Buenos compañeros con una chava que se llama Claudia

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Para empezar, debo decirles que llevo un poco más de 3 años casado y mi vida marital es bastante buena; hago el amor con ella en promedio cada 3 días y en general me siento bastante bien. Hace aproximadamente un año, entró a trabajar en mi oficina una chava que se llama Claudia, los primeros seis meses fueron de una buena relación laboral, desde el principio me llevé muy bien con ella, siempre estábamos bromeando y en algunas ocasiones teníamos pláticas con respecto a mi esposa o a su esposo.

Una noche salimos varios compañeros a un bar a tomar unas cervezas, Claudia estuvo todo el tiempo sentada junto a mí y nos la estábamos pasando genial. Desde un tiempo atrás, yo siempre hacía comentarios con los otros compañeros de que Claudia tenía una cara de cachonda que me hacía tener con ella mil fantasías, incluso a Claudia algunas veces le hacía entre bromas, algunos comentarios sobre llevármela a un Motel y cosas por el estilo, sin pasar nunca de solo comentarios.

Ya cerca de la media noche, empezaron a despedirse algunos de los compañeros y poco a poco fuimos quedando muy pocos; Claudia había dejado su auto en el estacionamiento de la empresa y yo le había prometido llevarla de regreso a recogerlo. A la media noche me pidió que la llevara y así lo hice, salimos del antro y nos dirigimos al trabajo a recoger su auto, sin embargo; en el camino pasamos junto a un motel y no pude dejar pasar la oportunidad para hacerle de nuevo la broma de meterme con ella al motel. Cuando lo hice, ella me miró muy seria y me dijo: “Tu me traes muchas ganas, verdad?” Yo por supuesto le dije que sí, ella solo se sonrió y no comentó nada más en el camino. Cuando llegamos al estacionamiento de la empresa, me dijo: “Y entonces, cuando me vas a llevar?” Yo de inmediato me calenté y le dije que en ese mismo momento, ella solo me contestó que pronto, se subió a su auto y se fue.

El lunes siguiente, ya en el trabajo tuvimos la oportunidad de platicar un momento y me dijo que estaba apenada por el comentario sobre el motel, me dijo que ya estaba tomada y que lo había hecho bromeando, sin embargo, yo le dije que yo si lo decía en serio y que me gustaría mucho llevarla ahí; ella se sonrojó y me preguntó si era cierto. Le dije que sí y que ya muchas veces había tenido fantasías con ella. Con un poco menos de pena, me dijo que ella pensaba que sería una buena aventura, así que sin más demora, nos pusimos de acuerdo y quedamos en salir el próximo jueves. Llegó el día y solo hasta la tarde, yo le pregunté si seguía en pié la propuesta y ella dijo que sí.

Saliendo del trabajo, le pedí que me siguiera y la llevé hasta un estacionamiento público, me estacioné y le sugerí que dejáramos ahí uno de los autos, ella aceptó y salimos de ahí de inmediato en mi auto. Sin tiempo que perder, me dirigí a una de las salidas de la ciudad, donde está lleno de moteles y al pasar acercarnos a uno de ellos, le hice un guiño con el ojo; ella de inmediato entendió mi mensaje y solo aprobó con la cabeza. Me metí al Motel, llegamos al cubículo de recepción y solo me dijeron: “con jacuzzi o sencilla?” Le conteste que sencilla y me contestó que me dirigiera al número 36. Llegando al tal número 36, ya estaba alguien esperando afuera, metí el carro y pagué la cuota, el encargado solo presionó un botón y se cerró la puerta dejándonos a los 2 solos ahí dentro.

La habitación en realidad estaba mucho mejor que la de muchos hoteles donde me he hospedado; ella se dirigió a la cama y se acostó en ella. Yo sin más ni más me abalancé sobre Claudia y empecé a besarla, a lo que ella respondió de una forma sorprendente. Empezó el manoseo y poco a poco la fui desnudando, cuando la vi desnuda por primera vez, supe que tendría con ella el sexo más salvaje de mi vida. Y así lo fue, puse en la televisión un canal porno y todo se encendió aún más. Ya estando los dos desnudos, me pidió que le chupara su panocha y así lo hice, después ella me dio una mamada espectacular. Cuando le metí la verga por primera vez, empezó a hacer unos quejidos suculentos que me excitaban aún más. Estuvimos ahí unas 4 horas, le hice amor en cada posición conocida, vaginal, anal, oral. Cuando estaba a punto de terminar por segunda vez, me pidió que terminara en su cara y así lo hice; ahora, casi cada mes he tenido sexo con ella; en moteles, en su casa e incluso en la mía.

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