Relato porno: loquita por tener dos vergas frente ami
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Bueno, esta semana les quiero contar otra de mis historias memorable. Me costó muchísimo escoger cual porque toda historia tiene algo de memorable ya sea bueno o malo todas se recuerdan, pero opte por contarles la primera vez que estuve en un trio (dos hombres y yo) que también es la primera vez que tuve sexo anal. Tengo que confesar que no ha sido la única vez que estado en uno o en alguna forma de sexo grupal, son extremadamente excitantes.
Era la semana de aniversario del colegio, por lo cual no había clases, solo actividad recreativas. Teníamos mucho tiempo libre y todos estábamos dispersos. Aprovechando esto uno de mis compañeros me empezó a insistir para que le diera la pasada. Él era muy sexy, alto, deportista, simpático y bien dotado. La última vez que habíamos estado juntos la habíamos pasado excelente. Yo no lo pensé dos veces y acepte. Así que le dije que se fuera a nuestra aula de clase y yo iba en unos minutos para que los demás no se dieran cuenta. Cuando llegue cierro la puerta y nos comenzamos a besar, poco a poco nos empezamos a desnudar. Recuerdo haberle quitado la polera y ver pasar mis manos por su torso marcado como todo buen deportista, su respiración agitada por la excitación, su cabello totalmente revuelto por mis manos mientras nos besábamos y por sobretodo sus labios estaban húmedos de tanto besarnos. Recuerdo también estar agitada y preocupada de que alguien nos escuchara, pero a esa altura no había vuelta atrás. Me senté en la mesa del profesor, el me saco la polera y yo le desabroche su pantalón, el me intento sacar el sostén pero no pudo y me lo solté yo, nos reímos un poco para luego continuar. Nos besábamos y acariciábamos como si no hubiera un mañana, el empieza a descender y yo me recuesto en la mesa. Me toma firmemente de la cintura y me desnuda completamente, él se saca todo para también quedar desnudo. Se sube arriba mío y empieza a moverse como si estuviera penetrándome, podía sentir su pene pasando alrededor de mi vagina. Yo le digo que se ponga condón y que no pare, el tenia uno ya preparado en la mesa de al lado. Al momento de la penetración ya estábamos tan excitados que duro mucho, pero fue un tiempo muy satisfactorio.
Al otro día, mi compañero me habla pidiéndome disculpas por lo poco, yo le respondí que no se preocupara que fue poco pero intenso y que lo disfrute a concho lo cual era verdad, y que si le preocupó lo poco le podía dar otra oportunidad al rato porque está ocupada con las actividad de celebración, él se sonrió y se puso rojo, y dijo un ?si? de desahogo. Era media mañana, y le pregunte al oído si quiere pegarse la escapada al aula de nuevo. Él se levantó inmediatamente e hicimos lo mismo del día anterior, él se fue primero y yo lo seguí unos minutos después, pero ninguno de los dos podía imaginar lo que iba pasar. Estábamos en la sala besándonos, yo ya le había sacado la polera y el a mí, cuando abren sorpresivamente la puerta, era otro compañero casi igual de sexy, el pregunta que mierda estaba pasado, yo me tape con la polera. Mientras mi compañero le intentaba inventar una excusa inútil. Yo se la tire y le dije la verdad. Nos empezamos a reír y hacer chiste de esto, yo le pregunte que podía hacer para que no le dijera a nadie lo que había visto, me dijo que si le daba la pasada él no decía nada, yo le dije que no que era mucho, el me respondió que le diera una buena chupa, yo acepte pensando que ya no tenía otra alternativa, mi otro compañero se sumó a la fiesta. Ellos se sentaron en la mesa del profesor y se abrieron el pantalón y sacaron toda su dote, los empecé a masturbar y sus penes empezaron a crecer, la de mi primer compañero era un poco más larga, pero la otra era un poco más gruesa. Yo no podía creer lo que iba hacer, tenía un poco de miedo nunca había tenido dos penes enfrente mío, pero a la vez también me excitaba, me sentía como una estrella porno, y eso me gustaba. Cuando estaban bien erectos se los empecé a chupar, mientras se lo chupaba a uno masturbaba al otro y luego cambiaba, cierto momento ellos se levantaron y yo de rodilla, sin polera y muy excitada, empezaron a meter sus dos penes en mi boca a la vez, a veces me producían arcadas de tan adentro que los metían, pero eso no importaba, estaba como loca. Ellos se dieron cuentan de que esto me gustaba y empezaron a tocarme, mi segundo compañero me soltó el sostén, ambos me tocaban mis pechos mientras yo seguía chupándoles el pene, en ese momento, decidí llegar hasta el final para ver si eso podía detener el calor que sentía adentro mío. Me detuve y me pare, nos comenzamos a besar, ellos se dieron cuenta de que esto no iba a terminar solo con un sexo oral, se sacaron las poleras mientras nos besamos, mi primer compañero metió su mano en mi pantalón y empezó a masturbarme, mientras el otro me besaba y lamia mis senos, yo seguía masturbándolos, en ese momento tuve un orgasmo que me hizo dar un gemido, pero eso no era suficiente seguía sintiendo ese calor adentro mío. Yo les dije que se pusieran un condón, ellos se desnudaron completamente y fueron a buscar condones. Yo me termine de desnudar y me subí a la mesa del profesor, mi expectativa era que uno me penetrara y yo le chupaba el pene al otro hasta que él me estaba penetrando terminara e hicieran cambio, eso pensé yo. La verdad es que partimos así, mi primer compañero me penetraba, mientras yo le chupaba al otro, yo ya no daba más de placer, sentir un buen pene en mi vagina y otro en mi boca, yo recuerdo que intentaba contenerme y no gemir, pero no fácil contener tanto placer, lo que si ayudaba era el pene en la boca que evitaba que mis gritos se escucharan, así continuamos por varios minutos hasta que mi primer compañero me levanta de la mesa y él se acuesta en la mesa. Mi segundo compañero se aprovecha y se va para atrás, me abre el culo y empieza a lamerlo y a meter dedos en él, yo en ese momento tuvo otro orgasmo y ya no podía contener mis gemidos, estaba rendida de tanto placer y solo podía rogar que nadie los escuchara. Me dejo de lamer y saca sus dedos, siento que se sube a la mesa y empieza a mover su pene alrededor de mi ano hasta que penetro, al principio me lo metía y sacaba, hasta que entró completamente, y los dos me empezaron a dar más duro. Recuerdo que nunca me habían hecho gemir de esa forma hasta el momento, continuamos así por otros minutos. Tuve que pedir que paráramos porque pensé que podíamos romper la mesa, y nos fuimos al suelo, ellos aprovecharon a cambiarse, y el que me daba por la vagina me empezó a dar por el ano y el otro me lo metió por la vagina. Ellos comenzaron a darme con todo, yo gemía de placer como una loca, sentir esos dos penes moverse dentro mío, me penetraban a destiempo, era una sensación única, gemía y gemía como nunca había imaginado que se podía, en un momento creí que mi cuerpo no soportaría tanto placer y que me desmayaría. El calor dentro mío se acumulaba con cada momento, con cada penetrada de ellos. Hasta que no di más, y ese calor que ya era como un volcán que surgía dentro mío, estallo como y solté un gemido que hizo que mis compañeros pararan, yo les grite que no pararan, que terminaran. Tardaron unos minutos hasta que eso pasó. Primero termino el que estaba el culo, mientras yo le chupaba el pico a mi compañero para limpiárselo el que estaba en mi vagina termino. También se lo chupe para límpiaselo. Me limpie un poco y corrí al baño para limpiarme bien, y sacarme el olor a sexo que tenía, las piernas me temblaban después de todo lo que pasó.
Cuando volví a la sala mis compañeros estaban hablando y riéndose de lo que pasó. Yo me termine de vestir, mientras ellos me preguntaban si lo volveríamos a hacer, yo les dije riéndome que si pero que me dejaran reponerme, porque no me podía ni sentar después de esa penetrada anal. ellos se rieron y aceptaron. Los días siguientes me preguntaba si ya me había repuesto yo les decía que no hasta el último día de celebración, esa mañana los busque yo para decirles que me había repuesto, y que los esperaba en los camerinos, pero esta vez ya sabía lo que iba a venir y estaba preparada para que me dieran con todo de nuevo, y eso fue lo que pasó. Terminó la semana de aniversario del colegio, pero no mis sesiones de placer, las cual cambiamos a la casa de uno de ellos. Continuamos así por los próximos meses, una a tres veces por semana nos juntábamos hasta que yo encontré mi primer amor.
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