Patricia y su nueva vida un desmadre sexual

Me llamo Patricia y tengo 35 años muy bien llevados, y os voy a contar como empezó mi desmadre sexual. Todo empezó en Abril del 2004, llevaba cinco años casada y un par de meses que no me apetecía nada tener relaciones sexuales con mi marido, llegándome a preguntar el si tenia un amante o si ya no lo quería, alo que ciertamente le dije que no pero no sabia que me pasaba que no estaba por la labor. Cierto sábado tenia que ir a la despedida de soltera de una amiga a un pueblo vecino al que yo resido, pues me vestí muy sexy como siempre suelo hacer y salí al evento, al terminar la cena, nos recogió un bus el cual nos llevo a una macro disco de bastante renombre aquí en Valencia.

Una vez allí con el baile y los roces me apeteció tomar un refresco y me dirigí a la barra para pedir algo que me refrescara el cuerpo (siempre sin alcohol pues por poco que sea no me sienta demasiado bien y me mareo con nada). Llegaron dos chicos que me empezaron a piropear y se ofrecieron a pagar mi consumación a lo que me negué ya que soy un poco rarita y normalmente los hubiera largado sin contemplaciones pero no sé por que nos pusimos a charlar.

Poco después pasamos a la pista de baile donde bailando un poco alocadamente ellos intentaban ir restregándose por todo mi cuerpo. Arturo que era uno de ellos dijo si tomábamos una copa a lo que accedí para ver si así dejaban de sobarme con tanto disimulo. No sé que pidieron pero era muy dulce y pregunte si llevaba alcohol y me contesto que no.

Pasamos a otra pista de baile donde el ambiente era más oscuro y la música más tranquila, German el otro me dijo si bailamos a lo que le dije que si, empezamos a bailar y me empecé a sentir un poco mal, como mareada, me pareció que iba a caer y me apoye en sus hombros a lo que el aprovecho para poner sus manos en mis glúteos y presionar mi cuerpo contra su miembro, intente reaccionar echándome hacia atrás pero Arturo se había colocado detrás de mi y me presiono con su cuerpo hacia German quedando emparedada entre lo dos que aprovecharon para besarme en la nuca y manosearme los senos el culo e incluso mi almeja por encima de mi pantalón. En ese momento no sabia que hacer iba a salir corriendo cuando pudiese pero se me vino a la cabeza la pregunta que siempre me hacia mi marido cuando estábamos follando: “¿No te gustaría probar a otro hombre?”. Debido a que sabe que el fue el primero y único con el que he hecho el amor, ya que antes de el solo me había pegado algún morreo y sobadas de tetas con un par de chicos con los que había salido.

Ya me quede un poco perdida no sé si por eso, o de lo caliente que me estaban poniendo estos dos granujas. Entre sus magreos y tirones me encontré en la salida de la disco sin darme cuenta. Me llevaron al Bus en que ellos habían venido, nos colocamos atrás del todo y empezamos como locos a echarnos mano, sobre todo ellos que me dejaron desnuda en unos instantes.

Me ofrecieron sus pollas las que chupe con la mayor energía que nunca, me lamieron los pechos y mi coño, donde ya tuve mi primer orgasmo, uno de ellos me levanto las piernas y me la empezó a introducir en mi almeja, y el otro hablaba con el móvil cosa que me pareció raro pero que tenia su explicación. Así estuvimos en plena orgía cuando llegaron dos chicos mas, uno que al parecer era el novio de la despedida de soltero de ellos y un morenito de unos 28 años. German dijo:

– Aquí tienes tu regalo de despedida, follate a esta putita que hemos traído para ti.

Este no me hizo esperar y me introdujo su polla en la boca cuando desde la parte de adelante se escucho:

– Apartaros niñatos que esta zorra se va a enterar lo que es un hombre.

El tipo en cuestión era el chofer del bus que había estado en la parte de adelante a la expectativa durante todo el tiempo, en ese momento el chico al que se la estaba chupando se corrió en mi boca y me trague su liquido, era la primera vez ya que a mi esposo nunca le permití que se vaciara en mi boca. Este tío me tumbo a lo perro y tiro un escupitajo en mi virgen culito y empezó a empujar ya que yo sufrí bastante dolor pero el no desistía hasta que lo consiguió y poco después el dolor paso a ser placer que hizo que me corriese otra vez, note como cogía mayor tamaño y seguidamente correr su semen por dentro de mi canal anal. Estaban todos frente a mí con sus pollas fuera no sabia cual ojear cual chupar cuando el negrito saco su armamento que casi me hace desmayar al verlo, madre de dios. Por lo menos tenia que medir 25 cm. y 6 de diámetro, me coloco la punta en la entrada de mi caverna y poco a poco fue empujando, cuando dio la sacudida final tocaron sus huevos en mi culo y me volvía correr poco después me hizo dar la vuelta pues decía que me iba a reventar el culo, esto me dio mucho miedo pero no me pude resistir.

El fue introduciendo poco a poco su nabo hasta la mitad y yo reventaba del ardor que me daba en mis paredes anales, de golpe a porrazo empujo fuerte y di un grito de dolor que debió oírse en toda la zona, empezó el va y ven pero el dolor pasaba a ser placer cuando volví a tener otro orgasmo, ya no se los que tuve. El negro empezó mas fuerte y note otra vez chorros de liquido en mis entrañas. Ahora estaban todos pajeándose y tirandome todo el semen por encima. El chofer me dio una toalla y me dijo límpiate perra. Así lo hice y me disponía a irme con la cabeza baja y el culo destrozado cuando el chofer dijo: “Toma puta te lo has ganado” dando 60Euros. Ya en el bus de vuelta a casa iba destrozada, no me pude poner mi tanguita por que el culo me ardía, y para colmo en otro asiento iba una chica que no conocía que en voz baja me decía;

– Puta, golfa pendón y tu marido en casa el pobre.

Llegue a casa a las 8 AM y mi marido que ya se había levantado me pregunto:

– ¿Qué tal la noche?

Respondiéndole:

– Ya has conseguido lo que querías.

– ¿El que?

– Ya eres un cornudo – me fui a duchar y me acosté.

Estuvo 14 días intentando que le contara mi experiencia pero nunca lo he hecho. Ha vuelto a nacer mi apetito sexual y ahora lo hacemos más a menudo, pero ya os contare mis siguientes salidas que tengo bastantes.