Jugando con fuego

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En aquella época yo tenía 20 años y mi hermana mayor 29 años. Era las 2:30 de la madrugada cuando mi hermana regresó de haber estado con su novio en la fiesta de fin de año con sus suegros. Me desperté al oír un golpe. Mi hermana había tropezado con una silla al entrar, pues venía un poco ebria. Entró en su habitación y yo me levanté para ir el servicio. De regreso a mi habitación me crucé con mi padre, que me preguntó si había llegado mi hermana. Le dije que si, sin decirle que estaba borracha. Entré en mi habitación y esperé un tiempo prudencial para que mi padre se acostara y volviera a dormirse.

Me levanté, miré a la habitación de mis padres y vi que estaban dormidos. Cerré mi habitación y entré en la de mi hermana, cerrando la puerta tras de mí. Me acerqué a su cama y pude contemplar a mi hermana dormida boca abajo, con su lencería roja. Con la borrachera no se había tapado. Por las luces de la calle, la podía ver bien. Tenía el móvil en la mano, pues había estado hablando con mi cuñado. Le quité el móvil y lo coloqué en la mesita a la vera de la cama.

Me agaché y comencé a acariciar su culo, por encima de las braguitas. No había reacción por su parte. Seguí con las dos manos, una en cada nalga, haciendo círculos en su culo. Ella seguía sin reaccionar.

Poco a poco empecé a bajar el elástico de las braguitas, dejando su culo delicioso desnudo a la vista. Le dejé las bragas casi en los muslos. Volví a acariciar su culo, con suaves pasadas de mis manos, separando las nalgas y jugando con mi dedo en su ojete. Le separé un poco las piernas y metí mi mano entre ellas, para tocar su peludito coño, jugando con mi dedo entre los labios vaginales e introduciendo uno en su cueva del placer, notando el calorcito que desprendía.

Mi hermana soltó un pequeño gemidito, por lo que saqué el dedo y esperé un poco por si se despertaba. No fue así, se cambió de postura, colocándose en posición fetal, de cara a mí. Sus tetas se le veían por el escote del sujetador rojo. Sus pezones estaban erectos y sobresalían de las aureolas. Esperé un poco y le bajé el sujetador, dejando sus tetas desnudas. Coloqué mi mano sobre una de ellas, sintiendo su suavidad, abarcándola y jugando con su pezón, que se endurecía por momentos. Le daba suaves pellizquitos, hasta que me agaché y lo introduje en mi boca para mamarlo. mientras lo mamaba, bajaba mi mano para volver a jugar entre los labios vaginales y volví a introducir otra vez mi dedo en su coño. Ya no roncaba, la sentía suspirar.

No se si estaba dormida, pero si estaba despierta, se dejaba hacer, pues no mostraba reacción alguna.

Dejé de acariciarla y después de contemplarla in rato, la empujé despacio para colocarla boca arriba. Con un poco de trabajo, pero lo conseguí. Las tetas de mi hermana estaban en su esplendor, y con las bragas bajadas también su coño. Volví a mamar una de sus tetas, mientras acariciaba la otra. En un momento dado las junté y me metí los dos pezones en la boca, pasándole la lengua. Bajé besando su vientre, hasta llegar a su coño, y separando los labios vaginales, metí mi lengua entre ellos, pasándola de arriba a abajo y viceversa, hasta llegar a su clítoris y succionarlo con mis labios. Ella seguía suspirando, pero no abría los ojos ni despertaba.

Poco a poco sentía como se iba mojando su coño. Me bajé el pijama y mi polla saltó como un resorte. Comencé a pasarla por su coño, siguiendo sus labios vaginales, presionando suavemente para separarlos y encontrar la entrada a su cueva. Me quedé mirándola, y seguía con los ojos cerrados.

Coloqué mi polla en la entrada, y poco a poco fui empujando e introduciéndola, notando como se abría paso entre las paredes calientes del coño de mi hermana. Solo reaccionó abriendo más sus piernas, facilitándome le penetración. Estuve unos segundos parado, disfrutando del momento y notando como me apretaba la polla. Empecé con un suave bombeo, aumentando el ritmo paulatinamente, follándola sin pausa pero sin prisas.

Mientras la follaba, mamaba de sus tetas, colocando mis brazos a cada lado para no hacer presión con mi cuerpo sobre el suyo. Noté que se movía y saqué mi polla de su coño, retirándome de la cama.

Se volvió a cambiar de postura, colocándose boca abajo. Esperé un buen rato y volví a colocarme sobre ella, insetándole de nuevo mi polla en su coño, y bombeando hasta que cuando mi iba a correr, la saque y le dejé la raja del culo blanca con varios chorros de leche. La limpié con uno klinex que ella tenía en la mesita, la vestí como pude y me fui a mi habitación a dormir.

Por la mañana, mis padres salieron a pasear yo volví a la habitación de mi hermana, pero esta vez solo para contemplarla dormir con su lencería roja.

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Sevilla1972
Sevilla1972
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