Seduciendo a mi hermana

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Después de mi divorcio, regresé a mi hogar paterno y no había día que buscara la oportunidad de masturbarme con las prendas intimas de mi hermana y más me excitaban aquellas que habían sido usadas unos momentos antes por ella, las cuales aún guardaban el olor de su coño y era más mi victoria cuando quedaban algunos vellos en ellas, siempre trataba de espiarla cuando se bañaba, cambiaba, en fin me daba mis mañas para todos estos momentos.

Pues bien mi hermana mayor tenía toda mi atención y de mis masturbaciones, ella era la protagonista principal. Cabe mencionar que ella es un poco gordita y muy sexi. Pues bien había empezado a buscar la forma de tener un acercamiento más con ella y buscar la manera de avanzar un poco más o un mucho en mis intenciones.

Así que empecé a buscar la manera de intimar un poco más con ella, buscando siempre una escusa para estar a su lado, hasta que yo animado toqué el tema de los hombres y le preguntaba que por qué ella siendo tan atractiva no la veía cortejada por algún amigo, a lo que ella me contesto que sí había amigos que la pretendían pero que por su trabajo no podía mantener una relación constante y estable cosa que yo le dije que necesitaba darse más tiempo para ella que era una mujer hermosísima y que muchos hombres les gustaría salir con ella a lo que ella me contestó que sí había salido con algunos pero que la mayoría buscaba algo “más” de ella después de haber salido.

Yo le dije pues claro si yo fuera alguno de esos pues tal vez buscaría lo mismo, a lo que ella rió y me dijo pues sí pero resulta que tu eres mi hermanito… y ya sabes que yo soy de otra manera de pensar respecto al sexo. Así seguimos charlando durante la noche ella me preguntó sobre mí de qué tal mis conquistas y cómo me había portado ahora que estaba de nuevo soltero. En fin llegó la hora de que me dijo sabes ya es tarde tenemos que irnos a descansar, voy a tomar una ducha y a dormir mañana te veo. Al saber que iba a ducharse me fui rápido a mi habitación tratando de buscar la manera de espiarla mientras se duchaba, así que ya en mi cuarto me quité mi ropa y me puse unos bóxer y esperé que ella entrara al baño. Cuando escuché el ruido de la ducha me fui a su cuarto a buscar sus pantys para oler su aroma, a pesar que mi hermana era muy reservada, su ropa interior no lo era. Al entrar a su cuarto vi sus pantys y brasier en la cama cogí sus pantys y los olí y pude disfrutar el olor a hembra de mi hermana, Inmediatamente mi polla se puso dura y comencé a tocarme por encima de mis bóxer.

El sentir el olor de las bragas de mi hermana me llevó a chuparlas de la parte donde daba a su coño para tratar de saborear un poco ese coño, estaba excitándome entonces decidí ir al baño donde ella estaba, toqué a la puerta y le dije que si podía entrar a cepillarme los dientes a lo que ella dijo ok, pero rápido porque ya voy a salir de la ducha así que entré al baño con mi polla en todo su esplendor y simulé que cepillaba mis dientes tratando de tardarme para ver si ella salía de la ducha al ver que me tardaba ella me dijo, “rápido que ya quiero salir” a lo que yo le respondí, “sal no hay problema soy tu hermano qué de malo puede haber en eso”, ella me dijo “lo que pasa es que la toalla está afuera y no tengo con qué salir” entonces le dije “no te preocupes yo te la doy” y al mirar donde estaban las toallas miré que había dos y una de ellas era más pequeña que la otra y lógicamente le di la más pequeña y la otra la escondía en el mueble que hay debajo del lavamanos, al verla ella me dijo “no dame la otra” yo sólo le dije “mira nada más estaba esa”, así que no tuvo más que secarse y envolverse con esa, al verla salir mis ojos se clavaron en sus pechos los cuales parecían que iba estallar por la presión que la toalla ejercía sobre ellos.

Así a salir ella y yo estando con mi polla bien dura, me puse de frente a ella para que viera mi bulto que era muy notorio y que ella advirtió de inmediato ya que percibí cómo su mirada se clavó en mi polla, cosa que me animó más para seguir mostrándole mi erección, ella reaccionó cambiando hacia el espejo tratando de disimular lo que había visto y comenzó a cepillar su pelo a lo que yo me ofrecí mientras le dije “déjeme hacerlo a mí mientras tú te pones tus cremas de noche”, ella dijo “está bien”. Entonces me paro detrás de ella y comencé acariciar su pelo y cepillarlo a la vez de vez en cuando hablaba tras su oído y rozando por momentos mi verga en su trasero cosa que ella sentía porque se ponía un poco nerviosa y trataba de retirarse pero yo la tenía por su pelo así estuvimos por un rato hasta que dije ¡viva! noté que a través de la toalla sus pezones se marcaban, el hecho de imaginar que debajo de esa toalla no llevaba nada hacía que mi polla su pusiera más y más dura hasta que de pronto ella dijo “”déjame me voy a mi cuarto” al mirar sus cara vi que tenía sus mejillas ruborizadas, se había excitado en esos momentos… así que se fue a dormir durante el trascurso de la semana yo traté de hablar más con ella y cada vez que podía me mostraba en bóxer para que ella viera mi paquete cosa que conseguía pero ella miraba un momento y después distraía su mirada en otra cosa, yo por mi parte seguía aspirando y saboreando sus pantys

La cosa iba funcionando bien, de momento. Los días pasaban y mi hermana me miraba de otra manera. A veces, cuando estábamos solos sentados en el sofá yo le colocaba mi brazo sobre sus hombros y ella apoyaba su cabeza en el mio. Con el paso del tiempo, ella se paseaba en casa en ropa interior, dejándome deleitarme con su cuerpo semidesnudo, pues se le notaban los vellos del coño a traves de las braguitas y sus pezones por el sujetador.

Y llegó el día deseado. Mis padres dijeron que irían a visitar a mi abuela a lo que mi hermana dijo que no podía ir pues tenía algo de trabajo que hacer. Pensé ésta es mi oportunidad de avanzar un poco más con ella, así que les dije a mis padres que yo me quedaba con ella por si se le ofrecía alguna cosa, a lo que ellos aceptaron, así que comencé a planear la estrategia.

Mientras ella estaba enfrascada en sus cosas, yo fui a mi habitación y me desnudé, quedándome solo con el bóxer. Me toqué un poco, para que mi polla se pusiera dura y se notara el bulto en mi entrepierna. Saló de mi habitación y me dirigí al salón donde estaba mi hermana, leyendo unos apuntes de su trabajo. Cuando levantó la cabeza, miró directamente a mi entrepierna. Yo me acerqué a ella y me quedé fijamente mirándole las tetas, que sobresalían del sujetador, pues estaba en ropa interior.

Me senté a su lado y coloqué mi mano en su muslo desnudo. No opuso resistencia, por lo que comencé a subir mi mano, hasta llegar a su entrepierna. Me quedé parado, con mi mano casi tocando su coño. Su reacción fue separar las piernas y echarse hacia atrás, apoyándose en el respaldo del sofá. No lo pensé, pasé mi mano sobre su coño por encima de las braguitas, mientras que con la otra me apoderaba de una de sus tetas. Mi hermana se dejaba hacer. Después de un rato tocando su coño, separé las bragas y comencé a acariciar sus labios vaginales, mientras bajaba el sujetador y le besaba la teta y mamaba de sus pezones que se ponían duros por momentos. Ya no había marcha atrás, mi hermana agarró mi polla, bajándome el bóxer y comenzando a masturbarme. Un rato después, me puse de pie y me quité el bóxer, quedándome desnudo frente a ella. Mi miró, y sin mediar palabra, se quitó el sujetador y las bragas y se quedó totalmente desnuda. La coloqué de perrito sobre el sofá, le separé las piernas y le introduje mi polla en su coño de una sola vez, soltando un gemido entre malestar y placer. Comencé un suave bombeo, haciéndola gemir, mientras jugaba con sus tetas.

Me dijo de ir a su habitación. Me coloqué boca arriba en su cama y ella se colocó encima de mí, clavándose mi polla en su coño de nuevo, comenzando a cabalgarme como una posesa, mientras yo mamaba sus tetas y agarraba su delicioso culo. Mi polla entraba y salia de su coño, hasta que no pude más y solté varios chorros de lefa en su interior. (No hay problema porque tomaba la píldora anticonceptiva). Ella se tumbó en la cama, mientras de su coño chorreaba mi leche. Cuando se repuso, fue a lavarse y yo tras ella. Una vez en el servicio, cuando se agachó, la agarré de las caderas y se la inserté en el culo, haciendola soltar un grito de dolor, pues era la primera vez. Cuando se acostumbró a mi polla, disfrutamos los dos con la follada anal, corriendonos casi a la vez. 

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Sevilla1972
Sevilla1972
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