Gang bang en el quincho en remodelación

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Lo que voy a contarles, ocurrió el verano pasado. Había terminado de rendir exámenes y regresé a casa a pasar las fiestas de fin de año con mi madre y hermana. Hacía poco tiempo que, harta de correr y animada por un pequeño hecho de inseguridad, mamá había decidido dejar la casa e irse a vivir a Chivilcoy.  De esta manera, el campo le quedaba más cerca y la vida en esa pequeña ciudad generaba tranquilidad a su pasar.

Yo había estado todo octubre y noviembre avocado exclusivamente a mis estudios y en esos días casi que no estuve con nadie, salvo Cristian e Ignacio, con quienes compartí alguna noche. 😎

Por eso estando relajado en casa,  mis apetitos sexuales recobraron su ímpetu y a los pocos días, comencé a experimentar mis primeros síntomas de abstinencia sexual.

Todo comenzó a excitarme, el roce con las sábanas de mi cama, el agua de la ducha, el jabón que se deslizaba por mi cuerpo, la seda de mi ropa interior, en fin todo se convierte en sensual y mis pensamientos se vuelven obsesivos. Quería sexo, necesitaba estar con un hombre, besarlo, lamer su miembro y sentirlo dentro de mí. 😣

Chivilcoy es una ciudad que aún me resulta desconocida, a más que por ser pequeña, el ambiente gay es muy restringido, lo que dificultaba poder satisfacer mis ansias.

En esos días, mamá había contratado a una empresa para que realizara reformas en el quincho y allí se encontraban trabajando los albañiles, eran seis, uno bastante mayor que oficiaba de jefe, el resto, se trataba de unos muchachos que iban de los 20 a 35 años. 😮

Siempre fantaseo tener encuentros con tipos rústicos, fuertes, de manos ásperas y cuerpos sudorosos, pues me recuerda a mis iniciaciones, ocurridas en el campo, con los peones del establecimiento y que dejaron en mí un recuerdo imborrable.

Todo comenzó el día que mamá tuvo que viajar, ausentándose por una semana, esa tarde que salí a tomar sol, me acosté en un sillón al lado de la pileta, los muchachos trabajaban en el quincho, unos picaban una pared exterior y otros hacían el contra piso para colocar cerámicos en la parte nueva. 😛

Desde mi lugar, ayudado con mis lentes de sol, comencé a mirarlos, estos parecían no advertir mi presencia, pero mis ratones cada vez eran mayores, esas fantasías cobraban fuerza, hasta sentir que mi cuerpo era una caldera. El jefe alrededor de las 16 horas se retiró y quedaron los cinco restantes trabajando hasta las 19, cuando ellos también se fueron.

Al día siguiente se repitió la misma rutina, el jefe a las 16 se retira y los chicos se quedan tres horas más. En un momento me acerco a los muchachos, les ofrezco agua fresca y luego de traerles una jarra y vasos, le pregunto a uno de ellos, si su jefe siempre se retiraba a la misma hora. 🙄

Me responde que sí, que tiene a su cargo otra construcción, que viene a las 15, les ordena las actividades y luego se va. Aprovecho la oportunidad y me quedo charlando unos minutos más con todos, luego me retiro con la jarra y los vasos.

En esa oportunidad llevaba puesto una sungo color negro y una remera fucsia. Soy delgado y sé que tengo una hermosa cola, producto de años de gimnasia localizada,  un poco de estrógeno y además engrosé mis labios con bótox. Me fui yendo, meneando mi cintura más de lo normal. 😘

Mañana debo hacer algo, pensaba, aunque también me daba miedo incursionar con gente que no conozco y que no se sabe cómo reaccionará.

Al otro día esperé en casa hasta que se vaya el encargado, me puse una tanga rosa diseñada para ?Trans?, una remera corta blanca de cuello abierto sobre los hombros, con detalles en rosa, usé bijou, pulseritas, collar nacarado, piercing en ambas orejas y brillo en mis labios; tomé la bandeja con los vasos, la jarra con el jugo y me acerqué al quincho. 🙃

Los muchachos mientras tomaban el jugo no dejaron de mirarme, hasta que uno de ellos rompió el hielo, ?Te queda linda la tanga? Me dijo, lo miré a los ojos y girando mi cola hacia él, le dije ?¿te gusta??, me contestó un Sí. A cecas, volví a preguntarle ?¿la tanga o mi cola?, las dos me respondió e inmediatamente llevó su mano hacia mis nalgas, sentí la aspereza de su piel rozando mi cola.

Dejé pasivamente que de caricias pasara a manoseo, entonces oí su primer ?¿te gusta la pija putito?, ?¿y a vos que te parece? Le respondí, puse mis manos en su entrepierna, ya estaba erecto, desabrochó su cinto y bajó la cremallera, tomé su pene y lo acerqué a mi cola y la refregué en su miembro. Los otros festejaban lo que estaban viendo, se reían e instaban a su compañero a que me ?Rompiera el culo?. 😆

Estábamos incómodos en ese lugar, nos trasladamos al interior del quincho, allí hay un sillón grande con forma de ele, donde me hizo poner en posición de perrito, me lubricó con saliva, introdujo violentamente su verga y comenzó a mecerse cada vez más fuerte, pronto sentí los espasmos de su orgasmo y sus manos se aferraron con fuerza una en mi cabello y lo otra sobre el cuello, había acabado.

Se acercaron dos más, uno metió su pene en mi boca, el otro no bien se retiró el primero, me penetró, me decían puto, comete la pija, tomate la leche, te voy a romper el orto, yo lamía el miembro y gozaba ser penetrado a la vez. 😜

Observo, que me estaban filmando con un celular, no me importó, me sentía una verdadera puta, sumisa y me gustaba, siento el semen dentro de mi boca, trágalo me exigía y yo obedecía. Faltaban dos, pero el que me estaba cogiendo no terminaba.

Le propuse cambiar de posición, me acosté boca arriba, levanté mis piernas y lo invité a seguir, se acostó sobre mi cuerpo y sentí que me penetraba, su piel sudorosa se deslizaba contra la mía, lo envolví con mis piernas, comencé a mecerme y surtió efecto, pronto mi cola desbordaba semen. 😺

Llegaron los juguetitos, se me acercaron todos, habían tomado un frasco con crema para manos, volcaron cantidad en mi cola e introducían sus dedos, mientras succionaba otra pija.

Sentí algo duro y áspero que ingresaba en mi ano, quise correrme pero me aferraron con fuerza, era un mango de cuchara de albañil, jugaron un poco con él, siguieron sujetándome y probaron con el cabo de un destornillador, me dolía mucho, pues parte del mango de caucho estaba estriado, por último me introdujeron una plomada, gruesa, de punta redondeada. 😵

Creía que me desgarraría, pero despareció dentro de mi ano, solo quedaba el piolín, mientras más gritaba de dolor, más disfrutaban, el que me penetraba de manera oral se puso eufórico, me tomaba del pelo y empujaba mi cabeza contra su pelvis, como si quisiera que le coma la pija, me atragantaba, cuando empezaba a ahogarme, me tiraba hacia atrás diciéndome Chupa reventado, Puto tragaleche, etc.

Me volvía a meter todo su miembro, acabó en mi garganta, su glande parecía que me tocaba la glotis, me ahogó con su esperma, me puse rojo, tosía, casi no podía respirar, pero eso no los detuvo, todo lo contrario, no bien cesó la tos, la pija del quinto en cuestión entraba en mi boca. 👍

Bruscamente tiraron del piolín  y la plomada salió junto con mis gritos desesperados, el que me estaba penetrando oralmente, cambió de posición y entró en mi cola, casi no lo sentí, tenía mi ano totalmente dilatado, se reían, decían que el pene bailaba en mi cola, como no me quejaba, comenzó a darme chirlos en las nalgas.

Con una de sus manos y con la otra tiraba violentamente de mi pelo, me gritaba ¡arre potranca puta!, ¡vamos yegua sentí la pija!, sus nalgadas  y tirones cada vez eran más fuertes, el dolor se transformó en insoportable, le gritaba que pare, pero su paroxismo era total, de pronto sus manos se aferraron en mi pelo y comenzaron sus estertores orgásmicos, hasta que se relajó dejando caer todo su peso sobre mí. 😮

Me incorporé, busqué mi ropa y me vestí, de regreso a la casa sentía las contracciones y los latidos de mi ano, las que me duraron un buen rato. Me tomé tres días de descanso y al cuarto? Llegué a la obra con una jarra de jugo.

By: Horacio

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