Cogí con mi hermano en el cumpleaños de mamá

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Seguir haciendo estas cosas me ha dejado mucho en que pensar.

Mi hermano Jorge a hecho que conozca en mí cosas que aún me acuestan entender. Tengo 16 y el 24, muy grande para mi, pero a pesar de eso no me arrepiento de nada. Está guapo, alto, hace porte mantiene un porte que le va bien. Este sábado 6 de agosto fue el cumpleaños de mamá.

Papá y la familia organizaron una gran fiesta. Una oportunidad de reunirnos todos y convivir como si fuera el último día de poder vernos. Eran las 12 del día y no tenía ni puta idea de que ponerme. Las mujeres aunque tengamos un almacén de ropa no sabemos que ponernos, o quizás soy demasiado insegura en ese aspecto. Revisé mi closet. Miraba toda mi ropa: faltas, jeans, pesqueros, mallones, shorts, blusas, entre otras prendas. La verdad tenía que lucir bella, sexy y elegante. Ser la mejor de todas, hasta de mi mamá. Jaja. En fin. Después de perder el tiempo elegí por ponerme unos pesqueros color beige y una blusa color azul rey de manga larga, unas sandalias y claro, pulseras y collar. Me retoque la cara y listo. Estaba tan tranquila peinándome, hasta que me interrumpió Jorge mi hermano sorprendiéndome con un abrazo por detrás rodeando mi cintura con sus brazos, diciendo al mismo tiempo:

– que linda estás. Me dió un beso en el cuello.

-…Espérate…nos verán, dije quitando sus manos de mi.

– están cocinando, tranquila.

– no, no me siento cómoda.

– …mmmm pero si fuera él, si te dejarías ¿no?., dijo enojado.

Al tener novio ya no era tan fácil estar con Jorge. Lo nuestro se había terminado. Me prometí que ya no pasarían más cosas entre nosotros.

– …Jorge…no empieces…,

Salió de mi cuarto. Sólo vi como su cuerpo desaparecía de mi puerta. No sabía que hacer. Yo ya había hecho un trato conmigo misma y tenía que cumplirlo. Seguí arreglándome. Habían dado las 4 pm y llegaron invitados. Mis tíos. Saludamos y platicamos con ellos. Conforme pasaron las horas y fueron llegando más y más amigos, familiares, vecinos. La situación entre mi hermano me estaba matando. Empecé a tomar copa, cerveza, refresco. Toda una combinación. Afortunadamente ya tengo los 18 por lo que mis papás ya no me pones peros siempre y cuando me sepa controlar, pero en este caso me olvidaré de sus reglas. Eran las 7 de la noche. Mientras comíamos, Leonardo mi novio y yo platicábamos. Las miradas de Jorge no se apartaban de nosotros, lo sentía. Así que no le hice caso y continúe conversando. Mis ojos empezaran a vagar. Se me empezó a subir pero no le di importancia.

– ahorita vengo, voy al baño, le dije a Leonardo.

Miré a mi hermano y me dirigí a las escaleras para ir a mi recámara. Entré y me metí al baño. Me recargue sobre el lavabo y me miré. Estaba un poco mareada. Me reí.

– Dios, ¡ya basta!, salte, salte, me dije.

Quería que no pasara nada. Mis ojos soltaban llorosos. Me gusta mi hermano pero tiene que acabar todo. Tengo ya alguien.

Mientras me miraba en el espejo, abrieron la puerta. Era Jorge. Entró rápidamente. Quedé sin saber como reaccionar. Giré mi cuerpo quedando frente a él. Cerró la puerta con seguro.

– ¿que haces?, dije sacada de onda.

Se acercó a mí y me besó.

– Jorge, basta, no. Ya no puedo, le dije queriendo apartarlo de mi.

Tomó mi cintura y beso mi cuello. Sus besos invadían la piel blanca de mi cuello.

– si puedes.

Desabrochó mi pantalón dejando que se asomara mi calzón blanco.

– Jorge, es enserio, quítate. Forcejeaba intentando quitármelo, pero no podía.

– estás hermosa.

Sus largas manos apretaban mi cadera.

Metió su mano derecha a mi pantalón y la puso sobre mi calzón en mi vagina.

– …Jorge….noo…

Sus dedos frotaban la parte de mi clítoris.

Sus dedos me calentaron un poco. Sabía tocarme. No quería que continuara pero el estar un poco ebria me hizo ceder, y entregarme a él.

Apoyé mis manos en sus hombros y me dejé acariciar. Bajé la mirada a mi vagina viendo como me frotaba esa parte tan sensible en mí.

– ¿te gusta esto?

– …hee?? No sabía que decir de tan rico que sentía.

– te vez sensacional hoy. Muy rica la verdad.

– ¿si?, le pregunté con una voz débil y excitada.

– si, mi amor.

– Aaahhh!!, gemí.

Sus dedos rascaban muy lento mi rajita. A pesar que tenía calzón, sentía como si no tuviera.

Mordí mis labios. Los humedecía. El alcohol y el sexo hacen una combinación perfecta.

– verte así vestida, pareces una niña muy bien portada pero en verdad eres una maldita perra. Y eso me encanta de tí.

– …no me digas así..

– yo te hablo como quiera, contestó.

Sacó su mano y giró mi cuerpo de modo que quedara de espaldas.

Vi que se desabrochó el pantalón y se lo bajó al igual que su calzón.

– siente, la tengo bien dura, dijo presionándola en mi trasero.

– si…la tienes dura y larga.

La verdad me calentó sentirla. Estaba muy excitado, y yo también. Pegó su pecho a mi espalda y presionando mi culo con esa hermosa verga que tiene.

– me dan unas ganas de metértela bien rico, hermanita, me susurró al oído.

– …no se…no es el momento, le dije

– …vamos…para todo hay tiempo, y más para coger.

Tomó la argolla del pantalón dónde va el cinturón y me lo fue bajando lentamente desnudando mi culito.

– estás bien buena, hermosa, me dijo manoseando mi trasero. Sus manos cubrían muy rico mi culo. Estaba siendo muy zorra. Tengo novio y me dejo coger por mi hermano. No me importaba, la verdad. Quizás lo que pase entre nosotros nunca termine o tal vez sí, la verdad no se, pero mientras exista esa llama entre nosotros, para mí está bien. Agarró el resorte de mi braga y comenzó a resbalarla hacia abajo, desnudando mis lindas nalguitas.

– mmm que ricas se te ve, me dijo al oído muy excitado. Su voz me excitaba y me gustaba que me dijera lo que me hacía o lo que me haría.

Mi culito estaba destapado frente a él. Conocía ya sus intenciones pero no sabía que otra cosa sería capaz de hacerme.

La tenía muy parada, larga y caliente. Aunque no se movía mucho su verga si lo hacía. Tenerla larga la hacía tambalearse entre mis muslos. Se la agarró y me la unto en mi vagina.

– siéntela, mi vida. ¿te gusta como la tengo?

– si, me gusta. Está bien rica.

Se agachó un poco y me la metió lentamente abriendo mis húmedos pliegues.

– Aaahhh!!!, solté un suave jadeo.

Sentirla dentro de mi, hizo retorcer mi delicado cuerpo.

– sii!!! Aaahhh!!! Que sabroso!!

Cerré mis ojos disfrutando la sensación de ser penetrada.

Me sostuve del borde del lavabo fuertemente para estar más cómoda.

– que rico!!! Siii!!! Te entra toda bien adentro!! Rodeó mi cintura con sus largas manos como lo había hecho en mi cuarto y me la hundió suavemente hasta el fondo.

– Aaahhh!!! Siii!!! Que rico!!!, dije muy excitada.

Su verga me daba una riquísima cogida.

Agarró mi cabello y me hizo una coleta.

– ¿te gusta?, ¿te gusta como te la meto?, me preguntaba jalándome del cabello bruscamente.

– …ajá, si!!! Aaahhh!!! Cógeme!!!

– ¿eso quieres, preciosa? ¡eh! Apuesto que ni tu noviecito estúpido te ha cogido, ¿verdad?

– …ya!! Ya lo hizo!!

– ¿y te gustó?, preguntó enojado y rajándome fuertemente el cabello.

– no!! Aaahhh!!! Contesté justo cuando me la metía más.

Aumentó la velocidad. Su ritmo fue más rápido y más rico.

– Dios!!! Sii!!! Aaahhh!!!, gemí mordiendo el lado izquierdo de mi labio inferior.

– ¿quieres que pare, corazón?

– noo!!! Aaahhh!! Sigue!!! Métemela toda!!!

– eso nena!!! Sigue mi ritmo!! Presiona tu culo para que te entré bien mi verga!!

Lo obedecí como la puta que soy. Hice mi culo hacia atrás consiguiendo que me entrara todo su miembro. Azotó mi culo.

– tus nalguitas están bien lindas. Toda tu estas bien linda. Tienes un hermoso cuerpo, delgado, abdomen plano, pechos medianos que te hacen ver muy sexy y un culo que con sólo verlo hace que se me pare luego, luego.

– ¿que tanto te gusto?, le pregunté

– un chingo. No sabes la suerte que tengo de tenerte como hermana. Aaahhh!!.

– si, yo también. Me gustas mucho.

Subió la mano derecha a mi cuello y la otra la dejó a la altura de mi ombligo cubriendo mi pancita. Me tomó fuertemente y empezó a meter y a sacar su verga de mi vagina. La resbalaba por mis húmedos pliegues.

– Aaahhh!!! Siii!!!

Se sentía de maravilla. Estaba yo muy mojada y excitada.

– ¿te gusta esto, mamita?, preguntó mientras me la metía.

– sii!! Me encanta!! Cógeme!!métemela toda!!!

– si, mi amor, lo que tu quieras!! Uyy!! Que rico te entra!!!

– si, me entra bien rico!!! Métemela por atrás!!!

– ¿por tu lindo culo?

– si, compláceme!!! Aaahhh!!!

Disminuyó su ritmo aunque tal pareciera que metérmela lentamente me generaba más placer.

– Aaahhh!!! Solté un suave jadeo al sacarme su larga verga de mi sexo. Me dió un escalofrío en todo mi cuerpo. Me dio un beso en el hombro, en el cuello y en mi espalda.

– tienes una hermosa piel. Blanca, suave, y fina. El putito de tu novio no sabe lo pervertida y a la vez hermosa que eres cuando coges. Es una basura, pobrecito. Tu delgada cintura me vuelve loco, la verdad.

– ¿como te gusta verme?, ¿así como ahorita o vestida?, le pregunte, viéndolo desde el espejo.

– de las dos. Cuando te pones esos jeans tan ajustados me pones estúpido. Y ahora desnuda, ni se diga. Simplemente me encantas.

Sus manos tomaron mis hombros y me empezó a dar besos en la nuca. Fue bajando por mi espina dorsal formando un camino hacia abajo con sus lindos labios. Llegó a la mitad de mi espalda. Siguió. Los huesos de mi espalda sentían el calor de su boca. Se hincó detrás de mi, de modo que su rostro quedara a la altura de mi colita.

– que lindo culo tienes, me dijo separando mis glúteos y metiendo su boca entre ellos.

– ¿te gusta mucho?

– si, mi amor, respondió resbalando su lengua en la entrada de mi culo.

Hacerme eso, erizó mi piel. Me estremecí un poco al sentir su húmeda lengua en mi ano.

– Aaahhh que rico, corazón, dije.

Me lamía muy rico el culo. Me excitaba mucho que me chupara en ese lugar.

– ¿quieres que siga?

– si, sigue…

– por mí lo haría todo el tiempo, preciosa.

Sus lamidas aumentaban el ritmo. Podía sentir el ano bien húmedo de su rica saliva.

Se levantó y me froto el ano con uno de sus dedos.

– ¿te gusta esto?, preguntó con una voz muy sexy.

– si, me gusta, métemelo.

– ¿quieres?

– …ajá…respondí.

– Espera..

Tras detenerse escuche un ruido de envoltura.

– ¿que haces?, pregunté muy curiosa.

– espera.

Miré a él y vi como le quitaba la envoltura a una paleta roja.

– ¿para que haces eso?, le pregunté sacada de onda.

Al quitarle la envoltura la chupó y la acercó a mi trasero colocándola en mi orificio.

– ¿que harás, eh?, pregunté.

Sentía como la paleta me endulzaba el ano. Me frotaba la paleta dándole vueltas de izquierda a derecha y viceversa.

Sin previó aviso sólo la empujó.

– Aaahhh!!! Jorge!!!, dije sosteniéndome fuertemente del lavabo.

– ¿que pasa?, preguntó rodeándome con el brazo izquierdo.

– siento…

– ¿que sientes?. Me besó la mejilla derecha.

– rico, pero…

– ¿pero que?

– raro…no se…

Su paleta estaba adentro de mi colita. Sentía como el dulce resbalaba por las paredes de mi rabito. La retiró lentamente y la volvió a meter.

– Aaahhh!!!

– que rico, verdad, dijo.

– …sí…. Mordí mis labios disfrutando de como me penetraba.

– te vez muy bien así.

Sacó su paleta en forma de bola. Mis esfínteres se abrían.

– Aaahhh!!! Que rico!!!

Levanté la cabeza y lo miré por el espejo. Vi como el sucio se metió la paleta a su boca.

– sabes riquísima, hermosa, dijo.

Hacer eso me era repugnante pero a la vez fue algo que me excitó mucho. Saber que era capaz de cualquier cosa sucia.

Puso la punta de su verga en mi ano bien abierto y húmedo.

– ¿quieres que te la meta ya?, preguntó.

– si, corazón, vamos, penétrame el culo. Méteme tu rica verga. Muero porque me penetres por ahí.

Tomó su miembro para que no se desviara y fue empujándomelo poco a poco. Dios, el grosor me abría más el ano. Lo sentía y me gustaba.

– que rico!!! Métela toda, bebé!!

– se siente sabroso. Está apretadito!!

– si, corazón!! Aflójamelo con tu verga!!! Métela toda hasta adentro!!

Me peine. Me echaba el cabello para atrás. La mitad de su pene estaba dentro de mí.

– levanta tu colita con las manos, preciosa.

Tome mis nalgas y me las abrí y me las levanté.

– así, eso, dijo.

Al hacer lo que me pidió hizo que me pudiera entrar todo su trozote.

– mmmm si!! Que rico!!! Está bien larga!!

– ¿que te parece todo esto?, me preguntó al oído derecho.

– muy lindo. Me gusta mucho como me coges.

– ¿prefieres que te lo haga yo que tu novio estúpido?

– …si, contesté descaradamente.

Me enterró fuertemente su miembro. La tenía bien metida. Mis pliegues vaginales rosaban sus testículos. Me sentía bien llena de su verga.

– quiero venirme, preciosa. Quiero llenarte de semen.

– Aaahhh!! ¿si, mi vida?,¿eso quieres?

– si, preciosa!!! Quiero bañarte toda!!

– si!!! Suena rico!! Hazlo!! Expúlsame toda tu lechita!! Lléname de ella!!!

Me cogía tan delicioso. Su ritmo me encantaba.

– Aaahhh!!! Quiero venirme, Daniela!!

– si, bebé!!! Hazlo!!! Vamos, suelta tu rica leche!!! Lléname!!!

Tomo mi cadera y me penetro con rapidez y desesperación.

– Aaahhh!!! Sii!!! Para el culito, páralo!!! Ábretelo!!! Quiero que te entre todo!!!

Lo obedecí.

– Aaahhh!!! Vanos mi amor!!! Métemela!!! Qué esperas, lléname de semen!!!

Parecía loco. Tenía unas ganas de venirse. Me moví haciendo que me saliera su verga y me agaché metiéndome la verga a la boca.

– ven, dámela!!! Mejor quiero tragármela!!

Se la agarré y se la empecé a jalar bien fuerte y rápido. Lo masturbe. Escupí su verga, mi mano para lubricarla bien.

– mmm sabe bien rica, hermanito. Sabe bien rico mi culo!! Con razón no me dejaban de lamer.

– Aaahhh!!!! Daniela!!! Jálamela!!! Mámamela!!! Chúpamela!!! Haz que me venga en tu boquita!!!

– si, precioso!!!, contesté lengüeteándole la punta. Se la chupaba, se la succionaba como una rica paleta.

Abrí bien la boquita y me la metí toda.

– eso, mi amor, cómetela!!!, decía acariciándome la cabeza.

Me encantaba mamarle esa rica vergota. Me entraba bien rico. Saqué la lengua y abrí la boca lo más que pude. Me entro toda resbalando por mi paladar y pegando en mi campana. La tenía bien parada que me bajaba por la garganta.

– eso, pequeña!!! Trágatela!!! Haz que mi semen te llene bien sabroso!!

Me atragantaba. Me llenaba esa vergota. Mis ojos lo sentía llorosos. Se me dificultaba respirar pero no me importo.

Me tomó de la parte de atrás de la cabeza y me la metió bien.

– Aaahhh!!! Que rico!!!, jadeaba.

Sus testículos tocaban mi labio inferior y mis labios superiores rosaban sus pocos vellos que tenía. No me causaba asco, al contrario lo disfrutaba. Miré hacia arriba. Su rostro reflejaba mucha excitación. Al tener la lengua de fuera lengüeteé sus huevos. Mi saliva empezó a escurrirse por mi mentón. Empecé a frotarme la vagina acercando mis dedos a mi ano consiguiendo metérmelos. Se sentía muy rico.

– Aaahhh!!! Quiero venirme!!! Daniela!!! Dios!!! No puedo!!!

Quería que ya lo hiciera. Moría por verlo venirse en mi boquita.

– siiii!!!!, la sacó un poco y se la jaló rápidamente. Su punta estaba en mi lengua. Empecé a sentir caliente. Y si, se estaba viniendo.

– Aaahhh!!! Que ricura!!! Vamos, chúpame la punta, succiona!!!, me ordenaba, y lo hice.

– eso, corazón!!! Trágatela!!! Bébetelo!!!

Su semen estaba espeso y calientito. Estaba ácido y rico. Su leche invadía toda mi boca. Me la tragué como la puta cerda que soy. Me gustaba y me gusta ser así.

– eso, hermosa, trágala!!! Lo miré y reí. Ambos reímos. Me descargó todo y fue sensacional. Succioné bien para que no faltara ninguna gota.

– debemos regresar, dijo.

– si, seguro ya han de estar buscándonos.

Me levanté. Se subió su ropa interior y su pantalón. Giré al lavabo y me lavé las manos. Me sequé y luego con la toalla me limpié el ano. Lo tenía bien húmedo y endulzado. Aventé la toalla al sesto. Ambos nos vestimos.

– ¿y ahora?, le pregunté.

– pues sal tú primero y yo me espero.

– …bueno. Salí del baño y casi al llegar a la puerta, regresé.

– se me olvida, dije caminando al baño.

– ¿que pasa?, preguntó.

Tomé la paleta y me la metí a la boca.

– eres una sucia, me dijo.

– ja! Tú también, le respondí.

Me dió una nalgada y un beso en el cuello.

– por eso me encantas, me dijo.

Bajé y fui al comedor. Estaban cantando unos tios. Habían puesto el karaoke.

– ¿Dónde estabas?, preguntó Leonardo.

– …pues fui al baño y me habló Andrea que le mandaba felicitaciones a mi mamá y me quedé platicando con ella.

– con razón.

Nos sentamos a ver como cantaban. Llegó Jorge. Nos miró y siguió su camino. Se sentó junto a Estefanía, nuestra prima. Al ver que él estaba junto a ella, se asombró y lo abrazó.

– ¡Jorge! Le dió un beso. Él la tomó de la cintura. Ella es bonita y tiene bonito cuerpo porque practica ballet. Sé que ella no tiene la pinta de ser como yo, pero uno nunca sabe, conociendo a mi hermano es capaz de hacer una pendejada. La muy puta no le dejaba de soltar la mano, eso fue algo que me enfureció, pero no es nada a comparación con lo que he hecho con él, así que no me preocupa tanto. FIN

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