Inmobiliaria: infidelidad. relato largo pero vale la pena, se los prometo

📋 Lecturas: ️
⏰ Tiempo estimado de lectura: min.

Buena tarde, quiero compartir la vez que le fui infiel a mi esposo con un compañero de trabajo que también es casado.

Mi nombre es Elizabeth, tengo 30 años de tez blanca y cabello castaño, soy guapa, mido 1.65, aparento ser alta por qué soy delgada.

No soy voluptuosa, ni de senos ni de nalgas, sin embargo si tengo unas piernas envidiables, desde las pantorrillas hasta los muslos son muy bonitas y carnosas.😊

Cuando uso tacones suelo verme alta sin dejar de ser femenina, además mis pompis se levantan; y mi trasero y piernas al usar vestidos cortos lucen mucho y llaman la atención de muchos hombres. Es fácil notarlo.

Mi esposo nunca ha sido celoso, y le encanta que me vista así cuando salimos.

Soy casada desde los 19 años y tengo una hija.

Apresar de que termine mi carrera he tenido solo unos cuantos empleos temporales ya que no me he visto en la necesidad de trabajar por qué a mí esposo le va bien.

Y precisamente fue en un empleo temporal que tuve la siguiente experiencia que me encantó y quiero compartir con ustedes.

A comienzos de año una tía por parte de mi madre me invitó a cubrir el puesto de su sobrina (política por parte de su esposo) en una inmobiliaria.

Mi tía había metido a trabajar a su sobrina y su esposo (Alejandro) ya que las comisiones eran buenas en la inmobiliaria, pero la chava se embarazo.

Y por cuestiones de la incapacidad se ausentaría unos meses.

Entonces para no perder las venta me invitó a mi a cubrir el lugar.

Cuando entre a la inmobiliaria conocí a Alejandro, el esposo de la chica ausente.

Entre él y mi tía me capacitaron para la labor de venta y todos los trámites de compra-venta.

Debo admitir que desde el primer día Alejandro me pareció muy guapo.

Él no es muy alto, es delgado pero tiene muy fuertes sus brazos, tiene tes morena clara y su cabello es negro y tiene 28 años. Y tenía mucha experiencia y talento vendiendo casas y terrenos. Era uno de esos vendedores estrella de la empresa.

Desde el primer día tuve una buena relación con el, además el pasar tiempo con el y mi tía hicieron la convivencia agradable.

Durante dos semanas el y mi tía me llevaban con ellos a mostrar casas, entonces el pasaba por mi en su auto, yo solo debía caminar un par de cuadras para quedar en su recorrido y ahí me levantaba y después pasábamos por mi tia.

Mi esposo sabía eso y no tenía el mínimo problema.

La cosa fue que al terminar las dos semanas mi tía y el volvieron a su rutinas individuales y cada quien siguió haciendo ventas y scouts cada quien por su lado.

Sin embargo al ser casi de mi edad nos llevamos muy bien, platicábamos por whatsapp acerca del trabajo y a veces de otros temas pero nunca con la intención de coqueteo, como una amistad sincera.

Aunque debo admitir que yo disfrutaba ver sus brazos con las venas marcadas cuando manejaba.

Y las veces que llegue a usar falda o vestido varias veces lo llegue a cachar viendo mis piernas disimuladamente.

Pero es algo que me pasa con todos los hombres así que no tomaba mucha importancia.

Cuando yo empecé a trabajar sola el solía por las mañanas preguntarme cuál sería mi rumbo, y se ofrecía a pasar por mi si le quedaba de paso.

Yo aceptaba.

Si teníamos un par de horas libres uno acompañaba al otro en sus citas de venta. Y hasta solía apoyar en la labor de venta.

Así pasó un mes. Solía verlo 4 o 5 días a la semana y sin darme cuenta cada vez usaba más minifaldas y vestidos, sobre todo los días que pasaba con el.

Un día yo me encontraba tratando de vender un terreno valuado en 4 millones de pesos, y aunque había varios interesados no lograba concretar la venta.

Fue entonces que el me llamo por la mañana muy emocionado diciéndome que tenía un cliente interesado en comprarlo, que pasaría por mi y nos quedaríamos de ver con el cliente.

Yo emocionada por una venta de tal magnitud me apresure a bañarme y arreglarme para ir a la cita.

Paso por mi, fuimos platicando alegremente y me contó que un día antes había concretado la tercer venta de la semana era un departamento en una zona lujosa y el recibiría muy buena comisión, además de las otras ventas que había hecho su sueldo sería muy muy bueno.

Yo le dije que lo envidiaba.

Y que contara además con la comisión si se concretaba la venta del terreno que yo ofrecía.

Ya que las comisiones se repartirían entre el y yo, pues así lo dicta la compañía; la comisión sería mitad para el scout y mitad para el asesor con cliente.

El me dijo que no me preocupará, que el no pensaba cobrar esa comisión y renunciaría a ella para que yo cobrará todo y ganará más!

Yo le insistí y le dije que no hiciera eso, que le correspondía la mitad.

Pero el insistía en renunciar a ella.

Yo no me sentía agusto pues la comisión era mucha y sentía que le debería a él por ser tanto dinero.

La cita con el cliente fue un éxito gracias a qué el es muy bueno, prácticamente hizo todo y ese mismo día se llegó a un acuerdo con el cliente.

Pasamos el resto del día haciendo papeleos y trámites, cuando fuimos a la inmobiliaria tal y como dijo el renunció a la comisión para que yo me quedara con todo.

Para ese entonces habíamos pasado todo el día juntos eran como las 6 de la tarde y habíamos estado juntos desde las 9 de la mañana.

Al salir de la inmobiliaria se ofreció a dejarme de paso.

Yo al sentirme en deuda con el le dije que me permitiera invitarle algo como agradecimiento, le dije que escogiera, ir a cenar, o tomar lo que quisiera.

El accedió, me dijo que estaba bien, que unos tragos me los aceptaba.

Yo le hable a mi marido para explicarle la situación, le avisé que llegaría tarde esa noche y le conté lo que había hecho el y estuvo de acuerdo en que le recompensará con algo.

El llamo a su esposa y también aviso que llegaría más tarde.

Nos fuimos a un barcito en el centro de mi ciudad. Era un pequeño bar muy agradable que por las noches funcionaba también como karaoke.

Pedimos unos bonless y un par de cervezas mientras platicábamos.

Las horas pasaron y estuvimos tomando como 4 cervezas cada quien, entonces le dije que si le gustaba el tequila.

El me dijo que no mucho pero que se tomaba uno.

Yo tengo experiencia tomando tequila así que pedí dos shots para cada quien.

Y al ver la cara que hacía al tomárselos yo no paraba de reír.

Entonces para seguir burlándome de el pedí la botella.

Cómo ambos ya nos sentíamos alegres y mareados, nos fuimos tomando despacio la botella mientras disfrutábamos de la música del lugar.

Hubo un momento entre mis burlas, las risas y los forcejeos para hacerlo tomar más tequila que su mano fue a parar en mi pierna y yo tocaba su pecho.

Ya que mi falda era muy corta al sentarme se encogió mucho más permitiendo que su mano tocará directamente mi piel.

En ese momento un escalofrío recorrió toda mi espalda y una tensión se extendió desde la parte tocaba de mi pierna hasta mi pubis.

Estoy segura que me sonroje.

Así nos dieron las 11 de la noche.

Y apresar de que aún quedaba la mitad de la botella, decidimos pararle ahí para no lidiar con la cruda al día siguiente.

Pague la cuenta

Y salimos del bar.

Desde el momento en que salimos una extraña tensión nos invadió y caminamos en silencio al estacionamiento donde estaba el auto.

Al subir al auto la tensión fue mayor.

Encendió el auto y comenzamos el recorrido

Para romper el silencio le pregunté que cuántas casa tenía disponibles, el me dijo que solo tenía dos para venta y un pequeño departamento para renta.

Le pregunté por la ubicaciónes y me explico que el depa estaba en una colonia cerca de mi casa.

Entonces le dije que si me lo mostraba y me dijo que si.

Después de unos 15 minutos pasamos por fuera de mi casa y desvió hacía el departamento como a otros 10 minutos en auto.

Llegamos y entramos al departamento, entramos mientras el me explicaba que el departamento era de unas personas ricas que vivían en cdmx y que por eso buscaba rentarlo con todo y muebles.

Recorrimos el departamento y el entrar al cuarto principal juntos y ver la cama nuevamente sentí el escalofrío en mi espalda.

Me di cuenta que estaba exitada de estar en una habitación con otra persona que no fuera mi esposo.

Sentí como se mojaba mi entrepierna mientras el me explicaba acerca de la casa.

Entonces suavemente me recosté sobre la cama.

Y lentamente levanté mi falda y abrí mis piernas dejando al visible la tanga rosa con tela transparente que llevaba puesta.

Para ese entonces yo ya me encontraba muy exitada por lo que iba a pasar.

  • Quiero pagarte de alguna manera lo que hiciste por mí! – le dije mientras me tocaba con una mano la vagina por encima de mi tanga y con la otra mi seno.

El solo me sonrió y se balanceo sobre la cama, acaricio mis piernas lamiendo desde la punta de mis tacones negros, pasando por mis pantorrillas y subiendo hasta mis muslos.

Yo me encontraba jadeando como si fuera la primera vez que tenía sexo, así como se excitan los adolescentes en sus primeras relaciones.

El comenzó a lamer por encima de mi tanga rosa y chupaba los jugos que salían de mi y que escurrían a chorros.

Para ser sincera tenía años que no me sentía así de excitada.

Yo apretaba su cabeza contra mi entrepierna.

Entre tanto jadeo solo pude decirle: que rico chupas mi panocha papi!- sorprendida de lo que le dije por qué yo no suelo decir cosas así.

Pero en ese momento me sentía como una puta vulgar y me gustaba esa sensación.

Solo me excitaba más.

Después de que el me chupar mi vagina yo me puse de pie y le baje el pantalón y oooooh sorpresa!! El tamaño de su pene era magnífico. Apresar de que mi marido tiene el pene grande quedé sorprendida con el tamaño del suyo.

No me gusta chuparla, pero esa verga se ve muy rica papi!-le dije y comencé a besarle la cabeza de su pene.

Cómo yo no tengo experiencia en el sexo oral, lamía con la lengua su largo palo y me metía solo una parte de la cabeza al llegar a ella. Trataba de babearlo usando la lengua y los labios.

Le pedí perdón si no la chupaba bien pero el me dijo que lo estaba haciendo de maravilla.

Disfrute como jamás chuparle la verga, se la chulenhasta que me canse y por qué otra parte de mi lo quería ya!

El me acostó sobre la cama y me quito la blusa y la falda, después el brasiere y la tanga que estaba empapada.

Me dijo que me dejaría los tacones por qué le gustaba como lucian mis piernas las cuales acariciaba cada que podía.

Solo le pude contestar: como gustes, hoy soy toda tuya!

El desabrochó su camisa y se la quitó y se dejó caer encima de mi, mientras besaba mis pezones yo buscaba con mi mano su verga para meterla en mi vagina, estaba loca por sentirla dentro de mi.

Entonces cuando por fin la metió solo pude ahogar un grito, esa sensación fue deliciosa, quizá sin darme cuenta había estado anhelando coger con el desde que lo conocí.

Empezó con movimientos suaves y poco a poco fue dándome más duro .

Yo solo gemía y pujaba de placer.

Lo hacíamos de misionero mientras el me agarraba las nalgas y yo tocaba sus brazos y hombros.

Te gusta? – me pregunto

Me encanta todo Alejandro! Me encanta tu verga, tus brazos, me encantas tú! – le respondí.

El se sentó sobre la cama y yo sobre el de frente. Nuestras caras estaban de frente entre gemidos y sudor cuando sacamos nuestras lenguas y las juntábamos de manera tan lasciva que me excitaba más!

El me tocaba de la cadera y las nalgas cuando le dije: te gusta cogerte a esta putita?

Si me gusta, putita!- me respondió

Y me éxito tanto que yo daba sentones muy fuertes sobre su verga, estaba gimiendo a gritos!.

Nos acomodamos de cucharita y yo levanté una de las piernas en el aire, el acariciaba mis pezones yo al ver sus brazos venudos solo empujaba más el culo para que me entrara más su verga.

Me acomodo en cuatro y yo hice algo que jamás había hecho, como la puta vulgar que me sentía en ese instante baje mi cabeza hasta la cama para que mi cadera y nalgas quedarán más levantados. El me jalaba el pelo con una mano y con la otra sujetaba mi tacón de aguja. Me lo metía muy duro, yo también empujaba mi cuerpo hacia el para sentir su verga lo más dentro de mi que se pudiera.

La cama del departamento estaba empapada entre sudor y fluido vaginal mío.

En esa posición me tenía en la gloria la sensación de su pene entrando y saliendo en mi vagina no la puedo describir pero se que algunas mujeres deben saber de lo que habló.

Me voy a venir, lo voy a sacar por qué no tengo condón- me dijo.

Y con una negativa muy segura de mi casi le grite que no, que yo quería sentir lo caliente de sus mecos en mi.

Que me llenará todita de su leche y me dejara escurriendo, que al día siguiente tomaría la pastilla, pero que no lo sacará por favor.

Eso lo éxito más y comenzó a a cogerme más rápido y duro yo gritaba tanto que estoy seguro que los vecinos debieron escucharme pero no me importaba, solo le pedía más y entre gritos y gemidos le decía: así papi, cógeme papi, así papi métemelo todo y dame tu lechita, si papi, así, así, cógeme! Cógeme!

En ese momento un gran espasmo unió nuestros cuerpos que escurrían de sudor, mecos y fluido vaginal.

Nos recostamos sonriendo sobre la cama, nos veamos nuevamente y vimos el reloj en el celular…

6 am…

Estábamos en problemas

Ni el ni yo llegamos a dormir a nuestras respectivas casas.

Le fui infiel a mi marido, le fui infiel y fui una verdadera puta… Y me encantó!

By: Belle jcbs 😁

Compartir en tus redes!!