Mi hermana mi amiga y yo un trio ideal
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Al siguiente día al despertarme ella ya estaba en la cocina con mis papas ayudando a hacer el desayuno. Nos miramos con una mirada entre apenada y de anhelo para volverlo a repetir. Después de desayunar no preparamos para irnos a la playa. Mi hermana arreglo a los niños papa y mama subieron su bolsa al carro y nosotras nos fuimos ya con los trajes puestos. Al llegar aun era temprano y casi no habia nadie en la playa por lo cual escogimos dos palapas a la orilla donde casi no pasa gente. Nos empezamos a quitar la ropa para quedarnos en el traje de baño y yo no dejaba de ver a Dora, quería saber como seria su traje de baño de hoy. Se quito las sandalias primero y después se quito los tirantes de los hombros para dejarse caer el vestido a los pies, se hizo a un lado, para coger el vestido y yo me empecé a calentar con lo que vi; ahí estaba otra vez mi “conquista”. Llevaba un traje gris plata tipo short que por detrás le daba casi hasta el nacimiento de sus tremendas nalgas y por delante tenia una parte de una tela transparente tambien en plata y sus hombros le quedaban desnudos asi como toda la espalda.
Mi hermana se puso un azul turquesa muy levantado de los lados que le llegaba hasta la cintura y tambien escotado de la espalda haciendo que por atrás pareciera que traía una tanguita muy pequeña. Arriba no estaba escotado pero la tela era muy delgada y sus tetas con el embarazo le crecieron y se le colgaron un poco se veían un poco vulgares. Dijo que iba a traerles unos panes a los niños y al pasar junto a mi me pregunto; “¿Estuvo bueno anoche?” – yo le conteste que porque y me dice “No te hagas, ¿Esta buenona la Dora?, para agregar; “Hoy me invitan, para que conozcan mi clítoris parado”. Decía esto al mismo tiempo que me mostraba su dedo meñique y lo movía, agregando; “Te va a gustar, no te vas a aguantar las ganas de chuparmelo”. Esto me impacto como un golpe en la cabeza pero me fascino que lo dijera. Esta es la primera vez que escribo a uno de estos sitios pero lo seguiré haciendo, se lo platicare a ella y a mi hermana. Soy una depravada, luego les cuento en como voy con la seducción con mi mama; Quiero hacerla lesbiana.
Mis hermanas y yo siempre nos tuvimos confianza, las tres nos juntábamos para platicas de todo, hasta del tamaño de la verga de mi único hermano. Mi hermano tiene una verga enorme. Yo soy la mayor, me sigue mi hermana Claudia y Katina. Claudia de fue de monja muy joven pero aun la recuerdo noviando y era la que tenia mejor cuerpo. Caderona de tetas y piernas gruesas. Katina y yo somos delgadas de busto pequeño aunque ella tiene mas gruesas las piernas al ser alta se ve delgada. Ella de joven parecía un muchacho y las niñas se le insinuaban, ella siempre ha sido un poco simplona. Un día me sorprendió cuando al salir del baño ella estaba arriba de la cama recargada en la pared con las piernas recogidas y separadas y al salir me dijo; “Mira Marcela”, al voltear lo que vi me sorprendió, ahí estaba mostrándome su clítoris y riéndose muy divertida. ¡Era enorme!, le salía como un pequeño pene. Me le quede mirando mientras le decía; “Lo tienes bien grande, para agregar que era natural, que nosotras asi éramos. Le comente que yo tambien la tenia asi de grande. Recordé que una vez Claudia me dijo que en el convento debía de tener mucho cuidado porque cuando se bañaba alguna veces “Las debilidades de la carne” le hacían que “esa cosa” se le levantara y se le alcanzaba a notar sobre la bata de baño y sus compañeras lo notaban y no dejaban de voltearla a ver. Teniendo este antecedente, viene Katina y me dice eso pues yo me quede deliciosamente sorprendida… esperando.
Nos regresamos al hotel a bañarnos y prepararnos para ir a cenar. Durante la cena parecía como si nada estuviera pasando, platicamos de todo, de los niños, de mi ex, del ex de Dora. Al terminar nos salimos a caminar por la plaza antes de irnos a dormir. Al llegar platicamos un rato todos en la salita y Katina dijo que iría a dormir a los niños, no tardo en volver y casi de inmediato mis papas se fueron a dormir, Dora y yo dijimos que tambien nos queríamos ir a dormir y mi hermana nos dice; “ahorita voy”. Nosotras ya ansiábamos quedarnos solas y Dora me pregunta; “¿Para que nos dijo eso Katina?”, no lo se, le conteste. Pero ya no comentamos nada porque llego mi hermana. No traía las sandalias, tenia los pies desnudos y solo tenia puesta una batita que le daba a la mitad de sus piernas un poco quemadas por el sol, era como un fondo que usa para dormir con unos tirantes de corte recto. Este camisón lo tiene desde antes de casarse y ahora que ya es más grande y que subió de peso le queda un poco apretado. No tenia brasier y se le marcaba a los lados y al frente el elástico de la pantaleta, un elástico muy delgado que evidenciaba una tanga pequeñita. Yo tenia un pantalón de mezclilla y una camiseta larga, el pantalón me lo quite y ya estaba solo con la camiseta pues no me habia puesto brasier. Y ahí yo sin zapatos y en camiseta con un bikini pequeñito que Luis mi ex me habia comprado en Miami, era rojo transparente. Me lo habia puesto para que Dora se calentara al verme con el y mi panocha toda rasurada cuando me la rasuro lo hago todos los dias para que mi puchita este lisita.
Dora ya se habia quitado las sandalias y aun estaba vestida. traía un vestido café tabaco de algodón que hacia que se le notaran sus nalgotas y los pezones. Dijo que se cambiaria y se salió del cuarto para cambiarse en el cuartito de servicio del cual no tardo mucho en regresar. Volvió en una batita suelta color tinto con unos tirantitos que le llegaba a medio muslo y con la ropa que se quito en la mano, note que tambien llevaba su pantaleta… entonces no trae nada, pensé. Dora se subió a la cama y se acostó boca-abajo apoyándose en sus codos dejándonos ver como se le pegaba la tela a su cachondo cuerpo. Casi se le veían las nalgas pero como estaba de frente a nosotras solo le veíamos las piernazas mientras las subía y bajaba como en una danza de seducción. Yo me senté en el colchón recargada en la pared, cruce las piernas y me puse una toalla sobre las piernas. Katina se quedo parada moviéndose de un lado al otro del cuartito luciendo sus piernas. La situación me parecía calentísima y solo esperaba ver quien iniciaba. Discretamente me baje un poco para poder ver mejor a mi hermana, por el movimiento la camiseta se me subió hasta un poco mas arriba del pubis sin dejarme ver las tiritas de mi bikini y con la toalla seguí tapándome mi puchita que empezaba a mojarse. Era una delicia estar viendo a Katina ir de un lado al otro, mirándole por detrás como la tanguita se perdía entre sus nalgas. De pronto voltea y me dice, “Tu lo que quieres es estarme viendo”, y yo, – no es que asi me canso menos de la espalda. Y ella; “no te hagas pendeja, si no te conociera que eres bien caliente” “Vedme bien” – dice – al tiempo que se voltea y se levanta la batita hasta la espalda dejándome ver que tan pequeña es la tanguita y sus enormes nalgas (mide 1.75). Entonces Dora le dice; ”Katina, que buenas nalgas tienes”. A lo que Katina contesta mientras me voltea a ver; “Mira quien lo dice, si no nada mas a Marcela te le antojas”. Yo me quedo sin saber que decir pero deseando que continué con esa platica que a las tres nos esta poniendo súper-calientes.
Aprovecho para estirarme al lado contrario de donde esta Dora a coger un cigarro y la camiseta se me sube dejándome ver el dorso y la tirita del bikini al tiempo que la toalla se hace a un lado la cual ya no acomodo. Dora me voltea a ver y me hace un gesto con la lengua lo cual Katina no ve. Me bajo mas hacia el colchón dejando solo la cabeza recargada en la pared, la camiseta se me sube hasta arriba del ombligo y hago la toalla a un lado quedándome mostrando el bikini y viendo como se me transparenta perfectamente que estoy totalmente rasurada. Doblo las piernas y las empiezo a cerrar y abrir. Dora esta justo en esa dirección, con la cabeza mirando sobre mi panocha. Le pregunto a Dora si no quiere un cigarro y me contesta que ella lo “coge”, se estira para alcanzarlo dejando medio cuerpo en el aire. Apoyándose solo sobre las rodillas, pasando sobre mi. Pone una mano en el piso para sostenerse y extiende el brazo para tomar la cajetilla. Yo aprovecho y con el pretexto de sostenerla le paso una mano por debajo de la batita la cual ya tenia subida y asi como estaba yo le veía estiradas sus gruesas piernas y sus nalgas levantadas por la tensión. Al poner mi mano por debajo de ella le toco sus pechos que estaban colgando y los siento pesados, le aprieto un poco un pezón y noto que Katina esta poniéndose roja pero no dice nada. Se levanta con la cajerilla en la mano y yo le pregunto; ¿Que talla de brasier eres Dora?. Me contesta; ”No soy muy grande pero como estoy bajita me veo muy chichona, 38-C” Y Katina dice; “No pinche Dora, yo creo que eres como 40-C” Y Dora; ”No mira” – levanta los brazos y se quita la batita quedándose en una minitanguita blanca, de unas tiritas delgaditas y por delante un micro triangulito. ¡Estaba tan rasurada como yo!, se veía buenísima. Las tetas que yo ya le habia gozado estaban con los pezones erectos al centro de sus aureolas cafés. Katina le dice; “Ay cabrona, estas bien buenota”. Yo las veía a las dos con ganas de que se me encimaran a mamadas, creo que ya no respiraba bien. En eso me dice Katina; “Y tu Marcela, ¿que talla eres?. Le contesto que tengo las tetas chicas y me dice; “pues a ver, enseña”. Yo me levanto y me quito la camiseta dejándome solo el bikincito rojo transparente. Aunque tengo las tetas pequeñas para mi estatura (1.70) las tengo duras y levantadas y el pezón se me pone bien grande cuando se me para, como de tres centímetros.
Note como Katina estaba rojísima de lo caliente que se habia puesto, los pezones se le querían salir de su batita de algodón. Entonces le digo; “Encuérate tu tambien para verte encuerada y estar las tres igual ándale. Y me dice; “¿para que si ya me vieron las nalgas?” Y Dora le contesta; “yo quiero verte toda, quiero verte en pura tanga y luego te la quitas” Y dice Katina; “pero yo no estoy rasurada y luego ¿porque ustedes no se quitan la tanga?” Y Dora sigue diciéndole; “ándale, no te hagas, déjanos verte que buenota estas”. Katina me voltea a ver sonriendo y me pregunta; “¿si Marcela, si me la quito?” Yo queriendo comérmela con los ojos le sonrió mientras muevo la cabeza para decirle que se la quite. Se abre los botones del frente de uno por uno conocedora del efecto que eso hace en nosotras dejando ver sus tetas pesadas un poco colgadas. Por fin se separa la batita y la deja caer, ya en el suelo dobla una pierna para hacerla a un lado y no puedo dejar de ver que piernas tan bellas tiene mi hermana. Reconozco que ninguna de las tres somos unas modelos de revista, mas bien somos normales: Dora es blanca como de 1.65, siempre ha estado cachondona, piernuda acinturada y de buenas nalgas. Katina es alta, 1.75, es delgada pero tiene unas piernotas esbeltas pero gruesas, tiene cara muy bonita y las tetas le crecieron con los embarazos. Yo mido 1.70, soy delgada y tengo cuerpo como de adolescente de secundaria y creo que tambien el aspecto, mis tetas son pequeñas pero duritas y con unos pezones enormes y unas nalgas pequeñas como de niña. Katina y yo tambien somos muy blancas.
Se queda tan solo con la tanguita que le deja salir sus pelos por arriba. Mi hermana es directora de una escuela de diseño de modas y ha estudiado pasarela por lo cual sabe modelar. Se para erguida frente a nosotras y nos dice; “¿Entonces que, estoy buenona?” para enseguida agregar; “¿les modelo?” Lo que hace al decirle nosotras que si nos modele es que nos aparta un poco y se tira en el colchón, deja una pierna semi-flexionada y la otra la sube resta a la pared mientras echa los brazos atrás de su cabeza. ¡Yo no podía creer tanta excitación! Enseguida se voltea y queda bocabajo levantando los pies moviéndolos coquetamente y apoyándose con los codos y voltea a vernos diciendo; “¿La hago para entrar al club?”. Dora le dice; “Pinche Katina nunca imagine que te pudieras ver tan puta, y estas bien buenota”, ¡ve nada mas que piernotas y que chichotas tienes!. Yo estaba parada recargada en la pared pasándome suavemente mi mano por mi puchita y Katina me dice; “Eh, déjese ahí” Yo le contesto – Si estas bien buenota Katina, hasta a mi te me antojas. Y ella ya bien metida en el juego me contesta; “y crees que tu a mi no” Se vuele a voltear para quedar acostada boca-arriba viéndonos y no dice; “Ahora les toca quitarse sus calzoncitos”. “Ya me vieron en mi tanguita, ahora yo las quiero ver encueradas con sus colas peladas” “Si quieren yo se las quito”, agrega Dora ya calentísima le dice; “ándale pues quítamela”
Katina le contesta; “ven pues” Se hinca en el colchón mientras Dora se acerca y Katina le coge la tanga por los lados y se la empieza a bajársela deslizándole las manos primero por sus caderas y luego por sus piernotas hasta que llega al piso, Dora se la saca con un pie y la hace a un lado. Luego me dice; “Ven Marcela, ahora deja quitártela a ti” Me acerco y a la pasada Dora se me pega muy suavemente de lado haciéndome sentir su humedad en mi pierna.
Al quedar parada frente a Katina ella sube las manos hasta la altura de mi chichis y sin tocarlas empieza su recorrido muy lento hasta mi calzoncito todo mojado por mi sudor y por los jugos de mi panocha. Empieza a bajarme mi tanguita igual que a Dora, muy lentamente acariciándome las piernas. Lo deja en el piso y yo lo hago a un lado con un pie. Katina se levanta acogiéndome de las caderas y desde las rodillas empiezo a sentir sus tetas deslizándose hacia arriba. Queda ahí frente a mi, acogiéndome de la cintura, me aprieta con delicadeza y me rosa mis labios con su boca y luego se retira. Dora a un lado viéndonos sobandose sus tetas que ya las tiene con los pezones parados con una mirada de deseo puro, nos dice mientras se sigue apretando sus pezones; “¡son unas pinches perras!” Estamos ahí las tres, calentísimas como nunca antes. Llenando el cuarto con nuestro olor a cola, con los pezones bien parados. Me fascinaba estármelos apretando sabiendo que ellas me estaban mirando hacerlo, ya los tenia bien rojos y parados, Voltee a ver a Katina y los de ella estaban igual de parados pero más grandes que los míos, parecían vergas paradas. Y los de Dora eran un poco más cortos pero mucho mas gruesos, mas que mi dedo pulgar. Dora y yo estábamos a duro y dale con las chichis y Katina con unos ojos y una sonrisa de placer nos quería comer con la mirada. Entonces Dora dice; “ándale Katy, encuérate toda, quiero verte tu pucha peluda” “Y quiero ver que te quite tu piche tanga la puerca de tu hermana” Entonces me acerco a ella, la tomo de la cadera metiendo las manos bajo el resorte lateral y empiezo a bajársela lentamente sintiendo sus nalgas y luego sus piernotas, me tengo que hincar y al dejar el calzoncito en el suelo se hundió ligeramente mi cara en su pelambrera oliendo ese olor que ya me tiene ebria.
Estamos ahora ya las tres totalmente encueradas a punto de empezar una batalla campal a mordidas y lengüetazas cuando me dice Dora; “Marcela que te sale de ahí”, señalándome mi pucha. Volteo a verme y me doy cuenta que mi panocha esta abierta de hinchada, los labios rojos e inflamados dejar ver mi verguita, mi clítoris que me sale como una verguita parada. Se me acerca Dora y me dice,” Lo tienes bien grandote”, mientras lo roza sin poderlo evitar, apenas le pasa la yema de un dedo y eso lo siento como una descarga eléctrica. Sin saber porque, le detengo la mano y ella sonríe picaramente. Katina me ve y dice; ”ya tienes tu panocha bien hinchada”, “les va a gustar el mío, esta como asi” – se refiere a su clítoris y señala como cinco centímetros. Luego agrega; “Miren”, – mientras se separa los pelos para dejarnos ver su preciosidad. ¡Esa cosota toda roja y parada llamándome a que lo chupe!, ¡gritándome para que vaya a metermelo a mi boca!. Mínimo tiene como cinco o seis centímetros de largo. Dora se para muy cerca de Katina y esta le dice; “¿no se te antoja agarrarlo pinche Dora?” Dora sonríe sin dejar de ver semejante maravilla pero no dice nada. Entonces Katina la toma de la cintura mientras la voltea de espaldas a ella y le dice; “¿O quieres que te de primero una cojidota?” Se le pega por detrás masajeándole las tetas y empujándola con la panocha, y le sube las manos y las baja por delante y Dora retorciéndose y moviéndose y Katina llega con una mano hasta la pucha de Dora, le mete dos dedos y luego se los lleva a la boca de Dora metiendoselos en la boca diciéndole; “¡quiero que seas una pinche puerca!” Y Dora, uuummm… uuummm… No aguanto y me le acerco a Dora por delante y la empiezo apretar con mi pucha al tiempo que beso en el cuello, le muerdo un pezón y grita, no le doy importancia y continuo pero Katina le dice; “Muérdela Marcela, que le duela, luego te va a decir que la muerdas mas fuerte” Dora estaba como loca y alcanzo a decir; “la cama… vamos a la cama…” Nos separamos y Katina dijo; “Yo nunca me he rasurado, dejenme ver como se les ven sus colas”.
Nos sentamos en la cama recargadas en la pared, una al lado de la otra con las piernas dobladas y separadas. Katina frente nuestro hincada rozándonos las rodillas con su pucha. Asi como estaba se veía buenísima, sus piernas se le veían enormes y muy fuertes y las nalgas duras. Se veía poderosa, como poseyéndonos a las dos.
Nosotras ahí jadeando, volteándonos a ver con las caras rojas de ese infinito placer que yo nunca habia sentido. Katina estira los brazos y empieza a acariciar nuestras verguitas, nuestros clítoris parados al máximo mientras nosotras nos retorcíamos y nos empezábamos a dar la lengua. Me quería comer a Dora y ella a mi. Y Katina diciéndonos de cosas; “Parecen unas putas” Y yo le decía; ¡sigue piche depravada, te estas chingando a tu hermana!… ¡chingame cabrona! Y Dora; ¡Pinche Marcela que putas somos!, ¡quiero chuparte tu cosita!
Y Katina; ¡Par de manfloras, cojanse, quiero ver como se cojen!. Diciendo eso me mete a mi dos de sus largos dedos y empieza chingarme al tiempo que con el pulgar me acaricia mi verguita toda parada y yo viéndola ahí frente a mi, con las piernas separadas mostrando su gigantesco clítoris que le sale entre los pelos. Ese clítoris que me llama como ordenándome que lo chupe.
Katina continua con las dos, volteo a ver a Dora y esta retorciéndose con los ojos cerrados, bajo la vista hasta su colita para ver como Katina la esta trabajando y veo como esta hinchadísima y abierta. Katina saca sus dedos de Dora y me los pone en la nariz y yo los busco como loca con mi boca, ¡quiero probar a Dora! Yo ya no aguanto mas y le digo a Katina, ¡mas Katina, mas!, ¡no pares cabrona… chingame… chingate a tu puta hermana!. Siento que me voy al cielo y le agarro la mano para que no se detenga, me arqueo y me vengo en un superorgasmo que me deja temblorosa y semidormida. Se me empieza a pasar y volteo para ver que están haciendo ellas y veo como tiene Katina a Dora: Acostada con las piernas bien abiertas diciendo; “¡Pinche Katy, que chingona eres asi… asi… mas… mas, dame mas!”. Yo ver a Katina desde atrás embrocada sobre Dora, le veo sus nalgotas enseñándome su culo y su panocha abierta desde donde se asoma su verguita de seis centímetros llamándome, ordenándome que vaya a chuparlo. Eso hace que me empiece a sentir caliente de nuevo, veo como Katina se mete un dedo a su pucha mientras Dora inicia su viaje al paraíso que pronto la hace quedar como flotando, sin hablar, solo gimiendo. Katina se separa quedando parada sobre el colchón y nos dice; “¡Que cojidota les di!” Y agrega; “¿Cuál de las dos me va a chingar primero… o las dos juntas?” Yo no he dejado de verle su clítoris que no a dejado de asomarse entre sus labios colorados y abiertos. Me paro junto a ella y la abrazo sintiendo su cuerpo todo sudado y caliente, ella me coge por la cintura y yo le paso mis brazos por sus axilas para abrazarla por atrás de sus hombros. Nos apretamos y nos besamos, retiro un poco la cabeza para ver como le sale su lengua buscando la mía, la atrapo entre mis labios y la empiezo a chupar como si fuera una verga y le digo; “Asi voy a chuparte tu clítoris”. La volteo de espaldas a mi y le empiezo a apretar sus tetas y a sentir sus enormes pezones levantados. Suavemente la empujo hacia el colchón y ella se deja caer quedando bocabajo y yo encima de ella sintiendo sus recias caderas y su cuerpo caliente y mojado.
Empiezo a moverme con un ligero vaivén al tiempo que le digo; ”¿Asi querías que te cogiera?” Siento sus nalgas bajo mi rasurada colita, bajo una mano y me la meto en mi panochita para mojármela un poco y luego busco el culito de mi hermana, le acaricio la entrada con mi dedo mojado y la oigo gemir. Le meto la puntita de mi dedo y la oigo hacer; “uuummm” y luego resoplar. Bajo la mano un poco mas hasta llegar a su hinchada panocha buscando su cosota y al tocarlo vuelve a resoplar mientras yo le paso mi lengua por el cuello y la espalda susurrándole; ”¿Quieres mi lengua ahí… quieres que te chingue tu verguita con mi lengüita?”, “Si”, contesta “Voltéate pinche perra,… te voy a chingar cabrona puta”. Dócilmente se voltea y queda tendida frente a mi con las piernas recogidas y bien abiertas mostrándome su sexo que esta abiertísimo y rojísimo desde donde sale erguido, como orgulloso su tremendo clítoris bien duro. Me inclino y me detengo con mi nariz pegada a semejante manjar. Lo huelo y me impresiona su tamaño, quedo extasiada ante tanta belleza. Lo miro y siento como que es él quien me ordena que me lo introduzca a mi hambrienta boca, como que si fuera él quien me fuera a penetrar, a poseer por mi boca. Lo beso suavemente y lo siento duro, palpitante. Me lo voy introduciendo y lo voy gozando al sentir como se me desliza entre mis labios. Es como si tuviera vida propia y fuera él el que me poseyera y yo prestándole mi boca para que me cogiera por ahí. Lo empiezo a lamer con mi lengua y de pronto Katina ya no importa solo él y yo, ese tremendo clítoris con sus seis centímetros y mi lengua, haciéndose el amor, chingandose mutuamente. Siento como Katina se arquea y gime, susurrando; ¡mas… mas… asi… asi, pinche Marcela!. La tomo por las caderas mientras mis chupadas son más fuertes y veo como Katina inicia su viaje a una explosión intensísima, diciendo; “¡Ya… ya… voy… voooyyy!. Y termina sacudiéndose toda, retorciéndose toda, abriendo la boca, jalándome el pelo. Diciendo; “Que cogidota me diste, eres una puerca puta”. Me retiro sonriendo, complacida por mi labor.
Me acuesto sobre ella y le lleno de besos la cara, le muerdo suavemente los labios entreabiertos y le digo; “¿Te gusto, sentiste riquito, te gusto como lo hace la puta de tu hermana?”. Ella solo sonríe y me aprieta con sus brazos. Me levanto y veo a Dora que me dice; “Que depravadas son… ya estoy bien caliente nada mas de verlas”. Yo me acerco preguntándole; ¿en serio?. La empujo hacia atrás para que quede tendida en la cama a mi disposición, ella no ofrece resistencia y me subo sobre ella, la agarro por los hombros y empiezo a mover mi panocha rasurada sobre la de ella al tiempo que le doy besitos alrededor de su boca y le digo cositas; “¿Quieres que te coja putita… te hago sufrir, eh? ¿Te hago lo que le hice a la cabrona de mi hermana… quieres eso?”. Y ella; “Si… si… ándale perra, ya chingame”. Yo le paso mi mano por su panocha y se la toco toda mojada hasta afuera, resbalosa y lisa. Me deslizo deteniéndome en sus tetazas y le chupo un poco sus pezones parados y gordos, le muerdo uno hasta hacerla gemir y esto hace que me diga; “mas… muérdeme mas fuerte”. Yo lo hago, le muerdo su pezón todo parado y sigo mi viaje por su caliente cuerpo hasta llegar a su rasurada y resbalosa panocha. Tiene la pucha bien abierta y muy roja y su clítoris parado y tan grueso como sus pezones. Le paso mi lengua por toda su panocha y sus jugos me enervan mas aun, me enloquece estar haciéndole eso a esta puta perra de mi amiga. Le presiono sus hinchados labios con mis labios junto con pequeños lengüetazas y ella gime y se arquea ofreciéndome su verguita palpitante. Me detengo para verle su parado clítoris y me le lanzo a lengüetazas y ella comienza a gemir como loca y a resoplar, yo le doy mas y más y se lo chupo y me bajo para alcanzar su culito tambien mojado por los jugos que le escurren desde su pucha y me regreso a su clítoris para meterle mi dedo en su culito. Ella se mueve mas y más hasta que suelta un fuerte “Aaaahhh…” y queda como desmadejada respirando muy agitada. Me subo sobre ella, le acaricio la cara con mis manos, le beso los párpados y le digo. “Te traía ganas desde que me quedaba en tu casa a dormir… te me hacías rebuena”.
Nos regresamos ayer. Hace rato fui con mis papas y Katina me dijo que una prima de su esposo se casa la próxima semana que invite a Dora a la boda.
Continuara…
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