La madre, mi amigo y yo
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Un día estaba en mi casa y me llamó mi amigo. Parecía un poco alterado cuando me comentó que quería hablar conmigo. Quedamos para esa tarde en el bar de costumbre.
Por la tarde llegué al bar, y mi amigo aun no había llegado. Pedí una cerveza y me salí a la puerta a fumar, mientras esperaba a mi amigo. Al poco rato llegó, pedimos una cerveza y nos sentamos en una mesa apartada.
.- Mi madre me ha dicho que ha follado contigo… Me soltó de pronto… Me lo ha dicho ella.
.- No lo pude evitar… Comenté cortado y sin saber su reacción… Fue un impulso. Ella sabía que la tocamos en la playa mientras estaba dormida.
.- Si, también me ha comentado eso… Comentó… Lo bueno es que ayer follé con ella.
.- Que fuerte, colega… Comenté asombrado.
.- Si que es fuerte… Comenzó a explicar mi amigo… Me pilló de sorpresa en mi habitación. Dijo que quería hablar conmigo. Primero me comentó lo de la playa, que sabía como la tocamos. Luego me dijo que había follado contigo. Eso me pareció muy fuerte. Acto seguido, me agarró la polla y bajándome las calzonas se la metió en la boca.
.- Perdona que te corte… Le dije susurrando… La historia se esta poniendo morbosa, mejor nos vamos y hablamos en otro sitio más tranquilo.
.- Tienes razón… Contestó… Vamos a otro sitio.
Pagamos las consumiciones y salimos del bar. Compramos un par de litros y nos fuimos a un parque cercano para seguir con la conversación.
.- vale colega… Le dije curioso… Sigue con el tema.
.- Como te dije… Siguió explicando… Se metió mi polla en su boca y me hizo la mejor mamada de mi vida. Luego, sin dejar que me corriese, se puso de pie, se levantó la falda, y para mi sorpresa no llevaba bragas, se colocó a horcadas, y se sentó sobre mi, clavándose mi polla en su húmedo coño. Mientras cabalgaba sobre mí, fue cuando me comentó que había follado contigo.
Yo no sabía como reaccionar.
.- Pero lo más fuerte no es eso… Expresó mi amigo… Lo fuerte es que quiere hacer un trio con los dos.
.- ¿Comoooooo?… Pregunté asombrado… ¿Qué tu madre quiere que la follemos los dos a la vez?
.- Si, colega… Contestó… Y quiere esta noche. Mi padre ha tenido que salir de viaje y mi hermana no está. Nos está esperando.
.- No lo puedo creer… Comenté, intentando levantarme del banco… ¿Vamos entonces?
.- Aun no… Me paró, agarrándome del hombro… Mi hermana un no se ha ido. Debemos esperar a las doce.
.- Vale… Contesté… Vamos mientras al bar.
.- Ok… Respondió mi amigo… Allí pasaremos el rato que nos queda.
Nos fuimos al bar y tomamos un par de cervezas con nuestro grupo de amigos, que nos miraban curiosos, pues no dejábamos de mirar el reloj.
Cuando dieron las doce, salimos del bar y desde lejos vimos a su hermana que salía del portal. Nos escondimos y cuando pasó de largo, nos dirigimos a casa de mi amigo.
.- Hola chicos… Saludó la madre, dándonos un pico a cada uno… ¿Cómo están mis chiquitines?
Cuando hizo la pregunta nos tocó la polla por encima del pantalón. Ella llevaba una bata de seda, de color rosa, anudada en la cintura con un cinturón del mismo color. Nos sentamos en el sofá, colocándose ella entre los dos. Estábamos un poco nerviosos, sin saber quien dar el primer paso. Ella se dio cuenta y comenzó a desabrochar el cinturón y abrirse la bata, dejándonos ver su delicioso cuerpo de mujer madura, totalmente desnudo. En ese momento, no lo pude evitar y me lancé sobre su teta derecha y la acariciaba mientras mamaba de su pezón. Al verme, mi amigo hozo lo mismo con la izquierda. Con mi otra mano acariciaba su pierna derecha, desde los muslos hasta su entrepierna. Ella daba pequeños gemidos con nuestras caricias. Me levanté y coloqué mi cabeza entre sus piernas, separándolas y pasando mi lengua por su mojado y dulce coño, arrancándole unos suspiros cuando le lamí el clítoris. Al poco rato de comerle el coño, llenó mi boca con sus flujos en un orgasmo. Mientras se recuperaba, mi amigo y yo, comenzamos a desnudarnos y a quitarle la bata a ella. Los tres desnudos, nos dirigimos a su habitación. Ella se sentó al borde de la cama y agarrando nuestras pollas, se las iba metiendo por turnos en la boca, chupándolas alternativamente. Cuando notó que nos íbamos a correr, se metió las dos a la vez, inundándole la boca con nuestra lefa, que terminó por rebosarle por los labios. Nos tumbamos los tres en la cama, y entre caricias y besos por todo su cuerpo, volvimos a estar a punto.
Primero me coloqué yo boca arriba para que ella se colocara sobre mí, clavándose mi polla hasta el fondo y echándose sobre mí, se colocó para que mi amigo le taladrara el culo. Una vez insertada por las dos pollas, comenzó a moverse al ritmo de nuestras embestidas, hasta que los tres llegamos juntos, inundando su interior con varios chorros de lefa. Cuando sacamos nuestras pollas, se las llevó a la boca y nos las dejó limpias con sendas mamadas. Los tres quedamos rendidos, ella en el medio. Mientras nos recuperábamos, acariciábamos todo su cuerpo, desde los muslos hasta sus tetas y su coño y le dábamos besos en el cuello y en los labios. De su coño y culo, aun salía los restos de nuestras corridas, manchando la cama.
Una vez recuperados, volvimos a repetir, pero esta vez al revés. Su hijo le follaba el coño, mientras yo la insertaba por el culo.
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