La ropa sucia de mi hermanastra

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Desde que mi madre y su padre salían, pensaba que quería vivir bajo el mismo techo que esa jovencita. Tenia 18 años y era una mamacita por donde se le mire. Después de algunos meses, nos dieron la noticia que ya esperábamos: se iban a casar, por lo que todos viviríamos bajo el mismo techo.

Desde que nos mudamos, reviso el cesto de la ropa sucia de mi hermanita en busca de tangas o calzones usados; si no los encuentro, voy directo a su cajón de ropa interior. Para mí es un deleite masturbarme con su ropa interior, ponérmela, olerla y hasta presumirla con mis amigos cuando vienen a mi casa.

Hemos tenido varios encuentros «inesperados» pero muy bien planeados, en los que ella me ha visto masturbarme con su ropa interior y yo la he visto cambiarse de ropa frente a mí muchísimas veces, pero lo mejor es cuando hablamos de cosas cachondas, como cuando yo me masturbo o ella me cuenta cómo se da, eso siempre me pone muy cachondo y siempre termino masturbándome en mi cuarto o mi baño, pero con su ropa. Eso. En fin, seguro mucho ya me entienden. En un momento dado, les habrá pasado.

En una ocasión entré en su habitación y la encontré casi desnuda, solo con una pequeña tanga de color rosa y las piernas un poco abiertas metiéndose el dedo medio. Fue una escena que nunca olvidaré y lo único que pude hacer fue disfrutar del espectáculo, ya que ella tenía los ojos cerrados y no se dio cuenta de mi presencia.

Me bajé los pantalones y el calzoncillo, dejando mi verga completamente dura para que viera. Me acerqué para tocarle las piernas y, al sentir mis manos, ella dio un gemido que se notó muchísimo.

Así empecé a tocarle la vagina, que ya estaba bastante mojada. Le metí algunos dedos y ella se dedicó a disfrutar. Cuando menos lo esperaba, me pidió que me la follara. No hubo más preámbulos, le abrí las piernas y jugué unos segundos con mi verga y su coño, algo que a ella le encantó. Luego, se la fui metiendo poco a poco, centímetro a centímetro, algo que para ella era eterno.

En cuestión de minutos estábamos follando como dos amantes. Fue el mejor polvo que recuerdo.

Follar con mi hermanastra no fue tanto un incesto, porque no somos hermanos … hermanos, por lo que nuestra relación duró mucho tiempo, aun sabiendo que cada uno tenia su pareja con lo que también follábamos.

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Juan Felipe
Juan Felipe
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