Un espectáculo de erotismo al máximo
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Habíamos ido a pasar el fin de semana al rancho de unos parientes. Ya atardecía, yo me encontraba paseando en los alrededores. Me recargue en la cerca de un corral viendo como jugueteaban los caballos, eran hermosos. Asi que me dispuse a observar.
El macho le olfateaba por atrás a la yegua, esta relinchaba coqueta y daba brinquitos de gusto. Esto motivaba al hermoso semental y seguía con sus jueguitos de lamerle la panochita a la yegua.😍
El hermoso semental se empezó a calentar y su tremenda virgen empezaba a dar pistas de excitación. La yegua seguía coqueta con sus relinchidos excitando aún más al tremendo balanzón. Cuando ya la verga del hermoso animal media como un metro, o al menos asi me parecía, está ya estaba, pero bien parada y empezaban a salírsele los jugos.
No sé cómo lo hacen estos animales, pero de un brinco, el hermoso macho se le monto a la coqueta yegua por detrás y de un movimiento experto la ensarto provocándole un relincho de placer.
Motivado por la aceptación de la hermosa yegua, el hermoso semental arremetió con ganas, metiéndole su increíble metro de verga, y moviéndose como todo un galán, después de unos momentos, le soltó litros de leche hirviendo a la traviesa yegua, que, si pudiera hablar, creo yo, le hubiera pedido más y más.
Orgulloso de su hazaña, el macho deslechado se bajó de su yegua y se alejó como si nada, dejándola con ganas de más, creo yo. Ya habrá otra ocasión, pensé.
Ese espectáculo me había emocionado mucho. Sentí como se me empezaban a salir los jugos. En ese momento sentí unas tremendas ganas de tener sexo.
No hay nada más cachondo que ver como se cogen a una yegua y más con tremenda verga. Es algo super erótico.
En ese momento, sentí unas gruesas manos rodearme la cintura y una voz grave me dijo al oído:
Que espectáculo verdad?
Sobresaltada, me di vuelta y quedé frente a frente con un un hombre maduro, alto fuerte, recio, quemado por el sol, se asemejaba al brioso semental de hace rato, pensé.
No supe que decir, me quedé paralizada por la sorpresa, y, además, como le iba a decir que si me había gustado ver como tan tremenda cogida que le habían dado a la yegua.
¿disculpe? Apenas atine a decir toda colorada y nerviosa.
No te preocupes, dijo amablemente. Es algo natural, después de tan hermoso espectáculo, no hay quien se resista, a mí siempre me dan ganas después de observar esas escenas.
Yo ya no sabía dónde meterme, el señor me había descubierto, ¿me había estado observando todo el tiempo sin que yo me diera cuenta y ahora que iba yo a hacer? Tenía unas ganas.
No te preocupes, volvió a decir. A mi también me pasa lo mismo cuando veo juguetear a los animales. Mira, me dijo. Yo miré donde me señalaba y le vi tremendo bulto que casi no se podía esconder debajo de sus pantalones. Mira como yo también me puse, no tienes nada de qué avergonzarte, es algo natural.
Ven toca. Se acerco a mí y tomando mi mano la coloco encima de su tremendo bulto. Dios mío, pensé, que bruto, que tremenda virgen se carga este wey.
Asi sostuvo mi mano sobre su bulto durante algunos segundos, yo sentía como iba creciendo poco a poco. En eso me di cuenta que yo me estaba mojando de la excitación.
. Dios mío, como puede ser, ojalá no se dé cuenta el señor, pensé. Demasiado tarde, ya se había dado cuenta. Dios mío, ¿qué vergüenza, que va a pensar de mí?
Se siente rico, ¿verdad? Me dijo con voz que se notaba ya un poco excitada, al tiempo que frotaba mi mano en su bulto.
Me puse toda colorada, avergonzada, me dieron ganas de salir corriendo se ahí.
Je je, no te preocupes, dijo, es algo natural. Cualquiera se excitaría al acariciar de esta manera a un hombre.
De verdad? Dije como disculpándome yo misma.
De pronto, aquel hermoso semental, digo, perdón, el hombre ese, se baja el cierre, se saca su tremendo vergon y lo vuelve a colocar entre mis manos, pero ahora a pelo.
Dios mío, que rico, pensé. Quiero decir, dios mío que vergüenza.
Agarrarle la verga a un desconocido, y era la primera verga que agarraba, bueno, la primera de ese tamaño.
Y ya se le está parando. Dios mío ayúdame, ¿que estoy haciendo?
Ponte de rodillas, me dijo, casi ordenando, al tiempo que se acercó con la enorme verga apuntándome a la cara, prueba, te va a gustar.
¿que? Cómo? ¿que pruebe qué?
Sin previo aviso me tomo la cara entre sus ásperas, grandes y fuertes manos y acercándose aún, más me ensarto la boca con ese hermoso ejemplar, quiero decir, con su enorme verga.
Yo casi me atraganto por el tremendo tamaño de su vergon, el empezó a moverse lentamente haciendo que mis labios chuparan su hermoso cabezón, luego me la metía más y luego la sacaba, luego le chupaba la cabeza, luego la metía y luego la sacaba, y asi un buen rato.
Te gusta verdad? Ya lo sabía, dijo. Lo pensé, desde que te vi supe que eras una mujer ardiente.
¿que? ¿como? ¿pensó que? ¿que si me gusta? Bueno, pensé, la verdad es que si se sentía muy rico tener ese hermoso y grande vergon dentro de la boca.
Con cada chupada notaba que le crecía más y más, ¿cómo es posible? Pensé, ya de por si esta enorme y como es que sigue crece y crece.
Yo ya no podía más, me sentía a punto de explotar, pero no podía dejar de chupar ese hermoso vergon, digo, no siempre tiene uno la oportunidad de chupar una verga como esa, la verdad, asi que seguí y seguí, dándole gusto y dándome gusto a mi también.
En eso estaba, cuando de pronto, me saca la verga de la boca y dice, ya está bien. ¿como? ¿que? ¿si ya le estaba agarrando gusto, por qué?
Ahora vas a disfrutar asi como lo disfruto la yegua.
Ven, voltéate. Sin darme tiempo a reaccionar, me levanto, me dio la vuelta poniéndome de espaldas a él, me bajo los pantalones de un tirón y con voz autoritaria me dijo, agáchate.
Yo sin apenas darme cuenta de lo que hacía, me agache con el atrás de mí, me recargue con los brazos en la cerca agachando la cabeza, el me separo las piernas, me levanto el culo y lo empezó a lubricar con los jugos que le salían de su enorme cabezón.
Me empezó a rozar el culo con la enorme cabeza de su enorme verga lubricándome más y más rozándome el culo con su cabezón.
¿qué les puedo decir? Sentir una verga enorme como esa rozándome entre las piernas toda mojada por sus jugos, la verdad no tiene precio. Eso si es erotismo al máximo. No hay nada que se le comparé a esa sensación, ustedes saben.
En esas estábamos, cuando sentí que trataba de meterme la verga, era enorme, y excitada era aún más grande.
No va a poder pensé. Esta muy grande. Tomo saliva con sus dedos, y mezclándola con sus jugos, me empezó a lubricar metiéndome los dedos, primero uno, mete saca, luego dos, mete saca, luego tres y hasta cuatro mete saca, mete saca.
Tenía unos dedos enormes y gruesos, parecían penes, y ahora ya tenía yo 4 de esos enormes dedos dentro, mete saca, mete saca. Cuando considero que era suficiente, saco los dedos del culo y los cambio por su enorme vergon,
Me la empezó a meter poco a poco, ahora mi vagina ya no ofrecía tanta resistencia como antes, ahora parecía que la pedía a gritos.
Continúo haciendo algunos movimientos un tanto extraños, el caso es que yo sentía como su hermosa, grande y cabezona verga me la iba metiendo poco a poco, poco a poco, yo ya estaba que deliraba. Sentir que te cojan y más con una verga como esa, no tiene precio, ustedes saben.
Al fin logro metérmela toda, toda, increíble, tenía toda su enorme verga dentro de mi y con esos movimientos que hacía, sentía que me llevaba al cielo, yo ya estaba de a mil, pero no quería que eso terminara. Me estaban dando la cogida de mi vida y yo no quería que acabara nunca.
Es un placer indescriptible sentir dentro una verga hermosa como esa y meneándose como se meneaba, eso no tiene precio, es lo máximo.
Asi estuvimos un buen rato, coge y coge, yo ensartada como la yegua y con una verga enorme dentro como la de aquel hermoso semental.
Quien lo iba a decir. Primero goce de ese hermoso espectáculo, y ahora gozaba yo misma como me imagino que también gozo aquella hermosa y cachonda yegua.
De repente, mi hermoso semental, o sea, el señor, empezó a dar movimientos cada vez más y más rápidos, más y más rápidos, que delicia, era la locura, yo estaba a punto de explotar, no aguantaba más. En seguida, los movimientos de metida de verga se hicieron aún más rápidos, hasta que, sin poderse aguantar más, mi hermoso semental se vino dentro de mí de una manera increíble, tirándome unos lechazos enormes, llenándome toda de litros de leche hirviendo, yo ya no pude más y exploté en tremendos orgasmos, me di una venida tremenda, una de las mejores y más cachondas de mi vida.
En ese momento supe que las visitas a ese rancho se iban a repetir varias veces.
By: Lizz2022😎💖
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