Mi esposa Regina y los dos negros

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Después de un buen tiempo desempleado, conseguí un trabajo de gerente en un restaurante, propiedad de dos negros, grandotes y musculosos, que servían comida cubana, era un restaurante bien clasificado y mi puesto era importante, y ganaba bien.

El horario era de siete a una de la mañana y a veces me venía a buscar o me llevaba Regina, mi mujer, que a decir verdad es una tremenda yegua, tiene un culito paradito, unas piernas largas y torneadas y un par de tetas que andan con los pezones paraditos, se le ve a través de la blusas que usa? no usa corpiño.😘😍

Yo percibía que se la comían con los ojos cada vez que venía, pero no les di mucha bola porque siempre me la estaban mirando.

Un día, la relación con los dueños empezó a mudar, me trataban bien, me aumentaron el sueldo y me dijeron que no me preocupara si tenía que hacer horas extras que me las pagaban el triple. Yo no sabía a qué se debía, supuse que por mi buen desempeño y me quede tranquilo.

Mi mujer andaba muy contenta últimamente y se apareció con algunas ropas caras que dijo se las presto una amiga. Como no me convenció mucho la explicación, resolví poner unas cámaras ocultas en la sala y el dormitorio conectadas a mi computadora que grava seis horas, la enchufe a las seis y media cuando salía para el trabajo. Regina no sabe nada de computadoras pero igual le pase llave.

Llegue al restaurante a las siete y me puse a trabajar, a las ocho, más o menos, pasaron los dueños, los dos negros fornidos, de no más de 35 años, y me dijeron que se iban a comer a otro restaurante al que habían sido invitados, que vigilara todo, que demorarían un poco.

Al otro día, cuando vi lo que la maquina había gravado, vi a donde los negros fueron a comer a mi casa.

El video comenzó a gravar a las seis y media y una hora más tarde se veía a mi mujer atendiendo el teléfono, no sé con quien hablaba pero el diálogo fue el siguiente:

  • Claro que pueden venir.
  • Si, los espero preparada, asegúrense que el corno no salga del trabajo._
  • Listo, los espero.

A las ocho y media toco el timbre y Regina se apareció con un babydoll transparente y con un slip y sin corpiño, miro quien era y abrió la puerta y quienes entraron como en su casa?, los dos negros, John y Magi, los dueños del restaurant.

Ambos la besaron y se sentaron, Regina fue a la cocina y volvió con tres vasos de whisky, mi whisky, tomaron unos sorbos y Regina se sentó al lado del negro más grande y fornido y después de beber unos tragos se empezaron a besar.

El negro le saco el babydool y le empezó a acariciar las tetas mientras la mano de mi mujer bajo en busca del porongo del negro, mientras se seguían dando el mayor beso de lengua, le bajo el cierre del pantalón y el negro se desabrocho el cinturón y se abrió el botón del pantalón.

Mi mujer le bajo el pantalón junto con el slip, el porongo del negro salto hacia arriba y Regina lo manoteo, al sentirlo en la mano dejo de besarse con el negro y bajándose se metió aquel porongo en la boca, que digo porongo; era una verga sensacional, de unos 23 centímetros de largo y 5 de diámetro.

Ante mis desorbitados ojos estaba viendo como los dueños de la empresa donde yo trabajaba se empezaban a coger a mi señora esposa, por eso me trataban tan bien.

El otro negro apareció en cámara ya desnudo y empuñando una verga similar a la del otro, se acercó a mi mujer que le estaba chupando la verga al primer negro y puso su pijon junto a la boca de mi esposa, que dejo de chupar a uno y empezó a chupar al otro, y así siguió, cambiando de poronga, hasta que de pronto un negro aviso que acababa y mi mujer se dedicó a él en exclusiva, hasta que un chorro de semen le entro en la boca y los siguiente tuvieron distintos destinos por su cara?. nunca pensé que mi mujer fuese tan puta.

Acto seguido apareció el otro negro que la hizo poner de rodillas y le metió la poronga en la boca, Regina comenzó a deleitarse chupando la pija del negro, que le agarraba la cabeza con las dos manos y le cogía la boca.

Este le acabo en la boca, pero mi mujer, antes de tragársela, jugo un tiempo con la verga dentro de la boca y la leche, después se tragó todo y la siguió chupando, empujando con el dedo desde la base de la verga hasta arriba la vena, que lleva la leche, hasta dejarla sequita.

Bueno, después de semejantes chupadas creí que los negros se iban a ir que nada, eso apenas comenzaba, claro, sabían que no dejaría mi trabajo por nada, y todavía faltaban cuatro horas para mi salida, así que los negros, después de tomar un café que les sirvió la puta de mi mujer, y fumarse unos porros, que los negros habían traído, empezaron de nuevo; terminando de fumar el porro, el negro más joven ya estaba con la verga en pie y que verga, confieso que al lado de esa la mía es una pijita miserable, y estaba viendo, con mis propios ojos, que a mi señora esposa le gustaban bien grandes como no iba a ser cornudo.

El negro más joven la hizo poner de cuatro en la cama y mientras el otro se sentaba encima de mi almohada, con la espalda contra la pared, Regina se acercó a él, siempre de cuatro, y le empezó a chupar la verga, el otro vino por atrás y se la metió en la concha, cuando le entro toda casi que se atraganta con la otra en la boca, pero se repuso y empezó a revolear las caderas mientras se la seguía chupando al negro sentado sobre mi almohada, y haciéndole la paja.

El que se la estaba cogiendo la hizo acabar varias veces por la concha y después se la saco, agarro un tarrito de vaselina y se envaselino el vergon y le puso un poco al culito de Regina Celia, esta se estremeció cuando sintió los dedos del negron en su culito, pero no dijo nada, hasta que el negro se la empezó a meter en el orto, gemía, porque no podía gritar con la otra verga en la boca, pero después de algunas bombeadas suaves el negro que se la estaba cogiendo, empezó a darle fuerte, con ese pijon cada vez que le entraba ella gemía, pero se notaba que le gustaba  porque empujaba para atrás.

Pensé que iba a acabarle en la cola, pero no, de después de un rato dándole al culo de mi mujer, el negro más joven cambio de lugar con el otro, que era el que la tenia de 23 x 5, y este hizo lo mismo que el otro, le rompió la concha a mi mujer mientras ella gozaba como una loca.

Después también agarro el tarrito de vaselina, yo pensé:  ¡no se la va a aguantar!!, pero que va, el negro le metió casi todos los 23 centímetros, y el hijo de puta revoleaba la poronga dentro del culo de mi mujer, lo que demuestra que ya había dado el culo muchas veces y se le dilataba fácilmente a mí no me lo dio después.

El que se la estaba garchando por el orto, se la saco y se puso al lado del otro negro. En mi almohada, y Regina se la chupaba un poco a uno e un poco al otro, esta que el más joven aviso ¡acabo! Y Regina se la chupo hasta que unos chorros de porra le entraron en la boca y otros por toda la cara, ahí, el negro del pijon dijo lo mismo y le acabo dentro de la boca y en la cara de mi esposa ahí se cortó el video.

By: Pepe😊😎

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