Le quité la virginidad a mi prima Fátima
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Todo empezó un día en que mi tía y mi madre fueron a un baby shower de una prima y mi madre me pidió si me podía quedar en casa con Fátima. Ella tiene 18 años, pero un cuerpo hermoso. Yo también tengo 18 años. Bueno, ella me pidió que me quedara con Fátima solos en la casa mientras ella y mi tía iban al baby shower. Yo acepté. Mi tía llegó por mi madre y dejó a Fátima. Mi madre se despidió de mí y me dijo que nos fuéramos a su cuarto. Yo le dije que sí y se fueron.
La verdad es que no tenía ni la menor idea de lo que pasaría más adelante, pero fue el mejor de toda mi vida. Todavía ahora me hago algunas pajas pensando en mi prima y en aquella noche en la que dejó de ser virgen.
Fátima se sentó en el salón, charlamos un poco y prendí la tele, pero no había nada bueno, así que me puse a escuchar música. Ella me dijo que estaba aburrida, así que nos pusimos a ver vídeos en mi móvil. Después de un rato, se me apagó el móvil porque no tenía batería. Ella me dijo que quería ir al baño, así que le indique el cuarto de mi madre. Ella entró y sonó el teléfono.
Fui a contestar, pero era mi madre. Me dijo que iban a llegar hasta las 8 de la noche y que si no había problema. Le dije que no, colgué, vi mi móvil y, como lo había puesto a cargar, ya tenía la mitad de batería, lo quité. Fui a por Fátima, pero no me oyó. Vi que salía del baño, no me había visto, no hice ruido. Ella vio 50 pesos en el tocador de mi madre. Volvió a mirar a todos lados, yo saqué el móvil y me puse a grabar. Ella no vio nada y se los tomó. Ya tenía todo grabado y tenía en mente algo maravilloso.
Ella fue a la sala, me senté a su lado y le dije: «Te enseño un vídeo». Ella dijo: «Sí», le enseñé lo que había grabado. Ella me intentó quitar el móvil y le dije que se lo iba a enseñar a su madre, jajaja eso solo era parte mi plan. Fátima me dijo: «No, por favor, se va a enojar». No le hice caso y ella empezó a ponerse muy triste.
La calmé y le dije que no se preocupe, pero que no le íbamos a contar, que estaba bien, pero quiero que te subas a mis piernas (así de directo y claro). Ella lo hizo, sentí sus nalgas en mi pene, que ya estaba erecto, y ella también lo sintió y se bajó y me dijo que ya no quería, que quería otra cosa (tal vez verga?).
Yo le dije a Fátima:
—Te tengo una propuesta, mira, yo veo a las primas de otra manera y además estas guapísima y tienes buen culo, así que me haces un favor.
—¿Qué favor? Le dije que se pusiera de rodillas, lo hizo, le dije que se reclinara un poco en el sillón, lo hizo, le dije que sacara un poco más las nalgas, lo hizo, y entonces le dije: «Espera, me quité el pantalón y me quedé con bóxer». Ella llevaba un pantalón corto que le marcaba las nalgas y esa pequeña tanguita. Me acerqué a ella y se lo empecé a arrimar. Ella dijo: «No, espera». —¿Qué haces? —le dije.
—Mira, si haces esto no se lo digo a tu madre —dijo ella.
—Está bien, sigue arrimándotelo —le dije, pero ya me dolía el pene de tantas ganas, así que le pregunté si podía bajarle el short.
—¿Para qué? —me preguntó.
—Para darte mi celular —le dije. (Claramente se hacia la tonta. A pesar de que era virgen, seguramente sus amigas ya le habían contado todo acerca de como follar.)
—Está bien, se lo bajé y traía una tanga que era amarillo y se le metía completamente en sus nalgas. Me quité los bóxer y se lo metí, estaba mejor.
Ella me decía que no le gustaba (bien que estaba completamente lubricada; pues le brillaba el coño), pero yo insistía.
Le dije a Fátima: «Te puedo quitar la tanga». Ella dijo: «No». Le dije: «Te doy los 50 pesos». Ella dijo: «Está bien, pero rápido, que ya me está gustando la idea». Lo hice y le dije: «Perdón, se lo metí todo. Ella gritó, pero seguí metiéndomelo. Yo estaba aaaaaa, se lo metía y lo sacaba. Estaba tan apretado y calentito que ella empezó a llorar, pero seguí. Sus quejas en minutos se convirtieron en gemidos fuertes.
Me la monté y la levanté de arriba abajo. Dejó de dolerle y sangró un poco, así que la abracé y me vine en ella. Nos metimos en la ducha para limpiar la sangre y, en el baño, seguí follándome a ella contra la pared. Ya no le dolía, empezó a gemir y me impresionó, pero volví a venir. Nos cambiamos y fin.
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