La mama de mi amigo Carlos es una puta bien caliente

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Soy un chico de 20 años, la misma edad de mi gran amigo Carlos, es de una familia de mucho dinero, yo de clase media apenas, en su casa todos, salvo su madre, son de una gran humildad y respeto en el trato, pero la “señora” Claudia es muy soberbia y orgullosa, varias veces nos hizo a menos a los amigos de Carlos.

No hace mucho, debí viajar a la capital, al llegar a la terminal, encontré a Carlos que despedía a su mamá, así que viajamos con igual destino y en el mismo colectivo, nos tocaron asientos cercanos, cuando nos pusimos en marcha, vi que conversaba con su vecino de asiento, el que se levanto acercándose a mi me dijo vaya a sentarse con su tía, no entendí nada pero fui a sentarme con la “señora” Claudia, la que con mucha suficiencia dijo que prefería viajar a mi lado que con un desconocido.

Desde nuestra ciudad a la capital es un viaje de 2 horas, por lo que seria largo soportarla, conversamos un buen rato, hasta que me dijo que deseaba dormir, acomodo casi horizontal el asiento y se acomodo para hacerlo, llevaba un ajustado jean, y una blusa delgada clara, ella es una mujer como de 43-47 años de gran belleza y muy buen cuerpo, prominentes bolas o senos, y lindas piernas rematadas en una rellena cola, sin exageraciones, yo la vi varias veces en malla, en su piscina. Un cuerpo de desearlo.

Yo también me dormí, como a las dos horas, desperté al ver hacia el lado de ella, estaba doblada, apuntando la cola hacia mi, como dormía, pude mirársela con toda tranquilidad, mucho después despertó en una de las estaciones , bajamos a comer algo, haciéndolo juntos, volvimos a conversar un rato, hasta que se durmió sentada, lentamente se fue inclinando hacia mi dejando su cabeza apoyada en mi hombro, lo que hizo que no pudiese moverme, se despertó pidiéndome disculpas, diciendo que sentía frió, por lo que pidió una manta, se la trajeron, no cambio su posición tapándonos a ambos con la manta.

Su cabeza, de nuevo en mi hombro, girando un poco quedo casi de frente, y en su sueño paso un brazo a sobre mi pecho, siempre con movimientos y ruidos de dormida su brazo fue cayendo hasta que la mano quedo casi sobre mi pene, yo comencé a simular que dormía; cosa que me era imposible, ella creyó que dormía, y bajando mas la mano directamente, me la puso sobre mi sexo y la movía muy lenta y suavemente, por supuesto que obtuvo muy rápida respuesta, lo que hizo que su movimiento de manos sea mas largo.

También yo como en sueños, moví las manos para posárselas en sus tetas, no haciendo nada para impedírmelo, a mi tacto note que los pezones estaba parados y duros, por que los dos sabíamos que ninguno dormía, pero no hacíamos nada por “despertarnos” su mano comenzó a buscar de desprender mi pantalón con cierre incluido, lográndolo, muy fácilmente, yo metía la mano por dentro su blusa, y bajo del sostén, para que sea piel con piel. Cuando desprendió, y logro sacarme la verga, me la acariciaba en todo su largo, a los pocos minutos, el colectivo debía hacer otra detención esta vez la mas larga del viaje, cuando se detuvo, ninguno dejo de “dormir” en nuestra comodísima situación, el resto de los viajeros bajo, quedándonos casi solos, allí sucedió, siempre bajo la manta, se inclino para llevarse mi fija a su boca, y majándomela como nunca me lo había hecho chica alguna, me fue llevándome a mi desesperación total, cuando le puse mi mano en su cabeza como anticipándole lo que vendría, no se inmuto y cerrando los labios, me hizo acabar chorros de semen, que con toda gula se la trago y deleito. Mientras yo con una mano aprisionaba una parada Tena, con la otra por sobre del pantalón le pasaba los dedos por su vagina. Cuando termino de degustar mi leche y por mi franela, tener un orgasmo, me beso en la boca, y sin soltarme dijo:

– Esto es solo un comienzo, cuando lleguemos a la capital estaremos juntos, por varios días, espero que te haya gustado.

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