Me cogí a la hermana de mi esposa

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Cogerme a mi cuñada, hermana de mi esposa ha sido maravilloso, sobre todo porque de manera simple es inalcanzable para mi, es un mujerón de medidas perfectas, tiene el porte de una actriz, que para llevarla a la cama habría que tener mucho dinero porque no se trata simplemente de enamorarla si no también de impresionarla, porque se cotiza alto, tengo entendido que en la ciudad donde viven muchos hombres que se la han cogido le han dado fuertes sumas de dinero y costosos regalos.

Yo me la he cogido y disfrutado gratis, porque es la hermana de mi esposa y porque le caigo bien, además he dejado que su marido se coja a la zorrita de mi esposa.

Mi cuñada Lorena es una mujer hermosa, de senos exuberantes, preciosas nalgas, bonita boca, labios vaginales largos y se le moja la vagina como si fuera una fuente y con su marido, Pablo, llegaron a la Ciudad de México para tomarse unos días de descanso.

Con el argumento que estaba muy cansada y con los pies inflamados por el viaje, me ofrecí a darle un masaje, pero terminamos cogiendo de lo más rico. Empecé por tallarle los pies y poco a poco fui subiendo, pasé por las pantorrillas, llegué a sus muslos y ahí me entretuve bastante, le masajee la parte interior de los muslos y con mis dedos rozaba sus labios vaginales sobre el calzón, donde percibí no una humedad, sino una fuente, su líquido vaginal traspasaba la tela.

Llegué a su espalda y le pedí que se pusiera boca arriba, le subí la mini blusa y empecé a besarle los pechos y avancé a los pezones que mamé de lo más rico. Empezó a gemir mi cuñada, nos besamos y jugueteamos con nuestras lenguas. Le quité el short con todo y calzón y me prendí de su vagina, tuvo varios orgasmos con mi lengua. Tiene un cuerpazo, de piel blanca y tibia.

Le lamí y mamé la vagina, me inundó la boca con su rico jugo vaginal, posteriormente hicimos un 69, le metí la lengua en su culito y en su panochita totalmente rasurada. Me pidió que le metiera los dedos en su anito que estaba bastante estrecho. La puse de cuatro patas y antes de meterle mi sable se lo restregué entre las nalgas y entre la vagina que chorreaba mocos y finalmente la penetré y empezó a gemir, a llorar pidiendo más, ya que quería sentir mi verga entre sus entrañas.

De pronto se contrajo, se estaba viniendo otra vez. Igual le descargué toda mi leche en su vagina y acto seguido se sacó mi pene y lo empezó a mamar, me lo dejó completamente limpio.

Mi cuñada entre gemidos me confesó que desde que me casé con su hermana quería coger conmigo, por lo que cuando mi esposa la encontró mamándole el rabo a su marido, allá en San Salvador, la invitó a unirse a la fiesta con la intención que pudieran permitirle que hiciéramos el amor.

Pude llenarle de leche el culito, la boca y la vagina a mi cuñada, la misma que me pidió que también le echara semen sus hermosos senos. Fueron días maravillosos los que pasé con Lorena, mientras su marido se cogía a mi mujer, disfrutamos cogiendo y la muy zorrita me dijo que le encantaba que le mamara el culito y la panochita. Su postura favorita es la de perrito.

Un día antes de retornar a su país, junto a su marido, nos encerramos los cuatro y cogimos como si el mundo se iba a terminar. Fueron días maravillosos en los que mi esposa y yo disfrutamos.

Mi cuñada me dijo que estaba al tanto que me cogía a mi hija y que le gustaria dársela como regalo de cumpleaños a su marido. Le dije que estaba de acuerdo, siempre y cuando mi hija quisiera probar la verga de su tío, pero a cambio quería cogerme a su hija Alina. Sin pensarlo me dijo que con gusto me daba a su hija para que cogieramos, ella quiso acompañarlos pero por cuestiones de la universidad le fue imposible.

Finalmente quiero decir que disfruté de mi hermosa cuñada, que me dejó deslechado y espero que volvamos a repetir.

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