Siempre lo deseé tener sexo en grupo hasta correrme
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En los otros privados seguía la diversión, sin imaginar que los estábamos observando. Raúl nos invitó un trago doble, fuerte, para recuperarnos, “Que viciosas son” nos dijo. Tania le respondió: ¿Y a ti que no te gusta verdad?, reímos y brindamos, Raúl se levantó y se dirigió a un armario luego de lo cual empezamos a escuchar todo lo que sucedía en el privado donde se encontraba Karina y Giovanna (nombres que se repetían cuando se hacían el amor).
La mulata (Kary) la había amarrado a la cama a Giovana, así mismo le había vendado los ojos. Por la posición que se encontraba Kary, teníamos un lindo primer plano de su culo, duro, parecía una pera con un a herida en el centro, su linda conchita abierta, me moría por correr y posesionarme de ése culo precioso, la misma idea tenían mis amantes.
Tomó una pluma de ave, a la cual esparció Chanel Nº 5 y empezó a pasarla por el cuerpo de Giovanna, Giovana gemía y se contorsionaba, Kary acompañaba la pluma con susurros al oído:
– Te deseo, te deseo Giovanna.
Esta respondía:
– Si cariño, si deséame como yo a tí, tómame, embriágame con tus caricias, quiero sentirte, no sé que me haces.
Y gemía del placer que sentía con la pluma en su cuerpo.
– Que bien hueles, que es dime, no me martirices.
– Shhhh, calla y deja que te haga gozar – contestaba la mulata.
La pluma subía por el vientre de Giovanna y esta se retorcía de deseo, Kary le comía los pezones puntiagudos de la arrechura que tenía y ella gemía, la pluma bajaba entre sus piernas y Giovanna las abría, gemía cada vez más fuerte, era un verdadero espectáculo de erotismo, seducción y convulsiones, de una sola hembra por el momento, Giovanna, la cual nos excitaba en extremo, Tania y yo semidesnudas igual que Raúl con los pantalones abajo nos masturbábamos; mientras tanto vimos a Kary que abría las piernas lentamente y empezaba a sobarse el clítoris y a separar con dos dedos los labios de su concha mientras que con la otra mano abría los labios rosados de la rubia y la empezaba a pajear, el ritmo que llevaba Kary, era igual de lento con cada una de sus manos en las dos vaginas que tenía a su disposición, tratamos de llevarle el ritmo yo, Raúl y Tania, pero no podíamos, la mulata si que sabía pajearse y pajear a su amante, metía y sacaba los dedos, se sobaba el ano introduciendo su dedo del centro muy lentamente en el culo y ajustaba las nalgas presionando fuertemente ése dedo mágico que le proporcionaba placer, un dedo largo que yo lo deseaba en mi culo, a su vez le levantaba las piernas a su mujer y le introducía el mismo dedo de la otra mano en el ano, ante lo cual Giovanna se retorcía al sentirlo, Tania y yo no dábamos más…
– Amor, amorcito – me dijo
Se me tiró encima a comerme los senos, sin darme cuenta, estaba nuevamente desnuda por completo y ella también, me abrió las piernas y sentí que me introducía un objeto duro, el vibrador, yo abrí automáticamente las piernas justo en el momento que empezó a vibrar, cada vibración la sentía en cada uno de los sitios por los cuales penetraba, vibraba, yo me movía al ritmo del placer que me embargaba, pero a la vez trataba de seguir viendo el juego de las dos amantes al otro lado del vidrio, pensaba en la mulata Kary, soñaba que era ella la que me hacia el amor, la vi pararse por un momento y luego sentarse en la cama con las piernas abiertas frente a nosotros, se estaba agarrando la concha con las dos manos, se pellizcaba los pezones hasta hacerse daño con una mano, mientras que con la otra se golpeaba el clítoris, se lo jalaba fuerte, se introducía dos dedos en la vagina y un tercero en el culo saltando sobre ellos y gimiendo, chillando y masturbándose con una rapidez endiablada.
Tania me seguía comiendo, mordiendo y sobando sin percatarse de lo que yo veía, cerré los ojos y me imaginé a ésa linda negra que me estaba haciendo suya, me mordía con fuerza los labios para que Tania no lo note, por que era Kary y no Tania en ése momento la que me poseía.
– Oooohhh, amor, aggghhh, mi vida sigue, sigue.
Cogí los pezones de Tania y empecé a chuparlos, pero mi mente estaba en los pezones de Karina, con el zumbido del vibrador que metía y sacaba Tania y la dureza con la que entraba y salía llegué a uno, dos y no sé cuantos orgasmos más, mi cuerpo convulsionaba de placer y mi mente repetía… “Negra, mi negra, Kary mi amor”… y me corrí, una delicia de corrida con mis pensamientos en otra hembra,… Karina.
Al volver a la realidad, ví a Tania extenuada junto a mí con el vibrador en la boca, Raúl no estaba, en que momento salió? No lo sé. Miré al sitio donde estaba el deseo de mis sentidos, Kary pero la habitación estaba vacía. Mientras descansaba Tania, comencé a preguntarme… ¿Qué me sucedía?. ¿Cómo había podido cambiar en tres días tanto, si yo no era así, antes de éste viaje?. ¿Cómo podía haber estado con tres personas en tan corto tiempo y deseado a una cuarta de ésa manera?.
Seguiremos ésta vorágine de sexo, lujuria, placer y sentimientos.
Continuara…
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