Mi tío se coge a mi madre

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Mi madre organizó que disfrutaramos de unos días en la playa, rentó una casa con piscina, con salida al mar, además llevó suficientes alimentos, cervezas, refrescos y todo lo que se fuera a necesitar. Iba mi tío, hermano de mí papá, que recientemente se había separado de su esposa. Querían que se divirtiera, sí que se divirtió, gozó del paseo y de mi mamá.

Muchas veces lo había sorprendido mirándole el culo a mamá. Al verse descubierto, solo me guiñaba el ojo el muy cabrón. La verdad es que mamá tiene unos senos bastante grandes, unas nalgas hermosas, que hasta a mí se me antojaban besar.

Tengo 20 años y muchas veces me he masturbado pensando en los senos y nalgas de mi madre, además de olerle sus calzoncitos sucios y en otras ocasiones me envuelvo el pene donde pone su panochita, hasta venirme bien rico.

Mi padre trabaja para una empresa donde es gerente y ocurrió un problema que provocó que tuviera que regresar a la ciudad, por lo que le encargó a su hermano Roberto, que así se llama mi tío, para que nos hiciera compañía a mi mamá y a mí mientras él regresaba.

Mi tío apenas disimuló que mi padre le estaba poniendo en bandeja de plata a la culona de mamá. Una vez que papá se fue, vi que mi tío y mamá intercambiaron miradas, por lo que empecé a sospechar que podrían tener algún romance, sobre todo porque mi tío tiene fama de ser un Don Juan (mujeriego) y al parecer esa fue una de las causas por las que lo dejó mi tía que, también, se supo, le puso los cuernos a manera de pagarle con la misma moneda.

No estaba equivocado, esa noche dieron rienda suelta a su pasión, aprovechó para coger a mamá, sin importarle que dormía en la habitación de al lado y podría escucharlos cuando gemían de placer, sobre todo porque mamá es gritona. Dieron rienda suelta a sus amoríos. En ese entonces mi padre tenía 50 años, mi madre era bastante más joven, apenas rondaba en los 40 años, pero él se veía más grande de edad y vivía todo el tiempo estresado por la excesiva carga de trabajo.

Desde que era un chico empecé a comprender que todos esos ruidos y quejas de mi mamá no eran otra cosa que gemidos cuando cogía con mi papá. Al principio me asustaba, pero desde que los vi y supe lo que hacían, me gustaba oírlos, de por sí mi madre era bien escandalosa, pero conforme fue pasando el tiempo se fueron espaciando sus encuentros sexuales, porque papá fue adquiriendo mayor responsabilidad en la empresa en la que trabaja, igual mamá tenía un empleo que le absorbía bastante tiempo. Comenzaron a hacer el amor muy esporádicamente, aunque creo que mamá sí lo hacía con sus amantes ocasionales, al grado que se enredó con mi tío, quizá porque papá dejó de tocarla

A pesar de ser de baja estatura tenía culo duro, levantado y respingón, bonita cintura y tetas redondas, con unos pezones hermosos, sobre todo cuando estaban erectos, piernas fuertes y torneadas, labios carnosos. Los pezones se los admiraba cuando se ponía bañador en la alberca o cuando se levantaba de dormir por las mañanas y amenazaban con romper la tela.

Los cuatro días que mi padre estuvo en la ciudad arreglando sus asuntos de trabajo, mi tío y mi madre no dormían, se la pasaban cogiendo, sin importarles que los escuchara, no me quedaba más que hacerme unas ricas pajas a salud de los amantes, a quienes les daba igual que supiera que se la habían pasado encerrados en el cuarto. Varias veces que me levanté por la mañana los encontré cogiendo en el sofá de la sala, mi madre no se preocupaba porque podría llegar y verlos, no eran nada discretos.

Una mañana al salir de mi cuarto, mi madre estaba de cuatro patas y mi tío le estaba dando por el culo, aproveché para tomarles fotos y videos. Margarita, que así se llama mi madre, le pedía que le diera más fuerte y a los pocos segundos empezó a gemir porque estaba teniendo un orgasmo y le decía a mi tío que disfrutaba que la enculara. Una vez que mi madre se repuso, se salió de la enorme estaca y empezó a mamarla, hasta que mi tío comenzó a eyacular en su boca y se lo tragó.

Regresé a mi recámara, los dejé que siguieran cogiendo. Seguramente no les importaba que les reclamara lo que hacían, desconozco qué era lo que pensaban o quizá no pensaban porque era mucha su calentura. Una vez que dejaron de coger, mi madre se bañó y comenzó a cocinar, me llamó para que acudiera a desayunar. Estaba radiante, se miraba que había disfrutado del sexo con su amante.

Cuando mi padre regresó, todo volvió a la normalidad, aunque por las tres noches que faltaban para regresarnos a casa, ella se salía para ir a coger con mi tío, comprendí que desde hace tiempo eran amantes, porque lamentablemente papá por su excesiva carga de trabajo y estrés ni siquiera se cogía a mamá, en parte la entendí, porque era una mujer aún joven que deseaba ser cogida por todos sus agujeros.

Después de los días de descanso y orgía de mi madre con mi tío, regresamos a casa, a pesar de haberme masturbado infinidad de veces, traía una calentura enorme, deseaba cogerme a mi bella madre, quería disfrutarla como lo hacía mi tío, porque llegué a la conclusión que no era posible que yo no probara a ese mujerón con bellas tetas y culo hermoso.

Para no aburrirlos, eso se los contaré en otro relato.

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