Mi hermano cachondo me rompió el culo 1

📋 Lecturas: ️
⏰ Tiempo estimado de lectura: min.

Mi hermano me rompió el culo.

Antes que nada debo aclarar lo siguiente: Anteriormente publiqué una serie de relatos titulada: Georgina toda una vida de travestismo, durante el tiempo que publiqué esos relatos recibí muchos mensajes de algunos lectores, entre ellos uno de un chico travesti de closet que me decía que le gustaron mucho mis relatos y mi estilo de escritura… Me pidió que escribiera su historia lo cual acepté y éste es el primer capítulo de la historia de mi querida nueva amiga. Espero que te guste querido lector y gracias por tu confianza amiguita.

MI HERMANO ME DESCUBRIÓ VESTIDO DE MUJER Y ME QUITA LA VIRGINIDAD.

Me llamo José pero cuando me visto de niña me llaman Mónica, pues ése fue el nombre que me puso mi hermano el día que me cogió por primera vez y me rompió el culo.

El es el mayor de nosotros, le sigue mi hermana Susana, después sigo yo y por último mi hermana Margarita quien es la menor. Físicamente somos morenos claros, mi hermano y mi hermana menor son altos como mi padre; Susana y yo somos de baja estatura como mi mamá. De mi madre heredé un trasero prominente y por ser delgado mis nalgas se ven más abultadas.

Alrededor de los 9 años y sin motivo aparente comencé a sentir atracción por la ropa de mujer, al principio sólo eran las pantaletas de mis hermanas… un día que estaba solo jugando en el patio trasero sentí un deseo urgente y retiré del tendedero una pantaleta de mi hermana Susana y sin pensarlo me fuí al cuarto de servicio que había al fondo del patio; entré al cuarto vigilando que no me vieran y después de cerrar la puerta por dentro me quité el pantalón y mi calzón.

Temblando de nervios me puse la pantaleta disfrutando de la suavidad de la tela… me gustaban más las pantaletas de mi mamá pero eran muy grandes para mí ya que mi madre es muy nalgona y así comenzó todo me sentí tan a gusto usando pantaletas que aprovechaba cualquier oportunidad para repetirlo.

Después de unos meses ya no me conformaba con las pantaletas y comencé a ponerme los brassieres y faldas de mis hermanas, el cuarto de servicio tenía un baño y dentro había un espejo de cuerpo entero pegado en una pared; me pasaba mucho tiempo viendo mi imagen en el espejo luciendo la ropa de mis hermanas; el cuarto de servicio era utilizado para guardar todos los cachivaches y cosas que ya no se usaban en casa y encontré unas cajas llenas de ropa de toda la familia que ya no usábamos.

Por suerte había zapatos viejos de mi mamá y mis hermanas así que busqué los que más me gustaron y me exhibía ante el espejo completamente vestido de mujer, al principio no me excitaba sexualmente sólo lo hacía por que me sentía bien, también sabía que debía evitar que alguien me viera vestido así pues estaba seguro de que mi papá me golpearía si se enterase.

Después de un año cuando yo había cumplido los 10 ya me había acostumbrado a caminar con zapatillas de tacón alto, había urgado en las cajas separando la ropa y zapatillas que más me gustaban y los oculté en un ropero viejo que había en el cuarto. Como ya había pasado más de un año y nadie se daba cuenta de lo que yo hacía comencé a maquillarme y después de practicar tanto llegué a hacerlo muy bien. Me hubiera gustado pintar mis uñas pero era muy difícil quitar el esmalte me pintaba con plumones para simular esmalte de uñas.

De mi hermano no tenía que preocuparme ya que por la diferencia de edades casi no me pelaba pues el es 4 años mayor que yo… más que su hermano me consideraba un estorbo además desde que llegaba de la escuela se salía a la calle para jugar con sus amigos, incluso mi papá trató de unirnos inscribiendonos en el equipo de fútbol de la colonia y durante casi un año asistimos juntos a los entrenamientos, pero mí hermano no tardó mucho en meterse en problemas debido a que era muy brabucón y abusivo con nuestros compañeros más pequeños, por ése motivo el entrenador la tomó contra nosotros dos pues al ser hermanos el señor creía que los dos éramos igual de peleoneros… Siempre que mi hermano hacía algo malo el entrenador nos regañaba a los dos después de regañarnos siempre nos decía: los tengo bien vigilados cabrones, tengo sus caras bien grabadas, total que después de año y medio el entrenador nos expulsó del equipo por culpa de mi hermano.

Mi hermano decía que un día iba a madrear al señor por habernos expulsado, pero yo sabía que mi hermano le tenía miedo al entrenador porque el señor era muy alto y corpulento además por el ejercicio tenía una musculatura impresionante que resaltaba por que además era negro… A mi me gustaba el entrenador porque además de tener un cuerpazo era un negro muy guapo. En cuanto a mis hermanas casi siempre estaban en casa de alguna de sus amigas. Para disimular un poco me vestía de niña una o dos horas y después me ponía mi ropa de hombre y salía a jugar con mis amigos para que mis padres no sospecharan por mi ausencia, siempre salía por el fondo del patio aprovechando que la barda era muy baja y los terrenos de atrás estaban vacíos. Cuando llegaba al parque cercano me reunía con mis amigos y jugaba con ellos como un chico más hasta que a las 8 de la noche tenía que regresar a casa. Aunque a veces regresaba en compañía de mi hermano él casi no me hablaba más que sólo lo necesario.

El suceso que desencadenó mi despertar al sexo fué que el grupo de amigos de mi hermano comenzaron a llevar revistas pornográficas, ellos no se juntaban con nosotros pero uno de mis amigos tenía un hermano mayor que era del grupo de mi hermano y de alguna manera le robó varias revistas a su hermano y las llevó a nuestra pandilla… Lógicamente nos excitaba sexualmente ver las fotos; mis amigos se identificaron con los hombres de las fotos, pero yo me imaginé que yo era una de las mujeres mientras les metían la verga por todos sus agujeros.

A partir de ese día tratamos de conseguir más revistas y los dos chicos mayores de nuestro grupo nos enseñaron a masturbarnos, por primera vez tuve una erección… Pero me excitaba más ver las vergas paradas de mis amigos que las fotos, comencé a imaginar que alguno de mis amigos me cogía estando vestido de mujer, sobre todo cuando veía imágenes de sexo anal.

Me excitaba muchísimo ver la cara de gozo de las mujeres mientras recibían esas enormes vergótas por el culo deseaba con toda el alma que alguien me cogiera así, así estuvimos varias semanas siempre igual viendo las revistas y masturbarnos en un lote baldío, creo que durante esas sesiones fue cuando se despertó mi parte femenina… Pues mientras me masturbaba me ponía muy caliente viendo las vergas de mis amigos deseando que alguno me diera por el culo estando yo vestido de mujer para sentir lo mismo que las mujeres de las revistas. Sólo me detenía el temor al rechazo y las burlas.

Después de unos meses yo fingía que me había venido y de inmediato me iba a mi casa, entrando por la barda posterior, me encerraba en el cuarto de servicio y rápidamente me desnudaba para ponerme mis ropas… A veces llegaba tan excitado que me venía mientras me vestía, pero no me importaba pues después me arreglaba completamente y una vez maquillado y vestido comenzaba a acariciar mi hoyito mientras me veía en el espejo hasta que mi verga se ponía dura entonces con calma me masturbaba mientras metía mis dedos en mi cola, era de lo más delicioso.

Esto continuó hasta que cumplí 11 años, para ese entonces era tan fuerte el deseo de que me cogieran que empecé a meter objetos en forma de verga en mi cola mientras me masturbaba delante del espejo me causaba mucho placer mi imagen totalmente maquillado con ropa de mujer y un palo de escoba ensartado en mi culo… Como dije antes mi hermano casi nunca iba al cuarto de servicio pues siempre andaba en la calle con sus amigos, así que yo podía masturbarme el culo tranquilamente.

Cuando descubrí una bolsa llena de medias de mi mamá que había desechado casi me vuelvo loca de gusto, nunca antes me había puesto medias femeninas así que cuando me puse un par por primera vez descubrí la magia de esas prendas tan delicadas y tan sexis, hasta el día de hoy pienso que la prenda femenina que define más a una mujer son las medias de seda transparentes, nunca voy a olvidar la primera vez que me puse medias casi me muero de placer, ése día tuve el mejor orgasmo femenino de mi vida.

Así transcurrió el tiempo, cada día perfeccionaba más mi arreglo, ahora me maquillaba mejor y desafiando los regaños de mis padres dejé crecer mi cabello para peinarme como nena, le robé diademas y moños a mis hermanas para peinarme lo más femenina posible, ahora hasta orinaba sentado… Como mujercita, estaba disfrutando de esa etapa de mi vida.

Cada día perfeccionaba más y más mi transformación en nena, estaba tan contento con mi situación que no ponía atención a la vida y problemas de mi familia, como mi hermano casi no me hablaba no me dí cuenta de que tenía problemas. Sólo me enteré cuando estalló la bronca y mis padres tuvieron que enfrentar la bronca. Pues mi hermano siempre fue el consentido de ellos y mi hermano comenzó a fumar marihuana y mis padres se enteraron porque lo detuvieron junto con sus amigos mientras robaban una casa.

La verdad es que yo estaba tan contento con mi nuevo pasatiempo que me dió igual, para mí fue como si los problemas de mi familia no me importaban… Yo solo vivía para disfrutar de mi travestismo, además mi hermano y yo nunca nos llevamos bien. Perdido en mis puterías creí que los problemas de mi hermano no me afectarían.

Continuará…

En éste primer relato no hubo nada de sexo, pero prometo que a partir de la segunda parte la historia se vuelve más excitante… Espero que te haya gustado Mónica.

Compartir en tus redes!!