En tanga por el cine xxx ( parte 1)

La historia que voy a contar paso hace pocas semanas atrás.

Para entender voy a detallar un par de cosas que son importantes para entender la historia.

En el cine xxx de la calle Suipacha de Bs As conocí hace muchos años a José, hombre de contestura normal separado y muy activo.

No nos vemos muy seguido pero cuando podemos combinar nos encontramos en este hermoso lugar.

Este cine es de lo más grande que quedan, tiene 5 salas en dos pisos, dos abajo con un mini bar y un guarda ropa y arriba 3 salas más con un espacio para lograr más intimidad si querés.

Con José ya coordinamos para vernos.

En el medio mi amiga había empezado el curso de depilación y quería depilarme, la dejo que juegue conmigo y me depila todo, hasta el tiró de cola, me llegó hacer, dios como duele. (Aclaro mi amiga no sabe de mis aventuras con hombres).

Para el encuentro con José ya que estaba depilado le agregó un condimento, compró una linda tanga negra. Ya que tenía la cola suavecita quería agregar un plus.

Al llegar al cine y encontrarme con José después de los ricos besos que nos damos de bienvenida vamos en camino a nuestro riconcito de placer.

Este está en la sala del medio que es la más grande.

El simpre se sienta y yo me pongo encima, sobre sus piernas mientras seguimos besándonos.

José tiene una boca deliciosa y besa como los dioses.

En sus rodillas me levanto la remera y juega con su lengua sobre mis pezones.

Mete su mano a través de mi pantalón para acariciar mi cola y descubre mi bombacha.

Dice. Hay mamita te pusiste esto para mí?

Si mi amor y tengo algo más.

Con mucha suavidad bajo el pantalón.

Le digo. Acaríciame…me depile todo para vos.

Sácate el pantalón, me ordena.

Acariciándome todo, la cola, las piernas y lo pecho. Decía – no te puedo creer,me encanta.

Se levantó, tomándome la mano llevando me para el Hall central. Lo frenó. Pongo el pantalón y las zapatillas dentro de la mochila, bajo la remera lo más que puedo para poder tapar me un poco tipo mini falda.

En el Hall central que comunica dos de las salas es súper iluminado y además siempre hay hombres que caminan y chicas y trans que trabajan ahi buscando clientes.

A la salida de la sala en plena luz me levanto la remera para poder ver bien como me quedaba la tanga y la cola depilada.

Me hace girar una vueltita, arrancando de nuevo con esos ricos besos, caricias suaves en la cola.

De nuevo arranca pero esta vez para abajo, lo quería parar estaba muy contento, seguime me dice, vuelvo a tratar de bajarme la remera ya que abajo estaba la entrada principal, la boletería. En verdad no quería que me echen a la calle así como estaba.

Vamos directo hacia el guarda ropa me hace dejar la mochila.

Yo estaba en remera blanca extirada para poder tapar algo y en los pies unas medias cortas sin zapatillas.

Volvemos de la mano hacia la escalera para subir.

Casi al final de la escalera me toma de la cintura y vuelvo a darme uno besos más, levantando la remera para de nuevo acariciar mi cola.

La escalera es también de mucha iluminación y de mucho paso se gente.

Igual nosotros estábamos en nuestro mundo.

Me gira para poder apoyar su pelvis sobre mi cola y besarme con pasión la nuca.

A esta altura a mí no me importaba nada, me querés cojer ahí hacelo pensaba.

Así que pongo una pierna en un escalón más alto para abrir mi entre pierna.

Él se arrodilló con el dedo pulgar engancha mi tanga y con la otra abre mi culo para surmegir su carnosa lengua en mi ano.

Le aseguro que esa lengua tiene poder, si te la pasa por la cola te hace viajar más allá del infierno.

Lame suave y profundo mi cola.

Trato de poner un coto a la situación por qué estábamos en el paso de gente y vuelvo a repetir quería que me garche ahí, pero no queria que me saquen a la calle como estaba vestido.

Siempre de la mano me lleva hasta la última sala del fondo, está sala es la mas chica, tiene la pantalla casi pegada al piso, las chicas y los trans que trabajan ahí siempre pasan por delante de la pantalla para poder mostrarse y captar algun cliente.

En la entrada de la sala me da un beso me levantó la remera a la altura de la cintura y me ordena, camina como una puta…

Le respondo con otro breve beso y le hago caso, paso por adelante de la pantalla como hacen las chicas.

Voy y vuelvo, el ya tenía la verga en la mano así que apenas estoy serca me arrodilló para poder chupársela como le gusta.

Paso me lengua muy suave por la punta y después le pasó la lengua por los testículos.

Abro la boca para poder tragarme la.e frena y me levanta de nuevo tomándome de la mano.

Esta vez me lleva a la sala grande pero de ir a nuestro riconcito se sienta en la primeras butacas, saca la remera y hace lo mismo con la mía, quedando solo con la tanga, se baja el pantalón hasta los tobillos se sienta. Su verga estaba totalmente erguida. Yo ya se el secreto que toma Viagra.

Esta vez sí me deja chupársela bien hasta el fondo de mi garganta.

Él me acariciaba la cabeza diciendo me como me gustas putita.

Yo le solo le respondía con más chupada de pija.

Después de un rato de estar adelante de todo chupando la pija de rodillas se nos pone una de las chicas trans al lado de José.

Me decía al oído, qué pasó mi amor te portaste mal, te tiene castigada, mientras me cachetiaba una nalga.

Se quedó un rato acariciándole un pezón a José.

Yo no paraba de desgusta la rica verga de mi macho.

Cuando se va la chica trans, que se llama Noelia, yo ya la conocía ya que un par de veces use sus servicios en el lugar, adorable y muy rica chica. Si van por ahí se las recomiendo.

José se levantó de nuevo, pero esta vez me pide que lo acompañe hacia el baño.

Vuelve a tomarme de la mano, solo me quedaba puesto la tanga y las medias.

Él se sube el pantalón y pone su remera y la mía al hombro.

Lo acompaño pero como estaba así solo hasta la entrada de la sala. Le pido si me deja un pucho. Me lo prende y se va hacia al baño.

Quedó en el pasillo entangado, todo hombre que pasaba me quería levantar, con otros amigos lo habría echo pero José solo admite pasivos y no quería arruinar la tarde.

Esta historia sigue en unos días..

Daniel Romero

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