La dura vida de una ama de casa. (El regalo perfecto)
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Hola mi nombre es Fritzell, tengo 42 años actualmente casada, con 2 hijas, una de 17 y una de 18 años recién cumplidos. Siempre eh sido heterosexual hasta hoy. Pues mi pequeña cumple los 18 y por azar estábamos nosotras dos todo hasta el anochecer.
Debo admitir que desde hace un tiempo sentía su mirada penetrante en mi cuerpo aclaro que no es muy espectacular, tenia senos grandes pero caídos con pezones color marrón, test blanca. Un trasero gordo pero mi estatura no me ayudaba media 1.69 cm. Bueno retomando hoy me metí a bañar y al salir la vi a ella sentada. Tenia mis calzones oliéndolos mientras se ponía caliente.
- Mjmm.. ¿Que haces señorita con eso? – dije furiosa, ella se enrojeció y no sabia donde meter la cabeza. Ella solo se levanto y se encerró en su cuarto.
Estaba furiosa a pesar de que fuese su cumpleaños. Pero simplemente me hice como si no hubiese pasado nada. En fin verla oliendo mis calzones me puso caliente, empezaba a recordar esa imagen y pensar en lo que pudo haber pasado si decidía hacer cosas con ella, pero recapacite diciéndome que como podía pensar en eso si era mi hija. Me vestí rápidamente y al pasar por su cuarto escuchaba como su cama rechinaba fuertemente acompañada de ligeros susurros.
- ¡No pares ma, mas!
- ¡lámeme la vagina!
Seguido de un grito aliviado, mientras ella gemía yo me toqueteaba la concha, metiendo mis dedos suavemente a la vez que me recargaba en el muro del pasillo. Fue un buen tiempo asta que ambas nos corrimos sin que la otra supiera, yo estaba chorreando demasiado tanto que moje mi ropa y por consecuencia me cambie.
Pero esta vez seguí mi calentura pues me puse una tanga de perlas con una falda que le gustaban a Ana esos como tipo piel, pero notaba que apenas si me cubrían un poco claro hace mucho que no me los ponían desde la luna de miel. Acompañado de una playera igual de piel sin sujetador haciendo notar mas mis pechos, asta los hacia resaltar mas y la cereza del pastel unas mayas de red que combinaban con la falda y la tanga.
Cuando baje a la cocina ella estaba babeando al verme, eso me hacia sentirme joven de nuevo saber que aun podía atraer. Comimos y cuando fue hora de partir el pastel, me levante disque buscando algo en la alacena de abajo dejando que ella contemplara el paisaje.
- Dime cariño ¿Qué quieres de regalo de cumpleaños? -pregunte de forma picarona, mientras buscaba y a su vez intentando que la falda se me subiera.
- Este..mmm…este. -dijo de forma ansiosa.
- ¡Vamos que no te de pena es tu cumpleaños, solo se cumplen 18 una sola vez! -me levante y me puse a lavar los platos. Aun que se notaba mis pezones estaban hinchados y mi concha empezaba a mojarse, ya no podía seguir aguantando.
Solo escuche unos pasos y se detuvo a unos centímetros de mi pronunciado.
- ¡Quiero estos de regalo! -replico metiendo sus delgadas manos debajo de mi falda, podía sentir incluso como sus dedos apretaban mis nalgas. Y eso me hacia excitarme demasiado, antes que me perdiese por la calentura dije.
- Eres mi niña dorada y jamás te negaría tu regalo, así que esto quedara entre nosotras dos! -tome su cabeza y levantándome la falda la acerque. Ella sin pensarlo dos veces empezó a lamer mi culo.
Sentía su lengua lamiéndome la raja y en momentos midiéndome las nalgas, hacia que me erizara la piel. No aguante mas así que me corrí soltando gemidos y soltando su cara para dirigir mis manos a mi vagina. Ella se levanto tomando con sus mano mi tanga, estirándola hacia arriba, provocando que esta se metiera en mi vagina y siendo estimulada a la par.
Se divertía tirando y viendo como su madre se estremecía, asta que me corrí como nunca antes lo había echo, era como ganas de hacer pipi pero acompañado de relajación y satisfecha. De un momento a otro deje de sentirla y al voltear a verla ella lamia el chorro que había echo. Admiraba su pequeño y delgado trasero. Esos jeans se veían a medida se veía redondo su trasero y su blusa se veía atractiva.
- Vamos mi pequeña, es hora de que la cumpleañera se divierta. – dije apasionadamente, y la senté sobre la mesa.
Ella me miro ansiosa entonces acaricie su rostro acercándome asta sentir su respiración, una vez cercas la bese, jugueteábamos con nuestras lenguas y con mis matos poco a poco las metía a su pantalón ajustado, logrando acariciar su trasero.
Luego las retire de ahí y le quite la blusa admirando su sostén rosa que de unos movimientos se la quite admirando aun mas sus pequeños senos, puntiagudos y sus pezones erectos que al verlos inmediatamente empecé a chuparlos y jugar con ellos con mi lengua.
Imaginaba que tendrían algún sabor pero me equivocaba, la textura eran como las de las gomitas. Así estuve un rato asta logre que se corriera mojando su pantalón.
- Te amo mamá. Este es el mejor regalo de todos. – dijo alegremente.
- ¡Oh pero aun no acabamos hay que limpiar!
Acto seguido desabroche su pantalón y empecé a lamer sus dedos de los pies e ir subiendo lentamente también jugueteando con sus senos, asta llegar a sus calzones, estaban completamente empapados y ese olor tan característico me hacia enloquecer, era un aroma y sabor dulce.
Una vez succionado el agua de su calzón procedí a retirárselos.
Inmediatamente cerro sus piernas pues nadie a había visto su concha y le apenaba. Aun que al inicio se negaba, logre convencerla de que me dejada ver. Era rosadita y sus labios estaban ligeramente salidos, me acerque a oler ese adictivo aroma para después chuparle la vagina por un buen rato.
- ¡Ah si mamá, mete mas tu lengua! -dijo presionándome mas hacia ella. Miraba de reojo sin para para solo mirar como gozaba y se retorcía de placer.
Pero de momento sus manos bajaron el cierre de la playera, una vez abajo pare solo para que pudiese admirar los pechos que algunas vez la alimentaron.
- ¡Son enormes mama, casi como sandias! – dijo sin dudar agárralos y presionarlos.
- Oh vamos, menos charla y mas acción!
La acerque a mis pechos restregándoselos en la cara y con mis manos aprontándolos suavemente, la deje tomar aliento y por merito propio se volvió acercar a ellos jugueteando y empezando a lamerlos ferozmente, claro yo no deje que solo ella se divirtiera, metí mis dedos a su estrecha vagina, realizando movimientos de afuera y dentro. Se divertía tanto como si eso realmente ansiara desde hace mucho y cuando al fin termino de jugar, me beso apasionadamente. Ella retiro mi mano de su vagina mojada solo para correrse salpicándome la cara, yo por otro lado tome su jugo esparcido y la bese compartiendo sus jugos ella.
Exhausta se quedo dormida sobre la mesa de mármol, con una sonrisa de oreja a oreja. Lo ultimo que hice fue acercarme a su oído y susurrarle.
- ¡Espero que te haya gustado tu regalo! – besándola y admirando su cuerpo joven.
Después de eso ella se recupero y subió a cambiarse cuanto antes y yo haciendo lo mismo antes de que llegaran los demás.
Espero que esta experiencia mía les fascine, si es de su agrado háganme saberlo por favor. Besos y abrazos de su amiga (^_^)/, pronto escribiré mas de mi vida.
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