Mi hermana, mi tentación
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Después de pasar un día en la piscina del pueblo, chapuzando, entre juegos, risas y tocamientos disimulados por mi parte hacia mi hermana, volvimos a la casa. Nos duchamos y salimos a dar un paseo por el pueblo. Mi hermana llevaba un vestido holgado, de tirantas, con un gran escote, que cuando se agachaba dejaba ver sus tetas grandes, cubiertas por un minúsculo sujetador.
Mi polla estaba a 100. Nos sentamos en un bar a tomar unas tapas y tanto mi hermana como yo nos pasamos con las cervezas. No estábamos borrachos, pero si con el punto tonto, que cualquier chorrada nos hacia reír. Llegamos a la casa y nos sentamos en el sofá. Entre risas y bromas pasaron las 12 de la noche. Decidimos pasar a los cubatas. Mientras se cambiaba, preparé la bebida.
Cuando regresó, vestía un pantalón azul muy ajustado y una camiseta roja, que se le notaban las tetas coronadas por dos deliciosos pezones. Mi polla se puso de nuevo a 100. Se me olvidó el hielo y le dije que si podía traerlo. Mientras se dirigía a la cocina, fui detrás de ella.
Cuando se agachó para coger el hielo que estaba en la parte baja de la nevera, no pude contenerme y agarrándola por la cintura, acerqué mi polla a su culo y comencé a rozarla entre sus nalgas mientras ella movía su culo. La coloqué de bruces sobre la encimera de la cocina, me baje los pantalones y los bóxer, le bajé el pantalón y las braguitas, le separé las nalgas y le introduje mi polla en el culo.
Poco a poco empecé a bombear, mientras jugaba con sus tetas y sus pezones con mis manos, metiéndolas por debajo del blusón y cuando noté que me iba a correr, la saqué y le dije que se colocara de perrito en el suelo, acerqué mi polla a su coño y poco a poco, sin pausa pero sin prisas, la fui metiendo hasta que mis huevos chocaron con su cuerpo.
Esperé unos segundos, y mientras volvía a jugar con mis manos en sus pezones, comencé el bombeo, cada vez más rápido, hasta que cuando iba a correrme, la agarre fuerte de las caderas, atrayéndola hacia mí y empujando hasta el fondo le inundé el coño con mi corrida, (no había problema pues está operada) chorreándole mi corrida por los muslos cuando la saqué.
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