Mi esposa y el carpintero se dan tremendo festín
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En una ocasión que llegaba yo del trabajo y cuando pasaba por un lugar oscuro vi un carro en el cual se veía a un hombre moviéndose lo que indicaba que se estaba cogiendo a una chava, no me acerque pero me pareció excitante, en la calle a la luz de la luna etc. Todos los que pasaban los veían pero no a la chica.
En una ocasión yo estaba parado afuera de una tienda tomando un refresco a mi lado se encontraban dos chavos también tomando un refresco y unas botanas; cuando en eso paso mi esposa que venia de traer a los niños a la escuela uno de ellos le dijo hola pero con voz cachondona ella no voltio el joven volvió a insistir pero ya le hablo por su nombre.
– Hola Lucia como estas.
Fue cuando ella se volvió a verlo y lo saludo con una sonrisa, yo para ese momento ya me había escondido para ver lo que sucedía. Ella siguió de largo y este joven de apodo el güero le comento al otro, claro que yo me acerque un poco para escuchar, haciendo la observación que ellos no me conocían. Le dijo:
– Yo ya conozco esa panochita
– ¡Como! – le contesto
– Si la conozco de la escuela, allí yo trabajo y poco a poco me e ido acercando a ella. Hasta que un día en su carro me la cogí.
Yo no sentía ni coraje ni rabia, mas bien me excitó el comentario del joven.
– Y que tal esta pregunto el otro.
– Mira usa unos bikinis pequeñitos y de colores pastel, tiene su panochita rosita ya que ella es blanca, unas nalgas gordas y bien torneadas, y huele muy bien. Me encanta chuparle la panocha de color rosa luego le bajo los calzones y sin mas me la cojo a mas no poder.
Yo mejor me retire al escuchar el comentario. En cuanto llegue a la casa le pregunte a mi esposa sobre aquel suceso pero sin alterarme y ella viendo que yo le preguntaba en buen tono, me explico todo pero me dijo que no lo iba a hacer de nuevo. Por lo que yo de inmediato le dije.
– Hoy viene el carpintero a trabajar quiero que me lo pongas bien cachondo yo no te voy a distraer pero me las voy a arreglar para observar como te lo hace.
Ella me contesto que no podía hacer esto pero ante mi insistencia y promesas de que le permitiría seguir viendo al güero sin ningún problema acepto.
Como a eso de las 17.00 hrs. Llego el carpintero tenia el pelo negro largo ondulado, era blanco igual que ella, yo solo me imaginaba lo que iba a suceder pero no me retractaba todo estaba decidido. Lo atendí le dije que pasara lo lleve a la recama donde iba a colocar un closet le explique todo y ya le estaba yo dando las recomendaciones pertinentes, cuando en eso se nos acerco mi mujer, traía un micro short color rosa transparente con encajes en la parte de las piernas que se juntaban casi con su parte, se le salían un poquito las nalgas apenas se podían ver las marcas de estas. Una blusa color blanco sin brasier los pechos se le veían a través de la blusa pechos de buen tamaño blancos y con los pezones color carne clara. El carpintero en cuanto la vio no pudo disimular el gusto que le dio ver a mi esposa, en ese momento yo me aleje de ahí y ella le siguió dando instrucciones yo me aleje con el pretexto de que las mujeres saben mas de estos asuntos de decoración y los deje.
Al rato se me acerco ella como temblando de una excitación extraña imagínense sola con un desconocido y medio vestida o medio desnuda, le pregunte si ya había comenzado con su ligue. Me dijo que no y me pregunto si yo estaba seguro de lo que quería ver, yo le dije que si.
Ella se levanto del sofá y se encamino de regreso con el muchacho, vi sus hermosas nalgas acompañadas con un contoneo gracias a una buena cintura y una cabellera larga de color castaño sus piernas suaves que dentro de poco iban a estar abiertas para que la poseyera un tipo extraño para nosotros, el micro short ya se metía en medio de las dos hermosas nalgas y se le veían estupendas todo eso estaba a punto de ver el carpintero; yo estuve a punto de hacerla regresar pero mi firme postura no cambio, ella camino hacia el cuarto y se metió en el, yo escuchaba desde el mueble algunas cosas que comentaban cuando en un momento no escuche nada pero en segundos apenas seguían hablando, yo entendí que comentaban cualquier cosa para que yo pensara que no pasaba nada en eso vi que ella venia hacia mi, traía un semblante rojo como de pena le pregunte que había sucedido en voz baja claro y me comento que se le había acercado cuando el trabaja en colocar una madera en lo alto y le toco su pene sobre el pantalón el hizo un pequeño gemido pero luego dejo su trabajo y se asomo por arriba de la blusa claro comentando cualquier cosa le vio sus pechos blancos y de buen tamaño le planto un beso y fue cuando ella salió del cuarto.
Le pedí que regresara pero esta vez a todo lo que quisiera. Me dirigí yo con el carpintero el me vio sorprendido pensando lo peor pero yo le dije que tenia que salir y que allí le encargaba el trabajo. Regrese con ella y le desee buena suerte y que lo gozara el momento. Me dijo que estaba excitada y con ganas de que se lo hicieran yo le pregunte si le gustaría que fuera el y me dijo si. Se dirigió otra vez para el cuarto yo hice como si salía de la casa pero me dirigí hacia la ventana de atrás de la recama donde iban a estar ya para esa hora era de noche y no me veía a través de las cortinas pero yo si podía ver hacia adentro.
Me agache y vi como ella se le acerco y el le pregunto si me había ido ella le dijo que si. El cerro la puerta del cuarto se le acerco, la abrazo y le metió las manos por el short tocándole las acentaderas en una delicada caricia se las acaricio un rato siempre besándola, ella le toco su pene y le empezó a bajar el cierre, se lo saco le comenzó a frotárselo yo veía desde mi lugar me lo saque y me lo empecé a frotar, vi como mi mujer se metía la enorme verga del carpintero por su boca y se la chupaba el gemía de gusto a mi me encantaba ver como se retorcía ante las chupadas, el la levanto le bajo los calzones o short la puso de espaldas le abrió las piernas y todavía observe como se le quedo mirando a todo aquello que se iba a comer se agarro la verga la puso en la panocha de mi esposa y se la metió empujaba y salía mi esposa se le notaba que estaba gozando. Yo me hacia la chaqueta más grande del mundo sin que se me salieran los espermas yo también gozaba el momento, así siguieron cogiendo por un buen rato hasta que el joven se vino con un chorro de leche el cual se lo puso en las nalgas y a la entrada de la panocha y dando un grito de gozo ella también se mordía los labios de lo fascinante de ese momento.
Así acaba mi relato ella todavía se ve con el güero el cual se la come casi una vez por semana pero el no sabe que yo sé y yo los observo siempre gozando.
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