Liberando los deseos reprimidos con mi hermana
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Estaba sentado desayunando cuando mi hermana Lucia me hace una pregunta bastante rara.
Juan, ¿vos sabes que es el incesto?
Casi me atraganto con mi tostada, deje de comer y la mire.
¿Por qué me preguntas esas cosas?
Lucia ya tenía 20 años, pero muchas veces tenia la curiosidad de un crio y solía acudir a mi como si yo fuera una enciclopedia.
Es que el otro día estaba mirando una película y en la misma había un chico que besaba a una chica, pero ella le decía que eso estaba mal, que estaban cometiendo incesto.😍
Mi hermana me miraba esperando una respuesta a la que no sabía como responder.
Finalmente le dije lo primero que se me ocurrió.
Si nosotros nos besáramos, estaríamos cometiendo incesto.
Me quede callado. De todos los ejemplos porque tenía que decir eso.
Ella no dijo nada mas y termino de desayunar.
Ese mismo día por la noche la encontré mirando una película y me pregunto si podía acompañarla. Le pedí que me haga un lugar en el sillón y me senté.
La película era bastante aburrida pero Lucia estaba feliz porque hacia rato no hacíamos algo juntos ya que la universidad ocupaba casi todo mi tiempo.
Ella estaba acurrucada a mi lado cuando volvió a hablarme.
Juan, te puedo preguntar algo sin que te enojes.
La mire y le dije que no iba a enojarme, que podía preguntarme lo que quisiera.
Es que es un poco vergonzoso, bueno no importa, mejor seguir mirando.
Estaba algo nerviosa, le sonreí y le prometí que sea lo que sea lo iba a aceptar sin enojarme o reírme.
Bueno, ayer encontré un diario que tenía guardado, era de hace 5 años, y lo empecé a leer.
Había bastantes tonterías, pero entre esas cosas encontré algo que paso entre nosotros, algo que había olvidado.
Me volvió a mirar y como no dije nada continúo hablando.
Era de noche y estábamos mirando la tele, nuestros padres dormían, estaban pasando una serie y entonces cuando termino, comenzaron a transmitir una película erótica.
Estaba super nerviosa, nos miramos y sin decir palabra le bajaste el volumen a la tele para que nuestros padres no se despierten.
Dejo de hablar unos segundos, notaba como su respiración se hacia pesada y lenta, empecé a sentir una erección que iba creciendo mientras más hablaba.
Siguió hablando, algo ruborizada.
Comencé a tocarme por encima de la ropa, sentía mis pezones erectos y mis bragas completamente mojadas. Podía ver de reojo como te acariciabas el pene, movías tu mano y se llenaba de flujo. Dejé de ver la película y continue a masturbarme viendo tu pene.
Nos masturbamos mirándonos, éramos jóvenes y luego una vez que eyaculaste te limpiaste y te fuiste a acostar.
Después de eso acordamos no volver a hablar del tema y con el tiempo lo olvide. Aunque lo anote todo en un diario que guarde, incluso como me sentí en ese momento.
Lucia se acercó a mí, bajo su mano y toco mi miembro.
Cuando leía el diario no pude evitar masturbarme, me metía los dedos y gemía con cada palabra, veo que no soy la única que se excito.
Luego buscando en internet encontré que la relación entre parientes se considera incesto y es algo mal visto por la sociedad. No sabia como abordar el tema así que decidí inventar lo de la película.
Me miro, esperando saber que es lo que pensaba. Por suerte era tarde y nuestros padres dormían.
La acerque a mi y nos besamos, era un beso dulce y sucio, era prohibido. Saque mi pene del pantalón y ella se agacho y comenzó a chuparlo.
Pasaba su lengua por la cabeza y luego se lo metía entero, jugaba con mi pene mientras se frotaba su pierna contra el sillón.
Si nuestra madre bajara y nos viera seguro le daría un ataque.
La senté en el sillón, le bajé los pantalones y las bragas y ella sola abrió las piernas. Comencé a lamerla, primero sus labios y luego su clítoris.
Agarraba mi pelo y lo apretaba mientras trataba de contener los gemidos. Su flujo era delicioso.
Le dije que al lado de la mesa de luz estaba mi billetera, dentro había condones.
Me paso uno y con sus delicados dedos abrió sus labios vaginales.
Veni y penétrame como no pudiste haces hace varios años atrás.
Metí mi pene y ella apretó mi espalda, la besé para que no gritara de placer. De vez en cuando me detenía a escuchar si mi padre o mi madre estaban por levantarse.
Que rico Juan, se siente super rico el incesto. Cógeme, hace acabar a la putita de tu hermana.
Estábamos extasiados del placer que sentíamos, una mescla de culpa y deseo carnal.
Movía mis caderas y ella también, acariciaba sus pechos y me preguntaba si lo estaba disfrutando. Se levanto y se puso en posición de perrito. La volví a penetrar, estaba super mojada. Lucia mordía el almohadón, quería darle una nalgada, pero tenía miedo de que se escuchara. Si tan solo nuestros padres no estuvieran. Pero tener a mi hermana de perrito ya era suficiente placer, debía conformarme con eso, al menos por hoy.
Me senté y la subí encima mío, quería ver su rostro cuando me corriera, ver la cara de mi propia hermana mientras tenia mi pene en su interior.
Lucia dejo escapar un gemido y luego me hablo.
Me estoy por correr, estoy muy mojada. Quiero ser tu putita, tuya y de nadie más.
Cuando libere mi carga, sentí como si soltara todo lo que había reprimido hasta ahora. Todo lo que había permanecido oculto ya no estaba, la culpa había desaparecido. Los ojos de lucia decían lo mismo. Nos besamos nuevamente y antes de que nuestros padres sospecharan algo nos fuimos a dormir. Eso sí, dormimos en la habitación de lucia, pero bien temprano me pase de habitación así nadie sospechaba.
Desde entonces llevamos una vida sexual activa, siempre cuidándonos de que nuestros padres no nos descubran.
By: Afrodita 💕
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