Estudiando medicina, sobre todo la vagina de mi novia
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Todo sucedió una mañana que nos disponíamos a estudiar medicina con mi novia para un examen de la facultad. La mañana nos tomó cachondos y empezamos a besarnos y tocarnos. Lo más lindo de estar recién despiertos es que el cuerpo y la piel ya están calientes, producto de las sábanas y del dormir.
Mi novia es morocha, tipo poka hontas, fogosa, de 1.65 m, con 90 de busto y una colita muy durita. Yo soy castaño de 1.80 m, con cuerpo atlético y con un paquete acorde a mis proporciones.
Empezamos a tocarnos, a besarnos, a decirnos cerdadas. Comencé a besarla desde la boca y a chuparle las orejas… seguí bajando. Bajé al cuello y me detuve un rato ahí, ya que de la medicina aprendí que es una zona erógena, donde pasan muchos vasos sanguíneos y con mucha sensibilidad… seguí bajando… Bajé hasta sus tetas y las empecé a lamer, las lamía primero y después comencé a morder descaradamente sus pezones, cosa que a ella la sobre excita. Ya al estar excitada y al pedir que la penetrara, me resistí y seguí bajando.
Bajé hasta su abdomen duro, ya que hace natación y con mi lengua la lamí de arriba a abajo hasta llegar a su ombligo, jugué unos instantes y seguí bajando… Llegue hasta su sexo y noté como ya estaba mojando, por lo que empecé a besarla con mi lengua a su lengua. Después empecé a acelerar mis lamidos y mis besos, comencé a alternar con el cartílago de mi nariz para darle más placer. Seguí hasta que se corrió con todo su perfume de mujer, el cual me tragué sin problemas.
Como conocedor de la fisiología, después que ella llega al primer orgasmo, llega más rápido al segundo, por lo que le pedí hacer un 69, a lo que empezamos a mamarnos mutuamente. A ella le excita de sobremanera mamarme mi polla, a lo que antes de llenarla de leche la saqué bruscamente y aguante mi respiración. Aguanté un poco, prosiguiendo con mis besos por todo su cuerpo y con un masaje en la espalda. Pero estaba tan caliente que tuve que penetrarla. La penetré profundo, levantando sus piernas por encima de mis hombros, ahí alcanzó su segundo orgasmo rápidamente. Es una posición que siente mucho pero que llega en seguida, así que siempre alternamos otras poses.
Después pasamos a las 4 patas, posición en la que la puedo penetrar profundo, pero que además le puedo tirar del pelo e insultara, cosa que le encanta. En ese momento, entre tanto goce mutuo, no sentimos que estaba subiendo mi suegra por la escalera. Mi suegra es joven, de 50 años, pero un tanto gordita de más, ya que se limita a no hacer deporte más que limpiar la casa. El cuarto de mi novia tiene puerta con ventanales, por lo cual se puede ver todo para adentro, además con la calentura ni siquiera cerramos la puerta ni corrimos las cortinas.
Sólo oímos los tres últimos escalones, por lo cual con el corazón en el pecho me tiré al piso del lado de la cama que no se ve el piso. Al caerme con el pene parado, me pegue en el pene, por lo que me dió un terrible dolor, pero no pude decir nada.
Mi novia, muy zorra, como acostumbra a estudiar en la cama, sólo atinó a taparse y a agarrar el libro que tenía más próximo. En eso entra mi suegra a ofrecernos un desayuno. Si bien no me vió totalmente desnudo y con la pija á mil, se percató de la situación un poco extraña al no verme. Mi novia dijo que estaba en el baño. Pero ella al hacer una inspección ocular, creo que algo vió o olió, aquel cuarto estaba impregnado a sexo y a aromas que eran inconfundibles. Mi suegra se hizo la tonta y bajó.
Después de aquel altercado, seguimos bombeando duro y parejo, pasamos a la posición del perrito y llegamos en forma conjunta. Después de un rato me pidió de desayuno mi leche calentita, a lo cual no dudé en sacar a mi verga un poco enrojecida de tanta fricción y del golpe y se tomó la porción de calcio diario. Después de este problemita, tuvimos final feliz, ya que ambos salvamos el examen.
Ahora, después de aquella situación, la mirada de mi suegra hacia mí nunca más fue la misma. Lo llamativo es que mi suegra sigue siendo muy cordial conmigo y en los últimos meses se está preocupando por adelgazar y ya bajó 20 kilos, a través de caminatas y de no sé qué.
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