Virgen hasta el año pasado. Ahora soy un joven superdotado

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Voy a contar mi primera relación sexual. Tengo 20 años y soy uruguayo. Fui virgen hasta el año pasado, cuando me cogí a una amiga de mi hermana. Si mi primera relación fue de grande, no fue por otro motivo que mi natural timidez, porque tengo una virtud especial: desde hace algo más de dos años mi pene es realmente colosal, mide casi 27 cm de largo por 6 de ancho (y un diámetro de 18 cm en el tronco y casi 20 en la cabeza). Por otra parte, en mis acabadas dejo demasiada cantidad de semen, y cada vez que me pajeaba en el baño tenía que estar un largo rato para limpiar todo. Y el problema es que soy muy calentón, y se me para enseguida. Entonces me cuesta muchísimo disimular mi erección con semejante pedazo.

La historia fue así: Noelia es una amiga de mi hermana que tiene ahora 26 años. Desde chica venía a casa y se metían en la pileta. Usaba un bikini que era mi perdición. Siempre tuvo un cuerpo impresionante, sus tetas eran enormes y firmes, y sus pezones me enloquecían, porque a través de la malla se notaba que eran grandes y siempre estaban parados (luego descubriría que ella también era muy calentona).

Las pajas que me hacía en su honor eran incontables. Pero pese a que me invitaban, nunca me metía con ellas en la pileta: tenía vergüenza de que se notara mi erección.

Una vez mi hermana salió por un rato y Noe la esperó sola en la pileta mientras volvía. Yo, con 19 años, creía que ya era hora de probar a ver si tenía la oportunidad de que me pasara algo. Entonces decidí meterme en la pileta pese a todo. Si no funcionaba, siempre estaba la posibilidad de salir y dejar todo como estaba. Le pregunté a Noelia si la incomodaba, y al contestarme que no, me metí.

A propósito, llevaba una malla de esas que son un slip, como las que se usan mucho acá en Sudamérica, sobre todo en Brasil, porque remarcan mucho más el bulto. Aunque no estaba duro, ya se podían deducir sus dimensiones. Noté que ella lo miró asombrada pero con disimulo. Al rato, y aprovechando que la pileta es muy chica (tendrá cuatro metros por dos o tres), hice un movimiento para rozar con mi pija a su pierna izquierda a la altura del muslo. Me disculpé, pero ya el miembro me empezaba a crecer. Le comenté que estaba muy linda y le pregunté si tenía novio. Se asombró por lo sorpresiva de la pregunta, pero me contestó que no. Me hizo la misma pregunta, y cuando le dije que no me preguntó si alguna vez había estado con una chica. Me avergonzé y me puse colorado, y quise saber porqué me lo preguntaba. Me dijo que se dio cuenta de que su presencia en mi casa me perturbaba, y eso era señal de que no había estado nunca con una mujer; le pareció que ya era hora de que lo hiciera, porque era algo muy lindo compartir la intimidad con otra persona. Ahí si que ya no di más. La pija se me empezó a parar de golpe y la cabeza se me salió del slip. Ella lo vio y, apenas traté de meterlo de nuevo adentro me ordenó: ?Mostrámelo. Siempre pensé que estabas muy bien dotado, y a mí me encantan las pijas grandes?. Ante semejante orden ni dudé. Me saqué la malla y, ya con mis 27 cm. en pleno, la besé en la boca. Me dijo asombrada que nunca creyó que mi pija era para tanto, y me confesó que era la primera vez que estaba con alguien que calzara tanto. Estaba muy caliente, y me pajeó un poco con las dos manos (con una apenas llegaba a rodear un poco más de la mitad de mi circunferencia).Le arranqué el corpiño de la malla y después la bombacha. No me había engañado: sus pechos eran enormes y duros, y sus pezones eran rozaditos y estaban muy parados. Pero lo que cautivó mi atención era su pubis: esa mata de pelos negros me volvió loco. Su concha estaba hecha una baba.

En un momento me agarró miedo, porque no había agarrado preservativos.

Quise ir a buscarlos, pero Noelia me agarró la pija y me dijo: ?Un forro normal mide 19 cm, así que con este garrote no va a servir para nada. Nunca tuve una enormidad así adentro mío, y eso que la de Cacho (el ex novio) era grande. Esto debe medir más de 25 cm, y quiero tener esa sensación adentro.

Además quiero sentir la fuerza de tu acabada. Quiero toda tu leche adentro?. No me pude resistir. Tal cual yo suponía, Noelia era lo que se llama una ?pantera?. Me hizo todo lo que quise y más. Me aprovechó al máximo, y usó toda mi potencia para darse placer. Yo quería que me la chupara, pero ella no daba más y primero quería que la cogiera. Me costó muchísimo metérsela, era muy estrecha. Sentí un dolor casi inaguantable, pero a la vez, el placer que eso me proporcionaba no se puede explicar.

Llegué a meterle un poco más de medio tronco, y en lo que sobraba entraban justo las dos manos de Noelia, que la empujaba más adentro (aunque yo ya sentía el tope). Se imaginan que con semejante pija, mis acabadas abundantísimas por naturaleza y la calentura por mi virginidad, cogí como un toro. Le acabé en tres o cuatro arremetidas, pero enseguida Noelia se encargó de que mi fabulosa erección no se perdiera con una chupada en la que casi se me va el alma. Aparte de acabarle en la boca, lo hice en sus pechos y cara, y se la puse por el culo. Estuvimos así más de una hora, hasta que mi hermana tocó el timbre. Noe me contó las acabadas, y dijo que fueron 13. No lo pude creer, pero nunca saqué tanto semen de una acabada como de cada una de las trece de esa tarde. Cuando me pajeaba, si algún día llegaba a cuatro o cinco, ya disminuía a menos de la mitad la cantidad de leche, pero ese día se mantuvo pareja. Y claro, es que Noelia era una pantera. Por supuesto, tuvimos que cambiar el agua de la pileta, que estaba llena de semen, antes de que entrara mi hermana.

Desde ese día estoy de novio con Noelia, y cogemos cuatro o cinco veces por día (yo me pongo una toalla en la base para que no entre demasiado, porque una vez la lastimé mucho). A ella le encanta, y yo, para qué les cuento.-

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