Mi mujer Elsita se deja besar el ano
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Mi mujer, Elsita, hace poco tuvo su primera aventura con otro hombre y realmente disfrutó muchísimo; desde ese día esta siempre caliente pensando cuando yo le armaré otro triángulo en donde ella pueda ofrecer su culo; desde que probó lo que es ser culeada por su ano, sueña con repetirlo. Su compañero de trabajo Stuart fue el que se la metió por atrás por primera vez, estando los tres juntos en la cama.
Hace unas dos semanas, le mencioné a Elsita que me interesaba comprar una casa en Orlando como inversión y que el comisionista de propiedades deseaba mostrarme la propiedad el sábado; lo hablamos y Elsita pensó que sería bueno que viajemos en automóvil los dos y porqué no invitarlo a Stuart a que venga para tener otra opinión sobre la casa. Yo llamé al comisionista Carlos y lo programamos para el sábado temprano, 6 de la mañana para llegar a destino a las 9. Carlos es un panameño de aproximadamente 35 años y apareció en casa con su socio Eric, también de Panamá originalmente aunque ambos residen en EEUU; no menciono de que ciudad partimos para resguardar algo de privacidad sobre el tema.
Al llegar a casa, Stuart ya estaba con nosotros y los cinco partimos en mi automóvil hacia Orlando. Carlos y Eric vestían de traje muy formales, yo y Stuart no y Elsita usaba una minifalda con tajos a los costados que mostraba bien sus piernas fuertes y esa cola que tiene que atrae demasiadas miradas por donde camine; Elsita es muy simpática y se sentó adelante conmigo y los otros tres atrás. Charlamos de todo un poco y tanto Carlos como Eric no se perdían mirarle las piernas a mi señora ya que su minifalda se le subía bastante al sentarse. Hablamos de todo, de la casa, de inversiones, de nuestros planes y a una hora de estar manejando yo paré para que tomemos algo; al regresar al automóvil Elsita propuso sentarse atrás para que yo y Stuart hablemos de negocios; yo no le di importancia y así partimos. Elsita atrás, en el medio, entre Carlos y Eric. A los pocos minutos los escuchaba divirtiéndose atrás y por el espejo veía que Elsita la pasaba bien; Carlos contaba chistes y todos se reían; entonces, repentinamente, Elsita se arrodilló en el asiento trasero y se inclinó hacia adelante para hablarme y de inmediato yo sabía lo que Carlos y Eric veían: toda la cola de mi mujer casi en sus caras.
Sentí que Elsita se calentaba y mirando por el espejo podía ver que Carlos le daba besitos “atrás”, en las nalgas y Eric le manoseaba la cola, ambos sabían que yo veía pero no sentían objeción. Yo seguía manejando y ahora Carlos enterró toda su cara en la cola de mi mujer. Como Elsita no tenía ropa interior, Carlos tenía un manjar servido: Elsita se cuida mucho su almejita (afeitada) y su ano marroncito es un espectáculo para ver, oscurito y muy grande en diámetro pero al mismo tiempo bien cerradito. Desde que Stuart se lo clavó, Elsita siempre lleva vaselina en la cartera. Ahora escuchábamos un chuponeo increíble atrás y Elsita inclinada hacia adelante entre ambos asientos y disfrutando de esa lengua maravillosa. El ruido era Carlos mamándole toda la raya de la cola a mi mujer, metiéndole la lengua desde el culo hasta la almejita y calentándola tanto que me costaba manejar por lo caliente que me ponía; Stuart no se encontraba sorprendido y simplemente se daba vuelta y miraba como Elsita apartaba las piernas para ofrecerle un ano bien abierto a la lengua de Carlos y al manoseo de Eric. Era una escena difícil de absorber y todavía faltaba más de una hora para llegar a destino.
Después de unos 15 minutos de sentir que Carlos le chuponeaba la cola mientras Elsita gemía y la movía de arriba hacia abajo, Carlos le dijo en voz baja que le estaba preparando lo que quería; a los pocos minutos le pidió a mi señora que se siente encima de el y yo sabía lo que la esperaba. Elsita lo complació y se sentó en cámara lenta sobre el palo de Carlos, con la carne de Carlos a la entrada del ano de Elsita que ya le había pasado la vaselina antes a Carlos. Elsita no se sentaba pero su propio peso la fue bajando. A los 5 o 10 segundos Elsita pegó un ligero grito y se ve que Carlos la tenía ensartada hasta el fondo de su precioso culo. Ahí, Elsita frenéticamente comenzó a subir y bajar mientras se metía ese palo una y otra vez hasta lo más profundo, gemía y hasta lloriqueaba pero continuaba el sube y baja como queriendo devorar con su ano ese pedazo de carne. Carlos no hablaba, simplemente disfrutaba, Eric y Stuart miraban y yo aún manejando. Realmente fue una cosa de locos ver como Carlos poseía su cola enfrente de todos nosotros y como Elsita disfrutaba de exhibirse enfrente de nosotros.
En menos de 10 minutos todo terminó y Carlos no podía más; luego Elsita se corrió y le ofreció la cola a Eric; como Eric era algo tímido, al principio solo le besaba las nalgas pero pronto se metió de lleno en su cola y saboreaba ese ano algo chorreado de mi mujer. También se la clavó mientras Carlos le chupaba las tetas y le manoseaba lo que podía. Stuart nunca se metió porque sabía que podía tener a mi mujer cuando lo deseaba. Luego paré a echarle gasolina al automóvil y todos nos bajamos; Carlos y Eric no sabían como mirarme aunque sabían que yo estaba de acuerdo con todo; hablaban algo nerviosos mientras mi señora fue al baño. Luego llegó Elsita, se subió adelante conmigo y continuamos el viaje. Carlos propuso que se siente con ellos pero Elsita se durmió adelante.
Llegamos a destino y era como si nada; Carlos buscaba contacto pero Elsita ya estaba satisfecha con la culeada y no quería más. En ese viaje no llegamos a comprar la casa, ellos se quedaron en Orlando y nosotros tres volvimos. Fue raro ver como mi propia mujer les daba todo a desconocidos, su cola, su ano, todo su cuerpo etc y sin embargo más adelante no quería más. Mi conclusión personal es que mi mujer no es muy puta sino que a veces tiene una necesidad fuerte de exhibirse y ofrecer su cola, sabiendo que yo participo pasivamente pero que estoy ahí. Lo que sí, luego por la noche en casa, me contó que el miembro de Carlos era exquisito porque era muy largo pero no muy grueso, ideal para su ano; el de Eric era parecido pero corto, así que no tuvo mucho dolor. No creo que se repita esto con ellos pero quien sabe con otros. Stuart también disfrutó de verla culeando aunque el sabe que la puede tener por el ano cualquier día que lo invitemos a casa.
Carlos me llamó al día siguiente y me agradeció el haberle dado semejante placer; me dijo que Elsita era una mujer preciosa y que si íbamos a ver más casas le encantaría que venga con nosotros. Yo le expliqué que Elsita la pasó muy bien, que le encantó ser ensartada por él y Eric y que consideraría una mini-orgía en casa en el futuro.
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