracheras.
Una tarde, yo pensaba que estaba solo, y que no quedaba nadie en toda la oficina, y cuando me disponía a irme fui apagando todas las luces de los despachos, que por costumbre todo el mundo se iba dejando encendidas. Cuando llegué al despacho de mi jefa, me lleve una sorpresa al ver que ella estaba acostada en su sofá, había una botella completamente vacía de ginebra, por lo que deduje que se la había bebido y que estaba completamente borracha, me acerqué y apestaba a alcohol, intenté despertarla sin conseguirlo, y ya no supe que hacer, si dejarla allí, como si no la hubiera visto, o intentar despertarla y llevarla a su casa, o simplemente llamar a su marido para que viniera a recogerla, aunque esa me pareció la peor de las ideas, ya que ellos vivían en la otra punta de la ciudad, y mientras llegaba y no, tendría que quedarme por lo menos una hora más en la oficina, así que opté por despertarla, pero mis intentos eran en vano, por mucho que lo intentaba seguía completamente dormida, coloqué mi mano en su pecho para ver si respiraba, la primera intención fue solo para comprobarlo, pero no voy a mentir y sentir el tacto de aquella teta blandita debajo de la ropa, me excitó, salí de la oficina para comprobar que de verdad no quedaba nadie, y cerré las puertas de la tienda, para volver de nuevo a la oficina, mi polla había crecido dentro de mis pantalones, y sin poder evitarlo me excitaba pensar en cuanto menos poder magrearla a mi antojo.
Cuando volví a su lado, ella seguía igual, hice de nuevo el intento de despertarla, y nada, así que decidí subir su falda para ver que llevaba debajo, estaba boca abajo, subí la falda hasta dejársela por la cintura, ante mi quedó una pequeña braguita blanca de encajes, que apenas tapaba sus grandes y flácidas nalgas, con decisión las apreté en mis manos, sin reacción por parte de ella, pasé una de mis manos entre sus piernas, apretando sus muslos, ella no reaccionaba, por mi cabeza pasó la idea de follármela, tiré de su braguita a un lado para ver el canal entre sus nalgas, se las abrí con las manos, ver sus vellos, y el agujero de su tremendo culo me excitó mucho más, su agujerito parecía estrecho, estriado, y mucho más oscuro que el resto de su piel, pasé mis dedos buscando su vagina, ella no reaccionaba, sus labios estaban cerrados, pero parecían grandes, para nada estaba mojada, estaba completamente seca, me llevé unos de mis dedos a la boca llenándolo con mi saliva y volví a pasárselo entre sus labios, tan poca saliva no bastaba para que ella se mojara, pero me dejó comprobar que tenía un buen coño, tiré hasta sacar la blusa de la falda y colocándome de rodillas entre sus piernas, subí mis manos por su cintura hasta llegar al broche de su sujetador que fácilmente pude desabrochar.
Me coloqué a su lado y como pude la hice girar, hasta conseguir dejarla de lado, casi boca arriba, ahí ella reaccionó un poco, y consiguió decir algunas palabras que no pude entender, estaba tan borracha que no se enteraba de nada, su aliento apestaba a ginebra, saqué la blusa de dentro de su falda, y poco a poco se la fui levantando, hasta dejar su sujetador a mi vista, metí mis manos por debajo y sus tetas quedaron a mi vista, eran más grandes de lo que me había podido imaginar, su piel no era tersa, pero a estas altura me daba igual, mi polla iba a estallar dentro de mis pantalones, por lo que me despegué un poco de ella, para bajarme los pantalones y dejar en libertad mi polla, que ya pedía un sitio donde refugiarse, sus aureolas eran de color café y sus pezones aplastados y grandes, que en cuanto acaricie si reaccionaron y se pusieron poco a poco duros como piedras, me dediqué a chuparlos y a apretar sus tetas con mis manos, de vez en cuando ella intentaba moverse, coloqué mi polla entre sus tetas y con mis manos comencé a pajearme, me estaba excitando y necesitaba descargar, me subí y comencé a pasar mi polla por su cara, intentando que abriera su boca, no me atrevía a hacerlo con fuerza porque pensaba que en una reacción de ella, podría morderme, pero yo estaba a punto de correrme y ya me dio igual, apreté mi capullo en sus labios y cerré su nariz con mis dedos, obligándola a abrir la boca, abrió lo suficiente la boca para conseguir meter mi capullo, me pajeé con fuerza y solté mi leche en su boca, fue una corrida bestial.
Ella reaccionó, sentí como tragaba mi leche, y en una de las embestida que le di comenzó a dar arcadas, me aparté y ella vomitó justo delante del sofá, estaba tan borracha que no podía incorporarse, soltó varias arcadas más, dejando un olor a alcohol en todo el despacho, mi polla palpitaba y la verdad es que me bastó meneármela varias veces para que volviera a ponerse dura como una piedra, yo me había apartado para que no me viera, después de las arcadas e intentar ponerse bien, volvió a dejarse caer en el sofá volviendo a su estado de semiinconsciencia esta vez quedando casi boca arriba, me subí al sofá por los pies, y subí mi cara por sus piernas, pasé mi lengua por su braguita, estaba un poco mojada, con las arcadas se había orinado un poco, el olor de su orina me excitaba, le aparté la braga, y comencé a chupar su vagina, no me costó llegar a su clítoris, y en varias pasadas de mi lengua obtuve la primera respuesta, gimió varias veces y de pronto su coño se encharcó con su flujo, era espeso y me llenaba toda la boca, no podía más me subí y abriendo sus muslos, busqué con la ayuda de mi mano la entrada de su coño, no me costó trabajo penetrarla, y de un su golpe se la clavé hasta los huevos, reaccionó moviéndose e intentando apartarme, pero mi peso sobre ella se lo impedía, comencé a moverme rápido, la embestía con fuerza, y ella medio gemía, y aunque sus intentos eran para que yo me apartara de encima de ella, no lo conseguía, estaba entre sus piernas y no tenía medios de moverse, me seguí moviendo hasta sentir como me venían las ganas de correrme, y sin importarme le solté toda mi leche dentro de su tremendo coño, ella medio sollozaba, pero no tenía fuerza para apartarme.
Cuando terminé de correrme me levanté rápido, y la dejé tumbada en el sofá y salí del despacho, recuperándome fuera de él, me acomodé la ropa, y eché un vistazo dentro, pudiendo ver como ella, se había acurrucado doblando las piernas, en esa postura podía ver mejor su culo, y entre sus muslos, podía ver su coño hinchado rezumando mi leche, me disponía a irme, cuando se me pasó por el pensamiento follármela por el culo, fue como una reacción, mi polla saltó dentro de mis pantalones, y pude sentir como volvía a ponerse dura de solo pensarlo, pensé que ya que me la había follado, que más daba, volví a entrar en su despacho y con decisión tiré de ella hasta colocarla boca abajo, pasé mis dedos por su coño, recogiendo mi leche y metiéndoselos en el culo, ella intentaba moverse, pero era en vano, estaba tan borracha que no podía, me saqué la polla y me subí encima de ella, busqué la entrada de su culo y apreté, ella se movía pero a lo más que llegaba era a apretar un poco las nalgas, y eso me producía más placer, me acerqué a su oído y le dije que se relajara que así no le dolería, entre pequeños gemidos, sentí como abría las piernas e intentaba empinar el culo, apreté con fuerza y mi capullo pasó su esfínter, era la primera vez que mi polla entraba por un culo, y todo lo que me habían dicho se quedaba corto, era una sensación única, con trabajo y pequeño gemidos de ella, conseguí acoplar mi polla por completo dentro de ella, pero estando encima de ella, me era difícil hacerlo rápido, así que me la jugué y colocándome de rodillas tiré de ella, intentando que se pusiera a cuatro, a duras penas lo conseguí aunque al momento hundió su cara en el sofá, pero dejándome bien arriba su culo, esta vez me fue fácil volver a entrar, y ella, aunque parecía mentira, parecía que comenzaba a disfrutarlo, la cogí por la cintura y le di fuerte, me costó correrme, pero fue una pasada. Me levanté y la deje así.
Tardé varios días en volver a ver a mi jefa por la oficina, llamó diciendo que se había puesto enferma, sabía que ella no me denunciaría, pero imaginaba que tardaría poco en ser despedido. En cuanto volvió a la oficina, lo primero que hizo fue llamarme a su despacho, y después de una breve conversación me dijo, que la próxima vez que se me ocurriera follármela, por lo menos antes le sacara la borrachera para disfrutarlo mejor.
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