Mi desconocido me vuelve loca y caliente

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No sé tu nombre aún, pero me vuelves loca y caliente… El otro día me encontraste en un chat y nadie me mantuvo tan mojada como tú y tu verga. Ver como te la jalabas por mi culpa me puso toda mojada y caliente, provocaste en mí una opresión en mi pecho, me tenías desesperada.

Tus juegos eran traviesos y eso me gustó. La sensación de tener gente a mí alrededor, sin que se dieran cuenta de algo, me prendió aún más. Hubiera querido enseñarte mis bragas rojas y mis tetas que estaban desesperadas también. Me tuve que ir, pero no supiste nada. Provocaste en mi rajita la mejor humedad, tanto que mi pantalón se mojó también. Salí del cibercafe oliendo a mi miel. Me has provocado la mejor venida de mi vida, y sin llegar a tocarme.

Tu cara toda antojada de mi causó una gran impresión en mi que no he olvidado y mas el haber visto como te la jalabas, tu verga se veía rica.

Llegué a mi casa y no aguanté. Me encerré en el baño y me quité la ropa, luego te imaginé frente a mí con una mirada desesperada y sin ropa, tu verga se inquietaba. Entonces comienzo a quitarme mi bra muy lento y luego mis bragas ya mojadas y lo hago sugerentemente: el imaginarle ahí me enloqueció. Después me senté y me abrí de piernas, mis dedos abrieron mi panochita, dejando al aire mi clítoris, que comencé a menear y menear mientras me metía un dedo muy despacito. No tuve obstáculo alguno para hacerlo, ya me encontraba muy mojada, además, pensaba en tu lengua adentro de mi raja y tus dientes que de vez en cuanto mordían muy rico y muy despacito mi clítoris, y en tus labios que me besaban toda mi panocha muy suavecito, y me volvías loca.

Después tu lengua regresaba a mi raja y tus dedos me meneaban locamente mi clítoris, mientras tu otra mano metía un dedo en mi boca y mojaba mis pezones que estaban muy paraditos; te dabas gusto y los pellizcabas, podía sentir como me venía, ya no lo aguantaba. Los espasmos eran continuos y estaba toda temblorosa mientras intentaba meter otro dedo, entonces comencé a venirme, lo sentía y no dejaba de temblar, fue súper rico y quise seguir pero terminé cansadita y ya no pude.

Al otro día, sólo podía pensar en tu verga, en como te la jalabas por mi. Imaginé de nuevo que te tenía frente a mí. Me senté en tus piernas con la cara frente a ti y mis tetas en tu cara, y yo pasaba tu verga por mi raja y la detuve en mi clítoris y me puse a masajearlo con tu suave cabeza, me volvía loca, y tu con mis tetas en tu cara que no dejabas de lamerlas, de besarlas y morderlas, te gustaban. Entonces decidí mojar tu cabecita con mi miel y comencé a metérmela, tu temblaste y te gustaba, te dije que me dieras y comenzaste muy despacito, pero rico, y así seguiste.

Luego comencé a besarte y te mordía los labios y esa lengua que me volvía loca, la chupaba y te ponía tan mal, que comenzaste a darme más rápido esta vez, pero dolía, y casi te encajo mis uñas en la espalda, pero me di cuenta de que te gustaba y te dejé seguir, al cabo mi dolor se iba y comenzaba a gustarme, así, duro y rápido, y antes de que acabaras te detuve porque aún no te la había chupado; te la saque de mi rajita y te desesperaste.

Te acosté y te la limpié y luego comencé a besártela, sentía tus temblores. Me subí encima tuyo y te puse mi sexo en tu boca, tú empezaste a lamerme toda; yo mientras en tu verga, que empecé a lamer, temblábamos y nos movíamos tanto. Luego llegué a tu capullo, tú me deseabas, y yo te chupaba bien rico, pero todavía no te la mamaba bien; cuando sentía tus movimientos desesperados me la metí entera, pude sentir como te estremeciste.

Sentí como estabas a punto de venirte y saque tu verga de mi boca y me la pasé por mis tetas, mientras te la seguía jalando. Tu leche empezaba a salir y deje que te chorrearas en mis pechos, mientras yo me vine en tu boca, con tu lengua moviéndose sin parar, te llené de mis jugos y yo de tu leche calientita. Me diste un beso y jugaste con mis labios y mi lengua, igual que yo contigo; tus manos no soltaban mis tetas. Fuiste insaciable.

Días después moría por masturbarme, mi cuerpo me lo pedía, y lo único en lo que pensaba era sexo sexo sexo, sexo contigo que me volviste loca sin siquiera tocarme. Pienso que en las noches entras a mi cuarto, me quitas las sábanas y me comienzas a tocar los pechos, mi piel, mi cuello. Ya no se que hacer, sólo pienso en conocerte, y esa sensación me llena el cuerpo, es un enorme deseo de ser tomada por ti. Me excita tanto el simple hecho de pensar de que a pesar de que me oponga a que me toques, me entregaré al primer beso de esa boca que estoy segura me daría el mayor placer de mi vida.

El verte las ganas de cogerme en tus ojos me vuelve aún mas desesperada, ver que te masturbas por mi culpa, ver que te quedas pasmado imaginándome frente a ti, de seguro tenerte frente a mi hubiera sido la cosa mas excitante de mi vida.

Verte por la webcam como te la jalabas por mi culpa, ver como acariciabas tu verga, me puso muy caliente, ver que hacías lo que yo te decía mientras tú pensabas en mis labios, lo hizo mucho más.

Pienso muchísimo en que quiero que tu me tomes por primera vez, me gustaría que tú me hicieras venirme por primera vez teniendo sexo, quisiera saber como se sentiría tener unos dedos en mi panochita, meneando y apretando mi clítoris, mientras me muerdes los labios y te pasas a mis pechos, eres quien deseo que me tome por primera vez.

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