Regalo de cumpleaños su propio hermano
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En mi relato anterior les conté de mí y de mi marido Juan y acerca de nuestra vida sexual, es importante que lo lean ates de seguir sino les contara entender de qué se trata. Bueno, como les decía con mi marido Juan disfrutábamos de una vida sexual bastante rica y sin inhibiciones, hacíamos el amor casi todos los días, salvo obviamente cuando yo estaba en esos días, allí era Juan el que disfrutaba de las buenas mamadas que yo se hacer y que tanto me gustan.
Juan me comento que estaba preocupado por su hermano, que al parecer se iba a separar de María su esposa, que pese a sus ruegos ella nunca se lo había chupado y que seguía tan estrecha como siempre en la cama. Me pidió que tratara de hablar con ella y enseñarle algunas cosas para que fuera más cariñosa con José. Lo hice pero fue en vano, el sexo para ella sólo para la procreación y nada más. Ellos se separaron hace un año, una semana antes del cumpleaños de mi marido y su hermano (recuerden que son gemelos). Ella se quedo en el departamento así que José se fue a vivir con nosotros.
Al principio fue incomodo pues no me atrevía a gritar durante el sexo ni a andar desnuda en mi casa, no me sentía cómoda pese a lo mucho que estimaba a José. Conversé con Juan y él me dijo que no me preocupara, que eso duraría poco. Que le tenía un regalo a José para su cumpleaños, le presentaría a una mujer que lo volvería loco pero no quiso decirme quien era pese a que emplee mis mejores chupadas para ablandarlo o que le monté una escena de celos, porque quien era esa desconocida que más encima era su amiga y no de su hermano.
Bueno, era viernes en la noche, el sábado era el famoso cumpleaños, yo me encontraba a cuatro patas dándole una chupada maravillosa a Juan, el ya me había culiado a lo perrito así que estaba satisfecha, sentía mi vagina llena de su lechecita y como escurría por mis piernas, mi culito bien parado se reflejaba en el espejo para Juan, abrí un poco las piernas para que el pudiera disfrutar de la visión de mi vagina mojadita y seguí en lo que me gustaba tanto, pasar mi lengüita por su glande, acariciar sus testículos, sentir como la cabeza se ponía dura y bien caliente, lista para darme mi rica lechecita mientras yo lo miraba a los ojos.
Juan me acaricio la cara con ambas manos, en un gesto tan tierno que me hizo parar, son las doce de la noche, es mi cumpleaños me dijo, lo mire con la mirada más picara que pude y le dije, que quiere mi amor, sabe que soy su perrita y puede pedir lo que quiera. Me levanto la cara y me dio un beso muy apasionado, volvió a tomar mi cara entre sus dos manos y la guió hasta su pene, me lo metí en la boca mientras lo miraba, el con mucho cariño me retuvo así, sin chupárselo, sólo con el dentro de mi boca mientras con ternura me decía, “que maravilloso cumpleaños, con la mujer que amo y con un lindo regalo que no voy a olvidar jamás,…Con la voz un poco más fuerte agregó “Feliz Cumpleaños José, hermanito”.
Sentí que la puerta se abrió suavemente, pensé que José querría abrazar a su hermano y trate de salirme para taparme, Juan me lo impidió con sus manos en mi cara y me dejo así, como perrita, con las tetas colgando, mi boca en su pene y mis piernas abiertas, mi vagina bien mojada y seguramente todavía abierta, la lechecita corriendo por mis piernas, expuesta para que José pudiera disfrutar de una visión que nunca habría tenido con su esposa. Linda la foto porno que se le ocurrió regalarle a su hermano este huevón pensé, pero nada podía hacer, José podría mirarme a su antojo y mi marido me miraba con ojos de cariño y de gozo que habría sido imposible negarme.
José se tomo su tiempo mirándome, “que lindas tetas tiene cuñadita, que culo más rico, y se nota que no es virgen, uff, y esa conchita que rica está, se nota que se la acaban de culiar, y que linda vista tiene por el espejo, Feliz Cumpleaños hermanito”. José se acercó a su hermano y le hizo un gesto cariñoso. Yo allí muy bien gracias, en pelotas, en cuatro patas, chupándole el pico a mi marido, con las piernas abiertas, exhibiendo la concha llena de leche mientras ellos se saludaba de cumpleaños. José me dio un beso en la mejilla mientras me decía “gracias cuñada, esta lista postal no la voy a olvidar nunca” y se dirigió hacia la puerta. Mire a mi marido que tenía esa cara de niño satisfecho que tanto me gusta, me relaje y comencé a lamerlo nuevamente hasta que sentí casi al mismo tiempo, las manos de José acariciando mis tetas desde atrás y su pene penetrándome como si yo fuera su mujer.
Debo haber abierto unos tremendos ojos de sorpresa porque mi marido me acarició la cara mientras me decía; “tranquila perrita, que desde hoy te van a culiar dos hombres”, sentía las manos de mi cuñado en mis tetas y su pico bien dentro mío, me estaba culiando con ganas, sentía sus testículos chocando con mi vagina. José me gritaba “estas muy rica huevona, me encanta culiarte delante de tu marido, te voy a volver a llenar la conchita de leche, que ricas tetas”, mi marido por su parte me decía; “chupa puta, no te gustaba soñar con que te estaban culiando mientras me lo chupabas, prepara la boquita y la conchita porque no te va a caber más leche, ni el culito se va a salvar, te vamos a hacer un sanguchito que vas a gritar de gusto”.
Yo por mi parte tenia la boca llena así que no podía aportar mucho, me limite a disfrutar de la rica culiada que me estaba dando mi cuñado, disfrutar de su leche cuando acabo ruidosamente muy dentro mío, mientras mi marido me llenaba la boca con su leche la que no pude retener debido a mi orgasmo, mientras la leche de mi marido escapaba de mi boca y caía sobre se pene. Sentí que mi cuñado se retiraba de mi y se dejaba caer boca arriba en la cama, succioné un poco del semen de mi marido con mi boca y le di un beso apasionado, te gusto loquito, rico mi amor rico. Volví a bajar hasta los testículos de mi marido y succione toda la lechecita que pude que ya escurría entre sus piernas. Me acerque a mi cuñado con el semen de mi marido en mi boca, el me miraba con un poco de culpabilidad. Lo bese lentamente, hasta que introdujo su lengua en mi boca y yo en la suya, jugamos con esa lechecita entre nuestras lenguas hasta que lo obligue a tragársela toda, le tome la cara entre las manos y mirándolo a lo ojos le dije “me querías culiar huevón, quieres que te lo chupe y terminar en mi boquita, me lo quieres meter por el culo hasta hacerme gritar, yo te voy a enseñar lo que es bueno”.
Me levanté y pude sentir como me corría la lechecita por entre las piernas, me puse sobre el haciendo un 69, prácticamente le metí mi vagina en su boca “la quiero bien limpiecita huevón” mientras me metía su flácido pico en mi boca y trataba de resucitarlo, con mis manitos acariciaba sus testículos y lentamente dirigía mi dedito hasta su ano, sabia de sobra que los hombre reviven casi al instante cuando les meten el dedo en el culo. Lentamente comencé a su lengua lamiendo mi vagina y la leche de mis dos machos, sentí como un dedo se metía en mi vagina y se retiraba húmedo, para volver a introducirse suavemente en mi culito.
No me importaba de cual de los dos era, son buenos hermanos y comparten la misma perrita, yo me dejaba querer, sabía que no pasaría hambre durante mucho tiempo, mi conchita y mi boca tendrían toda la leche que quisieran. Y mi culito, bueno que se le va a hacer, si no hay mas remedio también y mis machos lo quieren también podrían disfrutarlo.
Continuara…
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