Mi aventura con mi ex compañero de la secu ( I – III )

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Hola, mi nombre es Sandra, soy del puerto de Veracruz y quiero compartir mi experiencia siendo infiel a mi esposo con un ex compañero de la escuela secundaria.

No entrare en aburridos detalles acerca de cómo mi matrimonio se fue deteriorando haciéndose insoportable, golpes, infidelidades, insultos…. todo aquello había mermado mi autoestima y solo continuaba ese infierno por mis 2 hijos.

Fue entonces cuando empecé a coquetear con Dan, él estaba en el grupo de WhatsApp de ex compañeros de secundaria que se había formado hace un par de años, durante esa época Dan y yo nunca fuimos grandes amigos, pero ahora, habíamos simpatizado mucho y pasamos de pláticas normales, a desahogarme con el de mis problemas maritales, hasta un flirteo leve y después descarado, que se confirmó durante una fiesta del grupo, donde estuvimos bebiendo y bailando, pudiendo notar como me miraba con deseo.

Finalmente decidí mandar todo al carajo y acordar un encuentro intimo con él, hacía mucho tiempo que mi marido no me tocaba y necesitaba desfogarme con urgencia, así que lo llame y sin más le dije que nos viéramos en un punto en común para cumplir lo que ambos deseábamos desde hace tiempo.

Paso a recogerme en su automóvil y nos dirigimos a un  motel, entramos, y yo me sentía aun un tanto tímida pero al mismo tiempo excitada y ganosa, la verdad… tenía miedo de no gustarle, tengo 36 años, soy morena clara, tengo pechos firmes de tamaño regular, buenas nalgas, mido 1.60, soy esbelta y creo que tengo buenas piernas y un rostro bonito, con rasgos achinados, cabello negro, pero los malos tratos de mi esposo había pisoteado toda mi estima, no sabía qué pensaría Dan acerca de mi cuerpo.

Comenzamos besándonos apasionadamente y abrazándonos en la cama, poco a poco fuimos desvistiéndonos el uno al otro… luchando contra mi vergüenza me despoje de mis ropas, zapatos, pantalón… blusa…. sostén… y pantaleta de encaje color negro.

Dan mi miraba como un lobo babeante ante su presa, acariciándome con sus enormes manos, mi calentura fue subiendo y agarre confianza, no dejaba de besarlo y acariciarlo, él se despojó de su trusa, dejando salir su miembro ya semi erecto, de unos 16 cm, que también ya empezaba a supurar lubricante, ansioso de mis atenciones.

Se sentó en la orilla de la cama, yo me puse de rodillas, estaba al 1000 de mi calentura, y comencé a mamarlo como una posesa, tener esa verga en mi boca después de tanto tiempo acabo con la pizca de pudor que me quedaba, succionaba sin parar, estimulando su falo y sus testículos también con mi mano, en el cuarto solo se escuchaba el chupeteo y los gemidos de Dan.

Ahí estaba yo, sumisa, arrodillada ante mi macho, chupando su delicioso falo ya duro a mas no poder, deje eso por un momento y me recosté, Dan chupo mis tetas, mis pezones como piedras, chupaba una y acariciaba y apretaba la otra, bajo por mi vientre, beso mi ombligo y olio mi entrepierna, y fue cuando le pedí que me chupara el coño, separe mis piernas y Dan comenzó a darme los lametones más ricos de toda mi vida, usando toda su lengua para estimularme y metiendo la punta para llegar a mi clítoris, yo ya estaba mojadisima, Dan bebía mis jugos como si del más grande elixir se tratara, mientras con sus manos acariciaba mi cintura, luego mis muslos, o yo tomaba sus manos y lo guiaba hacia mis tetas.

Continuamos con otra sesión de caricias y besos hasta que llegó el momento más esperado, yo había pensado en pedirle que se pusiera condón, pero mi calentura y el deseo de tener ese enorme trozo de carne en mi panocha sintiéndolo al natural, hizo que me olvidara de eso, y abrí de nuevo mis piernas para él, deje que la metiera toda y a pelo, embistiéndome una y otra vez, ambos gemíamos al mismo ritmo, yo no podía hacer más que abrazarlo para sostenerme y disfrutar de esa verga partiéndome en dos, mirándome en los espejos del cuarto de motel, ya nada me importaba, ni mi marido, ni mis hijos ni el que dirán, era su puta en ese momento, solo de él y de nadie más, y estaba feliz de serlo.

Cambiamos de posición y ahora yo me monte sobre el para cabalgarlo, ahora yo llevaría el ritmo y el seria el cogido, me sentía de maravillada arriba de él, desnuda completamente, clavada en su verga, mis tetas firmes por la excitación, mi cuerpo sudoroso y mi cabello alborotado, el estado más primitivo del ser humano.

Comencé con movimientos lentos, mientras acariciaba su pecho, también yo misma me tocaba las tetas, el vientre y el cabello, me sentía la más puta y la más sexy del mundo, aumente poco a poco la velocidad y los gemidos, Dan solo se agarraba a mi cintura, era increíble sentir ese pito en mi interior sacudiéndose a mi ritmo, se podía escuchar el ruido de la humedad provocada por mis fluidos, fue entonces cuando Dan trato de hacer que me bajara para eyacular fuera de mí, sin embargo yo estaba tan poseída por la calentura que le dije que no importaba, que no tuviera miedo y me diera toda su leche.

Lo tome de las manos para ambos sostenernos ya que ahora yo me movía lo más rápido que podía para acabar ambos de una vez, y fue cuando sentí la explosión de esperma en mi cuca, los chisguetazos de Dan depositando su semilla en mí, y yo también me vine, mis ovarios explotaron como nunca antes. Ambos gritamos de placer entre los rechinidos de la cama, apretando nuestras manos, nuestros cuerpos unidos como nunca antes.

Cuando la euforia paso, recuperamos el aliento y yo me quede unos minutos aun encima de el, escuchando los latidos de su corazón mientras el mío volvía a su ritmo normal, nos besábamos mientras que de mi panocha escurría todo el semen de mi hombre, me baje de el, me recosté a su lado, me sentía tan relajada que en pocos minutos me adormecí.

Próximamente les contare más de mis encuentros con Dan, quien me hizo sentir la más deseada y la más puta, levantando la autoestima que mi esposo había hecho añicos.

PARTE II

Después de nuestro primer encuentro sexual, no podíamos dejar de vernos, yo no había dejado de enviarle mensajes de WhatsApp, de llamarlo, de pensar en él, de tocarme mientras esperaba la oportunidad de que mi esposo se descuidara para verlo de nuevo.

Habíamos asistido a otra reunión de ex compañeros, ellos ya sabían de nuestra aventura pero disimulaban muy bien, yo me había puesto un vestido azul ( ya sabía lo que ocurriría después y me vestí así para facilitar la tarea) con un lindo conjunto de lencería rosa de encaje abajo.

Luego de convivir, tomar y bailar, fuimos a dejar en su coche a otra compañera a su casa y ella al bajar del auto nos dijo “pórtense mal” sabiendo ya lo que pasaría, y que yo me merecía esto, después de soportar engaños y demás abusos por parte de mi pareja.

Buscamos un lugar solitario, por fin a solas, nos besamos y acariciamos, devorándonos el uno al otro, decidimos pasarnos al asiento trasero… yo ya había desabrochado su pantalón, sacado su deliciosa verga y me encontraba mamándola con un frenesí salvaje, tragándomela toda lo más que podía, sus gemidos eran acompañados por el sonido de mis chupeteos.

Me baje la parte de arriba del vestido y me saque el brassiere, descubrí mis tetas, ya más duras que un diamante, y me subí en el para que me las chupara, las beso, mordió, con una mano apretaba una, con la boca chupaba la otra y con su otra mano libre hurgaba bajo mi vestido, donde mi cuca ya chorreaba lubricante, también usaba esa mano para acariciar mis nalgas, yo aumentaba mi placer con movimientos de cadera, y mordiendo sus orejas y besando su cuello.

Ya no aguantaba más, quería que me penetrara, así que me baje de el por un momento y me despoje de mis bragas, el bajo sus pantalones hasta las rodillas para estar más cómodo, no podía dejar de mirar su falo erecto , lo acaricie un poco, sintiendo su dureza, el suculento glande y las venas palpitantes, se lo mame por unos minutos más, mientras el acariciaba mi panocha ya libre de las barrera de la ropa interior, para seguir estimulándome, aunque yo era presa ya de una calentura que solo una buena cogida sería capaz de calmar. Las ventanas del coche ya estaban completamente empañadas por nuestra transpiración.

Me subí nuevamente en él, me ensarte en su verga, sentí como se me enterraba como una estaca, fue muy fácil ya que yo estaba más que lubricada y deseosa, hasta el fondo , comencé  a moverme de arriba hacia abajo, Dan me ayudaba con los movimientos, impulsando con su cadera o con sus manos en mi culo ayudándome a subir y bajar, nos besábamos apasionadamente mientras yo sentía como la cabeza de su pito golpeaba mi clítoris una y otra y otra vez…

Hasta que al fin, sentí su caliente orgasmo inundándome, su leche una vez más fundiéndose con mis fluidos, con mi cuerpo, éramos un solo ser, no sé si era mi excitación pero juro que podía sentir cada vibración, cada disparo del rifle de su verga, haciéndome suya, poseyendo a la puta en la que me había convertido solo para el….yo aumente mi velocidad de movimientos y también acabe en una explosión inimaginable de placer, poco a poco me moví más lento…lento, hasta quedar en paz, solo mirándonos a la cara, yo aún encima y sujeta a su cuello, mis tetas al aire aun duras, nuestra respiración se fue normalizando, y nos quedamos en esa posición, dándonos tiernos besos y caricias como si fuéramos colegiales después de haber actuado como estrellas del porno.

Me subí los calzones y me acomode la ropa lo mejor que pude, me dejo en casa, no tenía que cuidarme de nadie ya que mi esposo me había dejado y mis hijos dormían a esas horas…me recosté en la cama, así como estaba, no quería quitarme su olor ni el de el sudor de nuestro encuentro, ya me asearía por la mañana…aunque por unos minutos me quede pensando en la obsesión que se me había hecho por este hombre, en todo lo que había dejado que me hiciera y en como lo disfrutaba, y que en esas ocasiones, nunca usábamos condón…seria hermoso darle un hijo a Dan, pero a decir verdad prefería no tenerlo, si llegaba a quedar embarazada de todo esto, no le diría nada y lo abortaría sin dudar…pero mejor aparte esos pensamientos de mi cabeza, sustituyéndolos por todo lo bello y placentero que habíamos vivido juntos, no solo en lo sexual, sino también las palabras, largas conversaciones telefónicas y….¿ me estaba enamorando??

PARTE III

Mi aventura con mi compañero de la secu  parte 3

La presión de familia ya era demasiada, y tuve que recibir a mi esposo en la casa de nuevo, perdonar todas sus canalladas y hacer de cuenta que nada había sucedido, si es que quería conservar a mis hijos, no tenía caso pelear, ya que mi familia no me apoyaba y yo no tengo recursos para un abogado que llevara mi divorcio, así que tuve que soportarlo todo.

Lo peor fue, hacer un lado lo que había empezado a sentir por Dan…ya no podría seguir viéndolo más, ya que estaría bajo constante vigilancia de mi marido, mi madre y hasta de mis suegros….

Sabía que esta ya sería la última vez, así que me arme de valor y me propuse disfrutarlo.

Nuevamente acudimos a nuestro motel de costumbre, decidí ponerme el conjunto de bra y tanga negra que había usado la primera vez, alquilamos una habitación más espaciosa, primero me quedé solo en ropa interior, luciendo mi cuerpo que con ejercicio había moldeado, ahora me sentía orgullosa de mi físico, a Dan le encantaba.

Él se quedó solo en trusa, y durante un rato estuvimos en un sillón de la habitación, semidesnudos, acariciándonos, besándonos, diciendo cuanto nos queríamos y nos deseábamos.

Entonces él se puso de pie y me puso también de pie frente a él, y me quito el bra y la tanga, dejándome desnuda por completo, él también se quitó la trusa, mi mirada enseguida se posó en su pene semi erecto, que jugoso se veía.

Se puso detrás de mí y contemplamos nuestra desnudez en un espejo mientras me acariciaba el vientre y me besaba el cuello, después de eso, me tomo de la mano y me llevo hacia la regadera del cuarto, abrió la llave del agua caliente, y bajo ella, comenzamos de nuevo la sesión de caricias.

Tomo el jabón y con sus enormes manos comenzó a recorrer mi cuerpo con él, todo, de la cabeza a los pies, poniendo especial atención en mis pechos y mi entrepierna, hasta paso la mano por en medio de mis nalgas, mi hombre estaba dándome un delicioso baño, yo después hice lo propio, también pasé el jabón por su cuerpo, su verga ya estaba más que erecta, pero contrario a lo que pudiera esperarse, no hicimos nada allí.

Después de bañarnos, nos secamos mutuamente y yo lo tumbe en la cama, acaricie por unos segundos su verga y comencé a mamársela como ya era costumbre, nunca me cansaría de ese delicioso falo, pero cuando estaba haciendo mi mejor trabajo me detuvo…

Él también quería darme placer, así que para que todo sea mutuo hicimos un 69, me coloque encima de como lo pide esta pose, y continúe con mi labor, chupando su verga mientras el mamaba mi cuca, el sonido del chupeteo de ambos me excitaba como nunca, y yo movía mi cadera para aumentar más mi placer al sentir su lengua hurgando hasta lo más profundo de mi raja que supuraba fluidos de lubricación, por un momento, su lengua jugueteo un poco en mi ano, pero creo que no se animó a darme un beso negro, es una lástima ya que me habría encantado.

Continuamos mamándonos el uno al otro, yo saboreaba ese pito con amor y a la vez con lujuria, un pedazo de carne palpitante que me negaba a sacar de mi boca, el comiéndome el coño como no lo había hecho antes, apretando mis nalgas, sujetándose de ellas mientras ponía el pulgar en medio de ellas, para estimular mi ano.

Acto seguido acabamos con la pose más tradicional, el misionero, me tumbe en la cama y separe mis piernas, mi panocha húmeda, peluda, lista para él y solo para él, su verga erectisima…Dan solo se colocó encima y me la metió, y comenzó a empujar con su cadera, ambos gemíamos, yo me contemplaba en el espejo que estaba en el techo del cuarto, como era poseída una vez más por mi amante, cerré  mis piernas sobre su cadera y recibí su esperma una vez, explotando e inundándome, fue un torrente de leche que hasta se derramo por los bordes de mi raja, aunque ya había acabado, Dan siguió empujando con furia, hasta que yo también me vine, mis ovarios estallaron, mi clítoris llego al punto máximo del placer en nuestros cuerpos entrelazados…

Nos vimos a la cara…y nos besamos apasionadamente…mi Dan, quien me había devuelto la confianza y la autoestima, lo bese y lo bese.. y lo estreche en mis brazos con su verga aun dentro de mi…y mis ojos derramaron 2 pequeñas lágrimas.

Como dije al principio las cosas no acabaron bien para mí.

Además de que tuve que volver con el hombre que me había engañado y maltratado, poco después de dejar de ver a Dan, me entere de que estaba cogiéndose a Laura, otra de nuestras compañeras de secundaria…bueno, él era libre ya de hacer lo que quisiera, pero si siento un leve dolor en mi corazón.

Ahora vivo de nuevo como ama de casa, aburrida y vigilada por todos, hace poco me encontré a Dan por la calle y lo salude, el me respondió, pero tardo unos segundos en reconocerme, seguramente porque he aumentado de peso, perdí toda la figura que había logrado en esos días…me sentí tan patética que di cualquier excusa y me aleje…el simplemente siguió su camino, ya dejo de cogerse a Laura y ahora ya tiene una novia formal.

Y esta fue la historia de mi aventura con mi ex compañero de la secundaria.

Sandra.

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