La Deuda la historia de mi hija Jimena
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Jimena
Nota del Autor:
Recomiendo leer la historia “La Deuda” antes de conocer la historia de mi hija Jimena.
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Luego de la demostracion de lealtad de mi hija Jimena y mi esposa Claudia, al entregar sus cuerpos a cambio de la deuda que tenia la empresa, llevamos nuestras actividades diarias de forma normal. Jimena seguia asistiendo a sus clases en la universidad y mi esposa seguia dedicada a la compañia, sacando adelante la produccion y muy empeñada en sacar nuevos productos al mercado.
Jimena seguia con Raul, su novio, y se les veia muy animados como una pareja muy estable. Ella seguia luciendo sus ajustados bluejeans, su sensacional culo y sus femeninos pechos y me imagine que el era el afortunado que disfrutaba de su cuerpo. Desde la noche en que ella fue el objeto con el que la empresa pago la deuda empeze a observar a mi hija con otros ojos. Recordar como los doctores gritaban, gemian y sus rostros desfigurados por el placer, expresaban la maravillosa sensacion de derramarse mientras que sus vergas reposaban en lo profundo de la vagina de Jimena, me dio a entender que mi hija era un verdadero regalo de oro para cualquier hombre que, como Raul, tuviera la fortuna de montarla y clavarla en la cama.
Por mi parte, Mi esposa Claudia seguia igual de bella y radiante y yo por supuesto seguia disfrutando de sus bondades. Su delicado culo y sus ricas tetas seguian siendo solo mias y el sexo anal era parte activa de nuestras vidas cuando con relativa frecuencia yo la montaba y en posicion doggy le hundia mi verga en su ano.
Cierto dia invitamos a almorzar a Raul a la casa y Claudia preparo, junto con Jimena, un plato especial con camarones. Mi esposa lucia una corta minifalda azul y una blusa blanca. Bajo la blusa era parcialmente visible el brassier y sus voluptuosos pechos. Jimena tenia puesto un vestido de sastre muy elegante con un ajustado pantalon que marcaba perfecto ese fantastico trasero y una blusa que apresaba sus paradas tetas. Mirando el deseable culo de mi hija entiendo porque los Doctores pagaron US$30000 por tener la oportunidad de montarla toda una noche y comprendi porque el doctor Jimenez ofrecio una cantidad extra de dinero para tener sexo anal con ella. Claro, como yo me negue a eso, me imagine que la verga de Raul era la unica que abria sus redondas nalgas, se hundia en lo profundo de su trasero y se derramaba dentro de su ano.
Durante la cena empeze a observar con curiosidad pero con cierta molestia como Raul observaba a mi esposa Claudia con interes. A pesar de que Raul y Jimena tenian ya dos años de noviazgo, nunca antes observe con ojos de deseo a mi futuro nuero. El miraba las tetas de Claudia de forma un poco descarada y por supuesto, la corta minifalda de ella era el objeto de detalle cuando mi esposa se paraba de la mesa e iba por mas comida a la cocina. Sus ojos de quedaban estaticos viendo el movimiento del trasero de mi esposa bajo esa diminuta falda. Raul, de 20 años de edad, se mostraba interesado y atraido por la madre de su novia, la cual le doblaba la edad. No lo puedo negar pero Claudia se veia muy deseable y sexy, y por supuesto yo tenia en mente esa noche montarla y hundirle mi verga en su vagina.
Luego de la comida decidimos salir a bailar a una discoteca. Como yo casi no bailo, Raul se turnaba las piezas de baile con Jimena y Claudia, mientras que yo me quedaba observando desde la mesa. A medida que avanzaba la noche, vi como Raul y mi esposa bailaban muy apretados el uno del otro, y se les veia muy entusiasmados. Como una pareja normal ambos juntaban sus cuerpos y el la abrazaba tomandola por la cintura. Mientas tanto yo me tomaba unas copas de vino al lado de Jimena.
-“Ven papa, ven a bailar”, me llamo Jimena tomandome de la mano e invitandome a la pista de baile, lo cual acepte.
En ese momento, Raul y mi esposa terminaban de bailar por largo rato y se acercaban a nuestra mesa. Justo cuando Jimena me empezaba a enseñar a bailar vi como mientras Claudia se aprestaba a sentarse, Raul pasaba su mano por el trasero de ella acariciando su culo lentamente. Claudia y el se sentaron a la mesa y empezaron a beber unas copas, sin darle importancia a lo sucedido. Mientras que Jimena me seguia indicando unos pasos de baile, Raul seguia con Claudia charlando y riendo en la mesa mientras que su mano tocaba la parte alta de la piernas de Claudia. Como ella tenia sus piernas cruzadas, le permitia a el disfrutar de la vista de la corta falda y sentir la tersa piel de sus piernas.
Pense que Jimena no habia notado esto pero me equivoque.
-“Papa, has notado como estan mama y Raul…?”, me pregunto ella.
-“Si los he observado y no me gusta eso.. los veo muy cerca el uno del otro”, le respondi.
-“Raul esta muy interesado en mama y a mi ni siquiera me presta atencion”, me comento ella con tono de molestia.
En ese momento Jimena me apreto mas a su cuerpo y seguimos bailando el uno muy cerca del otro. Podia sentir perfecto sus voluptuosos pechos rozando mi cuerpo y su rostro reflejaba el malestar del comportamiento de su novio con su madre. Su cabeza estaba pegada a la mia y podia sentir perfecto su respiracion cerca de mi oreja.
Justo cuando terminabamos de bailar, Jimena bajo su mano y me toco el trasero. Me senti excitado por esa caricia tierna de ella y eso prendio mi mecha. Nos acercamos a ellos tomados de la mano y nos sentamos a la mesa. Jimena me tomo por el brazo y dejo que yo le colocara mi mano sobre sus piernas. Una copas de vino mas empezaron a afectar nuestras cabezas y empezamos a actuar extraño. Mientras Raul y mi esposa seguian con su juego de manos bajo la mesa, yo me dejaba llevar por la conversacion de Jimena quien queria despertar celos en Raul al sentirse ella desplazada esa noche. De pronto Jimena me lanzo una pregunta tentadora que mostraba su desespero por ver a su novio coqueteandole a su madre.
-“Papa, como Raul no me desea hoy, me llevarias a un hotel esta noche?
Sonrei, me mantuve en silencio pero aunque tenia una respuesta no podia ser tan directo con Jimena. Su pregunta reflejaba su inconformismo de ver a su novio coqueteando descaradamente con su madre. Soy su padre pero tambien me sentia por supuesto molesto de ver a mi esposa con un muchacho de menor edad que la mia, y claro, el cuerpo de Jimena era un regalo muy especial para cualquier hombre y en especial, su sensacional y parado culo juvenil era digno de ser poseido por un coño.
-“Dejarias que tu novio se escape con tu madre?”, le respondi con otra pregunta.
Ella me sonrio y no supo que decir.
Al cabo de un rato en que las cosas no cambiaban. la situacion era muy tensa. Jimena y yo, molestos, seguiamos viendo como Raul tocaba sin escrupulos el culo de Claudia cuando bailaban y luego al sentarse a la mesa, las piernas de mi esposa eras recorridas por sus manos, mientras que ellos riendo parecian no percatarse de que era muy obvio nuestra inconformidad.
Salimos de la disco y acordamos llevar a casa a Raul primero. El y Claudia se encontraban un poco afectados por las copas de vino que bebieron mientras que Jimena y yo seguiamos aun incomodos por la situacion. En el auto me puse al volante mientras que Jimena se sentaba a mi lado colocandome su mano en mis piernas. En el asiento de atras, Claudia y Raul, abrazados, seguian su juego.
Llegamos a casa de Raul y sorpresivamente Claudia se bajo con el.
-“Cariño, voy a acompañar a Raul hasta la puerta.. el pobre esta como ebrio y no creo que pueda abrir la puerta..”, dijo ella de forma sarcastica y burlona. Mi hija y yo sabiamos que Raul no estaba ebrio y era un oportunidad mas de estar con el.
Raul y ella se bajaron del auto y abrazados se dirigieron a la puerta mientras que Jimena y yo nos quedabamos en el auto con el motor en marcha esperando que Raul entrara a la casa y Claudia regresara al auto para dirigirnos a casa. De pronto con sorpresa vimos como Raul y Claudia entraban a la casa y cerraban la puerta. Pense que era otra broma pesada de Claudia esa noche asi que esperamos pacientemente con Jimena en el auto hasta que, pasados 10 minutos, ninguno de los dos se asomaba por la puerta.
En vista de que aun mi esposa no se asomaba, decidimos con Jimena salir del auto a golpear la puerta y pedirle a mi esposa que regresara al auto para irnos a casa. Cuando estabamos a punto de golpear la puerta, escuchamos gemidos y quejidos que venian de adentro. Nos acercamos por el ventanal de la sala y vimos a Claudia y Raul en la cocina. Desde donde estabamos no observabamos muy bien pero era muy obvio la escena. Claudia estaba de pie recostada sobre una mesa o algo que le dejaba descargar su cuerpo hacia adelante. De ella solo era visible sus piernas, su corta falda levantada sobre su cintura, sus espectaculares nalgas y su tanga caida sobre sus tobillos. La pared de la cocina no nos dejaba ver mas. Aferrado a ella por detras estaba Raul, quien con sus pantalones abajo, clavaba con su verga a mi esposa. El la tomaba por la cintura y era perfectamente visible como su coño sin condon se escondia y salia bajo la minifalda, aunque no era muy claro si su verga taladraba su ano o su vagina. Lo que si era visible era el rostro de placer de Raul quien en su cara reflejaba la maravillosa sensacion de sacudir su verga dentro del sexo de mi esposa, y la cadencia rapida con la que su abdomen se mecia contra el trasero de Claudia mostraba que su coño estaba a punto de eyacular.
-“Raul, eres un desgraciado… maldito”, dijo Jimena al ver la escena.
-“Papa, llevame a casa ya.. por favor”, me dijo Jimena escurriendo una lagrima de sus ojos.
La abraze y cuando nos volteabamos para regresar al auto escuchamos el grito de Raul al derramarse dentro de mi esposa, y el gemido tipico de Claudia al sentir en su vagina el esperma calido del semen de un hombre. Su gemido era una indicacion de que ella habia llegado al orgasmo y me hizo recordar los momentos que presencie en la suite del hotel cuando la verga sin condon del Doctor Jimenez le vacio toda su carga en su vagina.
Prendi el auto, acelere y llegamos a casa sin decirnos palabra. Yo aun no salia del shock mientra Jimena seguia llorando.
Ella subio y se encerro en su cuarto. Yo entre a mi habitacion y tome la foto que tenemos del matrimonio y senti mucha rabia por lo que Claudia acababa de hacer. Alli pareciamos jovenes y muy guapos aunque no pedo negarlo ella aun conservaba su belleza y esos rasgos fisicos que la hacian atractiva y por la cual los hombres aun la deseaban. Yo estaba un poco gordo y acabado.
En ese instante, Jimena golpeo la puerta
-“Papa, puedo seguir..?”, pregunto ella
-“Si pasa”, repondi sin voltear a mirarla.
Pasaron un par de segundos mientras yo seguia mirando la foto hasta que Jimena rompio el silencio.
-“Papa.. no te desanimes me tienes a mi..”, me dijo Jimena con tono alentador.
-“Si.. es cierto.. eres muy valiosa y..”, interrumpi mi respuesta al voltear a observarla.
Jimena habia entrado a mi cuarto luciendo una delicada tanga negra tipo hilo dental, su brassier, del mismo color, destacaba esos hermosos pechos. Tenia puestos unos delicados guantes de seda negros y esos zapatos de tacon alto que le daban porte de reina. Ella camino y se acerco al espejo de la habitacion. Yo no podia creer lo que estaban viendo mis ojos. Se veia espectacularmente deseable y sus perfectas nalgas sobresalian de entre la tanga.
-“Me ayudas?”, pregunto ella colocandose de frente al espejo y llevando sus manos al broche del brassier en su espalda.
Me acerque a ella y le solte el brassier. Sus voluptuosas tetas quedaron libres y empeze a disfrutar verlas tan deseables. Coloque mis manos sobre ellas y empeze a besar a Jimena en los hombros y el cuello. Luego mis manos recorrieron su culo y como un desesperado empeze a tocarla y recorrer la redonda superficie de sus nalgas mientras mi boca saboreba de frente esas dos deliciosas tetas.
El culo de Jimena era perfectamente redondo y sus nalgas tiernas y moldeadas. Su cintura delgada y sus largas piernas le daban un porte elegante para una mujer de tan solo 20 años. Pense que era mi oportunidad para vengarme de Claudia asi que me olvide que era su padre.
Al cabo de 5 minutos, Jimena estaba aun de pie pero completamente desnuda mientras que yo agachado me comia su dulce clitoris y lamia su vagina. Me puse de pie con mi verga en plena ereccion y la tome de la mano acercandola a la cama.
Sin cruzarnos palabra, ella sonrio y leyo mi mente. No fue necesario que hablaramos para saber que era lo que yo queria. Ella se subio a la cama y se coloco en posicion doggy. Me ubique detras de ella y parecia un sueño hecho realidad, puesto que me agache y abriendole sus nalgas segui lamiendo su tesoro hasta cuando estaba lo suficientemente lubricado. El espectaculo no podia ser mejor, tenia en frente mio sus espectaculares nalgas, su estrecho hoyo del ano y esa vulva cuyo clitoris colgante era un inmenso y delicioso pedazo de carne. De color rosado oscuro, su clitoris estaba listo y humedo. Luego toque el cielo. Mi verga se hundio en lo profundo de su vagina y me asegure que la tuviera toda dentro de su sexo. Sin moverme, la tome por el cabello y empeze a sentir una sensacion de placer unica, al empezar lentamente a mover mi abdomen permitiendole a mi verga entrar y salir de su vulva.
En los siguientes 60 minutos me acorde de los Doctores Martinez y Jimenez y recorde sus rostros y sus caras desfiguradas por el placer. Finalmente los entendi y supe el porque de su reaccion. En esa posicion doggy me dedique a clavar a Jimena y a entregarle tres fenomenales y poderosas cargas de semen. Durante tres ocasiones descubri lo mismo que ellos sintieron cuando se le derramaron y grite con todas mis fuerzas cada fantastico orgasmo, pero la primera y la segunda fueron muy especiales ya que trate de controlar la eyaculacion hasta el final, hasta cuando mi cuerpo y mi verga soportaron lo que era inminente y lo que yo infructuosamente trataba de controlar: el estallido de mi verga en lo profundo de su vagina. La primera vez senti como mi coño explotaba lanzando poderosos chorros de semen y mi orgasmo duraba mas o menos 30 segundos, tiempo durante el cual mi verga seguia escupiendo mi leche dentro de ella. En la segunda vez el orgasmo fue tambien increible pero mi coño escupio menos semen. Luego la cambie de posicion y de medio lado seguimos expresando nuestros deseos hasta que finalmente, en posicion misionero, estando encima de ella, me le derrame por ultima vez, mientras yo le lamia sus tetas y ella me apresaba el cuerpo con sus brazos al mismo tiempo que ella llegaba al orgasmo. Me acorde de mi esposa Claudia y me imagine que Raul estaria haciendo lo mismo con ella.
Luego le saque mi verga escurriendo y ella me dijo:
-“Eres un buen amante, papa.. me dejaste la vagina llena…”.
-“Tienes el culo mas fantastico que haya podido ver, cariño…”, le respondi mirando esas deliciosas y redondas nalgas.
-“Tengo un regalo especial para ti.. ven..”, me dijo ella parandose de la cama y saliendo de la habitacion.
La segui hasta su habitacion sin quitarle la mirada al movimiento sensual de su trasero. Me parecia increible que le habia taladrado su vagina en posicion doggy y su hermoso culo golpeaba mi abdomen cada vez que mi verga entraba en su vulva. Y claro ese culo lucia igual de parado, como si nada hubiese pasado.
Entramos a su habitacion y ella me invito a que me acercara a su cama.
-“Acuestate y cierra los ojos”, me dijo Jimena coquetamente.
Asi lo hice y escuche como ella abria unos cajones y sacaba algo de alli. Luego de escuchar sus risas, ella coloco algo sobre mi mano derecha.
“Abre los ojos ahora”, me dijo.
Al abrirlos vi en mi mano un pequeño frasco de gel facilitador mientras Jimena se ubicaba sobre el pequeño sillon. Ella coloco sus rodillas sobre el sillon y sus brazos quedaron sobre la cabecera de la silla dejando sus piernas ligeramente entreabiertas. Su trasero quedo resaltado por la posicion de su cuerpo y era visible su clitoris salpicado de mi semen y un poco mas arriba ese oscuro agujero del ano. Me puse de pie y mi erecta verga quedo exactamente a la altura de su culo.
-“Abreme las nalgas y aplicame el gel…”, me dijo ella volteando su cara hacia mi.
En efecto, destape el gel, abri sus nalgas y durante tres o cuatro minutos me encarge de vertirle todo el gel en su espectacular hoyo del culo. Cuando ella ya estaba lista, era yo quien no lo estaba. Tenia en frente mio esa belleza de trasero y ese agujero estrecho pero dudaba si era capaz de hacerlo con Jimena.
-“Olvidate que eres mi padre… esta noche eres un afortunado hombre… muchos han deseado mi culo pero Raul era el unico que lo podia hacer… quiero olvidarlo asi que por favor ayudame…. penetrame y disfrutalo…”, fueron las palabras que me convencieron.
Abri su culo y deje que mi verga se hundiera al empujarle lentamente mi abdomen contra su trasero. En los siguientes minutos vi estrellas, angeles y senti el olor del cielo. Mi verga estallo varias veces dentro de su ano y en esa posicion perrito clave salvajemente a Jimena descargando todo el deseo por su atractivo trasero y vengandome porque mi esposa Claudia en ese momento muy seguramente abria las piernas para darle paso a la verga de Raul.
Finalmente, mas tarde, ella paso a la cama y se acosto boca abajo colocando una almohada bajo su abdomen, de la misma forma que el Doctor Jimenez la penetro, y yo me ubique encima de ella, le abri las nalgas y le hundi mi verga nuevamente dentro de su inmaculado culo para entregarle mis ultimas gotas de esperma y cerrar asi esa noche fantastica.
Tener sexo anal con Jimena fue una experiencia maravillosa y nos ayudo a olvidar como mi esposa Claudia y el novio de Jimena, Raul, en ese mismo momento unian sus cuerpos y expresaban con gemidos y gritos cuanto se deseaban. Claudia se comia el coño fresco y joven de Raul mientras que el clavaba su verga dentro de sus entrañas.
Al otro dia nos levantamos y Claudia llego como a eso de las 11:00 am con un bouquet de flores a disculparse por lo sucedido. Me dijo llorando que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de que continuaramos la relacion. Acepte sus disculpas sin contarle lo ocurrido con Jimena mientras que mi hija decidio terminar su relacion con Raul al no aceptar lo que habia pasado con su madre.
Como escarmiento y leccion para Claudia por lo ocurrido y en vista de que ella se ofrecio a “hacer cualquier cosa” por salvar la relacion, le ofreci una noche con mi esposa al Auditor Contable de la empresa. El pobre, a sus 50 años, obeso y con cara de anciano, siempre deseo a Claudia y la miraba con mucho interes. Ella expresaba su repudio y claro no le gustaba la forma como el la miraba. A mi me parecia buena persona y yo sabia que el me envidiaba por tener a Claudia como mi esposa.
-“No me acostaria con el ni por todo el oro del mundo”, recuerdo que me dijo mi esposa cierta vez.
Exactamente una semana despues de que Claudia se dejo clavar de Raul, mi esposa entraba a su habitacion luciendo la misma minifalda azul que Raul le levanto antes de tener sexo con ella. Esta vez ella se quedaba en frente del espejo del tocador dejando que el Auditor recorriera su cuerpo con sus manos por espacio de 15 o 20 minutos en los cuales el culo y las tetas de mi esposa fueron su objetivo. Estando ella completamente desnuda, y tomandola de la mano, el la invito a que se acostara boca arriba sobre la cama. Dos minutos mas tarde, yo desde la puerta presenciaba en silencio y con cierta satisfaccion por la venganza, como Don Mario, el auditor de la empresa, clavaba su cabeza entre las piernas de Claudia comiendose muy seguramente el clitoris y la vulva de ella. Cuando su verga estaba ya lista, el se puso de pie y se desnudo, para luego ubicarse encima de mi esposa y abriendole sus piernas, dejo que su obeso cuerpo se posara sobre el de Claudia hundiendole su coño en lo profundo de su vagina. En los siguientes 30 minutos, el se sacudia y mecia su cuerpo encima de ella mientras que Claudia, sin abrazarlo, esperaba a que esta pesadilla terminara. Su grito se escucho en tres ocasiones, tres fantasticos orgasmos los cuales el disfruto intensamente.
Durante una hora ese hombre vivio la mejor noche de su vida al poder tener sexo con la mujer que mas deseaba. Durante esa hora Claudia descubrio que nuestra relacion vale mas que una noche loca de sexo con un joven y me lo expreso, con rostro de desagrado y asco, al sentir los chorros de semen caliente del auditor mientras que el gritando se le derramaba estando ella en posicion doggy.
Dos meses despues de esa noche Claudia y yo fortalecimos nuestra relacion pero aun sigo mirando a Jimena con otros ojos. Sin novio, pero con muchos amigos, su culo y sus tetas siguen siendo objeto de deseo y miradas por parte de esa jauria de jovenes sedientos por hundirle sus vergas dentro de ella. Aun me parece increible que fui un afortunado al poder penetrar y derramarme dentro de ese regalo tan especial.
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