Al final me comi a la camarera, se hizo rogar

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Les voy a contar la historia que me paso con una camarera que conocí en un boliche de Palermo donde acudo diariamente a trabajar: Marina, que asi se llamaba, era una hembra fea de cara, de esas caras de viciosa que te la ponen dura, por el morbo que te inspiran y por el cuerpo que llevan debajo, se veía que era una mina que aunque los tipos no se fijaban en ella, a mi me la ponía muy dura cada día que iba a desayunar donde ella trabajaba, desde el día que adiviné la tira de su corpiño bajo un vestido muy ajustado, unos pechos redondos y enormes, y una conchita que asomaba en medio del puente de sus caderas que imploraba ser llenada con mi leche.

Yo era consciente de que ella se calentaba conmigo, por la forma en que me sonreía y en como me provocaba, agachándose por cualquier cosa y parándome bien el culo o arrimándose a mí con sus tetas cuando pasaba junto a mí en la barra, y yo no podía hacer otra cosa que manoseármela una y otra vez pensando en ella; era mi obsesión, cojermela toda.

Aquel día me cambiaron el turno y estaba de tarde, currando como un carbón, salí pasadas las once y me acerque a tomar un café aunque sabia que era tarde y que estarían a punto de cerrar, pues al día siguiente era fiesta y no quería perderme a mi camarera, para aprovisionarme de imágenes para las manolas del fin de semana. Entre al bar, y me sorprendí al ver a Lourdes sola, cerrando el local. ¿Está cerrado?, No pasa ya te sirvo, me dijo, dándose la vuelta hacia la barra, mostrando su culazo, mas parado que nunca.

Dios, que ganas tenia!! Mi pija se apretaba contra el pantalón más dura que nunca.

Pedí un café, con leche por favor, y me dirigí hacia el baño a mear, me coloque en el meadero, agarrando con mi mano mi verga ya enorme. En esto fue que entro ella, con una sonrisa, y acercándose a mi, agarro mis nalgas con fuerza, a lo que mi pija respondió como un resorte. ¿Que haces con esa cosa? Me dijo, mientras agarraba mi paquete con su mano: – mmmm, que pija, papito – decía pasando la lengua por sus labios mientras yo agarraba sus nalgas con fuerza: – Que turra sos, quiero cojerte toda, no hago mas que pajearme pensando en vos, quiero cojerte mi vida -.

La di vuelta y agarre sus tetas con mis manos mientras frotaba mi nabo, que habia saltado como un resorte, contra su culo. Ella se dio la vuelta y se puso de cuclillas empezando a bajarme el cierre, mientras mordisqueaba mi verga a través del pantalón, al llegar al bóxer, masajeo mis bolas, bajando la parte superior de mi calzoncillo y salió toda mi verga apuntando hacia su boca, que estaba abierta mostrando la lengua llena de saliva.

– Esto es lo que haces pensando en mi? – Decía mientras retiraba la piel de la cabeza de mi verga con su mano izquierda y chupaba mis bolas.

– Si.

Empezó a jugar con su lengua con mi glande y se la metió toda en su caliente boca.

– Chupamela -. Y empezó a hacerme una mamada fabulosa mientras agarraba mis nalgas con frenesí, como la chupaba, a la vez veía como se masturbaba y escupía en su mano.

– Te voy a hacer la mejor paja de tu vida -. Decía mientras me la manoseaba cogiendo mi miembro como si fuese una jabalina. Estaba ya a punto, te voy a romper el orto, zorra, dije mientras la volteaba y bajando su tanga la puse con el culo bien paradito sobre el lavabo, separe la bombachita y metí mi dedo en su culo , apunte con mi verga a su ojete, rompí con furia su tanguita negro y comencé a penetrarla, aaahhh, si, comencé a bombear mientras agarraba sus pechos , toma perra, aaahhh, me la estaba garchando toda, toma mi leche dije, mientras ella se agachaba y recibía los disparos de semen en su cara, ooohhh, espesos lechazos llenaban su cara, uuummm asi me gusta, con leche… dame asi papi, no te aguanto amor, nunca me cogieron igual por el orto… Me matas!! para papi que me lastimas, pero dale, dale igual, no la saques nunca, esto es genial, déjala adentro para siempre, no me acabes, quiero gozarte.

Marina estaba realmente enloquecida, mi pija cada vez mas gruesa le entraba y salía como con vaselina. Que placer divino por favor, nunca cogí asi. De pronto se escucho ruido en la puerta, era que entraba un cliente a desayunar… se la tuve que sacar mientras acababa pajeandome y hiendo al baño…

Quedamos con marina, que esto no quedaba asi… próximamente, seguiré el relato…

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