Tania, la caliente se inicia en el placer sexual

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Hola mi nombre es Tania, soy una chica española, aunque mi padre es alemán y madre cubana, probablemente un antojo de mi padre, que es un tanto especial en cuanto a gustos, ellos se Hola mi nombre es Tania, soy una chica española, aunque mi padre es alemán y madre cubana, probablemente un antojo de mi padre, que es un tanto especial en cuanto a gustos, ellos se separaron cuando yo era muy pequeña y vinimos a vivir a España, yo tenía 4 años, y por lo que se ve a mi madre no le gustó la idea, me quedé con mi padre, y a mi mamá solo la veo de vez en cuando.

Ahora tengo 23 años, y vivo en Valencia, aquí estudio filosofía y también ayudo a mi padre con el negocio familiar, un hotel, está junto enfrente de la playa y yo vivo en una de las habitaciones de la planta baja que tiene, cocina y baño, hago mi vida sola, siempre fui muy solitaria.

Como habréis imaginado por la mezcla de culturas, mis rasgos son un tanto especiales. Tengo el pelo negro, muy rizado y largo a media espalda, mis ojos son rajados y azules muy claros, mi boca es algo gruesa, pero muy bien dibujada, mi piel de color caramelo, siempre dorada por el sol, soy alta (bastante), tengo los pechos grandes y muy alzados, mis pezones son de color caramelo también aunque algo mas rosados, tengo la cintura delgada pero, como buena descendiente de cubana mi culo es bien respigón y macizo. En la playa hago top less y por debajo solo llevo un tanga minúsculo, que apenas tapa mi rajita, pues llevo toda mi cosita depiladita y no se ve vello, por lo tanto mi cuerpo es dorado entero, no tengo marcas del sol.

Como he comentado soy muy solitaria, y muy callada, no tengo amigos, solo salgo de mi casa para atender a los clientes nuevos que llegan al hotel, o bien para asistir a alguna clase. Y ahora aun menos pues aunque sea actitud de niña pequeña, mi padre sale con una mujer que tiene dos hijas y cuando ellas están por aquí, paso de todo, no soporto a esas dos niñitas de mamá, que solo quieren ropitas y coches de marca.

El sábado por la mañana, mi padre y ella tres quedaron en irse hasta el jueves a Barcelona, así papá arregla unos asuntos y ellas pues disfrutan un poco, me propusieron ir, pero preferí quedarme al tanto del hotel. Lo cierto es que para la edad que tengo mi vida sexual, no es muy activa, bueno mas bien es nula, con mis cualidades a los chicos les doy miedo y en la playa ni se me acercan y los que se me acercan o bien son unos estúpidos o bien los mando yo a la mierda, pues la verdad, no es que no me apetezca pero como no estoy acostumbrada a relacionarme apenas, no se que decir ni que hacer cuando se me acercan. Cuando mi padre, el sábado se fue por la puerta me propuse una cosa que reconozco que hasta a mi misma me asombró, y es que en esta ausencia de mi padre me iba a divertir, pero es que ya estoy harta, pues ¿Qué chica hoy día a mi edad es virgen?.

Y Aquí os cuento lo que sucedió:

Ellos salieron el sábado sobre las 12:00 de la mañana, y había pendiente dos alojamientos justo a esa hora, uno era un hombre sólo y otro una pareja de recién casados alemanes, hija ella de unos amigos de mi padre, por que él insistió que los tratase bien. Primero llegó, el muchacho que se alojaba sólo, sorprendentemente era un chico joven de unos 30 años y muy trajeado, estaba de muy buen ver, y se me ocurrió darle la habitación que justo queda al lado de la mía, yo ya iba a por todas, si tenía que ser con ese tipo, sería con él, pero ya no podía mas con mi calentura. Lo acompañe a su habitación y me dio las gracias muy distantemente y se tiró en la cama, supongo que estaría cansado.

El chico me había gustado, Manuel era su nombre y ni corta ni perezosa, entré en mi habitación y me quité el absurdo traje de chaqueta y pantalón del uniforme del hotel y me puse un vestido de seda amarillo, incluso me saqué el sujetador pues, me había acalorado mucho, ese vertido es un poco translucido, y con el tanga, sin sujetador y lo corto que es iba prácticamente desnuda, me puse unos zapatos de tacón que se atan al tobillo y solté mi melena. Cuando salí de mi habitación, y pasé por su puerta me armé de valor y llamé y cuando salió, con los ojos como platos, por cierto, solo atiné a decirle:

– El servicio del hotel, me envía para que le informe que tenemos servicio de almuerzo y cena, ¿desea contratarlos?.

– Mmmm…, bueno no sé, estoy de negocios y no sé cuanto pasaré por aquí, de momento esta noche si deseo cenar aquí, gracias. Respondió él cerrando la puerta sin más.

Reconozco que me crispó, pero me fui a la recepción a ver si venían los clientes que faltaban e irme a la playa a ver conseguía lío para aquella misma noche, pues no quería esperar más. De repente entra por la puerta, un chico musculoso con ojos claros, pelo rubio y piel morenita, una sonrisa de cine arrastrando unas maletas y me dice, con acento extranjero pero en español.

– Disculpe, señorita, la reserva a nombre de Stephan Von…

No me lo podía creer, el tío más bueno del mundo era el recién casado.

– Si caballero, está aquí. Ahora mismo le acompaño.

– No, no…estoy esperando a mi esposa…mientras sería posible tomar algo frío, este país hace mucho calor.

– Jajajajaja, como no, acompáñeme.

– De acuerdo, ella aun tardará una hora.

Nos dirigíamos hacía el bar, y por el camino yo iba pensando en ese pedazo de hombre, él me seguía y notaba como me miraba el culo, es mas iba cerca de mí y yo intentaba contonearme lo más posible para que él pudiera observarlo bien. Llegamos al bar y le serví un Martini yo misma, pues no sé dónde andaría la camarera, e iba a la cocina a buscar un aperitivo cuando él me dijo.

– Por favor señorita

– Tania – dije

– Por favor Tania, tómese algo conmigo, mi mujer ha tenido que tomar otro avión pues surgió un imprevisto y no me gusta estar solo.

Me quedé asombrada con el desparpajo, y la confianza de llamarme por mi nombre, pero accedí pues yo estaba deseando, me serví un martini y me senté junto a él y para darle conversación le pregunté que como es que sabía hablar español, el me contó que su madre era española y de ahí sus rasgos, su desparpajo.

Mientras tomábamos el martini, sonó su móvil y él comenzó ha hablar alemán, creyendo que yo no lo entendía, pues no debió imaginar que yo era la hija de mi padre, hablaba con Marta, su esposa y estaba un poco jodida pues ella, le dijo que no llegaría hasta el lunes porque no había vuelos, yo reconozco que vi mi oportunidad. Me fui a servir otros dos martini y se me ocurrió aprovechar que el no me veía para pasar un hielo por mis pezones, me excitó mucho y se me pusieron bien erectos. Cuando me dirigía a la mesa, me di cuente que el había advertido la excitación de mis pezones, y no se cortó ni un pelo, me los miraba fijamente, yo tampoco me inhibí, y me senté mas cerca de el sobre una de mis piernas dejando entre ver mi tanga, era blanco, pero supongo que con la humedad de mi sexo se había puesto traslucido, además note que se me había marcado la rajita.

Stephan me miraba, los pechos no había advertido mi posición, pero agachó la cabeza para tomar de la copa y descubrió mi coñito. Me lo miraba atónito, sin decir palabra, entonces yo le pregunté, maliciosamente que cuando llegaría su mujer, a lo cual me respondió que no sabía, apartó la vista de mi sexo, tomó su martini de un trago y me dijo que se iba a la habitación. Yo le dije que lo tenía que acompañar y él accedió. Mientras iba para la recepción pensé en que no debía a ver dado esa habitación al otro huésped, pero se me ocurrió darle la que esta justo encima de la mía, con lo cual si quería verlo solo me tendría que poner a mirar desde la siguiente habitación vacía desde donde se ve perfectamente su balcón. Lo acomodé en su habitación, le dije que si era todo de su gusto y que cualquier cosa que se le ofreciese me llamara al servicio de habitaciones.

Bajé las escaleras mareada de la excitación y me tiré en la cama, donde me quedé dormida hasta las 5:00 de la tarde por lo menos, cuando me di cuenta, salí corriendo a preguntar al personal si algún huésped había solicitado algo, me informaron que los dos habían comido, e incluso juntos, y que Stephan, había dejado una nota para mi. Me apresure a leerla y ponía:

Tania, ¿serías tan amable de subirnos a mi habitación una botella de martini y tres copas?. Stephan.

Me puse nerviosa, ¿tres copas? ¿Para que?, pero cogí una cubitera, las copas y la botella y subí a la habitación de Stephan, antes pasé por mi habitación y me puse otro tanga, y esta vez un vestido blanco ajustado de licra, que sin sujetador dejaba ver el color de mis pezones, el tanga era blanco de encajes. Llamé a la puerta y me abrió Stephan y me dijo:

– Pasa preciosa y acomódate.

Pase, su habitación sólo tenía una cama de matrimonio, y allí estaba sentado Manuel, se le veía un poco borracho.

– Tania, este es Manuel ¿os conocéis? Dijo Stephan.

– Sí, Stephan, yo le atendí cuando llegó, encantada.

– Sí, amigo Stephan, esta preciosa mujer me atendió, en cuanto llegué. Dijo Manuel mientras servía los martini, con voz un poco tomada.

– Tania acomódate, siéntate en la cama, pasa del trabajo y disfruta, déjate llevar tomemos algo, solo estamos los tres en hotel, no hay de que preocuparse, preciosa. Dijo Stephan.

– Esta, bien tomaré una copa. Contesté

Ellos no tenían ni idea que el hotel era mío, pensaban que era una empleada más. Stephan se sacó, la blusa y se quedo solo con un pantalón ajustado vaquero, y Manuel seguía con la camisa y el pantalón del traje, pero sin corbata, empezamos ha hablar y preguntar, así hasta que tomamos varias copas, yo estaba un poco mareada, pero en mi subconsciente no paraba de pensar, en el cuerpo de Stephan, Manuel no estaba mal, pero era Stephan quien me volvía loca. Stephan se acercó a mí mientras Manuel hablaba de no sé que de su trabajo y me echó un hielo de su copa por mi escote, el agua fría comenzó a caer por mis pezones y se ponían bien duros, casi rompían la tela de mi traje, el agua hizo que la tela blanca se pusiera ha transparentar mis pechos, y mi coñito comenzó a mojarse mucho, yo sentía mucho calor y Stephan cada vez estaba mas cerca de mi, los dos fingíamos escuchar a Manuel, pero lo cierto es que el hielo se iba derritiendo y mi rajita cada vez estaba mas y mas mojada. De repente Stephan y yo cruzamos la mirada y él metió su mano discretamente debajo de mi vestido y sin apartar mis bragas comenzó a rozar mi clítoris, no podía creerlo era la primera vez que un tío, tocaba aquello que yo había hecho tan mío.

Manuel seguía hablando y hablando, no se daba cuenta y Stephan aprovechó para apartar mi tanga y puso sus dedos ásperos sobre mi clítoris, y comenzó a moverlos dándome muchísimo placer, yo estaba extasiada quería que Manuel se fuera de allí y devorar la polla de Stephan, pero cada vez me parecía mas imposible, así que comencé a tocarla por encima del pantalón, era una verga dura, la primera que yo tocaba, también era caliente y muy grande, yo no podía mas, metí la mano en su pantalón y empecé a moverla, a él le gustaba mucho, pues gemía de placer, fue entonces cuando Manuel se dio cuenta de lo que pasaba y se metió al baño sin decir nada.
Stephan, se apresuró y me quitó el vestido dejando mis pechos desnudos, yo saqué su verga de los pantalones y mientras él mordisqueaba y chupaba mis pezones, le hacía una buena paja, su excitación era grande, y no pudo resistir mas, me arrancó el vestido del todo y mientras tocaba mi coñito por debajo del tanga, metió su gran polla en mi boca, era la primera vez que yo sentía algo así, la primera vez que mamaba una polla y debía hacerlo bien pues me la tragaba entera, la sacaba, jugaba con mi lengua por su glande y la volvía a meter todita dentro de mi boca, saboreando ese sabor tan rico, y tan nuevo para mi.

Él acabó rompiéndome el tanga y masajeando todo mi coñito, cada vez mas excitado e intentó meter un dedo dentro de mi sexo, pero no podía, yo estaba ansiosa porque entrase algo en mi coñito, pues casi me venía el orgasmo, pero Stephan intentaba una y otra vez, hasta que se dio cuenta de que yo era virgen, entonces se apartó de mi se quitó toda su ropa, y me dijo- ¿quieres que te folle y que sea yo quien parta tu tesorito?- Sí, por favor Stephan, quiero entregarte mi coñito, todo para ti. El se metió entre mis piernas y comenzó a lamerme toda mi conchita, desde al ano al clítoris, y yo tocaba mis pechos, masajeaba mis pezones muriéndome de gusto, hasta que vino mi primer orgasmo, sentí todo tan rico…no quería que parase pero el alzó, su cabeza y asombrosamente llamó a Manuel diciendo:

– Manuel ven aquí, quiero que me ayudes a partir a esta zorrita.

– Ah, ¿pero es que es virgen? – dijo Manuel.

– Así es, con el cuerpo que tiene y lo buena que está, es increíble amigo, y encima nos va a dejar que la estrenemos ¿Qué te parece?.

Yo estaba desnuda, tumbada en la cama boca-arriba, con las piernas abiertas esperando que llegase mi fiesta, ya no me daba miedo, me consideraba dichosa de que me fuesen a partir esos dos tíos. Manuel, sacó su polla, y me la metió en la boca a forma de mordaza, su polla era rosada, perfecta más grande incluso que la de Stephan, y él la metía y sacaba en mi boca, haciéndome disfrutar mucho. Stephan, mientras me lamía y mordisqueaba el clítoris, yo gozaba como una perra, pero estaba deseando que una buena polla me penetrase, me da igual con quien de los dos. Stephan, me puso la polla entre los labios de mi coñito, y comenzó a frotarla, ¡cuanto placer sentía! Comencé yo a comerle, con mas pasión la verga a Manuel, este gemía, y Stephan la colocó en mi agujero, partiéndolo sin pensar, ni si quiera me dolió, y eso que de primeras la metió hasta el fondo, yo gozaba, me sentía una reina, y mientras Manuel, me alimentaba de su gran pollón, que yo mamaba como si de ello dependiese mi vida, Stephan me empujaba bien duro, sintiendo yo cada milímetro de su verga, así estuvieron un rato, hasta que me corrí.

Entonces Manuel, pidió follarme, Stephan encantado accedió a cederle el puesto y corrió a meter su polla en mi boca, mientras pellizcaba mis pezones yo estaba exhausta, pero como gozaba tanto, no quería parar, Manuel, no se apiadó de mí, y metió de un tirón su verga dentro de mi coño y asiéndome por las piernas me follaba bien rico, yo saboreaba el pollón de Stephan, no podía mas, y de repente me vino un sabor diferente a la boca, era viscoso, pero dulce, me gustaba aquello, pero no sabía que era, era muy abundante y Stephan gritaba fuerte, Manuel aceleró el ritmo, parece que el sí sabía lo que pasaba, y yo me tragué todo aquel manjar, que luego supe que era el semen de Stephan, este sacó su verga de mi boca, y se dedicó a reponerse chapándome los pechos. Manuel no paraba de envestirme y yo me corrí otra vez,…pedí a los dos que parasen, pero no hizo efecto.

Stephan se chupo un dedo y mientras Manuel seguía su tarea, metió el dedo en mi ano, fue entonces cuando sentí revivir, pues ese placer, era más intenso aun, pedí que me liberasen, y tumbé a Manuel cabalgándolo esta vez yo, Stephan pronto metió, esta vez dos dedos en mi culo, entonces si empecé a notar algo resbalando por mis nalgas y era Manuel esta vez quien gritaba con fuerza, mientras su semen caliente salía de mi coñito. Stephan, saco sus dedos y dejo a Manuel apartarse, yo me recosté en la cama, respirando, pensé que había terminado todo, pero Stephan acerco su verga otra vez empalmada a mi boca y solo me dejo chuparla un par de veces, yo estaba bocabajo y Stephan se colocó detrás de mí me rodeó por la cintura, tiro de mi cuerpo, quedé a cuatro patas, y comenzó a frotar su polla por mi culo, y como me temía poco a poco fue metiéndola dentro de mi ano, dándome muchísimo placer, como con los dedos pero, cierto es que dolía un poco mas, aunque pronto se pasó el dolor y disfrutaba como una loca.

Mientras Manuel acariciaba mi clítoris, besaba mis pechos, bajaba y daba lengüetazos a mi coñito, cuanto estaba gozando, tanto que pedí que Manuel que probara el también de mi culo, Stephan se salió y empezó a lamer mis pezones, y mi coñito, Manuel se puso detrás de mi y me sorprendió, dando lametadas a mi ano, metía la puntita de su lengua en él, vaya gustazo, yo gritaba de placer sus nombres. Stephan se colocó debajo y mientras su compañero lamía mi culo, el metió su verga en mi coñito, que rico sentía, como gozaba, Manuel se incorporó y metió su verga en mi culo, no podía creerlo, iban a acabar conmigo, que rico! Los dos sin piedad, me follaban todos mis agujeros, durante un buen rato, y yo solo podía gemir, y gritar sus nombres, aunque aprendí a apretar sus pollas con mi sexo, y notaba cuanto les gustaba.

Me venía, otro orgasmo cuando sentí a Manuel descargarse en mi culo, me inundaba y era delicioso, y yo mientras gimiendo a la misma vez que el, pues también me corría. Manuel se salió, Stephan me dio la vuelta y me penetraba con fuerza, saco su polla de mi coñito y descargó todo su semen en mi cara. Se puso a mi lado en la cama y Manuel se colocó en otro lado cada uno lamiéndome un pecho, se quedaron dormidos como bebés y yo limpie mi cara con mi vestido y me quede dormida también con sus pollas en mis manos.

Sobre las doce de la noche me desperté y solo estaba Stephan, que aun seguía con mi pezón en su boca.
De repente llamaron a la puerta, me asusté, creí que era algún empleado, pero entonces entró Manuel, con una bandeja de comida y varias botellas de champán, Stephan se levantó y Manuel dijo:

– Compañero, supuse que la reina tendría hambre, y que tú también brindemos y comamos.

– Sí, compañero, se ha portado muy bien la reina, y aunque no esperásemos que fuese virgen, se ha cumplido todo lo que planeamos en el almuerzo.

Yo estaba asombrada, pero solo me reí besé a Stephan en los labios, bien fuerte y con legua, me levanté de la cama y a Manuel solo le di un piquito, fui al baño me lavé y me dispuse a disfrutar de la cena, pues estaba muerta de hambre como podréis imaginar. Y la historia continuo,…ya os iré contando como.

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