Cumpliendo mi mayor fantasía con mi hermana
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Esta historia que voy a contar es real, sucedio hace 2 años con mi hermana 3 años menor.
Yo tenia 21, ella recién cumplía 18, vivíamos con mi abuela quién se iba de viaje con los demás los jubilados por lo que estaríamos solos 9 dias.
Mi hermana es hermosa, mide 1.73, es delgada, tiene ojos verdes, pelo castaño, unos hermosos y grandes pechos y una cola redonda, paradita y dura. Ella era de salir mucho, y le duraban poco los novios por lo que para mi era una “zorrita”, y me excitaba mucho pensar las cosas que le gustaría hacer. Nosotros siempre fuimos muy unidos, vivíamos abrazados, besos en las mejillas, juegos tontos de hermanos y todo eso.
El primer día no paso nada, ella no estuvo en la casa en todo el día, asi que aproveché y llame a unos amigos para jugar a la play. Al día siguiente la desperté para desayunar, cuando entré a su habitación, al verla acostada tan bella no pude evitar tener una erección, creo que al despertarla se dio cuenta ya que miró mi erección y luego me miró a la cara sonriendo. Luego de desayunar le pregunté si ese día también saldría con su novio o si haría el almuerzo, me respondió que se peleó con su novio y llorando me abrazo, le pregunté porque, que habia pasado y solo me dijo “por lo mismo de siempre, dejalo así hermanito”.
Eran como las 13 hs cuando me avisó que estaba el almuerzo, durante el almuerzo hablábamos un poco de todo y dijo:
– Hace mucho que no domimos juntos, Juli.
– Si hermanita, no dorminos juntos, no nos bañamos juntos, hace mucho no nos contamos cosas el uno al otro -Le dije entre risas y mirándola a los ojos y pude notar como sus lindos pezones se ponían erectos.
– Pe… Pero ya somos grandes para bañarnos juntos jajaja – Me dijo en un tono nervioso.
– Somos hermanos, no hay edad para nada – Y nos empezamos a reír.
Terminamos de almorzar, lavamos las cosas y me dice.
– Me voy a bañar ¿queres que nos bañemos juntos para recordar viejas épocas?
– ¿Estás segura? Jaja – Respondí rápido sin saber bien que decir.
– Sii, dale vamos, si vos dijiste que no tiene nada de malo.
Entramos al baño, nos empezamos a sacar la ropa, cuando veo que se está sacando la bombacha paro y digo
– ¿Nos vamos a bañar completamente desnudos Mica?
– Y si nene, hay que bañarse bien – Dijo.
– Pero nos bañamos con ropa interior – Dije medio nervioso.
– No te preocupes, ya vi que se te paró, es algo normal ¿no? – Dijo en un tono burlón.
– Sí, tenes razón, no tiene nada de malo – Le dije muy serio.
Se sacó la tanguita y vi por primera vez a mi hermana completamente desnuda, me quedé mirandola fijo, no podía dejar de hacerlo.
– ¿Te ayudo con el slip? ¿O te estás arrepintiendo hermanito? – Dijo entre risas.
– ¿Eh? No ahora sigo, pasa que estás hermosa hermanita.
– Gracias hermanito – Y al decirlo me dio un beso en la mejilla.
Me bajé el slip, miró mi erección, dijo “vamos”, me tomó de la mano y nos metimos en la ducha. Estábamos los 2, completamente desnudos.
– ¿Me enjabonas la espalda porfi? – Me dijo como haciendose la nena.
– Ss.. Sí – Dije nervioso y se me rió.
Le estaba pasando el jabón en la espalda cuando se me resbaló de las manos y cayó al piso.
– Deja y alzo yo, manos de manteca jaja – Dijo eso y se agachó como si nada para levantar el jabón.
Puse ver bien su ano y su conchita, estaba a mil yo. Rozó mi miembro con su nalga, se dio vuelta y con una sonrisa me dijo “toma”. Agarré el jabón y seguí enjabonandola mientras bajaba tratando de llegar a su hermosa colita. Le estaba enjabonando la colita…
– Bueno, ya está, ahora por adelante ¿dale? – Me dijo como si nada.
– Da… dale, girate hermanita. Se giró y dejó su boca pegada a la mía, mi erecto pene rozaba su viente.
– ¿Qué queres conmigo hermanito? Noto como me deseas.
– Me volves loco Mica – Dije eso y empezamos a besarnos
Nos besamos un rato, nos estabamos tocando todo el cuerpo…
– Para, enjuaguemonos y vamos a mi cama – Dijo ella
Entre besos y carisias no enjuagamos, no secamos y fuimos a su habitación.
– No sabes cuanto hace que sueño con esto hermanita.
– Yo también – Me dijo muy excitada
– ¿En serio?
– Sii, sos la causa por la cual me duran tan pocos mis novios, siempre te quise como algo mas que un hermano.
Luego de decir eso bajó hasta mi pene y me empezó a hacer la mejor chupada de pija de mi vida, nunca había estado con alguien que lo hiciera tan bien.
– ¿Te gusta? – Preguntó
– Sii no pares nunca – Le dije entre jadeos
Estuvos 5 minutos chupandomela, y ya no aguantaba más, le dije que me venía y empezó a chuparla con más ganas, tragandose hasta la última gota de semen.
– Que rico dijo – Mientras se recostaba en su cama y habria las piernas, como diciendo “chupame mi conchita”
Me abalancé sobre ella y le empecé a comer esa rica y depilada conchita. No estuve mucho chupandole la conchita y me dice “metemela que no doy más”. Yo ya tenía la verga a full de nuevo así que me recosté sobre ella, y nos dimos un profundo beso mientras yo le metía todo mi pene en su húmeda conchita, la verdad no puedo explicar lo que sentí, jamás había sentido algo así al estar con alguien, no sé si fue porque lo estaba haciendo con mi hermana o que, pero fue algo espectacular. Empecé con el mete y saca, suave, ella gemía, sus gemidos me ponían cada vez mas calientes. “Más rápido Julian por favor”… “Como quiera mi hermita” le dije y la empecé a clavarla con todo, sus gemidos pasaron a ser gritos, yo estaba como nunca, no podía parar, no me imporaba que los vecinos escucharan. No aguanté mucho, ya estaba por acabar de nuevo y le pregunté si se cuidaba… “Si, llename toda la conchita de leche que no pasa nada”. Pasó poco tiempo más, volvimos a besarnos, empecé a llenarle la conchita de leche y ella empezó a gemir, mientras retorcía su cuerpo y contraía todos sus músculos, si, acabamos juntos.
El resto de los días fue puro sexo, hace 6 meses le contamos a mi abuela lo que sentimos el uno por el otro, pero ella no aprueba ese tipo de cosas. Hace 4 meses nos mudamos con mi hermana a vivir solos, lejos de todos, donde nadie nos conoce y no sabe que somos hermanos. Desde aquel día no hablamos con mi abuela, pero con mi hermana disfrutamos el día a día como una pareja.
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