Catador de tetas profesional

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 En las sombras de la ciudad, donde las luces neón parpadean al ritmo de música dark techno, golpeando con la fuerza de su bajo al ritmo del latido del corazón, me envuelve en una mezcla de curiosidad y ansiedad, un calor en el pecho que se enciende a medida me acerco a las cortinas para atravesar ese umbral de oscuridad y entrar a ese paraíso neón.

 Al entrar, el aire está cargado de calidez, un poco de humo, los bajos reverberan con intensidad en la sangre y las luces estroboscópicas crean una hipnosis que casi, distorsiona la realidad.

 Es allí cuando, filas y filas de figuras femeninas, con una carga de poder sensual cada una, se mueven de forma asombrosa, cada una, con su propia identidad, los rostros, apenas visibles por las luces cambiantes, pero causando éxtasis, el paisaje de sus cuerpos, sus curvas, pedazos de carne forrados con piel exquisita de todo tipo, morenas, aperladas, blancas, rubias, etc…

 El enigma no hace más que crecer a mi alrededor, cada fémina, baila su obra de arte natural, los tubos llegan hasta el cielo, las pistas están llenas de vida por los movimientos de sus carnes.

Es una energía palpable que emana de cada rincón.

 Entonces, las miradas se cruzan a la mía, sonrisas amables, picaronas, guiños, señales sucias con la lengua. La música, como maestra de ceremonias, dirige la marea de cuerpos femeninos de toda clase, altas, cuerpos esculturales, nalgas rebosantes de carne por aquí y por allá, otros culos más diminutos pero hermosos, figuras de toda clase de gustos, féminas delgadas y altas con cuerpos que parecen de ficción, tetonas que lideran un poder de liderazgo de hembras alfa.

 Es hipnótico, es una burbuja de secretos, es mi paraíso, todas están a mi merced solo esperando a mi elección. Los movimientos sincronizados entre las luces, sus cuerpos casi desnudos, usando pequeños uniformes colegialas, lencerías, tangas que apenas hacen notar el hilo que divide sus nalgas, medias de redes cubriendo la carnívora presencia de mujeres alfa que golpean el suelo a cada paso con sus altos tacones, marcando una poderosa presencia, que les sigue el movimiento de sus carnes de manera bestial.

 Este sitio, es hedónico para el funcionamiento de mi vida, el ruido y la multitud femenina me transporta a la euforia, descubriendo gustos míos que desconocía tenía.

 A pesar de que creí que mis visitas a este sitio, se habían hecho menos frecuentes, no he sentido mas que una revelación increíble: Me hacen sentir vivo.

 Es mi refugio de experiencias intensas, cada visita, es un tejido de nuevas historias que disuelven la realidad de afuera del mundo real. Es el poder del sexo. Una mujer desnuda es arte, muchas, es un paraíso. Hablamos de cerca de entre 250 a 500 almas femeninas en un mismo sitio.

 Puedo elegir.

 Desfilan por cantidades, sin preocupaciones, como si el tiempo no existiera, los días nunca pasan aquí. A donde estacione mi vista hay mujeres… más mujeres, si veo al horizonte, veo mujeres, unas de pie, otras desfilando; si miro arriba, veo mujeres bailando en sus tubos, veo sus piernas y nalgas desde un ángulo inferior, si miro abajo, veo mujeres conversando entre ellas, otras reposando sus cuerpos como exposiciones de arte.

 Aquí todas revelan su forma mas pura, pero también mas sucia y erótica. Unas bailan con pasión desenfrenada, cada movimiento son una expresión de desahogo, de sexo libre, dando vida a las poses sexuales mas brutales, donde no hay nada que no sea expuesto o dejado a la imaginación. Así es como veo a dos señoritas, colocadas en posición de perro, con las piernas separadas, las nalgas arriba, sus vaginas frente mío, ellas recargan hacia adelante sus torsos, aquí solo importa una cosa: Deslúmbrenme con sus nalgas, sus labios vaginales y sus largas piernas.

 Otras tienen movimientos con una contenida gracia, elegancia, casi tierna e infantil. Como si cada movimiento fuese un secreto compartido solo con la música. Sus danzas son el lenguaje universal, una conversación sin palabra alguna que sujeta como un látigo, toda la atención a mis hormonas.

 Los vestuarios extravagantes transforman el dialogo, los maquillajes, incluso pelucas de colores vibrantes como azul o rosa, blanco o morado, crean sensación de personajes ficticios eróticos para toda la noche. Aquí se es, solo se es, sin juicios ni expectativas.

 Aquí no importa si se desea ser cualquiera o nadie, da igual, da lo mismo, solo importa el impacto que causan estas almas y sus cuerpos cargados de poder sexual. Cada rincón, cada paso, sigue siendo un sitio de gran intimidad, sin pena ni vergüenza. Todas son mis cómplices, sus cercanías físicas son parte del idioma. Cada mujer, es una constelación que busco capturar a la mayor medida posible en mi memoria, solo de esa forma salgo extasiado.

 ¿Podré algún día tener la fuerza de un dios para hacer el amor a todas estas mujeres? Suena complicado y mas como un sueño; terrenal y tristemente, mi máximo encuentro sexual, ha sido con 4 mujeres, es cansado, agotador, mejor dicho; pero la experiencia es sensacional.

 Cecy, Natalia, Carol, Paloma, Tina la tetona, Monarca, Liz; han sido algunas de mis “capillitas” diría Cecy, en esas aventuras de ultra-sexualidad. Pero estas serán otras historias escritas en algún momento.

 A lo que venía con tremendo relato; ahora solo quiero dejar por lo que en algún momento, solo será una minúscula pista, de una cronológica lista de mujeres a las que he pasado por mi examen de calidad, no sexual, pero si mis manos tienen una relación muy importante con ello. Pues como un investigador, catador de tetas, exploro manualmente la perfección de estas féminas, y como las listas de actos inapropiados de Marques de Sade, me esforzare por contar algunas de estas experiencias breves:

Me acerco a una pequeña habitación aislada, de luces rojas, en medio, se encuentra una tímida señorita, un momento privado para ambos; ella usa un traje negro de licra, cadenas y medias, muy bondage, es delgada, alta, está en una plataforma con una altura que llega a mi cadera, su cabello es algo alborotado pero corto y negro, partido por la mitad, a diferencia de las demás, me ve con una sonrisa penosa, temerosa de si lo hace bien o no, sus movimientos son un poco torpes pero, seamos nobles; me acerco y ella se hinca a mí, estableciendo un primer contacto. En silencio acaricio sus piernas suavemente, recorro su sintura delgada, sujeto sus senos medianos, calculo un 32 C, son suaves, sus nalgas, frescas y delgadas pero deliciosas. Su joven rostro, como de unos 21 años, ojos grandes redondos y sonrisa tierna y diabólica al mismo tiempo.

Sobre otra plataforma, una morena alta, de coleta castaña, piel tan lisa como la de un paisaje de dunas, ella flexiona sus rodillas para posicionar sus nalgas fijas pero suaves en mis manos, las nalgeo suavemente para sentir su densidad.

Una rubia de shorts mini rojo y bra rojo, que recuerda a las hermosas edecanes en los eventos deportivos pero su traje, es mas corto de lo usual, piernas trabajadas y nalgas redondas y suaves, exameno sus senos y sus nalgas, sus ojos son grandes y claros, con un cabello castaño lacio natural.

La milf nalgona de infarto, piernas trabajadas y tetas que abarcan mas allá de la capacidad de su bra, pelo chino, de unos 38 años de edad. “¡Sujétalas bien!, que valga la pena” me posiciono a su espalda, “Soy como 1.58cm, no te guies tanto por mi altura con este tacon de 12 cm,” mientras fricciona su enorme culo carnoso en mi abdomen y la rodeo con mis manos sujetando y levantando sus tetas, sintiendo su peso.
La rubia de la barra de bebidas, con tetas muy saggy, calculo también un 32, DD, tamaño ya mas extremo para mí, con forme la letra incrementa, se hinca y posa frentea mi, con mi mano derecha levanto su enorme teta izquierda que figura bajo una deltada lencería, y con mi mano izquierda sujeto hacia afuera su teta derecha.

Una morena de rostro latino, ojo gris, casi cristalino, hermosa señorita de fuego, de unos 19 años, lencería roja, algo penosa pero agradable, su piel es suave, solo recorro su suave cuerpo con dulzura, explorando, su cintura es comprimida, sus senos pequeños se sienten agradable y sus nalgas contienen mas carne de lo que imagine.

La tetona milf de lencería roja, “Quiero sacarte la leche de esta verga que tienes” ¿Acaso tu me darias de tu leche de estas tetotas?” Respondo mientras con mi mano derecha sujeto con fuerza su teta izquierda y la bailo sobre mi mano.

Morena alta, con un cuerpo trabajado de infarto, a pesar de ello, contiene suficiente grasa en sus grandes tetas bien formadas y nalgas, no soy alto, por lo que quedo a la altura de la situación perfecta, sus tetas enormes, las cuales aprieto desde los lados, sujeto y concentro hacia el medio sintiendo su densidad y suavidad mientras se desborda sus carnes entre mis dedos.

La morena alta, delgada con maquilaje morado en el rostro, mirada fuerte, cabello chino, la encuentro caminando por un pasillo y la detengo, mientras me recargo en un barandal, ella me posa a una distancia minima, pero la sujeto suavemente de la cintura y atraigo a mí, la observo, su mirada penetra mis ojos con una sonrisa que sabe guardar secretos, recorro sus nalgas suaves y las llevo hasta su cintura, para pasearlas hasta sus tetas grandes pero compactas que entran perfectamente a mis manos.

Dos señoritas se encuentran en una sala de sillones rojo, la mas mayor, de unos 32 me invita con su amiga a observar un show lésbico, esta es morena, alta con piernas trabajadas y gruesas, caderas muy anchas y nalgas gigantes, pero la amiga, delgada y cuerpo mas delgado, pero con un par de tetas que descompensan la proporción de su cuerpo, examino sus atributos por turno, levanto mis manos para apretar las tetas de una y la otra, comparando tamaños y cuan deliciosa es la escena.

La señorita sonriente, hay mujeres jóvenes que, tienen un rostro muy familiar y lindo, mas no genérico, como esta delicia de mujer, con lencería roja (creo que este dia, el rojo fue el favorito de todas), me mostro sus tetas, ambas muy firmes, pezones claros y bien redondos, ante su sonrisa, como si expusiera su linda obra de arte escolar ante su maestro, examine sus tetas, ambas algo duras pero suaves al mismo tiempo, indescriptiblemente satisfactorio, le pedí girarse un poco para poder levantar una pequeña falda que usaba, su culo era mas grande de lo que pensé, sujeto su nalga derecha y con mis dedos la paseo de un lado a otro, es firma igual que sus tetas.

Me acerco a una de las barras y hay dos señoritas, delgaditas, blancas de su piel, ojos grandes, juraría que eran hermanas, ambas llevando una vestimenta que parecían casi cosplay de algún personaje popular de color blanco pero muy sexy, medias de red, tacones con plataformas, listones en sus cabellos largos hasta la espalda, cinturas de avispa y senos pequeños, pero esa imagen adorable en mi mente es muy excitante, a ambas acaricio sus piernas y presiono suavemente sus tetas pequeñas, se sienten tan suaves y cálidas.
Al virarme, veo otra señorita también de blanco, sentada en una periquera, me acerco a ella y la abrazo por detrás, poso mis manos en sus tetas medianas, ella sonríe y noto sus ojos color miel, profundos y hermosos. Sus tetas, dentro de mis manos, las retuerzo suavemente hacia diferentes direcciones, como buen catador de tetas que soy, ella solo suelta una tierna risa de satisfacción.

A solas en una habitación roja:

Sveidy: La señorita más joven, dulce, parecería la hija de alguien. Cuerpo delgado, es petite, no pesa mucho, no es un cuerpo voluminoso o voluptuoso, pero su piel y sus pequeñas nalgas son terriblemente excitantes y calientes. Ese moño enorme que carga en su cabello, le da el toque final de una inocencia nunca parecerse haber perdido.

Aaliyah: Alta, casi de 1.75, lo tiene todo en sus piernas, son enormes, largas, sus carnes se mueven de un lado a otro al caminar, el vicio de cualquiera que ame los culos gigantes. Sus tatuajes le dan una personalidad roquera, sus tetas son medianas, algo caídas. Meti su teta derecha en mi boca, entera… la saco por un momento y le pregunto… ¿son sensibles? – en realidad casi no siento nada responde ella en voz tierna y suave. Procedo entonces a violentarlas, golpearlas como si fueran cachetadas, rebotan, suenan como un fuerte aplauso, las muerdo y casi estrangulo, sentir su piel dentro de mi boca, sus pezones que parecen malvaviscos.

Nyssa, Amara y Seraphina. ¿Han visto esas famosas negras afrocamericanas de culos gigantes que rebotan por todos lados cuando caminan? Estas tres muñecas son el ejemplo perfecto pero en versión latina, blancas y Seraphina la morena. Cargo con mis manos sus culos pesados, que desbordan sus carnes entre mis dedos, es imposible sujetar tanto peso y carne con dos manos. Adore hundir mi rostro en medio de esos enormes cúmulos de carne.

El numero puede seguir hasta 50 y más… Creo que mi vida en este mundo es sin duda para probar el sexo femenino, me causa un placer que no cesa, que no disminuye, sino por el contrario, soy amante del poderoso cuerpo femenino, es mi mayor objeto de placer en la vida, no hay mujer que sea atractiva y de mi gusto que por la calle vea, que con mis ojos le termine haciendo una tremenda sacudida de pasión. Estoy en un camino de seguir catando ya no solamente tetas enormes que son las que me vuelven loco.

Mis deseos continúan caminando y evolucionando, quizá este pronto de poder cumplir mi reto de tres días de sexo con diferentes mujeres como las que arriba describo. Hace un par de meses, tuve mi ultimo gang bang con Cecy, invito a sus amigas Bianca, Luna, Aurora y Nadia (cual fue brutalmente agobiante, debo trabajar más mi resistencia física), cual a pesar de ello, planeo tener más encuentros grupales con más mujeres.

Aun debo cumplir uno de estos grupos: Varias tetonas. A ser que pueda reunir a las tetonas que podido probar, pero la dificultad de los tiempos y distancias es el principal problema. Sin duda Cecy seria una de mis invitadas especiales, quien se llama ser mi “esposa” de forma burlesca, al ser mi tetona favorita y al haberme ya acompañado en diversas fornicaciones a otras mujeres y jovencitas.

Es complicado a veces encontrar tetonas en grupo, como por ejemplo, la hermosa Constanza, que de una estatura de 1.76, piel morena, facciones faciales filosas, ojos grandes y oscuros, llevaba un poderoso cargamento de tetas copa ni mas ni menos que de J. O, la tetona Lucia, blanca, con rostro muy lindo, por cierto, muy femenino, cabellera larga en coleta (para esa ocasión) de 1.71 de altura, tetas gigantes, gelatinosas en su físico, probablemente copa GG.

En fin, queda mucha esencia de mujer que probar, muchos jugos vaginales que sentir y saborear.

Dejo adjunta una fotografía de mis mujeres tetonas (Constanza) para ayudar un poco a la imaginación. (Desearía poder tener fotografía de cada una de estas musas, pero es siempre, muy poco posible).

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erevan
erevan

Soy empresario, fotógrafo y amante de los libros, el erotismo, el arte y la vida y sus pequeños grandes detalles. Deseo contar la travesía de mi vida desde mis lentes del mundo erótico, mi visión y mis deseos a cumplir, y repetir. Estas son algunas de mis historias.

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