Casualmente se dio nuestra infidelidad
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Mi Esposa y yo habíamos fantaseado con que ella pudiera experimentar el estar con otro hombre. Sin embargo, ella tenía dudas al respecto, por mi parte, deseaba ver “algo”, pero no quería presionarla. El hecho de ser mucho mayor que ella, agregaba mucho morbo al asunto, cuento con 36 años y ella con 20. Me parece una preciosidad de baja estatura, grandes senos, piel muy blanca, piernas torneadas y un rostro hermoso.
Cuando se aproximaba la fiesta de fin de año de su empresa, volví a tocar el tema, y me mencionó que le atraía alguien de su oficina, un tipo llamado Marcos, de veintitantos años, de buen ver y haciendo una buena carrera en ventas.
La noche de la fiesta fue emocionante para mí, verla arreglarse para salir y ponerse une hermoso vestido rojo y tacones. Esa noche decidimos dejar a nuestra hija con sus abuelos. Ella me había contado que Marcos se le insinuaba constantemente en la oficina, y ella había decidido dejarse llevar.
Ella me relató que durante la fiesta, tomaron mucho, todos bailaban y ella se portaba especialmente coqueta con Marcos, quien aprovechaba cada baile para pegarse lo más que podía a ella. Constantemente me enviaba mensajes de texto contándome como Marcos ponía especial atención a ella. Como bailaban, como la tocaba, y hasta como habían salido al balcón a besarse. Yo estaba que estallaba de la excitación. Sin embargo, casi a las tres de la mañana, algo decepcionado, me escribió diciéndome que Marcos se habían pasado de copas y que otro compañero suyo lo iría a dejar a su casa.
Todos los planes se habían echado a perder, ella sonaba decepcionada. Sin embargo, a los pocos minutos me escribió que se dirigía a casa, pero que otro compañero suyo, de nombre Carlos había decidido escoltarla en su coche para que llegara segura a casa. Me preguntó qué opinaba. Inmediatamente le dije que si quería lo invitara a una copa más en nuestra casa.
En unos minutos, ambos coches se estacionaban en la acera de enfrente. Entraron a casa mientras yo permanecía en la habitación, pude escuchar cuando él preguntó que “si no habría problemas”, ella le dijo que no pasaba nada. Le sirvió un trago y entró a nuestra habitación y con una sonrisa cómplice, me besó. Le pedí que atendiera a su invitado.
Al poco rato salí, ellos conversaban con las copas en la mano pero alto alejados. Yo salí a la sala y saludé. Carlos se notaba demasiado nervioso. Salí a fumar un cigarro, y luego volví a entrar. Ella estaba casi encima de él, que se miraba bastante perturbado. Me preguntó esta vez a mi que si no tenía problema con que él estuviera allí. Me serví un trago y respondí que todo estaba bien. Al poco rato, ella le dijo: “¿quieres ver que todo va bien?” Y enseguida lo besó. Mi pene se salía de mi pantalón de la excitación. Él seguía muy nervioso. Tomó un trago y un silencio incómodo se hizo en la sala. Animado le dije “¿quieres ver que todo está bien?” Me levanté y tomando de la mano a mi esposa, la besé, luego bajé el cierre de su vestido. Se veía hermosa en su ropa interior negra. La puse frente a él y dije “voy por otro cigarrillo”
Cuando regresé el espectáculo era hermoso, ella sobre él en ropa interior y él besándola desesperado. Ella lo tomó de la mano y lo llevó a la habitación. Él se quitó la ropa rápidamente y empezó a hacerle sexo oral. Mi esposa se retorcía del placer y de cuando en cuando me veía preguntándome “¿te gusta?”
Ella me ayudó a ponerse el preservativo, y luego el se subió encima de ella, cogiendola desesperadamente, ella gemía delicioso “ayy si, que rico, ahh si” yo por mi parte me masturbaba frenético ante semejante espectáculo. Él la puso de perrito y bombeaba con fuerza mientras ella me veía con su rostro hermoso. Seguía gimiendo delicioso en cada embestida de él, luego, tomando el control, lo puso de espaldas y empezó a cabalgarlo. Se veía deliciosa, mientras el pene de él entraba y salía de su cuerpo blanco y delicioso.
Él terminó al poco rato, y entonces yo empecé a penetrarla excitadisimo, ella gemía como loca, mientras él nos observaba. Le invité a acercarse y él le metió el pene en la boca. La penetré con más fuerza ante aquel espectáculo. Hasta que terminé dentro de ella.
Me retiré a nuestro cuarto, para darles tiempo de despedirse.
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