La hermana de mi amigo. Una sorpresa inesperada – I, II
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Mi hermana menor estaba con su pareja de vacaciones y mis padres estaban en casa de mi abuela, pasando el día, por lo que estábamos solos mi amigo, (que vino a pasar el día estudiando), mi hermana y yo. Después de almorzar. seguimos con los estudios, y mi hermana se acostó a dormir la siesta.
Una de las veces que salí de mi habitación, miré a la de mi hermana y la vi durmiendo, boca abajo, con la minifalda subida casi a la altura de su culo, que estaba tapado por unas braguitas casi transparentes, pues se le notaba la raja del culo a través de la tela. No lo dudé, entré en la habitación, aunque mi amigo estaba en la mía, y acercándome a la cama comencé a tocarle el culo a mi hermana, por encima de las braguitas, subiéndole más la minifalda.
Después de un rato, me di cuenta que mi amigo estaba en la puerta mirando asombrado, me hice el distraído y poco a poco comencé a tirar del elástico de las braguitas, dejando el culo desnudo de mi hermana. Mi amigo se acercó y le hice una seña para que lo tocara, cosa que hizo muy despacio. Su cara era de asombro y excitación a la vez. después de un rato turnándonos para tocar el culo de mi hermana, volvimos a mi habitación.
Le expliqué como comencé a desnudar a mi hermana y desde cuando lo hacía. Recordé que no la había vestido y regresé a la habitación, Había cambiado de posición y estaba boca arriba, con su coño desnudo cubierto por un pequeño triangulo de vello negro, depilado para el bikini. Llamé a mi amigo y volvimos a tocar a mi hermana por todas partes, desabrochando la blusa y mientras el tocaba su coño, yo mamaba de sus tetas. La vestí y volvimos a mi habitación.
Me comentó que le gustaría hacerlo con su hermana y me dijo el día que estarían solos, para que fuera a su casa.
Llegó el día, y después de comer tuvimos la suerte de que su hermana se tomó una pastilla para dormir, porque le dolía la cabeza y se acostaría a dormir la siesta. Pasado unos minutos, mi amigo fue al cuarto de su hermana y me avisó para que fuera. Al entrar vi a su hermana, boca arriba, dormida con solo la ropa interior. Mi amigo me dijo que fuese yo quien la desnudara, al tener más experiencia por mi hermana.
Poco a poco comencé a acariciarla muy lento comenzando por sus pechos y bajando el sujetador, mamé sus tetas, un poco más pequeñas que las de mi hermana, pero igual de firmes, luego bajé la mano hasta sus braguitas y tirando del elástico, fui desnudando su coño, depilado. Mi amigo comenzó a acariciarlo, mientras yo seguía con las tetas, luego nos turnamos y su sorpresa fue cuando comencé a lamer el coño de su hermana. Nos turnábamos y después de un rato, la vestimos y salimos de la habitación.
Prometimos no contar a nadie lo ocurrido con nuestras respectivas hermanas, y cada vez que estábamos solos intercambiábamos las histórias de lo que les hacíamos a nuestras hermanas.
Era un caluroso verano. Por aquel entonces yo tenía 22 años. Por la tarde, fui a casa de mi amigo para ir a tomar unas copas al bar, donde había quedado con nuestro grupo. Llegué a su casa sobre las 8:30. Cando llamé al timbre, la que me abrió fue su hermana.
.- Hola… Me saludó dandome un beso en cada mejilla.
.- Hola… Saludé correspondiendo a los besos… ¿Está tu hermano?
.- No, ha salido un momento con mis padres a un recado… Me explicó… Pas y lo esperas, no creo que tarde mucho.
.- Vale… Contesté, mientras entraba.
Era un bellezón de 31 años. Rubia, con unas tetas firmes, y un culo respingón. Vestia unos pantalones cortos, muy ajustados y una camiseta de tirantas con un sugerente escote, que no dejaban nada a la imaginación. Aunque no tenía que imaginar nada, pues ya había disfrutado de sus encantos, años atras. con mi amigo, (su hermano), mientras estaba dormida. Al entrar me senté en el sofá y ella se sentó a mi lado.
Comenzamos a charlar, recordando cuando estuvimos en el camping con mis hermanas y sus amigas. La charla era amena, mientras fumabamos un cigarro. Se levantó y fue a la cocina, regresando con un par de latas de cerveza y volvindose a sentar a mi lado. Entre sorvo de cerveza y calada del cigarro, no dejaba de mirar sus piernas, y como se insinuaban los labios de su coño en el ajustado pantalón corto.
Coloqué una mano en su muslo y poco a poco a comencé a subir, sin ninguna oposición por su parte. Me aventuré y coloqué la mano en su entrepierna, subiendo y bajando acariciando su coño con la punta de mis dedos. Ella me bajó la cremallera del pantalón y sacando mi polla se la metió en la boca, haciéndome una deliciosa mamada. Nos cortó el sonido del wassap en su móvil. Miró el mensaje y con una sonrisa picarona me dijo que era su hermano, que quedaría en el bar pues se les había hecho tarde, que me lo dijera si iba a buscarlo.
Cuando me dijo esto, la agarré, la llevé al sofá, mientras acariciaba su culo, la coloqué boca arriba y bajandole los pantaloncitos, comencé a comerle el coño directamente, pues no llevaba ropa interior, chupando su clitoris y mordisqueandolo, hasta que llegó al orgasmo inundando mi boca con sus jugos. La aupé y colocandola de perrito sobre el sofá me quité mi pantalón y mis boxer, apunté a su coño clavandole mi polla hasta el fondo.
Comencé el bombeo mientras jugaba con sus tetas subiéndole la camiseta. Sus pezones se pusieron duros al momento con mis caricias. Cuando noté que me iba a correr, saqué mi polla de su coño y solté todo, cubriendo sus nalgas de blanco con mi lechada. Mientras ella seguía en la misma postura, jugaba con su coño con mis manos haciéndola llegar al orgasmo. Nos recompusimos la ropa, terminamos las cervezas y me fui al bar con mis amigos y esperar a su hermano.
Unos días más tarde, al salir de mi casa me encontré de nuevo la hermana de mi amigo. Estaba espectacular, con una minifalda de color azul, con un poco de vuelo y una blusa blanca que se le transparentaba un poco el sujetador de color negro. Su cabello rubio resbalaba por sus hombros.
.- Buenas tardes… Me saludó con un beso en la mejilla.
.- Buenas tardes… Saludé correspondiendo al beso.
.- ¿Donde vas?… Preguntó.
.- A tomar algo y si hay alguien con quien charlar… Respondí.
.- ¿Quieres subir a mi casa?… Me preguntó con cara de picarona… Estoy sola. Mis padres han salido de finde y mi hermano no está. No se donde ha ido.
.– Pues conmigo no ha quedado… Le respondí… Y tampoco me comentó esta mañana que tuviera algún plan.
.- Bueno, eso no importa… Comentó acercándose a mi… ¿Te decides o no?
Dicho esto, me tocó la polla por encima del pantalón. Yo correspondí agarrando sus nalgas y volviéndola a besar, pero esta vez en los labios.
.- ¿Eso es un sí?… Preguntó picarona.
Entramos en el portal y subimos a su casa. Nada más entrar nos abrazamos y empezamos a besarnos recorriendo nuestros cuerpos con nuestras manos. Metí mi mano derecha bajo su falda, mientras con la izquierda sobaba sus tetas. metiéndola bajo la blusa y subiéndole el sujetador. Poco a poco nos fuimos desnudando el uno al otro dejando nuestra ropa esparcida por el suelo. Me cogió de la polla y me llevó a la habitación de sus padres.
.- Aquí estaremos mejor… Me susurró… La cama es más grande.
Se tumbó en la cama, y comencé a darle suaves besos y lametones en el cuello, bajando hasta sus tetas y deleitándome con sus duros pezones, lamiendo al rededor de ellos, siguiendo la circunferencia de las areolas y luego succionándolos con mis labios. Seguí bajando, jugando con mi lengua en su ombligo, haciéndola soltar una risita, por las cosquillas, para seguir por el monte de Venus hasta llegar a su coño, separé los labios con mis dedos y comencé a pasar mi lengua entre ellos y succionar su clitoris, hasta que se arqueó con un orgasmo.
Volví a subir, de la misma manera que bajé, besando y lamiendo su cuerpo, colocándome encima de ella y poco a poco, introduciendo mi polla en su ya encharcado coño. Mientras realizaba el mete y saca, no dejaba de besarle el cuello, las orejas y mamar sus tetas. Después de un rato de bombeo, la saqué y apuntando a sus pechos le blanquee las tetas con varios chorros de esperma.
Ella recogió mi leche con los dedos y se los llevó a la boca, lamiéndoselos. Luego ella hizo que me tumbara boca arriba, y comenzó a darme besos por mi cuello, bajando por mi pecho, hasta llegar a mi polla que comenzó a besar en el glande y a lamer mis huevos, hasta que empezó a ponerse dura, metiéndosela en la boca y terminando de endurecerse entre sus labios. Después de un rato mamando, comenzó a subir de nuevo con suaves besos, hasta que colocó mi polla en la entrada de su coño, y de un solo golpe, dejándose caer se la clavó hasta el fondo, chocando mis huevos con sus nalgas.
Se quedó un rato parada, acoplándose mi polla en su coño y poco a poco comenzó a subir y bajar, cabalgándome, mientras amasaba sus tetas. Yo cerré los ojos para sentir el placer de su cabalgada, cuando de pronto noté una extraña presión en el borde de la cama y un sobre peso sobre mí, mientras ella daba un pequeño suspiro entre malestar y placer. Abrí los ojos y me llevé una gran sorpresa al ver a su hermano, mi amigo, penetrándole el culo. Me quedé inmóvil sin saber que hacer, debido a la sorpresa.
.- No te pares… Comentaba ella entre suspiros… Aaah, sigue, sigue.
Yo seguí moviendo mi pelvis acompasando los bombeos de mi amigo en el culo de su hermana. Después de un buen rato, nos corrimos los tres a la vez, llenándole el coño y el culo con nuestras corridas.
.- Me habéis dejado muerta… Comentó ella, mientras se iba al servicio a lavarse… Ha sido genial.
.- Yo no me esperaba lo de tu hermano… Comenté, aun sin salir de mi asombro.
.- Yo te lo diré… Comenzó a explicar mi amigo… Ella me contó que quería follar contigo, por eso el día que viniste a buscarme, llegué tarde queriendo para que follaras con ella. Yo le dije que estaba de acuerdo, pero con la condición de que si alguna vez volvíais a follar, yo quería participar. Ella no se lo pensó y después de que me dejara follarla, preparamos el día de hoy. Yo estaba escondido en mi habitación, esperando a que ella se colocara encima tuya y te cabalgase, para entrar y follar su culo. Como habrás comprobado, ella estaba de acuerdo.
.- Pues ha sido una sorpresa… Comenté… No me lo esperaba.
.- Mi hermano me contó cuando, de pequeños, me desnudasteis entre los dos mientras estaba dormida… Comentó ella, regresando del servicio… Fue hace unas semanas, y desde que me lo contó, le dije que quería follar contigo. Lo de follar con mi hermano fue pura casualidad. Al decirle lo tuyo, él quiso aprovecharse de la situación y ese mismo día por la tarde follamos.
Dicho esto, agarró nuestras pollas y se las iba turnando para mamarlas. Cuando nos las puso de nuevo dura, mi amigo se colocó boca arriba, ella se colocó encima y se insertó su polla en el coño y echándose sobre el pecho de su hermano me ofreció su culo que, colocándome en posición, penetré hasta el fondo. Como nos habíamos corrido hace poco, la doble penetración duró más tiempo, turnándonos mi amigo y yo para sobarle las tetas y acariciar sus cuerpo.
Después de un buen rato bombeando volvimos a llenarle el coño y el culo con nuestras corridas, en una nueva doble penetración. Ese finde lo pasamos los tres juntos, turnándonos para follarla ya fuese uno solo o los dos por todos sus agujeros.
La hermana de mi amigo II
Estaba en un centro comercial, cuando me encontré con la hermana de mi amigo.
Ella; Hey, ¿que haces por aquí?… Me peguntó mientras ne daba un beso en las mejillas.
Yo; Hola… La saludé devolviéndole los dos besos… Dando una vuelta, Estaba aburrido en casa.
Ella: ¿Te importa acompañarme?… Preguntó… He venido sola y necesito la opinión de alguien.
Yo: No sé… Contesté dubitativo… ¿Y si nos ve alguien?
Ella: ¿Te asusta eso?… Me susurró al oído… Hemos follado con mi hermano.
Me quedé unos segundos sorprendido e inmobil por su comentario.
Yo: Está bien… Acerté a contestar… Te acompaño.
Ella: Genial… Chilló contenta.
Fuimos a comprar ropa para las vacaciones de verano. Pantalones cortos, camisetas de tirantas, bikinis, etc… Entramos en una tienda y comenzó a mirar ropa y me iba dando lo que se iba a probar. Cuando tenía varias prendas, fuimos al probador.
Ella entró en el primero que encontró vacío. Ese probador, por suerte para mí, tenía la cerradura rota y la puerta no cerraba, por lo que pude ver a mi morena desnudarse, con la puerta entre abierta, deleitándome con sus tetas, pues no se quitó las bragas. Mi polla iba a estallar en mi pantalón. Se probó el primer bikini y le quedaba genial. Tapaba lo suficiente de sus tetas y la braguita casi se le metía entre las nalgas. Mi polla seguía queriendo salir.
Cada bikini que se probaba me ponía más cachondo, hasta que no pude resistirlo más. Miré a mi alrededor y no había nadie en los probadores, por lo que entré cuando se estaba quitando el último bikini y agarrándola desde atrás le acaricié las tetas, mientras besaba su cuello y espalda. Me bajé los pantalones y el bóxer y mi polla saltó como un resorte. Mi morena se agachó y colocándose de rodillas comenzó a mamármela. Antes de correrme le hice un gesto y solté toda mi lefa en sus tetas. La hice sentarse en el banco del probador y abriéndole sus piernas le comí el coño hasta que sus flujos inundaron mi boca.
Nos recompusimos la ropa y comprobando que no había nadie, salí del probador y recogimos la ropa que iba a comprar, pagó y salimos de la tienda. Por el camino a su casa, en el coche, le puse la mano en su entrepierna y comencé a masturbarla por encima de su ropa, haciéndola gemir con un orgasmo.
Estábamos pasando cerca de un polígono industrial casi abandonado, pues la mayoría de naves estaban cerradas y abandonadas. Entré en una calle sin salida. Apagué el motor y acto seguido mi morena agarró mi polla por encima de mi ropa. Me desabrochó el pantalón, y sacando mi polla la besó, lamió y se la metió en la boca. Sentía sus labios subir y bajar por mi polla.
Pasamos a la parte trasera del coche y nada más entrar se colocó en posición de perrito, le bajé los pantalones y las braguitas y se la inserté en el coño poco a poco, como días atrás, mientras acariciaba sus tetas por debajo de la camiseta. Comenzó a gemir desde que se la metí. Después de un buen rato bombeando, la saqué y me corrí entre sus nalgas. Se limpió con un klinex que siempre llevo en el coche, nos recompusimos y seguimos camino a su casa.
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