Me encantó follarme aquel culo de la chinita
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Como relate en un escrito anterior, en el que me rompieron el culo por primera vez, en esta ocasión soy yo quien mete la polla en un culo que me encantó, también dije que tenia trece años pero en realidad aparentaba unos dieciséis, antonio me continuaba follando de vez en cuando, ya no sentía ningún dolor y dando solamente un poco de saliva, su polla entraba en mi culo como pepe por su casa y la verdad me encantaba cuando me lo llenaba de lefa, pero yo era incapaz de follarme al chico aquel que trajo antonio, cada vez que lo iba a intentar, me acordaba del dolor que sentí y se me venia abajo, en esas reuniones, los mayores hablaban de una tal chinita, una muchacha del barrio, que yo solo conocía de vista, una muchacha de unos dieciséis o diecisiete años, con rasgos orientales, por eso la llamaban la chinita, contaban que ella se dejaba dar por el culo y la encantaba, pero el chumino no se lo dejaba tocar y mucho menos penetrar, tanto hablaban de ella, que mi curiosidad, por estar con ella se empezó a despertar, y yo les decía que me llevaran ellos cuando fueran a estar con la chinita, pero siempre me ponían escusas y me dejaban de lado, ya empezaba a estar arto de que me dejaran y en cierta ocasión, en la que estábamos en el local, sabía que antonio estaba deseando hundir su polla en mi culo, comencé a hacerme el remolón, estábamos todos desnudos, éramos cinco chicos los que estábamos allí, estaba antonio, raúl, alberto y el amigo de antonio del que nunca me acuerdo su nombre y yo creo que prefiero no acordarme no se el porqué, pero es así, y claro yo, que no paraba de ir de un lado a otro, traía a antonio de cabeza, que iba detrás de mi como un perrillo con su rabo tieso, me coloqué junto a raúl he hice una cosa que no había hecho nunca, acariciarle el rabo, eso solo solía hacérselo a antonio, antes de que me follara, raúl se quedo alucinado cuando vio que yo le tocaba la polla y comenzó a acariciarme el ojete con los dedos, buscando el camino donde pensaba que iba a hundir su verga que estaba dura como una piedra, antonio se acercó a mi por detrás y arrimó su polla donde raúl tenia sus dedos, cuando sentí que su capullo entraba, me eché para delante dejando su polla fuera de mi, todos se quedaron extrañados sin saber realmente lo que estaba pasando, me volví hacia ellos y les dije ” hasta que no me llevéis con la chinita no me folláis, el día que yo me folle a esa chica dejo que vosotros me folléis a mi”, todos se quedaron extrañados y con la boca abierta, la imagen era para haberles hecho una foto, los tres con el rabo tieso y cara de bobos, y el otro con una pequeña sonrisa, seguramente pensando que el que iba a salir ganando iba a ser él, pero fue alberto el que rompió el silencio, ” si nos dejas que te follemos los tres ahora, la próxima vez que vayamos con la chinita te llevamos”, me quedé pensando y cuando les dije que si, la cara de todos cambió, la de los tres para alegría, la del otro de mala leche, me coloqué a cuatro patas en el sofá, dispuesto a ser perforado por aquellos tres sementales, aquel chico mandado por antonio comenzó a chuparme el ojete, pienso yo que aquel muchacho aparte de ser gay, era también sumiso, casi no hablaba, esperaba para hacer algo a que antonio le diera la orden como un perrito adiestrado, así en todo, y fue antonio precisamente el que me abrió el culo primero, note que debería de estar muy cachondo pues no tardo mucho en vaciarse dentro de mi, casi no la había terminado de sacar, cuando raúl me hundió la suya, no me hizo daño, pero note que su polla era bastante mas gorda que la de antonio, sentía como mi esfínter, se había abierto mas que nunca y ese roce me daba un placer inmenso que hasta ese momento no había sentido nunca con antonio, no se el tiempo que estuvo bombeándome, pero no quería que terminara, de mi boca comenzaron a salir gemidos incontrolados, me daba vergüenza y quería cerrar mi boca, pero no podía, mis manos apretaban el respaldo del sillón que no lo rompí de milagro, mi espalda se arqueaba con cada empujón, sus huevos casi golpeaban a los míos y sus ingles chocaban contra mis glúteos con fuerza, y cuando sentí el palpitar de las venas de su polla y entendí que ya se iba a vaciar, fui yo el que comencé a moverme desenfrenadamente hacia delante y atrás, arrancándole unos cuantos chillidos, él me sujetó por las caderas y dándome un fuerte empujón, que casi me mete la cabeza dentro del respaldo del sillón, se vació dentro de mi, me quedé así colocado, y noté como era alberto era el que entraba dentro de mi, mas bien que entrar se coló, casi no la notaba, escuchaba un chub, chub, en cada mete y saca y sentí como de mi culo por los laterales de aquella polla en su interior, que salía la lefa que anteriormente, habían depositado en mi interior, este no tardó mucho en vaciarse, cuando la sacó, de mi ano comenzó a brotar con abundancia toda la lefa, que aquel muchacho comenzó a lamer como si fuera un dulce delicioso.
pasaron unos cuantos días desde aquello, fui follado algunas cuantas veces mas por ellos, y alguno mas que se sumó, y por fin me dijeron que esa tarde noche me llevarían a follar con la chinita, estaba encantado y bastante nervioso, ese día ninguno quería abrirme el culo, se lo preferían abrir a la otra y después de conocerla no me extraña, ya había oscurecido bastante y alberto salio para buscar a aquella muchacha, yo pensaba que la llevaría allí donde nos reuníamos, pero no era así, al poco de salir alberto, nos dijo antonio que saliéramos de allí, yo les seguí como un perrillo, en aquella ocasión, éramos seis chicos, todos mayores menos yo, fuimos a una especie de hondonada que estaba alejada de la población y cerca de la carretera, por allí no pasaba casi nadie o nadie, cuando llegamos allí, comprobé que lo tenían muy bien preparado, había un muro de hormigón con un reborde que servía de asiento y había una especie de tubo grande, que cruzaba toda la carretera por debajo, para desaguar el agua de las lluvias, había claridad debido a las farolas de la carretera, nos sentamos allí a esperar que llegara alberto con ella, no tardaron mucho, cuando la vi supe que de vista la conocía, pero solo de verla alguna vez por el barrio, se me quedó mirando y le preguntó a alberto ¿quién era yo? cuando le dijo que era otro vecino del barrio, se me quedó mirando y me preguntó a mi, que si sabía lo que tenia que hacer, que como la rozara el chocho con la polla o con la mano, no volvía a estar con ella, ni yo ni los que estaban allí, yo asentí con la cabeza, se fue hacía la esquina del muro, llevaba una falda a cuadros un par de dedos por encima de las rodillas, unas zapatillas lisas, de color rosa, sujeta por una cinta, calcetines blancos, se desabrochó la falda y se la quitó, dejando ver unas bragas de color blanco, que también se quitó, su culo blanquecino brillaba con aquella luz, como faro en la costa mostrando el camino a los marineros a buen puerto, mientras antonio ya se había quitado los pantalones y calzoncillos, dejando ver su polla tiesa como el mástil del primer velero en querer llegar a puerto, antes de llegar donde estaba ella, se me quedó mirando y me dijo ” tú que eres el nuevo en esto eres el último”, el aquel momento me cabree como una mona, pero luego me dijeron el porque, no fuera que yo al ser mi primera vez con los nervios la tocara por casualidad el chocho y se quedaran todos sin follar, cuando la chinita vio que se acercaba antonio, se colocó de cara a la pared, inclinó un poco su cuerpo, se hecho saliva en la mano y la restregó por su ano, antonio se colocó detrás de ella y apuntó su polla en aquel culo que no tardo nada en abrirse ante aquella polla, mientras la bombeaba, los demás ya nos habíamos quitado los pantalones y la ropa interior, nuestras pollas estaban duras, no se si había un orden especifico para follarla supongo que si, ya que ninguno decía nada, cuando uno terminaba, otro se levantaba sin decir nada y ocupaba su puesto, yo cada vez estaba mas nervioso, y tenia miedo me pasara lo mismo que con el chico aquel, se me hizo interminable, pero por fin llegó mi turno, me acerqué a ella mi cuerpo temblaba, con mi mano acerqué mi verga a su ojete, lo note suave y caliente, empuje y no costó nada que entrara dentro de ella, sentí como iba entrando, rozando toda mi verga, hasta que mis ingles toparon con sus nalgas, empecé un movimiento suave, al principio por miedo a hacerme daño y después porque me gustaba, aquel calor, aquella suavidad, aquellas nalgas blanditas, estuve un buen rato entrando y saliendo muy suave, tenia mis ojos entornados, pero noté que ella se agachó algo más y comenzó a gemir cosa que no había echo hasta ese momento, con los otros había tomado una aptitud pasiva, pero conmigo comenzó a moverse adelante y atrás, yo sentía como si tuviera mis ingles y huevos húmedos y algo me resbalaba por los muslos, aunque la verdad no me importaba, yo también comencé a acelerar mi ritmo, el mete y saca de los dos se hizo brutal, el chapoteo fue impresionante, hasta que con fuerza termine vaciándome dentro de ella, al sacarla, salió un chorro de lefa de su interior, yo me encontraba chorreando de la leche de los otros, que me llegaba hasta las rodillas, pero ella también estaba chorreando por todos los lados, antes de ponerse la falda se limpio con sus bragas y luego me las pasó a mi, para que hiciera lo mismo, cuando terminé se las devolví, ella al cogerlas vio que estaban chorreando y las tiro al suelo se puso la falda, me dedicó una sonrisa y se marcho de allí sin esperarnos a ninguno, esa fue la primera vez que follé el culo de una mujer, no se si me encantó por ser mujer o porque estaba lleno de leche de macho..
🙂 Baguira1955
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