Algo asombroso, una discusión con su marido

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Para quienes no leyeron el anterior relato quiero decirles que mi nombre es Jorge soy latino, igual que mi amante con la que pase los mejores momentos que un hombre puede desear. Esta vez lo que les voy a relatar fue en su casa, ese día ella me llama por teléfono ya que había tenido una discusión un poco fuerte con su marido, y se encontraba por cierto un tanto mal por el momento, corte y le dije que enseguida estaría por allí.

Cuando toco el timbre me abre la puerta de su casa, con cara de sufrimiento y me cuenta su mal momento que estaba atravesando, hablamos un rato y trate de escucharla para que descargue todo lo que tenia adentro, sentados en el sillón, nos quedamos así un rato, hasta que un beso comenzó a encender el fuego.

Ella llevaba puesto un roble bordeaux, que le quedaba muy bien, y su cabello negro suelto que le caían por la espalda, ella me pone de espaldas y nos besamos profundamente, con su pierna me roza mi pene que para esto ya mis 17 cm. se comenzaban a sentir muy bien, ella se separa apenas para quitarse el roble que tenia puesto y un conjunto rojo tapa apenas sus lugares más secretos, lo que hace que me caliente mas aun.

Ella me va desabrochando suavemente mi camisa, y con su mano acaricia mi pecho, me desabrocho el pantalón y ella con movimientos precisos me los quita, revoleándolo a algún lugar del living, su dedo índice forma figuras en mí pecho mientras se dirige al sur, me quita mi bóxer, y acaricia mi pene erecto, juega con el acariciando mi glande húmedo, me masturba muy bien, mientras lo hace me muestra el mejor panorama de su culo, yo le acaricio las nalgas y le quito el corpiño pues ya se lo que se avecina, juego con su culo corriéndole la diminuta tanga, voy de su culo a la vagina que ya la tiene a punto de caramelo, mientras ella comienza a lamerme la pija y acariciándome mis huevos.

Sus manos recorren ese punto entre las pelotas y el principio de mi culo, y le digo:

– Chúpamela que no doy mas por favor.

Ella se la devora con unas ganas enormes, sube y baja mientras que al mismo tiempo me masturba con una mano, me incorporo por que mis ganas ya son de ponérsela, ella se arrodilla en el sillón y me mueve muy sensualmente su culo provocándome e incitándome al placer, mientras que sus manos se apoyan en el respaldo y dándose vuelta me dice:

– Ponérmela papi ya… ahora te quiero dentro de mí.

Yo le paso mi pija por la puerta de su concha totalmente depilada, cosa que me calienta muchísimo mientras que con mi mano le acaricio su clítoris, le refriego bien mi pija por su entrada cosa que la desee, y me pide con su voz y respiración agitada:

Dámela ya papi la quiero ahora.

Con lo que le apoyo la punta de mi verga y ella tirándose hacia mí, se devora toda la pija de un solo golpe hasta el fondo, comienzo a moverme mientras nuestros “aaahhh…, aaaahhhh…” se confunden entre gritos de pleno placer, el pone y saca es salvaje ella se mueve muy bien, después de un rato le aviso que estoy por venirme, y me dice:

– Si papito, dame toda tu leche, la quiero sentir caliente dentro de mí.

Me descargo adentro de su vagina, ella se levanta corriéndole mi leche por sus muslos, y sentándose en el borde del sillón, me limpia con su lengua mi pija, mientras que se aparta el pelo por que quiere que la vea como lo hace, mi pija no tiene tiempo de caer, y sus ojos me miran con toda la pija en su boca, cosa que me hace calentar mas aun, le digo:

– Eres una gata en celo mamita, eres insaciable.

La pongo de espaldas en y me le monto arriba para hacer un 69, ella se la come toda me acaricia los huevos, me la chupa como nadie lo había echo, yo le chupo toda su vagina que aun tenia mis jugos, así que intercambiamos sabores mutuamente, después de un rato los dos llegamos a un orgasmo fabuloso.

Fue una buena manera de que se olvide de su discusión matrimonial, y calmar un poco así nuestro fuego.

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