Capítulo 0: Las vecinas del lote
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Capítulo 0: Las vecinas del lote
La mayoría de las infidelidades suceden dentro del lugar del que se vive por ejemplo en un apartamento es más probable que sucedan estas cosas, ahora bien dentro de los lotes no se diga esto comenzó un día donde dos vecinas una llamada Herí y Thais, salieron a beber pero estás no lo hacen en la casa de ninguna pero por suerte afuera de su lote están unas canchas con unas bancas así que salieron ahí mientras tomaban, conversaban sobre los quienes ya habían tenido relaciones sexuales ya que si bien no eran putas era un secreto a voces que si lo eran pero entre la conversación se dieron cuenta que al menos entre los hijos de los quienes habían sido los primeros nunca se les había ocurrido el ya que se podría decir que tenía una naturaleza inocente pero recordaron el viejo dicho: “entre más penoso el chico, es el más pervertido” es entonces que decidieron hacer una carrera para ver quién se las cogía primero.
En eso, dentro del lote, en la casa 22, dos vecinas hablaban sobre las que estaban debiendo.
Aleida — si te soy honesta, el que tengan intimidad con alguien que podrían ser sus hijos se me hace algo asqueroso.
Alma — bueno, yo que me jactaba de nunca ponerle el cuerno a mi amiga con su marido. Yo creo que lo único que puedo decir es que lo haría con quién. Yo sé que no lo vaya a estar comentado. Creo que con el de la vecina del 47.
Aleida — ¡¿Qué cosas dices?!
Alma — si te lo pones a pensar, él es joven, virgen, reservado y cuya novia es inexistente, pero por eso podría afirmar que sea gay, pero aceptaría el reto de comérmelo para convertirlo.
Aleida — no cabe duda de que, desde que te separaste de ese fulano, tienes la mente conchambroza.
En la casa del número 34 hay una vecina que era bruja.
Edith — muy bien, mi encantamiento está casi terminando, solo necito el esperma de un joven virgen, pero dentro de esto dónde lo encontraré. — Su bola mágica le dice del chavo que ya hemos comentado: ¿De qué forma debería hacerlo? Creo que la mejor forma sería infiltrarme y hacer lo que una mujer tiene que hacer para conseguir acción.
En la casa 46 existe una vecina que, concubina, cree que su pareja la engaña, pero en uno de los cuartos la ventana tiene una visión perfecta al comedor de la otra casa, en donde ocasiones ha visto al chico que se me mencionó, donde se masturba. Ella dejaba un celular grabando todo mientras él se divierte para tener el material para sus noches de pasión, en eso ella quiere tenerlo.
Ellas no son las únicas que desean algo más de intimidad sino que en eso consistirá cada episodio una mujer diferente con problemas diferentes en el lote de la lujuria.