De campamento con 4 hombres y mi marido

Soy una mujer madura de 62 años y, gracias a las muchas cogidas que recibí en mi familia, tengo el culazo que tengo. La verdad es que me encanta la verga, ese es mi mayor atractivo.

El fin de semana nos fuimos a acampar mi marido y yo. No había mucha gente donde nos instalamos, porque queríamos coger sitio. Cuando bajamos, todo lo que trajimos fue una hamaca. Ya bañados, nos acostamos en la hamaca y mi marido me empezó a morder los pezones y a excitarme, poniéndome a mamar su pene.

En eso estábamos, cuando llegaron cuatro hombres que nos estaban viendo desde unos minutos antes. Le preguntaron a mi marido si podían ver y mi marido les dijo que sí, que si querían podían manosearme como quisieran.

Solo sonrieron, mientras yo seguía mamando la verga de mi marido. Y esos hombres empezaron a agarrarme las nalgas y a meterme los dedos en el culazo.

Después me pusieron a mamarles la verga y los huevos, cosa que me encanta hacer. Mi marido cogió una silla y me dijo que me ensartara su verga por el culazo. Me la metí toda y me levantaron las piernas y me tuvieron bien ensartada, con mi panochita toda abierta y jugosa. Mi marido les dijo que yo necesitaba una verga en mi panochita también.

Entonces, uno de ellos me metió la verga mientras los otros me mordían las tetas y les mamaba la verga. Después cambiaron de posición hasta que todos me cogieron. Después me empinaron, acostada en la hamaca, con las piernas abiertas, y me jalaban para que me ensartaran por el culazo.

Ya cuando todos quedaron satisfechos y sin leche, se fueron. Mi esposo me preguntó si me había gustado y le dije: «Ya sabes que soy muy puta y que me encanta la verga, pero ahora te toca a ti, coger a la puta de tu mujer». Me encantó cómo me cogieron todo el fin de semana.