Me siento muy excitado poniéndole los cuernos a mi mujer
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Hola soy Iván, hace aproximadamente un mes, se me pasó por la cabeza plasmar en papel una de mis fantasías sexuales y decidí a enviarla, tuve la gran suerte de que fue publicada, desde entonces mi correo se ha visto saturado y mi vida dio un gran giro, conseguí tener algún que otro contacto virtual, a partir de entonces me animé a escribir este relato, que como el anterior es otra de mis fantasías sexuales, espero tener la suerte otra vez de que sea publicado.
Actualmente vivo en la periferia de Madrid, tengo 29 años y llevo casado 2 años. A continuación lo que os voy a relatar, contiene un alto porcentaje de realidad ya que lo he puesto en práctica con mi mujer. 🤩
El objetivo de la siguiente historia podemos decir que independientemente de que sea una fantasía, es encontrar a alguien que esté dispuesta a realizarla al pie de la letra. Antes de comenzar me gustaría indicaros, que no soy escritor ni nada por el estilo, esto me conlleva a escribir algunas faltas de ortografía y en algunos momentos no explicarme muy bien, os pido disculpas por ello.
Hasta hace 20 meses me encontraba satisfecho con mi vida sexual, pero de un tiempo aquí, mi pareja y yo hemos entrado en la monotonía y mi cuerpo pide algo más y sobre todo variedad, el problema es que con mi mujer ya he practicado lo que en las próximas líneas voy a contar, pero necesito realizarlo con una desconocida. Lo dicho estoy dispuesto a llevarla a cabo en cualquier momento con quien se preste a ello. 😛
Actualmente trabajo como informático, y dedico todos los días algún tiempo a conectarme a Internet y visitar páginas de contactos, realmente me considero bisex aunque sin haber tenido ninguna experiencia, dicen que algo guapo, moreno de piel, pelo cortito y de cuerpo se puede decir que no estoy mal, aunque no soy ningún cachas ni nada por el estilo, no dispongo de mucho vello en mi cuerpo y sexualmente podemos decir que mi aparato es muy normalito.
Bien comenzamos, un día me decidí a anunciarme en las páginas de contactos indicando el siguiente mensaje:
?Hola soy Iván, Vivo en Madrid, 29 años, casado, moreno de piel y pelo, complexión normal, no soy profesional ni nada por el estilo, me encanta dar masajes en todos los sentidos, si estas interesada chica o mujer indistintamente de tu edad en uno de ellos, no dudes en escribirme, me gusta la seriedad, limpieza, discreción, el sexo seguro y sin malos rollos, no importa que tu pareja este presente, te aseguro toda la naturalidad del mundo para que nuestro contacto no nos avergüence, por último indicarte que no cobro por ello. 😁
Besos. No había transcurrido un día, cuando comenzaron a llegar las primeras solicitudes.
En el momento de poner el anuncio no está muy convencido de lo que hacía, iba a poner los cuernos a mi mujer, y no sabía si una vez realizado el contacto podría vivir con toda tranquilidad el resto de la vida, pero lo cierto es que mis ganas superaban mi conciencia y si no lo hacía, me tiraría toda mi vida teniendo en mi cabeza semejantes fantasías. Bien definitivamente tras pensarlo durante varias semanas, estaba completamente decidió a serle infiel, y lo asumía con todas las consecuencias, ni que decir que no se lo comentaría a nadie, sería mi secreto mejor guardado.
El hecho de estar casado retraía bastante a ciertas mujeres. Incluso en el tiempo que permanecí pensándolo, desperdicié más de una oportunidad por este motivo. Un día de los que abrí el correo por la mañana, comenzaron a llegar mensajes, estuve echándolos un vistazo y me llamó uno de ellos la atención que en concreto decía lo siguiente:
Hola soy Susana, he leído tu anuncio de contactos y en principio estoy interesada en tu oferta, tengo 30 años, morena, 165 etc. Actualmente casada, necesito un contacto esporádico y no volver a saber nada de ello. Soy muy tímida y no estoy segura de lo que hago, espero contar con tu ayuda. Besos. 😮
Inmediatamente me puse manos a la obra para responderle y sobre todo tranquilizarla y darle naturalidad al tema, sobre todo como si se tratase de lo más normal del mundo.
Al día siguiente volví a recibir un e-mail de ella, entonces me puse nervioso, ya que parecía que la cosa iba en serio, me ofrecía su móvil para ponerme en contacto con ella.
La verdad, yo siempre he desconfiado de los contactos a través de Internet, primero porque es un mundo de anónimos y nunca sabes lo que vas a encontrar, lo segundo el mundo es muy pequeño quién sabe si es algún conocido con la persona que te has citado. Para ello, había planificado una serie de reglas que debía llevar a cabo, a continuación las detallo: 😵
- Nunca daría datos personales reales.
- El día de la cita quedaría en un lugar público.
- Yo aparecería en la cita después de la persona con la que había quedado, independientemente de que me gustase o no, tenía muy claro que charlaría con ella. Ya que en algún momento en la única cita que he tenido me dejaron plantado y no es plato de buen gusto.
- Yo elegiría el lugar donde tener la experiencia, debería de ser un hotel, a ser posible con minibar y con cargo a la otra persona o en común, eso sí con la habitación previamente reservada.
- Y muy importante, en horario laboral para no despertar sospechas sobre mi mujer.
Como veréis eran muchas las condiciones, con lo que no era nada difícil que alguna rechazase la oferta. Bien por fin decidí llamarla por teléfono, según telefoneaba, mi cuerpo temblaba, no tenía claro cómo presentarme. 😛
Por favor, quería hablar con Susana.
Sí soy yo, ¿quién es?
Era una voz fabulosa, morbosa, algo aniñada.
Hola soy masajes de la página de contactos de Internet.
Parecía haberse quedado muda, no contestó.
¿Susana?
Sí, sí, estoy aquí.
¿Qué tal?, ¿cómo estás? Bien ¿y tú?
Muy bien. La verdad, tenía ganas de conocer tu voz. Te parece bien que nos conozcamos, simplemente para tomar algo.
Vale, ¿cuándo te viene bien?, ¿a qué hora?
Hoy a las 5 de la tarde en la Plaza de Colón, en la cafetería Río Frío. ¿Vale?
Vale.
¿Cómo te identifico?
Llevare una bufanda en la mano. ¿Y yo a ti?
No te preocupes yo me presentaré.
La realidad, nos encontrábamos en primavera, llevábamos unos días con una temperatura fabulosa, y por el campo y la calle se podía percibir el olor que nos trae la primavera y que hace que los cuerpos del reino animal se calienten. 😲
Sería fácil identificarla, ya que en esta época del año, no creo que hubiese mucha gente con una bufanda en la mano. Llamé por teléfono a mi mujer y le dije que hoy tenía trabajo y que llegaría más tarde. No sospechó nada, ya que hay varios días en los que debo de quedarme a trabajar más de lo normal.
Bien, a lo largo del transcurso del día, no daba pie con bola, me encontraba muy nervioso, incluso se me pasó por la cabeza echarme atrás, pero finalmente no fue así. Llegó la hora y me despedí en la oficina de mis compañeros hasta el día siguiente. Me dirigí al lugar de encuentro. 😃
Una vez que llegué, me situé a unos 100 metros de la entrada de la cafetería, cuando llevaba 5 minutos esperando, vi cómo se aproximaba una mujer con una bufanda en la mano, no podía distinguir bien sus rasgos debido a la distancia que nos separaba, pero no daba lugar a dudas, estaba seguro de que era ella. Para no hacerla perder tiempo y evitar que se pusiese nerviosa, me apresuré para entrar casi detrás de ella. No había llegado a sentarse, cuando con mi mano toqué su espalda y la dije:
Hola, ¿eres Susana?
Ella se giró, estaba muy nerviosa.
¿Qué tal?
Bien
Por fin nos conocemos.
Nos dimos dos besos
¿Qué quieres tomar?
Un Martini.
Era impresionante. Morena con el pelo liso a media melena, ojos negros, fina nariz, bonitos labios pintados de rojo, guapa de cara. Llevaba un traje de chaqueta en color azul, con una falda por encima de las rodillas. 💥
Enseguida nos trajeron las bebidas, al coger su vaso observé sus manos, con sus uñas pintadas en rojo. Independientemente de la distancia que nos separaba, podría percibir que su perfume me gustaba. Con el paso de los minutos la conversación fue más distendida, incluso reímos en algunos momentos.
Fuimos entrando en materia, hasta llegar al meollo de la cuestión del por qué estábamos allí, entonces me sorprendió diciéndome que le gustaría recibir el masaje mañana y que probablemente su marido estaría presente sin llegar a participar. Con esto último yo no contaba, pero lo cierto es que en el anuncio si lo contemplé. 🤩
Bien al salir de la cafetería reservamos una habitación en el Hotel Colon para el día siguiente. Nos citamos en el mismo lugar a las 12 del mediodía.
Durante toda la noche casi no pude pegar ojo, me tiré toda la noche empalmado, pensando en ella.
Por la mañana, me levanté a la hora de todos los días, 6 de la mañana, me duché y me arreglé, antes en una mochila introduje aceite Johnson, champú, perfume, espuma de afeitar y cuchillas, todo ello tenía relación con el trabajo que me esperaba. Y sobre todo para ducharme al finalizarlo.
El día de la cita solicité permiso en el trabajo. Sobre las 11,30 de la mañana me fui de nuevo a la cafetería donde habíamos quedado, me encontraba muy nervioso, pero al mismo tiempo emocionado y excitado, cuando llegué allí, vi a Susana sentada junto a un hombre, no había duda era su marido. 😻
Nos presentó, Iván era un hombre apuesto, guapo de cara y con buen cuerpo, vestía muy bien, ella sin embargo me sorprendió, traía otro traje de chaqueta igual que el día anterior, pero esta vez en color gris, se percató que me gustó cómo vestía. Bien pedimos algo de comer, debíamos reponer fuerzas.
Después de comer y charlar durante un rato, yo pedí de beber un Vermouth blanco, ellos decidieron acompañarme, destacar que tampoco eran fumadores. Sobre la una decidimos dirigirnos hacia la habitación del hotel.
No es que estuviésemos borrachos ni nada por el estilo, pero los 2 Vermouth que nos tomamos cada uno, nos habían hecho dejar la vergüenza atrás, eso sí guardando el respeto y la educación en todo momento. 😵
Por fin llegamos a la habitación, disponía de dos camas, suelo de madera, minibar y muy bien perfumada. Una vez cerrada la puerta, un silencio nos invadió a los tres. Entonces me acerqué al minibar y para romper el silencio saqué una botella de champán, y brindamos.
Todo volvió a la normalidad. Iván su marido, se tumbó en una de las camas mientras bebía y se preparaba para ver el trabajito. Entonces le comenté a Susana que si tenía algún inconveniente en comenzar con el masaje, ella me dijo que adelante que se encontraba preparada.
Debes de quitarte la chaqueta y la camisa, la falda de momento no es necesario.
Procedió a retirarse la chaqueta y comenzó a desabrocharse la camisa hasta quedarse en sujetador. 😁
No te le quites.
El sujetador era en color blanco y podía verse a través de él cómo la aureola de sus pezones se trasparentaba, mientras su marido contemplaba la acción de su mujer desnudándose. Túmbate en la cama boca abajo, le indiqué.
Ella abrazó la almohada, entonces saqué dos pañuelos de la mochila, con el primero procedí a vendarle los ojos para que al principio no se sintiese avergonzada, le até un fuerte nudo atrás y le dije que estirase sus brazos hacia arriba, para con el otro pañuelo atarle sus puños. Tenía a Susana completamente inmovilizada y boca abajo.
Sus brazos eran preciosos así como sus manos, también podía apreciar la belleza de sus piernas, cubiertas por unas medias negras las cuales sólo llegaban hasta la mitad de sus muslos, su faldita se había subido un poquito al tumbarse en la cama. Saqué mi aceite y dejé caer unas gotas sobre sus cervicales. 😛
Comencé a untarlo con las yemas de mis dedos. Presionando con ellos, pude contemplar que se encontraba algo agarrotada, entonces me acerqué a su oído y le susurré:
Relájate amor, debes de disfrutar.
Esta vez dejé caer más gotas de aceite, pero por toda la espalda, para poder extendérsela, tuve que desabrocharla el sujetador, entonces mis manos empezaron a trabajar duramente, pasados unos minutos ya se encontraba más relajada, desabroché la
Cremallera de su falda y se la subí a su cintura, fue maravilloso contemplar aquel precioso culo con el hilo de su tanga negro metido por la raja. Sus piernas eran maravillosas. Mi respiración se aceleraba por momentos, debía de contenerme para disfrutar de cada situación y no precipitarme, existía tiempo de sobra para realizar de todo. 🥰
Pasé a untar y masajear sus glúteos, por cierto ella debía de trabajarlos a menudo ya que estaban duritos. Cuando conseguí relajarlos muy levemente separé sus piernas, ahora sí que podía apreciar cómo el hilo de su tanga se introducía en el interior de su coño, éste no tenía mucho vello, pero yo aguardaba una gran sorpresa para él. Retiré levemente hacia un lado el tanga y con mi dedo corazón untado en aceite, comencé a masajear su ano realizando circunferencias, además de subirle arriba y abajo. Mientras tanto su marido observaba atónito ante los hechos.
Podía contemplar cómo la respiración de Susana se había acelerado un poquito, era normal, su almejita estaba un poquitín húmeda, señal de que le estaba gustando el masaje en su culo, definitivamente decidí arrancarle el tanga de un tirón, y a ella se le escapó un leve gemido. Separé algo más sus piernas, en ese momento podía estar disfrutando de la visión de su vagina. Era una rajita preciosa, bastante almohadillada. 😵
Bien, de momento cambiaríamos de zona, debía de descargar sus gemelos y muslos. Empecé por sus tobillos para ir ascendiendo levemente con movimientos sensuales, hasta una vez más encontrarme otra vez a la altura de su precioso coñito, que en este momento se encontraba algo más húmedo. Paré y me acerqué al baño a recoger algo de agua, iba a afeitarle su rajita. Cuando volví, su marido se había desnudado por completo, por cierto tenía una buena herramienta, estaba totalmente empalmado.
A Susana la giré cara a mí, continuaba con las manos atadas y los ojos vendados, separé levemente sus piernas y con agua templada comencé a untar espuma en todo su vientre, eso sí sin llegar a tocar en ningún momento su clítoris.
Cogí la cuchilla y empecé a rasurarle todo su pubis y partes más íntimas. Le debía de gustar porque de vez en cuando arqueaba su cuerpo. Cuando finalicé el rasurado, la sequé con mucha delicadeza y le dije prepárate ahora vas a disfrutar. 💥
Yo me quité la ropa a excepción de mi slip, me incorporé y le retiré el sujetador, en esos momentos vi sus hermosos pechos, aunque no muy grandes, pero sí muy bien puestos, tenía los pezones grandes y de color marrón, me senté encima de su vientre y me acerqué a su oído susurrándole:
Estás caliente ¿eh? Tu marido se ha desnudado también.
Desde sus oídos fui rozando su mejilla con mis labios entre abiertos, ella podía percibir mi acelerada respiración, al llegar a su boca me detuve y la comencé a besar suavemente, ella separó sus labios abriendo paso a mi lengua, cuando esta entró en contacto con la suya, un escalofrío corrió por mi cuerpo, notaba que mi polla estaba durísima.
En ese mismo momento empezamos a jugar con nuestras lenguas, su lengua ardía. Nos tiramos así aproximadamente 5 minutos sin separar nuestros labios y lenguas, pasado este tiempo continué descendiendo con mis labios por su cuello hasta llegar a sus pezones, los cuales comencé a besar, pronto sustituí los besos por mi lengua e intercalándolo con pequeños mordiscos, cada vez que mordía sus pezones, ella dejaba de escapar un leve gemido. 🤩
Noté como estos se endurecían hasta ponerse como piedras. Separé mi cuerpo del suyo y empezaron a trabajar mis manos sobre sus tetas, muy de vez en cuando con mis dedos las pellizcaba. Era el momento de descender con mi boca por su estómago, ombligo hasta llegar a su pubis, pero todavía no era la hora.
Desde sus tobillos con mis labios, comencé a besar sus piernas por el interior, también pasaba mi lengua por ellas, y me fui aproximando hasta que a la altura de mi cara, se encontraba aquella hermosa rajita, por cierto con un gran grado de humedad.
Podía disfrutar del olor de su sexo, procedí a besar muy ligeramente el clítoris, y a ella se le escapó un pequeño gemido.
Poco a poco fui acentuando el roce de mis labios por todo el contorno de su clítoris, hasta que me detuve ante él para empezar a chuparlo, con mis dedos separé levemente los labios vaginales y empecé a realizar círculos sobre él con la punta de mi lengua. Parecía que Susana iba a morirse de placer, yo mientras tanto podía degustar el sabor de su flujo. Ella arqueaba su cuerpo todo ello provocado por el placer que le producía. Entonces me dijo:
Por favor no pares, ¡Muérdelo, sí, Muérdelo! 😎
Con mis dientes le mordisqueaba su clítoris, e intercambiaba mis mordiscos con leves masajes de mi lengua, pronto vi que sufría convulsiones, estaba a punto de correrse, entonces me detuve y le dije:
No, todavía no ha llegado el momento.
Decidí quitarle el pañuelo de los ojos, pero no el de las manos, ella al poder verme por primera vez desde que comenzó el masaje y dada en la situación que se encontraba, acarició con su lengua, su labio superior mirándome con unos ojos pícaros, giró la cabeza hacia donde se encontraba su marido, ante su gran asombro, pudo ver a su marido totalmente empalmado y desnudo sobre la cama de al lado, él asintió con la cabeza, como dándole permiso para que continuase con su deseo, ser follada por un desconocido en presencia de él.
Entonces me quité el slip, y ella y su marido pudieron contemplar mi polla totalmente erecta, mi respiración ahora sí que se encontraba totalmente acelerada, notaba sensaciones de falta de aire, coloqué sus piernas sobre mis hombros, y le dije a su marido. 😍
Con tu permiso voy a follarme a tu mujer.
Yo nunca lo he probado, pero la sensación de ver como un desconocido se folla a tu mujer y el ver cómo ésta le desea, tiene que provocar una mezcla de celos y placer.
Una vez en esta posición, cogí mi polla con la mano y con la punta me dirigí a su clítoris, antes de follármela quería masturbarla, hasta que se corriese. Empecé a realizar círculos y a rozar su botoncito, era maravilloso cómo se estremecía de placer ummmmmm. Pronto empezó a jadear a un ritmo rápido. Estaba a punto de correrse, se retorcía de placer, todo esto sin poder tocarme ya que continuaba con sus manos atadas.
De repente dejó escapar un grito de placer, estaba corriéndose, su marido mientras había empezado a pajearse.
Podía contemplar cómo no respiraba con normalidad, entonces sin separar mi polla de su clítoris, fui descendiendo hasta que me detuve en la entrada de su coño, muy, muy despacito, procedí a introducirle la puntita, poco a poco continué presionando, hasta que mi polla desapareció en el interior de su rajita, que parecía tener fuego en su interior, de momento no me movía y podía detectar los latidos de mi corazón en mi miembro. 😵
Entonces empecé con vaivenes muy, muy suaves, quería que fuese un polvo suave, mientras ella me miraba fijamente a mis ojos, eso me excitaba cada vez más, a veces giraba la vista hacia su marido, una de ellas le dijo:
Ahhh, ahh, mira amor, mira, me está follando, ahh.
Su marido incrementaba mientras tanto el ritmo de su masturbación.
Yo continuaba moviéndome a un ritmo suave, mi polla parecía que iba a explotar en el interior de su coño, podía sentir cómo mis huevos golpeaban en sus nalgas, incluso ya había indicios de que no tardaría mucho tiempo en correrme, pero quería aguantar y para ello disminuía mi ritmo. Ella pasaba su lengua recorriendo sus labios e incluso a veces se mordía el labio inferior. 😣
Esto te gusta ¿eh? Le dije.
No hables y sigue por favor. Me contestó.
Pronto comenzó a moverse, podía percibir sus espasmos, estaba a punto de correrse, entonces incrementé mi ritmo a mil por hora, quería correrme junto con ella. Pronto se paró y comenzó a retorcerse, y de mi polla empezó a salir leche que llegaba a rebosar en el interior de su raja, nuestros jugos sexuales se mezclaban en su interior.
No pares, No pares, ahhhhhh. Me dijo ella.
Toma, Toma, amor, esto es lo que necesitas ¿eh?, toma mi leche.
Su marido contemplaba la acción con una atónita mirada. Dejé caer mi cuerpo encima del suyo, y paré de moverme, necesitábamos recuperarnos, aproveché para desatarle sus manos. Enseguida las puso encima de mi culo, y con una voz silenciosa me susurró al oído: 😎
No, no, no, esto no ha hecho nada más que empezar, ahora quien manda soy yo.
Me retiró de encima de ella, me tumbó boca arriba, y dijo:
Seguro que no te han follado nunca como yo te voy a follar ahora.
Su marido no podía dar crédito a lo que sus ojos estaban viendo. Me ató las manos con uno de los pañuelos de los que ella había estado atada anteriormente, y con sus labios, empezó a chupar mis pezones, eso me ponía a mil por hora, pasaba una y otra vez su lengua por encima de ellos, mientras que con una de sus manos acariciaba mis huevos y mi polla. Pronto mi miembro comenzaba a animarse de nuevo. Entonces descendió por mí estómago y con sus preciosos labios y una mirada maliciosa, empezó a besar la punta de mi pene.
Sacó su lengua y comenzó a realizar círculos sobre mi glande, mientras no paraba de masturbarme y con la otra mano untada con un poquito de aceite, acariciaba la entrada de mi ano. Creí morirme de placer, pasados 3 minutos procedió a introducirse mi polla en la boca y empezó a mamármela como nadie lo había hecho, también llegó a introducirme uno de sus dedos en mi ano, esta mujer era un tesoro sin explotar. 😲
Cuando estaba a punto de correrme se detuvo para incorporarse, cogió la polla con la mano, se disponía a sentarse encima de ella, poco a poco se la fue introduciendo en su coño, cuando la tuvo toda dentro, cerró sus ojos y exclamó:
Ahora sí, así me gusta más, ser yo quien lleve las riendas.
Empezó con movimientos ligeros, para pasado unos instantes empezar a botar encima de mí, este movimiento ocasionaba un sonido peculiar como si de alguien tocando palmas se tratase. Ocasionalmente ella entreabría los ojos y pasaba su lengua por sus labios. Ahora yo tardaría más tiempo en correrme ya que no habían pasado nada más que 15 minutos desde la última eyaculación. 😆
Desde mi posición podía visualizar cómo se balanceaban sus hermosos pechos, que ella no dudaba en acariciarse con una de sus manos, mientras que con la otra que se pasaba por detrás ella, llegaba a agarrar mis testículos masajeándolos.
El ritmo que imponía, había alcanzado tal velocidad, que mi pene se salió de su raja, en ese mismo momento creí morirme, en poco tiempo y sin llegar a perder segundos le volvió a agarrar y a introducírselo, me fijé en su boca y tenía sus dientes presionados y los labios separados, no paraba de resoplar.
Cuando pudo ver que me iba a correr, se sacó mi polla y me empezó a pajear, acercó su cara, un fuerte chorro de semen salpicó su preciosa cara, su marido también se estaba corriendo en ese mismo instante. Sin mediar palabra muy deprisa volvió a introducirse mi polla y se dejó caer encima de mi pecho. Fue maravilloso, menudo polvo me había echado esta mujer. El olor que desprendía su cuerpo era maravilloso, era una mezcla de aceite, perfume y sudor. Su marido se acercó hasta donde nosotros y dijo: 😛
¿Ya te has quedado a gusto?
Tú sabes que no, con él ya he acabado, pero ahora te toca a ti.
Fabuloso, contestó. Si no te importa Iván nos gustaría quedarnos solos.
Vi que mi trabajo había finalizado, pero de pensar cómo follaba Susana y que ahora su marido y ella lo iban a pasar en grande, se me hacía difícil despedirme de ellos. Entonces les propuse el quedar un día a solas con Susana y otro día con él. Su polla me había gustado y me gustaría hacerle un favorcito y así probar con mi primera experiencia homosexual. Pero eso será en otro momento. 😋
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