Empezando con el final (una historia en el apocalipsis)

Entonces surgió su pregunta puedo acompañarte tengo miedo, con gusto dije que si, ella muchas veces había Sido la artífice de mis más obscuros pensamientos su cuerpo de 1.68 aproximadamente me había robado dos que tres fantasías con esas tetas muy bien paraditas, ese culito redondo y durito, su boca era maravillosa labios carnosos, una boca de tamaño normal pero seguramente le entraría completa mi verga y por supuesto que cogerla como me había imaginado muchas ocasiones era lo segundo que iba a realizar en esa oficina… Entramos y le ordené sentarse en un rincón mientras leía la Vi inquieta e incluso algo desesperada, el silencio era en ese momento mi mejor aliado había terminado de leer y analizar y ahora llevaba 20 minutos pensando cómo me la cogería, ella rompió el silencio y pregunto cuando nos vamos? Sonreí y me levanté caminando lentamente ella se puso nerviosa cuando quede de frente, mi verga dura quedaba justo ante sus ojos y le dije chupame la verga perrita, ella se alteró y me insultó, solo la Vi y le dije sino me la chupas y sino puedo perforar todos escucha bien todos tus hoyos no vendrás conmigo a ningún lado, me quedé de pie y de inmediato saco mi verga dura y empezó, con unos besos tiernos por cierto pero no quería eso así que tome los cabello y le ordené abrir esa boquita para penetrarla con fuerza así lo hice y las embestidas eran tan fuertes que se atragantaba y la saliva escurría mezclada con líquidos preseminales, al mismo tiempo que el rimel se mezclaba con sus lágrimas lo cual me exitaba, su mirada me pedía esas perversiones que había imaginado tanto. Así que sin más le arranque la blusa y su pantalón dejando esa lencería que era como la había imaginado, de inmediato la tire sobre el escritorio y le coloque mi verga para que la mamara mientras metía mis dedos en su cueva que empezaba a humedecer luego mordí los pezones color café que brotaron al arrancar el brasier y fue cuando no pude y la puse en el piso de a perrito y solo le pregunté estás Lita perra? Respondió si Papi clavame tu palo quiero sentirlo, acto seguido lo introduje con fuerza sin piedad su grito no se hizo esperar, eso me éxito aún más y comencé a darle con fuerza, no sé si tenía dolor o era solo placer pero estaba perforando aquella pequeña cueva húmeda de tan solo 18 años seguí dándole mientras que gemía fuerte empecé a introducir mi dedo en ese arito virgen, ella se resistió un poco pero le dije que me faltaba ese agujero por lo tanto acepto un segundo dedo y cuando introduje el tercero sollozó mientras su panocha estaba empapada, me detuve y le pregunté si le dolia, solamente asintió con la cabeza introduje una vez más con fuerza en la boca mi verga y le di tan duro que casi bomita, acto seguido me recosté en la alfombra y le dije que se clavara mi mástil en su culito, tú serás quien determiné el ritmo. Mientras lloraba le dije hazlo a tu ritmo pero hazlo así que se pero dándome la espalda y enseguida se agachó para rozar mi palo con su culo, no lo niego quise clavar de golpe mi palo pero sabía que la dañaría así que espere un poco a qué iniciará el ritual y poco a poco su ano luchó contra aquel fierro pero después de algunos intentos cedió un poco y empezó a entrar la tomé de la cintura y ayude a que entrara únicamente la cabeza ella trato de pararse pero era tarde está había entrado a fuerza tanto que sentía que me dolía un poco y Vi como su ano se ponía rojo al mismo tiempo que sus lágrimas seguían cayendo, era maravilloso y muy perverso escuchar una queja de dolor, decía; por favor me duele mucho, no lo aguanto, papito no me hagas daño dame lo fuerte que quieras pero en mi conchita que está ansiosa de que la llenes con tu leche. Eso me prendió más y de una estocada magistral enterré aquel pene sediento de placer en un culo virgen, grito; maldito me duele detente!, Pero seguí con mis manos en su cintura y quiso quitarse pero la domine y comencé el sube y baja, fuerte aquel ano estiraba solo al contorno de mi verga era algo incómodo