Una tarde llena de sexo y muchos orgasmos
📋 Lecturas: ️
⏰ Tiempo estimado de lectura: min.
Fue una tarde del mes de Agosto. Yo había vuelto de vacaciones hacía un par de días, y la verdad es que había echado mucho de menos a mi novio. Para aquella época llevábamos aproximadamente año y medio saliendo juntos, y hacía unos pocos meses que lo habíamos hecho por primera vez.
Él me pidió que fuera a su casa a comer y pasar la tarde. Ya se sabe, la típica tarde que pueden pasar unos novios.
Después de comer, nos estiramos en una especia de cama que había en el comedor, justo al lado de unas velas que habíamos encendido. Como siempre él empezó de forma muy sutil a acariciarme la espalda, el culo y luego las tetas. Sí, él sabía que eso a mí me excitaba mucho… de repente empezó a quitarme la poca ropa que llevaba encima y por supuesto, yo a él también. Me encantaba su cuerpo musculoso, delgado y con una gran polla. Empezó a besarme todo el cuerpo, insistiendo principalmente en las tetas… Oh! Como me gustaba todo aquello. Tan sólo le gritaba que no parece… que lo hacía muy bien. En tan sólo en un segundo se colocó encima de mí, rozando su polla con mi chochito, y diciéndome al oído como le gustaba. De repente me la clavó de golpe, y no pude evitar soltar un grito de placer y dolor.
Le pedí que parara por favor, que aún no quería hacerlo… quería seguir disfrutando de su lengua. Empezó a hacerse una paja mientras yo le acariciaba y se corrió encima de mí. Me dijo:
– Oh si… ¿Te gusta que me corra encima tuyo?.
Yo sólo le suplicaba que lo hiciera siempre que quisiera, que me encantaba ver su corrida en mi barriga y mis pechos.
Después de descansar durante unos minutos, empezó a bajar su cabeza… Oh diosss! Como me comía el coño. Su lengua se movía sin para arriba y abajo, y me penetraba a la vez que me pedía que gritara! que gritara de placer.
Antes de que me corriera paró, y me hizo colocarme encima de él, para hacer un 69, algo que le excita muchísimo. A la vez que me comía el chochito me cogía la cabeza para meterme la polla hasta el fondo de la boca y en un momento en que la tenía metida en el fondo de mi garganta se corrió e hizo que tragara toda su leche.
Pasó una hora, y tras unas caricias me clavó su polla por delante, y me follaba sin parar, con fuerza y gritándome. Yo sólo quería ver como me metía la polla y él me decía que siguiera, que le dijera cosas guarras, que le encantaba, que yo le encantaba, que quería follarme a todas horas sin parar.
La verdad es que se le nota que le pongo muy cachondo y me gusta provocarle… ver como sufre por no poder follarme.
Después de que nos corriéramos los dos a la vez, subimos a su habitación, a ver una película. Los dos estábamos desnudos. Hizo que me colocara de rodillas en la cama y me la clavó por el culo, sin dejar que mi ano se acostumbrara. Me follaba con mucha fuerza, al principio le pedía que parara, pero él no me hacía caso… seguía y seguía. Pero al final, los gritos de dolor, fueron de placer. Le pedía que siguiera, que me la metiera hasta el fondo y mis gritos cada vez eran más fuertes, cosa que a él le excitaba mucho más, y me golpeaba aún con más fuerza. Me dijo que se quería correr en mi culo, echándome toda la corrida en las nalgas, y le pedí por favor que lo hiciera. En unos segundos él acabó… y los dos reposamos en la cama dulcemente.
Experiencias como las de este día, pocas… muy pocas. Para mí fue algo inolvidable que espero que se repita siempre que él quiera.
Tendencia ahora