El placer sexual no tiene genero

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Todo matrimonio va descubriendo placeres más intensos con los años, amarras, videos porno, juguetes íntimos, estos últimos son el despertar de la liberación moral de toda mujer.

Como hombre hay que estar atento a las señales, en mi caso ella notaba que me excitaba cuando al quedar solos los sábados, ya que nuestros hijos adolescentes salían a sus primeras fiestas de curso y como medida de seguridad, la apoderada dueña de casa los dejaba venirse al día siguiente.😘

Unos tragos, un cigarrito de esos que provocan risa un video porno y la soledad para volver a estar solos fueron el complemento para una previa donde tendidos en la cama comentábamos las escenas que más nos excitaban.

Mi mujer siempre fue sumisa, es una rubia con carita de niña  y tuve la suerte de que ella se fijara en mí.

A sus 45 años representa 35 y sabe que me gusta ver con disimulo como la miran otros hombres.

No sé si es el caso de otras esposas, pero la película 50 sombras de grey despertó en ella esa confianza de que anastasia gozaba de los mismos placeres sexuales al verse reflejada cuando era atada, y se entregaba a los sadismos de su Sr. Grey.

Mi primer paso a cruzar esa línea de lo moralmente correcto, fue el regalo de un pene de látex. Ella me había preguntado anteriormente que escena porno me excitaba, esperando algún reproche de su parte le confesé que era ver un trio hmh.

Me miro con esa carita de niña inocente y empezó una conversación de placeres sexuales ocultos.

Grande fue mi sorpresa al oírla decir que una gran mayoría de mujeres tiene la fantasía de provocar sexualmente a dos hombres y que ella mantenía oculta esa fantasía sexual, que fue descubriendo al empezar a gozar mi sadismo.

Saberse deseada como hembra por el hombre que amaba, la hizo entregarse a gozar de mi brutalidad sexual y descubrió el placer de lo prohibido, porque cuando la amarraba descubrió el placer del sexo duro consentido.

Íntimamente asocie ese placer prohibido que me producía al ir de compras con ella y tras unos lentes oscuros podía contemplar cómo era objeto de deseo sexual cuando otros hombres la veían caminar a mi lado.

Por asuntos de trabajo me ausente por tres semanas y esa separación nos permitió mantener un contacto por es que de a poco nos permitió una complicidad y libertad para mantener videos privados, donde ella se masturbaba viendo esos videos de doble penetración.

Programe mi regreso un sábado en la noche, porque nuestros hijos como de costumbre sus fiestas en casa de amigos.

Me espero como me gusta verla, maquillada, vestido ajustado, tacos altos, lo primero que note fueron sus pezones erectos, estaba sin sostenes y al abrazarla para besarla busque con mis manos su cola debajo del vestido y estaba sin su colaless habitual.

Tenía nuestro dormitorio a media luz y un video donde una mujer gozaba de una doble penetración.

Me sorprendes, le dije. Eso quería me respondió.

Mirándome a los ojos me confeso su fantasía sexual.

Te traje un regalo le dije mientras la desnudaba y puse en sus manos un estuche de unos 15 centímetros.

Mientras lo abría, puse una mano en su vagina y sentí como se humedecía al ver que era un pene de látex.

Esa fue nuestra primera doble penetración.

Me calentaba oírla gemir y pasar del dolor anal al penétrala por el culito mientras ella misma tomaba ese segundo pene para metérselo en la vagina.

Por su color le dimos como nombre el negrito.

Hasta ahí todo era placer mutuo porque con el tiempo la lujuria sexual fue en aumento.

Una mujer se transforma en hembra cuando es madre.

Y esa hembra se transforma en puta cuando esas sensaciones propias de su género que es el dolor y la dilatación pasan a ser placer sexual.

El dolor inicial de la penetración anal, el dolor inicial de la dilatación de una doble penetración vaginal, son el complemento del dolor excitante que me enseño al pedirme que mordiera la punta de sus pezones.

Una hembra que se sabe una puta, empieza a andar el camino de placer sexual del cual no retrocede.

La primera estación del placer de una pareja es darle libertad al sadismo y a la ninfomanía.

Paso un tiempo en que hacer el amor sin límites, nos llevó al placer del abuso sexual de mi parte y ella entregarse a gozar su fantasía de ser follada por dos hombres.

Un trio hmh yo, ella y el negrito.

Una noche me la jugué. Le propuse darle un cuerpo de hombre al negrito y entramos en el juego de la verdad.

Paso un tiempo, la invite a salir una noche.

Había rentado un departamento y le comente que iba a llegar un invitado.

Está en ti decidir por un sí o un no.

Previamente ese amigo secreto lo había contactado por una página de contactos.

Busque a alguien con experiencia porque no buscaba que ella fuese placer sexual de un desconocido,

Un tercero con experiencia sabe el rol que debe cumplir, satisfacer la fantasía femenina de un trio.

Ambos compartíamos el placer sádico de contemplar la ninfomanía desatada de una hembra que asumía su rol.

De mi parte no había ningún celo, la única condición era que ella seria quien pondría los límites.

Unos ” cigarritos” para dejar los nervios una conversación, unos tragos crearon el ambiente apropiado.

En el momento ella pidió ir al baño.

Me agradecía la oportunidad que le había dado, ya que nunca se imaginó lo bella que era.

Ambos nos sorprendimos al verla vestida con un baby doll rojo y decirnos que nos esperaría en el dormitorio.

Mayor fue mi sorpresa al verla por primera vez ser una verdadera puta ya que ella tomo la iniciativa.

De pie al lado de la cama me abrazo y me beso para empezar a desnudarme. Con una seña de mi parte él se puso tras de ella. Sentí como se estremeció al sentir su pene apoyado en sus nalgas y las manos de otro hombre sobre sus senos.

Se volvió mirándolo y comenzó a desnudarlo.

Ver a mi mujer besarlo fue un placer extraño, al apretar sus senos note sus pezones duros como nunca.

La sentí mas mía cuando el comenzó a comerle los pechos, gemía de placer, al palpar su vagina sentí que se estaba corriendo.

Nunca dejo de mirarme. Esto es nuestro me decía entre gemidos al dejarse llevar por esa calentura de gozar ser acariciada por cuatros manos que recorrían su cuerpo desnudo,

Mírame volvió a decirme y se hinco entre él y yo.

Soy tu puta con un pene en cada mano empezó a masturbarnos, sé que te gusta verme así… El sadismo es un placer básico en mí, porque me calentaba ver cómo nos mamaba por turno,

La ninfomanía despierta sensaciones extremas, todo hombre tiene el morbo de ver a dos mujeres teniendo sexo.

Nunca me imaginé que mi puta tenía su morbo extremo del homosexualismo.

Hincada con un pene en cada mano, nos acercó y puso mi pene sobre el de él y con las dos manos empezó a masturbarnos.

Nunca me imaginé estar así, el tacto de otro miembro duro apoyado sobre mi pene, fue una sensación extraña.

Su rostro traslucía su calentura.

Todo eso me llevo a no cuestionarme, pero fue mayor ese placer homosexual cuando abrió su boca y sentí ese pene aprisionado al mío que se perdía entre sus labios,

Sentir su lengua sobre nuestros glandes fue solo el principio de satisfacer la ninfomanía de mi esposa puta.

La lleve a la cama para penetrarla por su culito, hasta ese momento sabia del su placer por el sexo anal, nuestro amigo se hinco a su lado,  mientras yo sentía su dilatación anal, él la tomo del pelo para empezar a darle sexo oral.

Perdido en el placer del sadismo extremo, me tenía que controlar al verla como se tragaba ese otro pene.

Ella es multiorgasmica por lo que la penetramos por turno.

Era otra mi esposa, era mi puta.

Yo era otro, porque contemplarla gozar con otro hombre que le hacia el amor, era nuestra fantasía, darle un cuerpo de hombre al negrito. Ese trio era nuestro, ambos estábamos haciendo realidad nuestra fantasía de pareja.

No sé cuánto tiempo la hicimos gozar.

Ella se repuso antes que nosotros y le hice la propuesta.

Lo hacemos? Si me respondió,

Al oído le dije. Móntalo.

Él estaba mirando el techo, cruzo una pierna sobre su pelvis y tomando su herramienta la llevo a su vagina.

Con un gemido de placer vi como ese otro pene se perdía en sus entrañas vaginales, comencé a masturbarme al ver como se movía y gemía de placer al sentir ese otro negrito real dentro de ella.

Me hinque apoyando mis manos en su cintura, abrí sus nalgas y buscando su culo dilatado.

Despacito me dijo mientras detuvo sus movimientos.

Lo que más disfruto del sexo anal  es sentir como se dilata su culito y oírla gemir de dolor cuando empiezo a enterrar mi herramienta en sus paredes internas.

Una nueva experiencia de placer nunca antes imaginada, fue lo que sentí cuando ella empezó a llevar la iniciativa de esa primera doble penetración real.

Empezó a gemir y a moverse. Así métanmelo mas adentro.

Que ricoooo.. Así culeenme más fuerte. Más adentro nos decía a los dos,

Nuevamente ese placer nunca imaginado del roce con otro pene.

Esta vez era lujuria desatada sentir que en cada penetración nuestros miembros duros chocaban y se deslizaban en una caricia separados por ese musculo que separa las entra.as vaginales y anales que se dilataba en cada penetración en do de ella gemía de placer por ese primer orgasmo doble. Anal y vaginal.

Sus gemidos eran ya gritos de placer desesperados.

Que fueron gemidos y espasmos descontrolados cuando nos pidió que acabáramos juntos.

Ella se perdió en esa muerte de placer ninfómano al sentir el semen caliente correr dentro de sus entrañas.

Fue en ese primer trio que descubrí el placer del contacto carnal con otro pene.

Además de saber que mi esposa era una puta.

Esa experiencia fue el andar juntos el camino del placer.

Camino que seguimos andando juntos los dos.

By: Juaca 😁

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