Un encuentro soft que estuvo a full
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Al iniciar en el mundo swinger tuvimos algunas experiencias soft muy buenas. Al pasar a full nos dimos cuenta que nos gusta mucho más el tocar y jugar, siendo la penetración sólo un componente más de este juego. Sin embargo, no habíamos tenido nuevamente una experiencia puramente soft, hasta esa noche, aunque no sé si llamarla soft.
Fuimos un viernes a un club swinger. Llegamos más bien temprano, por lo que pensé que seríamos los primeros.
Sin embargo, al entrar noté a una chica muy guapa con falda larga y ajustada, que hacía que se marcaran sus curvas, haciendo algunos movimientos sensuales en el caso del escenario a su acompañante. Me llamó la atención inmediatamente. No era tan alta (yo tampoco lo soy), pero tenía un muy buen físico y era muy guapa: era rubia, con una cintura pequeña, caderas anchas y un busto grande pero muy armónico a su cuerpo. Aunque en realidad con sus movimientos ya había llamado completamente mi atención. Por supuesto mi mujer, Cristy, se dio cuenta inmediatamente de mi interés. Cristina es morena, delgada, con un trasero que llama la atención de todos, y una boca que llama a la imaginación.
Una vez que la chica terminó de bailar, la aplaudimos y luego se subió Cristy al caño, en un afán claro de romper el hielo y tener un tema de conversación con la nueva pareja. Ella comenzó a tomar clases de pole dance hace algunas semanas, y ya sabe dar algunos giros. Comencé con la chica, Victoria, a conversar respecto al baile de mi mujer. Ella era, además de muy atractiva, muy agradable y simpática. Me comentaba que ella también estaba haciendo clases de pole dance, pero que aún no le enseñaban piruetas. Le dije que no importaba, que habían diferentes tipos de baile, y que el de ella me parecía muy bueno, por lo demás. Mientras tanto, Cristy seguía con sus piruetas en el caño, lo que por supuesto llamó la atención del marido de Victoria, José.
Una vez que terminó su baile, Cristy se nos unió a la conversación. La felicitamos por su baile. Victoria nos comentó que comenzó las clases para impresionar a José, y que le gustaba impresionarlo con diferentes cosas.
Nos comentaron también que les gustaba mucho salir y bailar. Cristy hizo las gestiones con el dj para que tocara la música que les gustará. Comenzamos a bailar en parejas, pero no pasó mucho para cambiar de parejas de baile. Vicky se movía muy sensual conmigo, y así también Cristy con José. Estuvimos así un buen rato, cada vez más pegados.
Llegó la hora del show erótico, y para nuestra sorpresa la bailarina comenzó a bailarle a Cristy, hasta que la llevó al pequeño escenario. Comenzaron a bailar juntas de manera muy sensual. La bailarina se sentó sobre Cristina, dejando sus pechos al descubierto para que los tocara, y así también sus caderas, realizando movimientos entre ellas para que se tocaran sus cuerpos. Luego me llamaron a reunirme con ellas, donde fui sin titubear. Cristina se montó sobre mí, y la bailarina tras ella, tocándola ambos. La bailarina nos despidió del escenario y comenzó a bailar con Victoria, también llevando a ella y José al escenario. Ambas chicas comenzaron a contornearse, entrelazando sus piernas, para el deleite de José y los otros espectadores. Jugaron un rato más en el escenario los tres.
Finalizado el show, retomamos el baile, bailando más pegados y cerca. Nos dirigimos al subterráneo, donde el club tiene una cruz para atarse, una silla del amor y un pasillo francés. Comenzamos en la cruz, atando a Cristina suavemente, y tocándola entre los tres. Luego comenzamos a sacarle la ropa de a poco mientras le comíamos el cuerpo lentamente. Victoria se acercó a Cristina y la comenzó a besar. José hizo una expresión de sorpresa y excitación al ver a Vicky sobre Carmen, y todos comenzamos a sacarnos la ropa mutuamente. Llego el momento de atar a Victoria, y comenzamos a besar y lamer su cuerpo. Yo me dejé llevar por sus labios y sus grandes pechos.
Posteriormente nos ubicamos los cuatro en el sillón del amor. Allí, José le hizo sexo oral a Cristina, mientras Victoria comenzó a jugar conmigo entre sus pechos. Luego cambiamos de posición, y acostamos a José y Victoria, mientras Cristina se comía a José y yo a Victoria, entre las piernas. Ambos se miraron con complicidad y se besaron y tocaron, aprovechando el placer que le dábamos nosotros.
Un poco después, José y Cristina volvieron a la cruz, quedando en el sillón sólo Victoria y yo. Nos besamos y tocamos por un rato, ya completamente desnudos. Ella tenía un cuerpo delicioso, que no quería dejar de tocar, besar y lamer. Al mirar hacia la cruz, Victoria no se aguantó y se acercó a ellos. Se puso en cuclillas hasta poder comer a Cristina abajo, quien reaccionó al actuar de Victoria. Yo por mi parte tampoco me pide aguantar y me acosté debajo de Victoria para comerla y lamer su sexo. Aproveché esa posición para tomar sus cadenas y sus pechos.
Volvimos al sillón Victoria y yo, y comenzó a, hacer un sexo oral maravilloso, mientras tomaba sus pechos y deslizaba mis dedos entre sus piernas. Por su parte, Cristina y José se habían trasladado al pasillo francés. Victoria volvió a mis labios para seguir basándonos y le dije que me tenía prendido que entramos al club y la vi moviéndose en el caño. “Te puedo hacer un baile si quieres”, me dijo sensualmente, “cuando quieras” le respondí.
Luego tomé un preservativo. Ella me miró y me dijo suavemente que no hacían intercambio, a lo que le contesté “no hay problema”. Estaba tan bueno el encuentro que prefería aprovechar ese cuerpo que me gustaba tanto, además de respetar su decisión como pareja. Por otro lado, no es tema para nosotros hacer o no full en un encuentro, sino pasarlo bien. “No hacemos intercambio aún” me dijo luego de manera pícara.
Mientras estábamos ambos comiéndonos a besos y tocándonos, escuchamos un gran gemido de placer de Cristina, pues José le hizo un rico sexo oral, incluidos dedos, tal como me gusta a ella. A mi me gustó mucho escucharla, pues significaba que mujer estaba gozando tanto como yo lo hacía.
Luego Victoria y yo fuimos a acompañar a José y Cristina al pasillo francés. Victoria se puso a un lado del muro y comenzó comer a José que estaba al otro lado. Cristina hizo lo mismo conmigo. Estuvimos jugando un rato allí, para luego movernos a una especie de sillón al fondo del pasillo, y comenzamos a jugar en conjunto. Yo no podía dejar de comer el cuerpo de Victoria, y Cristina me comenzó a ayudar también en la labor. Por su parte, José alternaba, comiendo y tocando a ambas mujeres.
José notó que Victoria ya estaba a punto, y comenzó a penetrarla lentamente al principio, y luego más fuerte pero no tan rápido. Yo por mi parte me puse en posición para que Victoria me diera sexo oral, al mismo tiempo que tocaba su cuerpo. En esta posición, José la hizo acabar muy intenso, y luego de un momento se retiraron de ese sector.
Cristina se montó sobre mí y comenzó a cabalgar fuertemente. De pronto sentimos unas manos desde unos agujeros del pasillo. La luz me impedía distinguir en detalle quiénes eran. Pero Cristina se acercó al muro y comenzó a besar a alguien. Allí confirmé que eran Victoria y José. Le dije a Cristina que quería comer a Victoria mientras ella cabalgaba, y no bien pidió refuerzos ellos aparecieron muy dispuestos. Victoria se acercó a mí y comenzó a besarme. Luego seguí comiendo sus pechos y boca, apretando sus caderas y nalgas con fuerza y poniendo dedos dentro de ella. Le pedí a Victoria que se montara a la altura de mi pecho, así la podía tocar y sentir su cuerpo mientras Cristina cabalgaba sobre mi. Sentía cómo Victoria movía sus piernas sobre mi pecho, por lo que sabía que también lo gozaba.
Cristina notó que a pesar que me gustaba mucho no iba a acabar así, por lo que comenzó a darme sexo oral como a mí me gusta en esas situaciones: fuerte y profundo. Llego de un rato, y antes que fuera demasiado tarde, le pedí a ambas chicas que jugaran juntas abajo, y fueron muy dispuestas. Al estar en posición, Victoria me dijo “tienes que mirar”. Y comenzaron a comerme ambas en conjunto. Fue una experiencia sublime, que hizo que me pusiera a mil rápidamente. Cuando estaba a punto de acabar, le pedí a Victoria que acercara su cuerpo a mi boca, y acabé intensamente mientras comía sus deliciosos pechos, apretaba fuertemente sus nalgas y Cristina finalizaba su sexo oral. En ese momento confirmé que ésta es mi posición favorita para acabar.
Llego el turno de José, y las chicas replicaron las acciones conmigo: le hicieron sexo oral ambas en conjunto; el dirigió las acciones a su gusto, mirando el espectáculo. Luego las chicas se montaron sobre él, Cristina sobre su pecho y Victoria sobre su sexo. Sin embargo, Victoria se puso de espaldas a José, y se apoyó en mi, que estaba de pie, para cabalgar mejor. Me encantó la cara de placer que tenía victoria. Yo la tomé de sus caderas subiéndola y bajándola, hasta que sentimos un gran gemido de José, que por su parte tenía tomada a Cristina de sus caderas y sus nalgas.
Con la misión cumplida nos vestimos y subimos. Seguimos bailando por un rato, incluido un baile de las chicas en el caño a petición del anfitrión, hasta que la fiesta se acabó. Fue una de las veces que mejor lo hemos pasado durante nuestro tiempo de swinger, incluyendo intercambios full que hemos tenido.
A pesar de que este encuentro se consideraría soft, los 4 estuvimos a full.
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