Durante la clase de Tae Kwon Do me golpearon los testículos

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*Me revisó el chavo más guapo de la escuela y nos hicimos amantes.

Cuando cursaba el primer semestre de preparatoria me inscribí en el Tae Kwon Do, desafortunadamente en una de las clases me dieron una patada en los testículos, situación que fue muy dolorosa y mientras estaba tirado en el suelo, se me acercó el chico más guapo de la escuela, se llama Leandro, quien se ofreció a ayudarme.

Le di las gracias, que se me pasaría poco a poco, pero insistió que tiene conocimientos de enfermería, además es el encargado de esa área porque ha recibido diversos cursos y va a estudiar medicina igual que sus   porque sus papás son médicos Comenzó por decirle al instructor que me llevaría a revisión.

A como pude caminé y me tumbé en una camilla. Me indicó que debería desnudarme para hacerme una revisión, algo que no estaba dispuesto a permitir, pero insistió y me inspiró confianza, además el dolor me recordó que había recibido una patada bastante fuerte.

Se puso unos guantes y comenzó a deslizar suavemente el testículo adolorido entre los pulgares y los otros dedos. Trataba de sentir cualquier cambio, es decir que hubiera bultos duros, bultos suaves y redondeados, o cambios nuevos en el tamaño, la forma o la consistencia del testículo. Aunque solo uno me dolía, hizo lo mismo con el otro.

Nunca había tenido la experiencia que me hiciera tocamientos un hombre, aunque este guapo lo hacía por cuestiones del golpe que recibí. Sentía rico como me auscultaba y a pesar del inmenso dolor, tuve una erección. Sentí mucha vergüenza y le pedí disculpas, le dije que no había sido mi intención, era algo involuntario.

Me dio una palmada y con una amplia sonrisa me dijo que no me preocupara que me entendía, porque se trata de una reacción normal del cuerpo.

Mi guapo enfermero no había terminado la frase cuando comencé a eyacular en su mano. Me moría de la vergüenza, cuando de pronto sentí que Leandro comenzó a darme una rica mamada, no quería que se desperdiciara ni una gota de semen. Como un acto reflejo le agarré la cabeza para que no soltara mi pene. Fue algo rico y maravilloso que no me esperaba y disfruté bien rico.

Posteriormente me puso una compresa fría para mitigar el dolor y me recomendó que al día siguiente pasara a verlo por la enfermería para que me hiciera otra revisión. Al día siguiente llegué puntual a mi cita. Me revisó y dijo que estaba bien, además ya casi no me dolía. Como estaba desnudo comenzó a masajear los huevos y a darle besitos a mi pene.

En esta ocasión le mamé los pezones y nos besamos, entrelazamos nuestras lenguas y me atreví a hurgar entre su ropa y alcancé a tocar su pene que estaba erecto y lo sentí lleno de babitas, saqué mi mano y me metí los dedos en la boca para disfrutar de su líquido pre seminal.

Se puso a cuatro patas en una camilla cercana, me acerqué y comencé a mamarle el culito, al tiempo que le sobaba los testículos y su hermoso pene. Con mi lengua le llené de saliva el agujerito, él gemía y yo disfrutaba de esta mi primera experiencia, también le metía los dedos para dilatarle el culito.

Él estaba bastante excitado, me pidió que se la metiera de una vez, quería disfrutar de mi pene. Se la metí de un solo golpe, durante unos segundos dejé que se acostumbrara a mi verga y después comencé un mete y saca.

También lo estuve masturbando. Me pidió que le dejara la leche en su culito. Le hice caso, a los pocos minutos comencé a venirme en su ano, disfruté, sentí bien rico, mientras que Leandro también gemía de placer.

Cuando terminé de venirme se sacó mi pene y lo empezó a devorar con su boca, quería tragarse hasta la última gota de semen. Así como estaba, hincado me recorrió con sus manos mis pezones, me los pellizcaba y además me masajeaba las nalgas y el ano, era una sensación bastante rica. Nunca pensé que se sintiera tan fabuloso.

Seguimos manteniendo una estrecha relación, sus padres tienen varios departamentos y uno de ellos es nuestro nidito de amor, tenemos intimidad por lo menos tres de los siete días de la semana, hemos ido juntos de vacaciones y en uno de los viajes en familia me invitó a una zona de playa donde nos la pasamos de maravilla.

Ambos tenemos novia, pero mantendremos nuestro amor hasta donde nos sea posible, porque yo lo amo y él me ha dicho muchas veces que me ama.

Me fascina que cuando me tiene penetrado me diga que me ama mientras se está viniendo en mi culito, es una sensación bastante rica. Es mi hombre y de no haber sido por la patada que me dieron en los testículos, creo que ninguno nos hubiéramos animado a decirnos que nos gustamos.

Gracias a este golpe en los testículos pude encontrar el amor. Vivimos en familias machistas, hemos platicado que deberíamos viajar a otra ciudad o a otro país donde nadie nos juzgue por amarnos.

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