Lo que sucedió en un curso
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Esta historia me ocurrió hace años, durante una capacitación, y fue totalmente inesperada.
El curso duraba tres días y me encontré con excompañeros de la universidad, entre ellos algunos con los que tenía una relación de compañerismo y amistad, pero no eran con los que más me juntaba durante la carrera ni con los que más coincidimos en el salón, sino que eran amigos de amigos.
En los recesos del primer día nos saludamos; ninguno era de esa ciudad y el alojamiento en el hotel del lugar donde se celebró el curso era excesivo. Resultó que nos quedamos en el mismo hotel y, al terminar el curso, fuimos al cine. El primer día nos encontramos allí y charlamos. Les diré: Leslie y Juan (siempre me pareció gay). Leslie tiene un cuerpo desde la escuela muy bonito y sexy, sobre todo sus piernas.
Siempre llevaba minifaldas y ropa muy elegante, trajes de chaqueta. Nos sentamos, quedé en medio; mi amiga, en ese entonces soltera, y mi excompañera también. Yo estaba ya separado. De reojo veía sus piernas, se me puso bien dura, llevaba bóxer, lo cual hizo que mi erección se notara. En eso, sentí una mano en la oscuridad masturbándome y me puse caliente. Al ser un cine donde exhibían películas para adultos, no podía hacer más. Salimos y cenamos.
Como íbamos a hacer un curso al día siguiente, ya en el hotel, en uno de los cuartos tomamos un par de cervezas y un par de bebidas preparadas en lata. Al dirigirnos al cuarto, me dijo mi amigo (su segundo nombre es un poco más femenino): «Creí que te ibas a quedar con ella. Vi cómo mirabas sus piernas y te pusiste bien excitado, jeje. Mis respetos para ustedes. En ese caso, podías dormirte ahí, tienes más amistad y creo que contigo no hay tos». No me lo tomes a mal, pero espero que me lo digas.
Pues sí, te tuve que al ver cómo te pusiste y al levantarte no te lo tomé a mal. Leslie te estaba masturbando, ja, ja, ja. Me reí, sí, en un momento dado, y aunque era un sueño guajiro y fantaseaba con que era ella, supe que eras tú.
—No terminaste, no, para evitar dar la lata ni para evitar que nos pillen y metamos en un lío, ¿verdad? Por eso tampoco terminé.
Me dice: «No terminaste, estás caliente», y sí, Lesly estaba frente a mí y eso que pasó en el cine, pues sí. Me dice: «Yo aún no tengo sueño. Era como las 10:». A las 10:30 me dice: «¿Quieres una cerveza o quieres hablar?». Al entrar, después de un rato, me dice: «Pensé que me ibas a molestar o que me ibas a mentir por eso, pero no, al contrario, gracias». Pues sí estuvo de riesgo, es que con ese paquete tan grande al ver a Lesly no te iba a volver a hablar. Jajaja, no sé, amigo, no creo que sea para tanto. Oye, y de verdad no terminaste por eso, o no te gustó. Mira, a mí no me gusta que me toquen ni el entorno, pero por eso mismo evito pensar en cosas poco excitantes. Me ve el bulto duro, no te molesta, enséñame, me saca la verga, sobo y como. Debo decir que, pese a no ser un galán, mi amigo sí sabía su preferencia. Me puso al cien, lamí su culo y lo cogí durante dos horas y me fui.
Al día siguiente nos fuimos los tres en el mismo taxi, nos sentamos cerca y, al regresar, salimos a caminar y convivimos un poco. Mi amigo no sé si se excitó con Lesli, se fue a las 9 p. m. Hablamos de todo y, después de tomar unas cervezas, me dijo:
—Oye, te vi ayer y hoy mirando mis piernas.
—Perdón, no pasa nada, mi amigo te ayudó, pero creo que no te gusto porque no te hizo terminar.
Jejeje. Yo creí que era otra persona o tal vez en el fondo eso me hizo no reaccionar y tener miedo de que nos cacharan. Como tú siempre fuiste de las más lindas y con los mejores cuerpos de la universidad, creo que tú lo sabías. Ya no lo soy, pues claro, Lesli sigue espectacular.
De verdad, y porque nunca se acercó, pensé que como era el crush de todos o de la mayoría de la universidad, no iba a ser caso.
Qué poca confianza, le dije que no y empezamos a decirnos piropos. Inesperadamente, me ve el bulto y me dice:
—Eso sí, estás potente.
Y creo que nunca me comí uno así.
Mira donde menos espera. Para mi sorpresa, me masturbó, se quitó la blusa, no llevaba sujetador, su piel blanca y su bello cuerpo me pusieron a mil, y chupé sus pechos. Ella seguía masturbándose cuando, de repente, se agachó y me la chupó. Jamás pensé que eso iba a pasar. Dije: «Vaya, nunca más». Podré dar sexo oral, no he tenido pareja que lo practique, me dijo, y nos acomodamos para el 69. De repente, ella me montó, algo que durante mi etapa universitaria siempre había sido mi fantasía, y se realizó. La puse de piernas en los hombros y practicamos todas las posturas sin sacar mi pene. Ella jadeaba y pedía más. Yo la besaba y ella correspondía con besos de lengua. Besaba sus pechos. La hice tener cuatro orgasmos y un squirt. Me dijo:
—Nadie me había hecho siquiera un orgasmo en la primera vez, y tú cuatro y mojar así un squirt.
—Eres experto, coges bien y no me lo cuentes, la compañía también ayuda —dije.
—Es que con un manjar es imposible no disfrutar y un crimen no disfrutar y hacer gozar.
Qué lindo, nadie me ha cogido tan rico y ha durado tanto como tú, y sigues firme. Creí que si alguna vez pasaría esto sería con un galán o así, me dijo. No, alguna pareja o el amor de mi vida, pero me puedes estrenar por detrás de verdad lo dices en serio, si, me puse detrás, me unté vaselina que tenía ella y empecé a penetrarla poco a poco. Entró y hasta que se adaptó se movió gemiendo y pidiendo más. La hice tener un par de orgasmos, el segundo fue con squirt intenso. Salí de su cuarto a la una; mi amigo entró y me oí coger con ella. Se lo chupó y dije: «No creo poder». Le di una cogida y se fue.
Al día siguiente, nos fuimos al curso. Todo fue normal, como si no hubiera pasado nada. Ese día, el curso tuvo comida y salimos a las 7. Ellos no podían regresar, así que me puse a ver una película después de recoger cosas. Pero mi amiga me dijo: «Cuando baile con ella, me vas a coger como anoche». Quién sabe si algún día volveré a verla. Y dije: «Bueno, ¿cómo negar?». Cuando fui al baño, mi amigo llegó, se masturbó y dio unas mamadas rápido y dijo: «Esta noche tomamos algo y lo hacemos, no te ofendas, pero tengo planes».
Estando en el hotel, en el taxi, ambos me tocaban y decidí quedarme. Fuimos a comprar bebidas y, cuando Lesli iba al baño, él me la mamaba y casi nos pilla Lesli. Otro rato, ella hacía lo mismo. Entonces, él dijo: «Ahí está mi amiga, les hago mosca y ni picho ni cacho», y nada. Mi amiga dice: «Tu lo tocaste y se la estás mamando. Creo que saldría mal. No quiero que se pongan así y den problemas». Me voy, no, mi amigo. Yo quiero y él también. Somos muy buenos amigos y nos lo pasamos bien juntos. No somos pareja porque no compartimos placer. Cogimos en su cuarto, en el mío y en el de mi amigo. Me cojo a ambos: él me la chupa para cogérsela a ella y ella para cogerlo a él. En varias posiciones, en tres ocasiones le di por detrás a ella, una en cada cuarto. Al final, terminamos los tres dormidos hasta las 5. Él se salió antes de irnos. Me los cogí de nuevo. Me pidió que se la chupara en la regadera. Me vacíe dentro de ella. Me dijo que así tomaba anticonceptivos.
Jamás los volví a ver ni saber de ellos. He buscado en redes sociales sin éxito.
Canas imaginé que tendría esa aventura con mis excompañeros y con una de las chicas más lindas y sexys de mi generación en la universidad.
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