Husmeando el cuarto de mi hermana

Contaré con todo detalle las cosas interesantes que he encontrado en el cuarto de mi hermana.

Esta anécdota es más reciente que las anteriores y trataré de describir con todo detalle las cosas interesantes que he encontrado en su cuarto.

Describiré rápidamente cómo es físicamente mi hermana menor, Jessica, de 20 años, 1,65 m aproximadamente, delgada, pechos pequeños, culo de buena forma para lo delgada que es y de piel clara.

Todo comenzó el día que mi hermana y yo vimos una película en su cuarto. Cuando entramos, limpió rápidamente el desorden que había y quitó la ropa que había sobre la cama. Yo logré ver que entre la ropa había un sujetador y eso me provocó cierta morbo, ya que nunca había visto la ropa interior de mi hermana. Aun así, no dije nada y vimos la película de forma normal.

En otra ocasión, viendo una película en su cuarto, ella tuvo que salir de inmediato a hacer un mandado, así que pausamos la película. Yo sabía a dónde tenía que ir ella y eso le tomaría por lo menos 20 minutos. Ella salió y yo esperé en su cuarto a que volviera. La película la estábamos viendo en su ordenador y, como había estado solo en su cuarto un buen rato, me entró la tentación de husmear en su ordenador.

No me interesaba saber qué había en su Facebook, ya que hace tiempo que logré conseguir su contraseña y entro con mucha facilidad en su cuenta. Allí ya he visto un par de fotos en las que sale ella con los pechos al descubierto (pero sin el rostro. Aunque se ven sus cobijas y eso me confirma que es ella). En su cuenta no hay mucho material, ya que ella no usa mucho Messenger. Sin embargo, recordé que ella vinculaba su cuenta de WhatsApp a su ordenador y eso me motivó a minimizar la película y husmear en su cuenta.

A esta altura, comencé a sentirme nervioso debido al morbo. Para mi fortuna, tenía su cuenta abierta, así que fui inmediatamente a los chats con su novio y lo que encontré me sorprendió: fotos de ellos en moteles y fotos de ella con diferentes conjuntos de lencería bastante atrevida, casi como modelo erótica. Había conversaciones en las que ella decía que le encantaba tragar verga y algo que alimentó muchísimo mi morbo: un video suyo masturbándose de piernas abiertas, metiéndose los dedos y gimiendo tímidamente. Ver su vagina totalmente abierta me excitó muchísimo y, pues, ahora tenía una razón más para masturbarme por las noches.

Días después, estando solo en casa porque la mayoría de mi familia sale a trabajar desde temprano, incluyendo mi hermana, me levanté por la mañana y me preparé para desayunar cuando sentí la tentación de entrar en su cuarto. Fue entonces cuando, con toda la calma y el tiempo del mundo, entré en su cuarto sin temor y con ganas de encontrar más cosas.

Prendí rápidamente su ordenador, de cuyo disco duro también conocía la contraseña, y mientras esperaba a que se encendiera el ordenador, recordé el sujetador que había visto una vez. Entonces comencé a buscar dónde guardaba su ropa usada. La encontré rápidamente y había mucha ropa normal y, más abajo, sus sujetadores y braguitas.

Esto me excitó aún más (nunca había tenido fetiche por la ropa interior y creo que lo experimenté por primera vez en esta ocasión). El aroma confirmaba que estaban usados y encontré algunos húmedos por fluidos. Su olor era intenso, no me agradaba mucho, pero sí me provocaba morbo. Entonces recordé la lencería que vi en sus fotos y comencé a buscarla. No encontré nada en la ropa usada, así que continué con la ropa guardada. Ahí encontré dos conjuntos de lencería que usaba en las fotos que había encontrado. Ya teniendo esas tangas en mis manos, no pude evitar lamerlas en la parte donde va la vagina y después frotarlas en mi pene, dejando mis fluidos en ellas, pero sin eyacular.

Cuando su ordenador ya estaba encendido, fui a sus chats. No encontré mucho contenido diferente al anterior, pero la novedad fue que revisé su historial y me encontré con bastante porno: categorías como «latinas culonas», «chicas en lencería», «lesbianas» y «empleadas domésticas cogidas por sus jefes». Saber que mi hermana disfruta del porno tanto como yo me excita mucho.

Entrar en la habitación de mi hermana se ha convertido en algo habitual cuando estoy solo en casa. Ya no deja WhatsApp abierto; no sé si se ha dado cuenta de que alguien abría sus chats, pero aún así he conseguido sacar muchas de sus nudes y ahora tengo una buena carpeta de ella. También he encontrado nueva lencería. No sé cuánto tiempo seguiré haciéndolo, pero los mantendré informados cuando haya novedades.

Próximamente les contaré más anécdotas, gracias por leerme.